Prólogo.
—Los tres de tercer año que están en la cima de los estudiantes de la UA —habló el profesor Aizawa mientras ellos iban caminando dentro del aula 1-A con tranquilidad, posicionándose en frente de la clase que tanto revuelo hacía—. También conocidos como los Tres grandes.
Un rubio de ojos azules con cuerpo musculoso, una chica pelimorada de ojos violetas y un chico de cabellos azules oscuros, orejas de elfo, que mantenía la cabeza agachada. Los denominados Tres grandes de la academia, estudiantes de tercer año, frente a ellos.
—¡Los tres grandes! —Mina Ashido, kosei: Ácido, fue la primera en responder ante la entrada.
—Los mejores de la UA —Iida Tenya, kosei: Engine, lucía sorprendido.
—Los más cercanos a los héroes profesionales —agregó Momo Yaoyorozu, kosei: Creación.
—Escuché que se supone que seamos como ellos —murmuró Jirou Kyoka, kosei: Earphone Jack.
—Una es muy bonita —susurró anonadado Kaminari Denki, kosei: Electricidad—. No lo parecen.
—Él... Es el de esa vez —la voz de Izuku Midoriya, kosei: Súper fuerza, sonó baja. Su mirada estaba puesta en el rubio de ojos azules, quien mantenía su semblante serio y su cuerpo erguido, recordando haberlo visto cuando iba a dejar la basura el día anterior. Era extraño.
Shota Aizawa, kosei: Borrado, era el profesor principal de la clase 1-A, encargado de los 20 estudiantes en la misma y héroe profesional Eraserhead. Su apariencia reflejaba cansancio, al parecer aquel día tampoco había podido dormir. Era un misterio para la clase por qué.
—Bueno —fue quien habló esta vez, estirando su mano hacia los alumnos de tercer año frente a él—, ¿pueden presentarse pronto? Empecemos con Amajiki.
El aludido al escuchar su nombre dio un respingo. Eraser lo odiaba, por eso lo había escogido de primero, lo sabía. Suspiró y levantó la mirada. Era afilada y muy potente, todos en el aula sintieron una terrible presión al sentirla, la intensidad que emanaba era increíble.
—No tiene caso —Tamaki Amajiki, kosei: Manifestación, comenzó a temblar a simple vista, haciendo que todos se confundieran—. Mirio, Hado-san... Aunque los mire imaginando que son papas, todo menos sus cabezas es humano —masculló—. Solo puedo ver humanos.
Sus compañeros se voltearon a verlo. Amajiki seguía temblando.
—¿Qué hago? No puedo decir nada...
Aizawa lo miró con la mirada más aburrida que podía darle. ¿En serio? ¿Cuánto tiempo sería?
—Tengo la mente en blanco. No puedo... Quiero irme —fue lo último que dijo, dándole la espalda a la clase y apoyando su frente en la pared de atrás, ocasionando que todos se sorprendieran.
—Oye, ¿eres uno de los mejores de la UA? —Ojiro Mashirao, kosei: Cola, le cayó una gotita de sudor sobre la cabeza mientras lo veía—. ¿Verdad?
—¡Ha! Oye, Amajiki-kun, eso se llama tener corazón de pulga —interrumpió finalmente su silencio. Nejire Hado, kosei: Oleada—. Aunque eres humano. Qué raro —Sonrió alegre al verlo temblar más—. Esta pulga es Tamaki Amajiki —presentó a su compañero con una sonrisa—, yo soy Nejire Hado. Nos pidieron que les habláramos sobre su residencia. Espera un momento...
Tamaki negó levemente contra la pared, mientras Aizawa se recordó que esto sería eterno.
—Oye, ¿por qué usas máscara? ¿Estás enfermo? —se acercó a uno de los estudiantes. Mezo Shoji, kosei: Brazos duplicados, se asustó al tenerla tan cerca, invadiendo su espacio personal.
—Es que antes...
—¡Oh! Tú debes ser Todoroki, ¿no? —se apartó del chico antes de que pudiera hablar, con las manos en la espalda, al ver al chico de doble kosei—. ¿Por qué te quemaste ahí? —le dio curiosidad al ver la cicatriz en el ojo que tenía el muchacho.
—Ah, eso.. —Shoto Todoroki, kosei: Mitad caliente, mitad frío, no alcanzó a terminar la frase.
—¡Ashido! ¿Si tus cuernos se rompen, te crecen otros? —los señaló, con curiosidad, haciendo que la chica rosa abriera la boca sin saber qué decir—. ¿Puedes moverlos? ¡Ah! Mineta-kun, ¿esas bolas son pelo? —El aludido se sonrojó violentamente—. ¡Asui-san! Eres una rana y no un sapo, ¿verdad? Quiero saber mucho de todos. ¡Qué raros!
—Es muy atolondrada —Denki sonrió con tranquilidad, meneando la cabeza—, qué linda.
—Es como una niña de preescolar —sonrió Ashido a su lado.
—¿Quiere saber de mis bolas? —Ah, Mineta Minoru, en realidad a nadie le importaba su kosei, pero es Pop off, sí. Ese que hace que su cabello se desprenda en forma de bolas pegajosas—. ¡Espera, eso es acoso sexual!
—No era eso —Sero Hanta, kosei: Cintas, lo miró como si fuera un bicho raro.
—Oye, Ojiro-kun, ¿puedes apoyar todo tu cuerpo sobre tu cola? Vamos, dime —se le acercó, poniendo nervioso al chico—. Quiero saber.
—¿No es irracional? —Aizawa comenzó a despedir un aura maligna de su cuerpo. Qué molesto.
—¡¿Ah?! ¡Eraserhead, no se preocupe! —Mirio se sintió intimidado y levantó la mano con algo de intranquilidad al ver al maestro en ese estado—. Voy al final para terminar, ¿no? ¡¿El futuro será...?!
Todos se quedaron callados y voltearon a verlo con la cabeza ladeada, Mirio se rió incómodo.
—¿Qué será? —se preguntaron todos.
—¡Debían decir oscuro! ¡Bien, mi llamado fue un fracaso! —Gritó, rascándose la nuca.
—Los tres son muy raros —comentó Sato Rikido, kosei: Sugar rush, a sus compañeros, Koda Koji y Tokoyami Fumikage—. Aunque los llamen los tres grandes, es como...
—No se nota en su personalidad —lo interrumpió Tokoyami, kosei: Dark shadow.
Justo en ese momento iba pasando por casualidad una chica de cabellos blancos, quien se quedó mirando la puerta entreabierta de la clase y notó al Amajiki temblando nervioso con la cara en la pared, cosa que no le sorprendería sino fuera porque esa claramente no era su clase. ¿Ara, y qué hacía ahí? Se acercó silenciosamente. No sabía que pasaba.
—Bueno, parece que no saben lo que pasa —le sorprendió escuchar a Mirio.
Se acercó más hacia la puerta y la empujó brevemente, notando a Nejire en el medio junto al profesor Aizawa. Ladeó la cabeza, interesante situación, miró su reloj de muñeca. Tenía tiempo para espiar lo sucedido, después de todo, aunque la curiosidad siempre mataba al gato, el gato moría sabiendo.
—Traen de repente a unos de tercero a explicar una residencia, aunque no hace falta, es confuso, ¿no? —Mirio se puso la mano en el mentón, pensativo—. Tienen sus licencias provisionales en primero, ¿no?
A la peliblanca le sorprendió. Ellos la habían conseguido a principios del año anterior. Juntos.
—Los de este año son muy animados, ¿no? —comentó Mirio, y la peliblanca se rió. Justo eso había estado pensando—. Y parece que mis bromas no sirven —Mirio se puso serio entonces.
La peliblanca, Nejire y Tamaki se asustaron al ver la repentina seriedad del rubio.
—¿Mirio? —Tamaki esperaba que no fuera a decir lo que él creía que iba a decir.
—¡¿Por qué no pelean todos contra mí?! —Pero por supuesto que lo había hecho.
—¿Eh? —La clase entera soltó una exclamación—. ¡¿EHHH?!
"¿Pelear... tan de repente?" Se escuchó enseguida. Tsukiko cubrió su sonrisa con su mano, al parecer el último día de esa semana sería realmente interesante.
—Es lo más racional para experimentarlo de primera mano, ¿no? —Mirio se dirijo a Aizawa, rascándose la nariz—. ¿Qué dice, Eraserhead?
—Como quieras —respondió. Ah, siempre un hombre de pocas palabras, se dijo la peliblanca con una sonrisa mientras observaba en silencio al adulto. Su vista era tan diferente a cuando estaba relajado, le gustaba más cuando se vestía bien, y actuaba con esa actitud siempre.
—¡Bien! Entonces vamos allá —Mirio les mostró el dedo pulgar arriba, con una mirada que hizo que todos se confundieran—. Los esperaremos en el gimnasio, usen su uniforme deportivo, listos para pelear —comentó entonces, riendo levemente.
La peliblanca volvió a ver su reloj de muñeca. ¡Oh, ya casi empezaba su clase! Pero vamos, entre ir a perder su tiempo escuchando como Hound dog se enojaba y olvidaba hablar como humano a ver a Mirio patearle el trasero a la clase primicia de primer año...
Sí, Hound dog podría ser buen consejero de vida pero no se perdería el espectáculo para nada.
—¡Ohayo, midna! —se decidió a entrar finalmente a la clase, dejando el salón en silencio. Los tres grandes se tensaron al oír la voz de la menor y se giraron a verla de reojo, no como el profesor de primer año que se giró a verla con los brazos cruzados sobre su pecho.
—Nisshoku, ¿qué le trae por aquí? —inquirió con sequedad.
Era una advertencia, Tsukiko se mordió el labio.
—Me perdí en el sendero de la vida —se excusó, levantando los hombros y acercándose a los tres grandes—. ¡Amajiki-senpai! —El peliazul solo volvió a temblar en la pared—, siempre es tan bueno hablar contigo —sonrió, con los brazos en la espalda—. Ne, Mirio, Hado-san.
—¡Tsuki-chan! Llegaste justo a tiempo —la pelimorada se le lanzó encima a abrazarla, restregándose fuertemente contra ella, mientras la peliblanca se sentía asfixiada por su alegría.
—¡Acoso! —gritó Mineta de nuevo, causando que Sero y Denki lo golpearan.
Claro que Denki solo lo golpeó por inercia ya que miraba sin apartar los ojos de la peliblanca recién llegada, al menos hasta que Ashido tosió tan fuerte que llamó la atención de todos en el salón, incluyendo a las dos chicas que estaban abrazadas (más bien una abrazada).
—¡Ah, Tsuki-chan, preséntate! No seas grosera —Mirio la regañó enseguida, separándola de la pelimorada. Amajiki miró de reojo como Mirio sonreía a la peliblanca. Tan brillante... Que era molesto para él.
La peliblanca abrió la boca formando una pequeña o.
—No quiero —hizo un puchero enseguida, cruzándose de brazos.
Denki se enamoró, y casi todo el salón se sintió desplazado ante la conversación presente.
—¡¿Cómo que no quieres?! —Y todos se asustaron al ver como Bakugo Katsuki, kosei: Explosión, la miraba con un rostro de pocos amigos, en realidad era su rostro habitual si lo veías siempre. Claro que este seguía castigado y simplemente había entrado al salón para entregar un papel que había dejado Aizawa en las residencias de la clase—. ¡Cabello de cabra! —la acusó enseguida. Qué molestia, no quería ir, además se había encontrado con ella en el proceso.
—¡Bakugo/Kacchan! —El rubio miró de reojo a Izuku Midoriya, con advertencia al escucharlo.
—Hai, hai, ya entendí —se rió al verlo—. No te enojes, Katsu-kun.
Por otro lado, aunque toda la clase tuviera la boca en el suelo al oírla hablarle al rubio de ojos rojos, Aizawa simplemente lo hizo retirarse enseguida con una mirada que hizo confundir a todos los de primero.
—Soy Tsukiko Nisshoku —hizo una pequeña reverencia hacia todos y alzó levemente su rostro, dejando ver su mejor sonrisa y su mirada más coqueta—. Un placer, clase 1-A.
Todos incluyendo a Tamaki (quien la miró de reojo sin apartar su rostro de la pared), quedaron completamente prendados de aquella forma de presentarse. Tan brillante que quemaba.
—Bien —Aizawa carraspeó al notar la incredulidad de sus estudiantes. Era increíble que lo único que hacía falta para matarlos era una dosis de ternura directamente inyectada de la sonrisa de una chica de dieciséis años con problemas mentales—. ¿Por qué no se han empezado a cambiar? —los sacó de su trance.
—¡Ha-hai!
Todos se apresuraron a salir, dejando solo a los de tercer año y el profesor.
—No se tarden mucho —se dirijo al trío—, y tú, Nisshoku, ve a clases —ordenó enseguida.
—No tengo —le sacó la lengua.
—No me mientas —masculló, frunciendo el ceño—, mocosa malcriada.
—¡Ah! Te voy a acusar con Zashi —frunció el ceño, señalando con su dedo índice al pelinegro.
—Y manipuladora —agregó, suspirando—, haz lo que quieras —rodó los ojos, saliendo de ahí.
Nejire se acercó a Tamaki mientras que Mirio se acercó a la peliblanca de ojos violetas.
—Hace tiempo que no nos veíamos, es bueno ver que ya regresaste —Mirio la abrazó con cariño, su mirada alcanzaba a nublarse levemente—. ¿Cómo te encuentras? —murmuró en el abrazo.
—Bien —Tsuki le devolvió el abrazo enseguida y le dio un par de palmaditas, sabiendo lo sentimental que podía ponerse—. Ya estoy bien, ¿okay? No te atrevas a llorar, Mirio Togata, ni se te ocurra —amenazó en voz baja.
—No voy a llorar —murmuró el rubio, al borde del llanto.
La peliblanca negó con la cabeza.
—¡Tsuki-chan! —Nejire se unió al abrazo que parecía tener como finalidad aplastarla, mientras que Tamaki les daba la espalda temblando con la cara en la pared, estaba feliz aunque él no tuviera la tranquilidad de los otros dos para abrazarla así—. Todos te extrañamos —enfatizó.
—S-sí, yo a ustedes —se separó con nerviosismo—, a todos —resaltó con la mirada perdida en la espalda del Amajiki, ganándose una mirada de Mirio que sabía bien que significaba. Soltó un suspiro—, solo fueron dos meses —rió para aligerar el ambiente—. No exageren.
—¡Estuviste en coma otros tres! No es justo que digas que no fue mucho —la regañó Nejire.
—Sí, es cierto —se rascó la mejilla. Tsukiko Nisshoku, kosei: Teletransportación, puede visualizar en su mente cualquier lugar y viajar a él, también puede teletransportarse entre tiempos pero le causa daños físicos si lo utiliza demasiado. Tamaki la miró—. Lo importante es que ya estoy aquí.
—Me... a-alegra —se atrevió por fin a hablar, haciendo que ella lo mirara, pero sonrojándose al sentir sus ojos posándose sobre los suyos. Devolvió su rostro a la pared y tembló. Tan brillante...
—Gracias, Amajiki-kun. A mí también me alegra volver —sonrió.
—¡Bien! Luego tendremos tiempo para reunirnos como es debido, ahora tenemos que ir a patearle el trasero a los de primer año —Mirio también brillaba—. ¡Vamos ahora!
—¡S-sí! —gritó el resto del equipo.
❧Eclipse de sol ❧
—E-este... ¿Es en serio? —Sero miraba como Mirio se estiraba en medio del edificio donde pelearían.
—¡En serio! —respondió.
—Mirio, no deberías —Tamaki susurró pegado a una pared, lo más lejos posible—. Para la residencia, bastaba con decir, "esto es así y aprenden mucho de esto". No todos están llenos de tanta ambición, no podemos terminar con niños que no se recuperen.
—¿Eh? —la clase 1-A estaba confundida. Tsuki se acercó a Tamaki con una sonrisa.
—Harás que se asusten, Tamaki-senpai —susurró, aunque todos la escucharon—. No es bueno.
—¿Cómo que no se recuperen? —Eirijirou Kirishima, kosei: Endurecimiento, se tronó los dedos y muñecas mientras parpadeaba al escuchar al mayor. Tsuki se rió al ver como Nejire molestaba los cuernos de Ashido—. ¿Por qué estaríamos asustados?
—¿No sabían? El año pasado hubo un chico tan frustrado que dejó de ser héroe y causó problemas. ¿Sabían? —Aizawa y Tsuki la miraron con seriedad, mientras la pelimorada seguía molestando a Ashido—. No es nada fácil, ¿no, Togata? Si no lo piensan bien, habrá problemas —suspiró.
—Detente, por favor —se quejó Ashido.
Tsuki le dedicó una mirada a Tamaki, viendo como este negaba con la cabeza, pero este comenzó a temblar al sentir su mirada, así que la apartó susurrando unas disculpas. Al parecer, su retroceso en el plan conquista a Tamaki había sido grande tras su accidente. Maldición.
—Un momento —Tokoyami alzó la voz, haciendo que lo mirara, era el chico en que Hawks se había mostrado interesado luego del festival deportivo, la clase 1-A parecía estar llena de personas interesantes—. Hay una diferencia, nosotros ya peleamos contra profesionales.
—También peleamos contra villanos —agregó Kirishima con convicción y una gran sonrisa, Tsuki se giró a ver a aquel pelirrojo con interés también—. ¿Parecemos tan frágiles que deben preocuparse?
—Sí —Mirió asintió y Tsukiko se palmeó la cara, casi había sonado como si le respondiera la pregunta aunque no fuera así—, pueden venir cuando quieran. ¿Quién va primero?
Ni siquiera se movió o puso en posición de defensa, solo sonrió. Kirishima estiró su brazo.
—Yo...
—¡Aquí voy! —Lo interrumpió Midoriya, consiguiendo la mirada de la peliblanca. Era el chico que se había enfrentado a su querido amigo y además de eso, había sido el primero en llegar, sin haber hecho mucho uso de su quirk al inicio.
Su quirk, sonrió, era parecido y el chico había captado su atención debido a eso.
—¡¿Y es Midoriya?! —Se quejó el pelirrojo enseguida, haciendo que la peliblanca riera bajito.
Tamaki la vio de reojo ante aquello. ¿Por qué se reía? Qué molesto, ah, por eso se pegaba a la pared. Tsuki veía la clase de primer año con una sonrisa. Eran interesantes, ya lo sabía, había visto el festival deportivo desde el hospital hacia un par de meses. Su mirada fue a Shoto Todoroki, según sabía, este no quería ir debido a que no había obtenido su licencia provisional, era una pena. Aunque lo entendía, no era algo fácil.
—¡Es una buena oportunidad! —les dijo Aizawa, levantando la voz—. ¡Aprovechen la experiencia!
—¡Ah, chico problemas! —Mirio reconoció al peliverde—. ¡Qué bien! ¡Si que eres animado!
Ah, con que ese era el chico que había peleado junto a otro de su clase, le dio una barrida a la clase. Sí, faltaba Bakugo. Qué raro, ¿no estaba en la clase acaso? Hizo una memoria, no, Aizawa había dicho que lo había castigado más tiempo por imprudente.
—¡En combate cuerpo a cuerpo hay que rodearlo! —Gritó Sato, al ver que Midoriya se ponía en posición.
—¡Sí! En ese caso, senpai, gracias por ayudarnos —Kirishima sonrió mientras activaba su kosei, así como todos se preparaban también para pelear, cosa que hizo sonreír a Mirio y a Nejire, temblar a Tamaki temiendo por sus traseros y hacer que Tsuki se sentara en el suelo a disfrutar de la función con unas palomitas que había sacado de la nada—. ¡Esperamos su cooperación!
Midoriya finalmente saltó con rapidez hacia Mirio, quien le esperaba con una sonrisa.
—¡Ah! —Tsuki sintió su cara cubierta por algo extraño, al parecer era pulpo. Tamaki-kun, kawaii.
—¡Se le cayó la ropa! —Gritó Sero.
Aunque no fuera la primera vez, Tamaki solía taparle los ojos para evitar que viera a Mirio desnudo. Ciertamente era algo capcioso, pero le parecía muy tierno de su parte que lo hiciera.
—¡Lo siento! —Se disculpó Mirio, de inmediato—. ¡Es complicado arreglarlo!
Tsuki miró al aire luego de quitarse de encima una de las extremidades que Tamaki había utilizado para cubrir sus ojos en son de que no viera a Mirio desnudo. Le agradeció al chico que temblaba desde la pared y su vista se concentró en el chico de primero que acababa de patear la cara de Mirio, bueno, algo así.
—¿Fuiste por la cara? —inquirió el rubio visiblemente incómodo. A pesar de que el peliverde lo había atravesado, era algo bajo, o debería decir alto. Tsuki cerró los ojos cuando vio cintas, un rayo láser y hasta ácido atravesar a Mirio.
—Cuánta violencia se ve hoy en día —miró a Tamaki de reojo al quejarse.
El peliazul solo hizo una mueca.
—¡Esperen! —gritó Iida, acomodándose las gafas, mientras el polvo que levantaron los otros ataques se comenzaba a dispersar—. ¡No está!
—¡Primero los que pelean a distancia! —Apareció detrás de Jiro, asustándola en el proceso.
—¡¿Apareció?! —Shoji se giró enseguida, hablando desde una de sus manos.
—¿No solo atraviesa cosas? —Sato comenzó a correr hacia el lado contrario.
—¿Qué clase de singularidad es esa? —se quejó Kirishima, uniéndosele.
—No —masculló Tamaki de espaldas a ellos—, la singularidad de Mirio no es de envidiar.
Tsuki escuchaba en silencio mientras veía a Mirio golpear los estómagos de Tokoyami luego de evitar a Dark Shadow, luego fue tras de Sero y Mineta.
—Lo que deben envidiar es su habilidad, novatos —Tamaki por fin miró hacia allá. Asui, Ashido y Aoyama se preparaban para atacar—. Cuando lo reclutaron y trabajó en su residencia con un héroe, Mirio se fortaleció —Los tres cayeron al suelo tras ser brutalmente golpeados en el estómago. Seguidos de ellos golpeó a Jiro, Momo, Kaminari y Shoji.
—¡Power! —gritó Mirio, agitando medio uniforme.
A Tsuki le cayó una gotita en la frente, pero se distrajo al ver el rostro de sorpresa que tenía el hijo de Endeavor, tuvo que contenerse mucho para no reír. Tamaki entrecerró sus ojos al verla, no le gustaba cuando la veía sonreír así por ese chico de cabello bicolor, suficiente tenía con su rivalidad con el explosivo chico de primer año que habían conocido un año atrás.
—Mirio Togata —Aizawa lo miró en silencio, corroborando que era cierto, había crecido mucho en los últimos años, tanto que no le sorprendía que lo consideraran el mejor entre todos—, hasta donde sé, es el más cercano a ser el héroe número uno. Incluso entre profesionales.
Tsuki miró a los chicos de primero con una sonrisa alegre, aunque aburrida. Mirio había dejado fuera de combate a más de la mitad en poco tiempo, seguro que eso haría que los otros se pusieran más nerviosos y fallaran. Ah... Qué aburrido.
—Detuvo a más de la mitad al instante... El más cercano a ser el número uno —murmuró en voz baja el Todoroki. Era sorprendente, pero sabía bien que el tercer año era una liga diferente.
—¿No irás? —inquirió entonces, viéndolo de reojo—. No te interesaba ser el número uno, ¿no?
—No conseguí mi licencia —Todoroki volteó entonces hacia la peliblanca, quien solo sonrió con calma—. Aún me falta mucho para alcanzarte —susurró para sí solo. Tamaki volvió la mirada a la pared, ese chico conseguía sacar su más profundo nerviosismo, siempre miraba tanto a su luna.
—Esos son todos los que pelean a la distancia —Mirio estiró sus brazos, dándose la vuelta, y afilando la mirada con una sonrisa—, solo quedan los que pelean de cerca —agregó sonriente.
—¡No sé lo que hizo! —Kirishima mantenía su kosei activo, se veía a simple vista confundido pero con la meta clara en su mente, cosa que hizo que Tsukiko le observara con interés.
—¿No solo atraviesa las cosas, sino que se transporta? —se preguntó la castaña, Uraraka Ochaco, kosei: Gravedad. Uh, Tsukiko la reconoció como la chica que le había dado pelea a Bakugo.
—La clase A está llena de increíbles personalidades —sonrió alegre. Era fascinante ver tantos prospectos de héroes tan determinantes y llenos de energía, le hacía sentir cosquillas.
—¿Eso no lo hace invencible? —se quejó Ojiro.
—¡No digan eso!
Tsuki se transportó hacia la esquina donde se encontraba Tamaki, aprovechando que todas las miradas estaban sobre Mirio. El peliazul y ella comprendían mejor que nadie el nivel del rubio.
—Debe haber un truco —se escuchó la voz de Izuku—. Aunque use su poder de atravesar para transportarse o o el poder de transportarse para atravesar, ataca directamente —todos sus compañeros restantes le prestaban atención—. Mientras no contraataquemos, habrá momentos en que podamos tocarlo.
Tamaki dirijo su mirada hacia el chico, era el chico del que había oído hablar cuando Mirio y Tsukiko venían de camino al gimnasio. Al parecer, el peliverde había captado ambas atenciones.
—Si no sabemos lo que hace, hay que suponer algo con lo que sabemos y hacer lo imposible para encontrar el cómo —Mirio sonrió al escuchar al peliverde, Tsukiko desapareció sus palomitas, probablemente dejándolas en el lugar de donde las había tomado en un principio.
—¡Sí, gracias! —gritó el pelirrojo—. ¡Midoriya después de su arresto es asombroso!
Mirio comenzó a correr.
—¡Entonces piensen en algo!
A mitad de camino desapareció.
—¡Fue abajo!
Tsuki iba a molestar a Tamaki pero algo tintineó en sus instintos haciéndola dirigir la mirada hacia el chico peliverde, este se había movido y lanzado una patada hacia donde había salido Mirio. Tamaki abrió brevemente los ojos al notarlo y en silencio oró por el alma de aquel chico.
—¡Muy bien! —A Mirio le había sorprendido que predijera su movimiento, pero aun así lo dejó atravesar su mano con toda su pierna—. ¡Ataque mortal! ¡Aplastaojos cegador! —le envió la mano.
Tsuki ladeó la cabeza. ¿Era en serio?
—La mayoría contraataca de ese modo, ¿no? —Mirio atravesó la cara del muchacho con su mano y giró por debajo, aventándole un golpe en el estómago y luego desapareciendo en el suelo de nuevo—. Así que debía entrenar para ir por ellos.
Midoriya cayó al suelo.
—¡Midoriya-kun! —fue Iida quien gritó, y el siguiente en ser golpeado.
—¡Demonios! —Kirishima.
Koda, Sato, Ojiro, Uraraka, Hagakure...
—¡Power!
Tsuki bostezó, mientras que Nejire se acercó a Tamaki y ella.
—Nee, Togata-san se ha hecho fuerte, ¿no?
—Mirio ha sido fuerte desde pequeño, es solo que...
Tsuki miró al peliazul con una pequeña sonrisa, mientras el chico hablaba.
—Debería aprender a contenerse —replicó Tamaki.
—Es verdad —agregó, mirando a la clase de primer año—, aunque acabó con ellos sin piedad.
—¡Ha! Tú querías ver como les pateaba el trasero —la acusó la pelimorada enseguida.
—Les dio puñetazos en el estomago —Tsuki alzó los hombros—, Mirio-san es violento —agregó.
Tamaki la miró.
—Me gusta —sonrió.
El peliazul volvió la vista a la pared.
—Quise evitar que me vieran la salchicha, pero lo siento, chicas —se disculpó el rubio, de reojo miró a la peliblanca. El peliazul no parecía muy conforme con la situación, quizá peleaban, eso le preocupó—. Como sea, ahora lo entienden, ¿no? —Nejire y Mirio se acercaron al Amajiki, mientras que la peliblanca se alejó hacia el pelinegro que bostezaba cada diez minutos.
—¿Debíamos entender algo si nos golpeaba a todos en el estómago? —murmuró Midoriya, adolorido, con toda la clase detrás de él temblando del dolor.
—¿Pensaron que mi kosei era fuerte? —preguntó Mirio.
Se preguntaba como hubiera sido si la peliblanca hubiera dado aquella explicación y no él, una gotita le cayó en la cabeza sin querer, seguramente ella los habría hecho llorar por piedad.
—¡Es muy fuerte! —gritó Sero.
—¡No es justo! —agregó Hagakure, kosei: Invisibilidad—, ¡piensa en mi también!
—¡Atraviesas cosas y te transportas! —Mina se mostró muy molesta, haciendo que la chica la mirara—. ¡¿Eres un híbrido como Todoroki?!
El comentario hizo que Tsuki arrugara la nariz y se mirara la mano derecha. Un híbrido.
—No, solo es uno —Mirio sonrió.
—¿Eh, sólo uno? —Midoriya no ocultó ni un poco su sorpresa.
—¡Hai! —Nejire alzó la mano con una gran sonrisa—. ¡Yo sé cual es su singularidad! —miró a Mirio—. Nee, nee, ¿puedo decirlo? ¡Es permeabilidad!
—Hado-san, ahora es el turno de Mirio —se quejó Tamaki.
—¡Sí! Mi quirk es penetración. Lo que llamaron "transportarse" es solo una aplicación de eso —Nejire infló los cachetes y jaló la camiseta de Mirio al ver que no la dejó hablar—. Gomen-ne.
—¿Cómo es que te transportas?
—Si activo mi kosei en todo mi cuerpo, puedo atravesarlo todo. Todo, también el suelo —aclaró.
—Entonces eso era... ¿Cuándo caíste al suelo? —Uraraka comentó.
—Sí, caí bajo tierra —murmuró, señalando hacia abajo—. Y luego, si libero mi kosei cuando caigo, algo extraño pasa —Comenzó a explicar.
—Esto no es lo que esperaba, un discurso a estas alturas, y ni siquiera fue una gran pelea —susurró Tsuki, sentándose de nuevo en el suelo. Sería una larga explicación—. Qué aburrido.
Tamaki la miró de reojo con una sonrisa nerviosa.
—Parece que las cosas con masa no pueden sobreponerse y me repelen, o sea que me repelen arriba en un instante, así funciona mi transportación . Al cambiar el ángulo o la pose, puedo apuntar hacia donde me repele —apuntó.
—Suena como a un juego con fallas —suspiró Mina.
El rubio giró su mirada a la peliblanca que jugaba con una pelota sacada de alguna parte, así como él, ella también tenía muchas cosas que perder cuando activaba su kosei, era una compatibilidad que Tamaki envidiaba de vez en cuando, ya que el sol y la luna se complementaban muy bien.
—¡Podría decirse! —Mirio soltó una carcajada.
—Puedes evitar ataques y moverte como quieras al instante, de verdad es una singularidad fuerte —murmuró Tsuyu Asui, kosei: Rana.
Tamaki se puso serio cuando Mirio lo hizo también.
—No —negó—, yo la hice fuerte.
Tsuki apretó su puño y sonrió, cerrando los ojos.
—Cuando activo mi kosei, mis pulmones no reciben oxígeno —Aquello los sorprendió a todos, menos a los otros tres de tercero y al profesor Aizawa—. Aunque respire, me atraviesa. A la vez, las vibraciones pasan por mis tímpanos y la luz por mis retinas. Puedo atravesarlo todo, lo que significa que no siento nada. Hasta caigo cuando tengo masa, eso es todo. ¿Entienden?
Aizawa miró a la peliblanca de reojo.
—Si quiero cruzar una pared, activo todo menos una pierna —explicó Mirio—, luego libero la otra pierna y paso, activo la primera pierna y paso con ella. Hasta para algo tan simple hay demasiados pasos implicados.
—Si fuera yo, me equivocaría al ir con prisa —dijo Kaminari.
—Y si no sintiera nada, no podría moverme —agregó Mineta.
—Sí. Por eso siempre me quedaba atrás , en poco tiempo quedé al final y perdía la ropa —comentó con una sonrisa incómoda, alzó la mirada y la mano izquierda—. Para llegar a la cima con esta singularidad no podía quedarme atrás. ¡Predicciones! —comenzó a golpear su cabeza con el dedo.
Ella desapareció la pelota y se sentó en otro lugar, suspirando. A veces Mirio se emocionaba.
—¡Debía pensar más rápido! ¡A veces debía engañar! ¡Debía predecir lo que pasaría! ¡Y la experiencia hace posible esas predicciones! ¡Baso mis predicciones en lo que sé! —alzó ambos brazos—. Se hizo muy largo, pero por eso quería pelear. Quería mostrarles mi experiencia y no explicarla.
Tamaki sonrió brevemente al ver como Tsuki jugaba con un lápiz, lanzándolo de un punto a otro con su quirk. Nota: ¡Nisshoku puede hacer que otros objetos (siempre que sean pequeños) también se transporten! Realmente estaba aburrida.
—En nuestras residencias no somos invitados, nos tratan como ayudantes y profesionales —continuó Mirio—. Eso da miedo. Los profesionales pueden terminar viendo gente morir, pero esas cosas feas y dolorosas que pasen, todas son experiencias que no obtendrán en la escuela —levantó su puño.
—Ara, ara, Tsuki-chan, sí que has mejorado con eso —Nejire se acercó a la peliblanca, feliz de verla usar su poder con tranquilidad de nuevo. Recordaba que al principio se frustraba cuando no podía transportar ningún objeto—, ¡seguro que pronto podrás hacerlo con objetos grandes!
—Gra-gracias, Ne-nejire-senpai —la peliblanca le sonrió.
—¡Kawaii! —le apretó las mejillas.
Toda la clase 1-A estaba demasiado concentrada en escuchar el discurso del de cabellos dorados como para notar esto, pero Tamaki y Todoroki no habían apartado la mirada de ella.
—¡Transformé la experiencia de mi residencia en poder, y tomé la cima! Por eso, creo que deberían hacerlo aunque tengan miedo, novatos —sonrió.
Los aplausos no se hicieron de esperar mucho, así que Nejire corrió hacia los grandes de nuevo.
—Hasta su discurso suena como profesional —aplaudió Ojiro.
—No puedo creer que hiciera eso si podía explicarlo en un minuto —se rió Yaoyorozu.
—Invitados, ¿eh? —Kaminari asintió, pensativo—. Es cierto que así se sentían mis prácticas.
—No dejaban que hiciéramos nada peligroso —aceptó Kyoka a su lado.
—Así que la residencia no será así —Sero sostuvo su mentón con su mano.
—Al tener nuestras licencias, nos tratarán como profesionales en acción —Iida se mostró serio. Lo usual.
—Sí —asintió Uraraka.
—Debemos prepararnos —replicó Sato.
—¡Justo lo que quería! —Kirishima se mostró emocionado.
—¡Sí! —Sonrió Hagakure, aunque claro, nadie la vio—. ¡Vinimos a UA a ser profesionales!
El resto de la clase comenzó a asentir y sonreír, mientras que Todoroki los veía desde su esquina. Tenía que apurarse a conseguir su licencia, no quería quedarse atrás. La miró.
—¿En qué piensas, Todo-chan?
El aludido parpadeó al tenerla al frente en cuestión de minutos, pero trató de no verse tan confundido como estaba. Claro que ella podría ver a través de él, siempre. No tenía caso.
—Debo conseguir mi licencia, no quiero quedarme atrás —replicó.
—¿Ara? Si no fueras tan resentido la hubieras conseguido en la primera —lo regañó la peliblanca, haciendo que él abriera sus ojos de sorpresa, ella rió tiernamente—. Ya qué, ¡esforcémenos, Todoroki-kun!
—¡Ha-Hai!
Tamaki solo observó esto cerca de Mirio.
—Parece que ha vuelto a brillar —sonrió el rubio—. Me alegra tenerla de vuelta.
—¡Sí, verdad! Desde el accidente, se había apagado un poco —Nejire se les unió.
—Ella nunca ha dejado de brillar —le respondió Tamaki—, solo... estaba recargándose.
Finalmente, Aizawa miró a la clase.
—Debemos volver, saluden.
—¡Arigato, gozaimasu! —gritaron el unísono.
Mirio y sus compañeros se despidieron, incluyendo a la peliblanca que no había hecho nada en todo el tiempo más que observar. Midoriya observó en silencio como se despedía de Todoroki con tanta tranquilidad, como si lo conociera de hacía mucho tiempo, causándole curiosidad.
❧Eclipse de sol ❧
—Nee, ¿sirvió de algo que viniéramos? —preguntó Nejire entonces—. ¿Qué creen?
—Me alegra no haber hecho nada... Gracias, Mirio —respondió Tamaki.
—Hubiera sido genial verte en acción otra vez, Tamaki-kun —sonrió la peliblanca, caminando a la par de Mirio, al girar su rostro hacia el peliazul que iba detrás—. ¡Tu quirk es asombroso!
—N-no di-digas e-esas c-cosas —masculló, sonrojado. No podían perder tiempo de camino con el pegado a la pared. Aun así, le alegraba tener de vuelta a la chica, había sufrido mucha ansiedad cuando ella... Negó con la cabeza, no le gustaba pensar en eso.
—Ne, Mirio. ¿Sabías que pensamos que los lastimabas sin razón, verdad? Pero nadie salió herido, así que buen trabajo —lo felicitó Nejire con una sonrisa.
—Pero estuvo cerca, ¿verdad? —Miró a Tsuki y a Tamaki—. Mi salchicha...
—¿Hubo alguien interesante? —lo interrumpió la pelimorada, llamando la atención de la peliblanca. Para ella, sí—. ¡Quiero saber! Qué raro.
—Los vencí desde atrás, es mi estrategia básica contra enemigos —asintió—, pero el chico problemas analizó los primeros movimientos y parecía predecir mis acciones.
—Es verdad —afirmó Tsuki—. Midoriya-kun realmente es buen material, será un gran héroe.
—¿Ah? Interesante, interesante —sonrió Nejire.
—¡A Sir le gustaría! —declaró el rubio, feliz.
Tamaki vio entonces como Mirio se desprendía de Nejire para poder hablar con Tsuki más tranquilo, ambos compartían comentarios críticos sobre la clase de primer año, mientras Nejire y él caminaban atrás despacio, simplemente observando como estos se reían alegremente.
Tamaki solo los veía brillar.
Como el sol y la luna.
Y él ahí, desde la tierra, simplemente observando aquel eclipse solar.
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❧ Próximamente: Eclipse de sol ❧
Disclaimer.
Los personajes le pertenecen a Horikoshi Kohei, creador del manga y anime Boku no hero Academia. Universo alternativo. Novela con personajes propios, BL, entre otros. Manga spoilers. Lee bajo tu propio criterio. Créditos de las imágenes a sus respectivos autores/as. Atente a las consecuencias en caso de leer.
Plus Ultra.
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