Capítulo 2; El sol.

—Bueno, no fue tan malo —comentó Mirio, mientras esperaban a la peliblanca en la salida de la secundaria. La misma que iba con un pie vendado y una cintilla en la mejilla—. ¡Ya estás bien!

—La tuvieron en enfermería por un día entero, Mirio —le recriminó el de cabellos azul oscuro en voz baja—. Además sólo m-mírala...

—Pero ya está mejor —agregó el rubio.

—Es verdad —ella suspiró—, ¡moh! Lo hice mal esta vez...

—¡No te preocupes! —Mirio brillaba—. ¡Lo harás mejor la próxima vez! Todos nosotros.

Todos se quedaron entonces en silencio pero sonreían levemente, mientras caminaban hacia sus casas. El camino era el mismo por lo que siempre se iban juntos, aunque a veces Tsukiko era recogida por alguno de sus padres en caso de emergencias y tenían que irse ellos dos.

—Mirio... Eres asombroso —murmuró Tamaki entonces, haciendo que ambos a sus lados lo miraran. Mirio bajó la mirada del cielo para ver a Tamaki—. Como el sol, tan brillante y fuerte.

—¿Hm?

—Incluso si no puedes hacer algo, sigues siendo alegre y optimista. Si yo pienso en arruinar algo, mi mente se pone en blanco y no me puedo mover —murmuró. Tsuki se quedó parada en su sitio, sintiendo que era una conversación que no le convenía interrumpir. En general, Tamaki no hablaba mucho con alguien que no fuera Mirio, a veces le dolía porque ella también era su amiga pero entendía que su conexión no era tan fuerte como la de los dos en frente de ella—. Tú también —la miró de reojo, avergonzado al notar que se había quedado atrás.

Ella corrió hacia ellos con emoción, el de cabellos oscuros sonrió.

—¡Disculpen! Estaba pensando en algo —mintió—. ¿Qué dices sobre mí, Tamaki-kun?

—Eres como Mirio —dijo—, bueno, más como una luna. No siempre brillas por ti misma, pero cuando estás cerca de él, como que reflejas su alegría y fuerza, y entonces... ¡Haces como él! Ambos son asombrosos, Mirio, Tsuki...

—¿Eh? Estás haciendo que yo suene como alguien demasiado genial pero no es así —negó Mirio.

—¿Lo dijo porque mi nombre es "Tsuki"? —Ladeó la cabeza.

La traducción literal de "Tsuki" es luna.

—¿Huh? —Tamaki se detuvo entonces.

—Puedo dar lo mejor de mí porque tú estás aquí, Tamaki. No es como que yo sea así de fuerte, creo que me estás sobrestimando y a ti te estás subestimando demasiado —le dijo—. Sé que tienes un poder realmente asombroso. Sé que en realidad eres un chico alegre y gracioso. Es por que, si uso tus propias palabras, entonces tú eres alguien incluso más asombroso que el sol.

Tsukiko sonrió y asintió.

—¡Tu kosei es increíble, Tama-chan! Eres alguien que algún día causará un eclipse solar —afirmó ella con una sonrisa—. Ya verás, el mundo algún día conocerá lo grandioso que eres.

El peliazul se sonrojó abruptamente e intentó huir pero Mirio lo agarró del hombro.

—Ten más confianza en ti, Tamaki —sonrió Mirio—. Tú eres alguien que incluso tapa al sol, ¡Suneater!

—No deberías menospreciarte tanto, Tamaki-kun, algún día te aseguro que serás conocido como Tamaki, el grande —prometió con una sonrisa. Aunque yo deba sacrificarlo todo por ello.

—Chicos —el peliazul no aguantó más y se apoyó contra la pared, temblando.

Eclipse de sol

—¡Buenos días! —Nejire se lanzó encima de los tres con una gran sonrisa.

—Buen día, chicos —Mirio sonrió también mientras se acercaba a Tamaki—. ¿Cómo estás?

—B-bien, recibí un mensaje de Tsukiko —comentó, agachando la cabeza—. Dijo que Fat le pidió que fuera a la agencia y que nos veríamos luego del receso en clases. Así que podemos irnos.

—¿Ah? Así que Fat ya la solicitó de vuelta —Mirio se puso una mano en la nuca—. Supongo que quiere saber si continuará trabajando con ustedes. ¿Tú qué opinas, Tamaki?

—Y-yo creo que s-sí —estaba nervioso. El solo hecho de pensar que no solo la vería en las clases sino también cuando Fat le llamara a acción y en patrullajes, lo ponía de verdad ansioso. Sonrió.

—Me alegra, espero que ella este de acuerdo —Nejire sonrió también, captando la mirada de ambos chicos—. Ya saben, luego del accidente le ha costado un poco reintegrarse. No es fácil.

Eclipse de sol

—Es frustrante —Tsukiko sonrió.

—Pero sabemos que de todos nosotros, Tsuki-chan es quien siempre avanza —apuntó Mirio.

—No es verdad, ustedes también están avanzando, se los prometo, un día me opacarán —ella se rió con tranquilidad—, pero tranquilos, cuando eso pase, me aseguraré de jalarles las orejas para que no se les suba la fama a la cabeza.

—¿Alguna vez has pensado que no podrías hacerlo? —Mirio la miró con una sonrisa.

Ella asintió, para sorpresa de Tamaki.

—Siempre tengo tanto miedo —suspiró—, de hacer todo mal, de arruinarlo, de que se burlen de mí, de que las cosas no salgan como yo espero, o de hacer el ridículo.

Tamaki se sorprendió de oírla decir todo a lo que él le temía también.

—Pero entonces te miro a ti, Mirio, y te veo brillar aunque no puedas controlar bien tu quirk todavía —miró al rubio—, y me digo a mí misma que no puedo defraudarte, desde que yo uso mejor el mío.

El rubio sonrió.

—Y luego te miro a ti, Tamaki...

—¡¿U-uh?! ¿Y-yo?

Tsukiko se rió en voz baja.

—Y veo lo mucho que te esfuerzas por hacer las cosas bien, lo mucho que piensas en cómo hacer feliz a todos y mejorar como persona, pese a tu inseguridad —se acercó y le acomodó tras la oreja un mechón de cabello, mientras sonreía con ternura—, y me digo a mí misma que yo también debo esforzarme para hacerlo bien todo, para hacer felices a todos y mejorar como persona por el bien de todos.

Ella sonrió, tan cálida.

—N-no p-puedo c-con ta-tanto —se dio la vuelta y se puso contra la pared, avergonzado.

Tsukiko había reído. Y oh, por Kami, como amaba ese sonido.

Eclipse de sol

—Por supuesto que no —se sentó tras su escritorio. Taishiro Toyomitsu, alias Fatgum, héroe profesional, kosei: Adsorción de grasa, con su apariencia chubby—. Lo entiendo bien, no es fácil.

—Fat —Tsuki lo miró con terquedad. El héroe le devolvió la mirada, muriéndose por dentro, no quería decirle nada que pudiera ofender a su (muy alterable) discípula, pero la había extrañado. El grupo no se sentía bien entre solo él y Tamaki, quería al chico y lo apreciaba, pero una parte de ellos había muerto con Tsuki, y esperaba revivirla ahora que ella había vuelto—. Lo entiendo.

Aunque Tamaki era un gran compañero, sin Tsuki el muchacho parecía ir en modo automático y su proceso se ralentizaba, le costaba mucho confiar en sí mismo y se tardaba en entrar en sintonía. Cuando estaban juntos... ambos hacían una gran pareja.

—¿De verdad?

—Sí, yo estuve en una cama inconsciente durante cinco meses, todos creyeron que morí —la chica miró su brazo derecho—, yo también creí que estaba muerta. Pero quiero regresar, soy una heroína, tienes que dejarme regresar. ¿Cómo voy a avanzar si no me lo permites? Este año me graduaré, Fat.

El mayor soltó un suspiro.

—Es verdad —se puso una mano en su estomago—. Sé que Tamaki estará feliz de volver a patrul-

—No quiero hacer equipo con Tamaki-san.

Aquello sí que lo sorprendió, especialmente por la forma en que la chica miraba su brazo vendado. Como hoy usaba una playera negra, su vendaje era negro también, como sus ojos. ¿Le tenía resentimiento a Tamaki por lo sucedido? No, no podría ser, aunque fuera así, su alma no se había perdido del todo. La miró a los ojos. Le aterraba descubrir lo que pasaba por su cabeza.

—¿Por qué te pusiste lentes de contacto?

—Y una gorra —se rió con amargura—. Zawa me obliga a mantener un perfil bajo fuera de la escuela.

Fat sonrió triste. 

Eclipse de sol


—Parece que te estaban molestando otra vez —puso su frente contra la pared, mirándola de reojo. La chica solo lo miró de vuelta con la frente en la pared también.

Al parecer, de tantas veces que Tamaki había hecho eso, ella también había comenzado a hacerlo. Al principio solo lo hacía cuando quería hablar con él o saber qué lo mortificaba, pero con los años también tendía a hacerlo cuando sus emociones lograban dominarla. Como ahora.

—No tienes que hacerles caso —susurró Tamaki.

—Sí, lo sé —murmuró ella.

Ambos suspiraron, y ella miró su brazo derecho. Una cicatriz le daba media vuelta al brazo.

—Siento que se burlan porque mi poder siempre termina lastimándome —murmuró.

—E-es cierto —Tamaki tomó algo de valor y llevó su mano izquierda hacia la mano de la chica y cubrió con la misma su cicatriz para evitar que ella la viera más—, pero l-lo hacen por envidia.

—¿Por envidia? —apartó la mirada de su brazo hacia los ojos del chico.

—Sí, tienen envidia de v-verte brillar c-como una gran y he-hermosa luna —sus orejas estaban rojas para ese punto—, t-tu quirk es as-asombroso co-como t-tú.

La chica se separó entonces de la pared con los labios entreabiertos y el chico comenzó a temblar.

—Tamaki...

—¿Sí?

—Algún día cuando seamos grandes —Tamaki la miró, pensando que seguramente haría alusión de nuevo a su sueño de ser los tres grandes héroes, ella sonrió tiernamente con los ojos cerrados—, por favor, cásate conmigo, Tamaki.

—¿¡Eh!?

Mirio se acercó cuando la chica estaba diciendo eso, y justo a tiempo para agarrarlo antes de que cayera ante el presente desmayo que había sufrido su mejor amigo debido a la vergüenza.

—¡Mirio-kun! —la chica gritó enseguida—. ¡Lo rompí!

Eclipse de sol

—¡Llegamos por fin! —Nejire soltó un suspiro cuando entraron—. Aún no llega Midnight-sensei. 

—Aún no llega medio salón —Mirio le dio un vistazo al resto del salón.

—Mejor así —Tamaki se fue a sentar en su lugar, seguido de los otros dos, no tenía muchas ganas de ver clases, su mirada iba hacia el puesto de atrás vacío—. ¿Crees que esté bien? 

Usualmente Tsukiko solía enrollar su cabello entre sus dedos, molestándolo, aunque a Tamaki no le molestaba que lo hiciera, solo le daba mucha vergüenza. Ella decía que no podía quitarle las manos de encima, ¡y eso sí que se podía malinterpretar! Ah, debería buscar una pared.

Extrañaba el tiempo en que no malinterpretaba nada de lo que la chica le decía. Era incómodo.

—Descuida, pronto estarán patrullando y riéndose —aseguró el rubio con una gran sonrisa—. Por cierto, ¿a ustedes no se les hizo extraño que ella se fuera ayer apenas llegamos al vecindario? Creí que la acompañaríamos hasta su casa —comentó.

—Está muy tensa desde... No importa —Hado sonrió—, el punto es que ella va a estar bien. Nosotros nos encargaremos de que ella se sienta como en un principio, ¿verdad?

Tamaki miró a Nejire. 

Eclipse de sol

—¡Bien! Ahora que todos decidimos donde estudiaremos —la chica de catorce años se sentó en medio de ambos chicos de quince años con una gran sonrisa—. ¡Debemos hacer todo lo posible por quedar juntos!

—¡Estoy seguro de que lo lograremos!

—¿Verdad que sí? ¡Me encantaría poder acompañarlos en el examen de ingreso! —se quejó.

—¿No lo harás? —Mirio ladeó la cabeza.

La peliblanca negó.

—Al parecer hay muchas personas aplicando este año por lo que decidieron partir en tres tiempos los exámenes de ingreso —explicó, cosa que hizo a los otros mirarla interesados, después de todo, ellos ingresarían en la UA High School. La mejor escuela para héroes, y los padres de la misma trabajaban como docentes ahí—. Los primeros en participar serán los que entran por recomendación, luego seguirá el grupo de primer ingreso y luego estarán las personas que, como yo, no entramos por recomendación pero sí por buen historial.

—Vaya, eso es un poco confuso —Mirio miró a Tamaki.

—E-esfo-esforcémonos.

—¡Hai!

Los chicos se miraron entre todos entonces, sabiendo que esa sería la última vez que hacían una pijamada juntos pues a partir de un par de meses, todos estarían ingresando en la UA. Además la peliblanca se iría de viaje durante los tres meses de vacaciones y no la verían hasta entonces.

Eclipse de sol

—No va a volver —suspiró, tras recordar algo. No pudo concentrarse en toda la clase por estar recordando cosas del pasado a las que de decirlas en voz alta, seguro se desmayaría. Todo era culpa de Tsukiko, siempre hacía que perdiera la cabeza.

Desde la primera vez que habló con ella.

—¿Dijiste algo, Tamaki? —preguntó Nejire, volteándose a ver al pelinegro, este solo negó. Iban caminando con tranquilidad por los pasillos.

—Sólo decía que no puedes hacer eso, Hado-san —Mirio volteó a ver a Tamaki, confundido—. Nadie puede, ella no volverá a ser la misma jamás... Debemos aceptarlo, y aprender como ella, a convivir de nuevo. ¿Sí? Como en el principio.

—¡Entiendo! Quieres que nos hagamos amigos de nuevo —ella sonrió—. ¡Excelente idea, pulga!

Tamaki la observó en silencio. Para hacerse amiga de ella de nuevo tendría que haber sido amiga alguna vez, aun así no comentó nada al respecto, solo miró a Mirio y este iba a decir algo.

/Mirio Togata, de tercer año. All Might te llama/ —Todos se pararon en la mitad del pasillo. Tamaki y Nejire se giraron a ver a Mirio enseguida—. /Ve a la oficina de asesoría. Repito. Mirio Togata, tercer año.../

—¡Ah! All Might me está llamando —Mirio estaba sorprendido—. ¿Qué querrá?

—Oye, Togata, ¿qué hiciste? ¿Te van a regañar? —preguntó la pelimorada, acercándose al rubio.

—¿Qué podría querrer contigo? —preguntó Tamaki, igual de confundido.

—No lo sé, pero iré a To-gatas —Hizo una pose extraña—. Era broma —guiñó el ojo, ambos compañeros se quedaron mirando entre sí por un momento—. No fue gracioso, ¿verdad? Gomen-ne —se rascó la nuca—. ¡Bien, nos vemos! —se despidió con la mano. 

—Es una suerte que haya decidido ser héroe y no comediante —suspiró Tamaki.

—¿Sí, verdad? Probablemente se moriría de hambre —Nejire se rió brevemente.

Miró de reojo a su amigo.

—Nee, Amajiki-kun, ¿tú estás bi-?

—¿Hm? —Tamaki levantó la mirada.

—¿Esa es Tsuki-chan? —la chica de cabellos lila se inclinó hacia adelante mientras hacía bizcos.

El pelinegro giró su rostro hacia donde la chica miraba encontrándose con una chica de cabellos blancos semi largos siendo cargada por un chico de cabellos morados y grandes ojeras. En serio grandes ojeras, las podían ver desde los metros que tenían de distancia. Wow, ese chico necesitaba dormir un poco, Tamaki se preocupó. ¿Y si la dejaba caer por estar tan anémico? Aunque no se veía tan delgado...

—¿Amajiki-kun? —Nejire le pasó la mano por el rostro hasta que despertó de su ensoñación.

—¿Pasa algo, Hado-san? —Reaccionó por fin, parpadeando al verla frente a ella.

—Decía si vamos con ella o esperamos que se nos acerque —respondió ella.

—Ah... No, no, yo recordé que tengo que hacer algo. ¿Qué harás tú, Hado-san?

—¿Hm? —la chica se volteó a verlo—. ¡Iré con las chicas de segundo! Nos vemos más tarde.

—No c-creo, tengo que ir a la agencia de Fatgum —se disculpó con una mueca y se alejó de ahí.

Nejire parpadeó mirando como se iba.

Eclipse de sol

—¡Mirio, Tamaki-senpai!

Ambos se detuvieron al escuchar una voz conocida en los pasillos de la UA, sorprendiéndose de ver una peliblanca con el cabello un poco más largo, las facciones más definidas, unos brillantes ojos violetas y un cuerpo más curvilíneo de lo que recordaban, esta los saludaba con la mano.

—¡Tsuki-san! —Saludó Mirio, igual de contento.

Ella comenzó a correr por el pasillo y entre las personas que pasaban hacia ellos.

—¡Ohayo! —gritó, alegre de verlos de nuevo, tras unas largas vacaciones.

—Hol-hola —Tamaki también la saludó, casi sin voz—. Ni-Nish...

—¡Chicos! —los abrazó enseguida, haciendo que el Amajiki dejara de hablar (y pensar), Mirio le devolvió el abrazo con tranquilidad—. Los extrañé mucho, mucho. ¿Están listos para nuestro primer año en la UA? ¿No están nerviosos? Porque yo sí, demasiado —se rió levemente.

—¿Cómo estuviste? ¿Qué tal las vacaciones? ¡Y el examen de ingreso, cuéntamelo todo!

Ella sonrió.

—El mío fue una simulación de rescate en la USJ, ¿cómo fue el suyo?

—Ah, nosotros teníamos que huir de unos robots gigantes —apuntó Mirio, exagerando el tamaño con las manos, haciendo que ella se riera. Tamaki la observó en silencio por un rato—. ¿Verdad, Tamaki?

—S-sí —se sonrojó al notar los ojos violetas sobre los suyos.

—Me alegro que hayan pasado —les dijo sonriente—, no hubiera sido lo mismo sin ustedes.

—Es verdad, pero aún no nos cuen-

—¡Tamaki-kun, mira! —La chica sacó una bola de cristal con una mariposa monarca congelada dentro, aunque a ella le aterraban los insectos, sabía que a Tamaki le encantaban las mariposas, y moría por ver su sonrisa—. ¡La traje de mi viaje para ti! ¿Te gusta?

El peliazul la tomó entre manos con un gran sonrojo y asintió.

—Gr-gracias, Tsu-tsu-chan.

—¡De nada! Y Mirio —el aludido la miró sonriendo, ella sacó otra cosa de su bolso—, esto es para ti. No creas que solo le iba a traer algo a Tamaki-kun porque me guste o algo, ¡que n-no es eso! Y-yo... ¡Tú solo tómalo! —lo regañó.

—Bien, bien —Mirio se rió, sosteniendo en manos un libro de comedia—. ¡Vaya, gracias, Tsu!

—Me alegra que les gusten —sonrió alegre—. Por cierto, Tamaki-kun, Mirio-kun.

Ambos levantaron la mirada de sus regalos hacia ella.

—¡Esforcémonos mucho! —les dijo—. ¡Vamos a hacer que nos reconozcan como los grandes!

—¡Ha-hai!

Una chica de cabellos celestes que iba pasando por ahí se acercó enseguida al oírla tan animada.

—¡Hola! Mi nombre es Nejire —se presentó ante la chica—. ¡Nejire Hado! ¿Cómo te llamas? ¿Eres de primer año? ¿Cuál es tu kosei? ¿Te gustan mis ojos? Son violetas como los tuyos. ¡Vamos a ser amigas! ¿Qué dices?

La peliblanca parpadeó al sentirse tan atacada de preguntas, pero solo sonrió.

—Soy Tsukiko Nisshoku, un placer, Hado-san —hizo una pequeña reverencia—, espero que seamos amigas. Sí, ¿tú también vas a primero?

—¡Sí! Qué bien, qué raro todo, es emocionante —Chilló con alegría y se percató de los otros dos, uno de ellos le miraba sonriente, mientras él otro miraba abajo en una extraña bola de nieve entre sus manos—. ¡Oh! ¿Estos son tus amigos? Un gusto. ¿Es un regalo? ¿Qué tiene dentro? ¿Te lo dio ella? ¿Te gusta?

El azabache levantó la mirada y escondió la bola de cristal dentro de su maletín con cuidado, antes de correr a golpearse contra la pared. Digo golpearse porque aunque su intención fuera solo pegarse a esta, lo hizo tan rudamente que se golpeó.

—¿Ara? ¡Qué raro! Me agrada, es un chico lindo, muy tímido —comentó, y se giró hacia atrás a donde estaba la peliblanca—. ¿Te gusta, Tsu-? ¿Eh, a dónde fue?

—Ahí —respondió Mirio.

Tsuki estaba revisándole la frente a Tamaki, quien tenía la mirada en el suelo y las orejas rojas.

—¿Ah? Ese chico sí que tiene corazón de pulga —murmuró la peliazul con una sonrisa.

Mirio solo se rió.

—Ya está, ¿ves? Tienes que tener más cuidado —le puso una bandita en la pequeña herida y besó su frente con ternura—. No puedes irte golpeando con las paredes de la UA así como así. ¡Vamos a a ser héroes!

—L-lo siento.

—No pasa nada, solo ten más cuidado —le restó importancia y miró a la chica—. Hado-san, ellos son Tamaki Amajiki y Mirio Togata. ¡Espero que todos seamos grandes amigos!

Serían reconocidos algún día, no como los tres grandes como ella siempre había soñado, ¡al parecer ahora serían cuatro! Tsuki estaba feliz por ello. Ya no sería la única chica en el grupo.

 ❧Eclipse de sol

—Sh-Shinsou-kun, ya puedes bajarme —se rió ella sin dejar de abrazar al pelimorado. 

—Lo siento —carraspeó y la dejó tocar el suelo de nuevo. Hitoshi Shinso, kosei: Brainwash. 

—¡Tienes razón! Sí que te has hecho muy fuerte —le extendió una gran sonrisa y le enseñó el pulgar en señal de bien hecho, haciéndolo sonrojar y apartar la mirada—. Me alegra mucho.

—Gracias —sonrió brevemente, y se metió las manos en los bolsillos—. ¿Quieres hablar?

—S-sí, por favor —accedió, mientras le hacía una seña para que caminaran fuera de los pasillos. No se sentía muy cómoda con tantas personas cerca—. Venía de la agencia de Fatgum, me dejara volver. 

—Es bueno oír eso, pero no suenas muy feliz. ¿Es por el idiota?

—¡N-no! No le digas así —se quejó la peliblanca, mientras ambos se sentaban en las escaleras que llevaban al primer piso. El área estaba completamente despejada a esa hora—. Le pedí a Fatgum que no... Ya sabes —negó la cabeza, agachándola.

—Ya veo, ¿y por qué hiciste eso? Creí que te gustaba —Shinso la miró.

—No es así —negó.

—Claro que sí.

—Que n- 

—Admite que te gusta —ordenó.

—Sí me gusta —la chica volvió en sí justo después de decir esto, y miró mal a Shinso—. ¡No uses tu kosei en mí o lo usaré yo también en ti! ¿Te gustaría que alguien te lave el cerebro? —lo acusó.

El menor sonrió.

—Sí eres tú, sí.

—¡Cá-cállate! Siempre dices cosas tan raras —se quejó—. ¿Por qué no me hablas de cómo será?

—¿Qué cosa?

—Cuando te promuevan a la clase de héroes, tontito —lo golpeó con los dedos en la frente.

—Ah, eso... Será pronto, supongo —miró al cielo—. Aizawa dijo que cuando él considere que estoy listo para enfrentarme a su clase, me enfrentaré a ellos y hablarán sobre mi promoción.

—¿Ah? Dadzawa it's so boring sometimes —se quejó—. Le diré que le compro un gato si me deja estar presente cuando les patees el trasero a su preciada clase. ¡Eh! Pero no vayas a lastimar a Midoriya-kun, o te la verás conmigo. ¿Entiendes? —lo amenazó con el dedo en su nariz.

—¿Chica, has visto su kosei? No podría ni siquiera golpearlo sin que me mate —Tsuki rió.

Es verdad, Shinso había quedado completamente traumado luego de la pelea de Todoroki contra Midoriya en el festival deportivo. ¡Bueno, todo el mundo! Pero Shinso no estaba para nada consciente del poder de Midoriya hasta ese momento, nadie en realidad. Ya saben, aunque habían visto como había sacado mucho poder con sus dedos (rompiéndolos en proceso), contra el suelo, y entonces darse cuenta que ¡pudo morir! Tsuki nunca superaría su cara.

—Bueno, pero así te gu-

—Ahora vas a quedarte callada hasta que descubra como hacerte callar sin usar mi kosei.

La chica quedó con las pupilas blancas enseguida, producto del lavado de cerebro, aunque su inner-self estaba gritándole a Shinso desde adentro. ¡Oh! Ya vería como lo mataría después.

Eclipse de sol

—Entonces tu kosei es teletransportación. ¿Hm?

—¡Sí, señor! —sonrió.

El pelinegro la miró en silencio.

—Muy bien, ¿y qué puedes hacer con eso?

—Ah... ¿Teletransportarme? —ladeó la cabeza.

Eraser siempre hacía preguntas tan obvias, se decían todos los de primer año, mientras reían.

—¿Esa es tu explicación?

—¡Oh! Um, no —la chica se sonrojó—, ¡puedo teletransportarme a mí misma pero debo tener una imagen clara de a dónde voy a ir, y el punto exacto en donde quiero aparecer! —puntuó—. No puedo teletransportar objetos todavía pero estoy en ello... Y también um, puedo escoger como punto de orientación a una persona pero al no tener una imagen clara de su estancia, podría caer en cualquier punto. Si pierdo la concentración pasa igual.

—Demuéstralo.

Ella asintió y señaló un árbol cerca del patio, Tamaki y Mirio se miraron.

—Al árbol —cerró los ojos, para cuando los abrió, ya se encontraba en una de las ramas sentada con una pequeña sonrisa. Mirio sonrió y Tamaki observó en silencio como Eraserhead también lo hacía a su modo—. ¡Hey!

—¡Oh! Tsukiko-san tiene un poder fascinante.

—¡Realmente es un buen poder para ser heroína!

Nejire solo la observó en silencio, la manera en que ella sonreía tan segura de que algún día sería grande, siempre le había llamado la curiosidad, pero ella usaba un vendaje especial en todo su brazo que cuidaba las cicatrices de su quirk.

¿Acaso la teletransportación era tan riesgosa? 

Eclipse de sol

—¿Ah? Así que Mirio-san se fue con Midoriya-kun —ella miró a Aizawa—. Hoy fue un buen día.

—No creas que no sé que faltaste a todas las clases por pasar tiempo con Shinso —replicó el pelinegro, mientras ambos caminaban hacia los dormitorios de la clase 1-A para dar una información. Ella se rió.

—Mi culpa —admitió.

—¿Qué se le hace? —Suspiró—. El director Nezu aún sigue pensando que ha sido mala idea que volvieras a clases y solo por eso acepta que vayas por ahí como si nada, además... No creas que no te castigaré con entrenamiento extra por haber hecho que Shinso pierda sus clases —aseveró.

—¿Sí, verdad? —Ella trató de ignorar la molestia instalada en su pecho—. Solo diré que, en mi defensa, tú le has tomado mucho cariño a Shinso-kun y has descuidado a tu verdadera hija.

—Cállate, ya vamos a entrar —le dijo.

—Sabes que todos saben que soy tu hija y de Zashi, ¿verdad?

—No es eso lo que me molesta, es que hables de Shinso.

—Oh, ¡cierto! Es un secreto —se rió—, no te preocupes. Puedo mantener mi boca cerrada.

Aizawa la miró. Normalmente un día (antes del accidente) le hubiera dicho "¿De verdad?" con un tono sarcástico al que ella le habría sacado un puchero y ambos hubieran reído alto. Pero las cosas ya no eran como antes, así que simplemente asintió y entró en silencio junto a ella.

—No hay remedio —se escuchó la voz de Sero, al parecer todos estaban en el salón comunitario del primer piso, por lo que eso facilitaría todo para ellos, bueno, para Aizawa, ella solo estaba ahí porque el otro la había obligado—. A diferencia de las prácticas, estaremos involucrados si pasa algo.

—Es un problema para el profesional a cargo —dijo Aizawa, haciendo que la clase se volteara a verlo.

—¡Aizawa-sensei!

La chica se asomó por detrás del mayor como si fuera una niña pequeña y saludó con la mano.

—¡Tsukiko-san!

—Hola —sonrió más tranquila y se puso a un lado del pelilargo.

—Los que aceptan estudiantes sabiendo los riesgos son buenos —ignoró a la chica—. Tokoyami, uno de esos profesionales te invitó a trabajar. Es Hawks, que trabaja en Kyushu.

—¡¿Hawks?! —Saltó Kaminari en shock.

Eclipse de sol

—Hado-san ha dicho que se sentará con nosotros de ahora en adelante en la cafetería —le comentó Mirio, mientras caminaba a un lado de la peliblanca, esta le miró—. Como ayer faltaste, sentí en mi deber que debía decirte. ¿Cómo te sientes?

—Sólo estoy cansada —le restó importancia—. Gracias por preocuparte, Mirio.

—Siempre —sonrió.

Nejire miró al peliazul sentado a su lado.

—Tsukiko-san y Togata se llevan muy bien. ¿Son novios? ¡Son como la pareja perfecta! ¿No crees, pulga? ¿Está bien si te digo así? ¡Es que tienes un corazón de pulga, no lo digo con mala intención! Realmente eres lindo pero te falta mucha confianza, es por eso que digo que ellos dos son la pareja perfecta —La chica sonreía—. ¡Qué raro!

Tamaki miró a los dos chicos.

¿Mirio y Tsuki? ¿El sol y la luna? ¿La pareja perfecta? Sí... Ella tenía razón.

—¡Oh, hola chicos! —ella les sonrió al verlos llegar a la mesa—. ¡Tsukiko-san! ¿Por qué te fuiste el otro día tan de repente? ¿Te encuentras bien? ¿Siempre tienes que faltar a clases luego de usar tu quirk? ¡Qué extraño!

La peliblanca miró a la chica de su salón con tranquilidad.

—No es eso, me sentía enferma —cortó el tema. No planeaba decirle nada a ella, quizá algún día se ganara su confianza lo suficiente, pero Tsukiko le hacía caso en al menos una cosa a Aizawa: Nunca le cuentes a todos tus problemas.

—¿Oh? ¡Espero que te sientas mejor!

—Sí —sonrió levemente.

—A veces siento que no te caigo bien —Nejire sonrió con hipocresía.

La peliblanca miró a Mirio y Tamaki enfrascados en una conversación entre ellos.

—No confío en ti, es todo —se encogió de hombros y comenzó a hablar con los chicos como si ella no existiera, era lo mejor que podía hacer. Algo dentro de ella tintineaba peligro.

Nejire fingió una sonrisa el resto del almuerzo.

Eclipse de sol

—¿El tercero del ranking? —agregó Sero, igualmente sorprendido.

—¡Es increíble!

—¡Buen trabajo!

—¿Ara? —Tsuki miró a Tokoyami—. Hawks-san es un buen héroe, es impresionante que hayas sido invitado, Tokoyami-kun. ¡Te felicito! —Sonrió. 

—Tan linda —suspiró el de cabellos amarillos y mechón negro, ganándose una sonrisa de la chica—. Oh, no, Kaminari-exe está fallando.

—Eso siempre —se burló Jiro, ganándose un puchero del rubio.

Tsuki soltó una risita.

—¿Qué harás, Tokoyami? —preguntó entonces Aizawa, ignorando el alboroto del resto.

—Acepto agradecido —comentó, haciendo una reverencia.

—Bien, te daré el papeleo después —dijo—. Avísame cuando decidas ir cuándo irás a Kyushu, autorizaré tu ausencia.

—¿No es genial, Tokoyami? —Shoji le habló por medio de uno de sus brazos.

—Me siento honrado —Asintió.

—Debemos alcanzarlo —Tsuki miró con curiosidad a Todoroki, parecía decírselo a Bakugo. 

—¡Deja de decir eso! —se quejó el rubio.

—Pero tiene razón —apuntó.

Ambos se giraron a verla.

—¿Y tú a qué hora llegaste ahí, cabello de cabra? —Bakugo jamás admitiría que lo había asustado.

Tsuki alzó los hombros.

—¿Eso fue lo mejor que se te ocurrió, Katsuki?

—¡Oe! ¿Quién te crees para hablarme con tanta confianza? —le gruñó enseguida, pero ella desapareció—. ¿Ah? Genial, qué molesta. 

Todoroki sonrió levemente.

—Por cierto, Kirishima, Amajiki de los Tres grandes, quiere verte —agregó Aizawa, mirando al pelirrojo y captando por sorpresa a la peliblanca, quien enseguida apareció tras del pelirrojo. Al otro lado estaba Asui, y adelante de él, Sato, Kaminari y Sero se giraron a verlo sorprendido.

—¿A mí?

—No me sorprende mucho, Kirishima-kun —En realidad, a Tsuki le sorprendía mucho. ¿Ella también debería haber escogido a alguien? Uh, eso podría ser un problema. Claro, Fat había dicho algo sobre eso pero ella estaba más concentrada en abrazar su gordito cuerpo.

—¡Eh! ¿A qué hora llegaste ahí? —se quejó el pelirrojo—. Qué distraído, eso no es masculino.

—Hado quiere hablar con Uraraka y Asui —Tsuki miró a Aizawa. Al parecer, los tres grandes se movían rápido pero le sorprendía, no tanto de Mirio—. Vayan mañana para escucharlos. Es todo.

Tsuki miró a los chicos con una pequeña sonrisa al ver al pelinegro comenzar a alejarse.

—¡Bueno! Parece que es hora de irse —se rió brevemente. 

Eclipse de sol

—¡Lemillion! —dijo enseguida, presentando su idea—. ¡Quiero salvar a un millón de personas!

—¡Me gusta! Lo apruebo —dijo su maestra con una sonrisa—. ¡Bien! ¿Quién sigue?

Se presentaron dos personas más antes de ella. Todos se mantuvieron en silencio cuando llegó al frente del salón con su tablero pegado a su pecho y luego tomó una gran inspiración, mostrando finalmente el que sería su nombre provisional de héroe.

Claro, como había dicho Midnight, si se hacían conocidos, podrían ser sus nombres definitivos así que había que pensarlo muy bien.

—Y-yo... Uh, nunca se me ha dado bien hablar frente a las personas —ni siquiera había alzado la mirada, se mordió el labio.

—¡Imagina que son papas!

—¡Que no funciona! —le masculló a Nejire y luego sacudió la cabeza, girando su pizarra hacia todos, sorprendiendo a más de uno—. ¡Sé que suena tonto, pe-pero es así! ¡Seré Moonshine!

Tamaki la miró desde su asiento donde ocultaba su rostro entre sus manos, le gustaba como a pesar de lo nerviosa que estaba y lo mucho que le temblaran las piernas, Tsuki siempre se había parado en frente y hablado fuerte y claro, haciendo que todos admiraran por segundos su brillo.

—¡Rayo de luna! Me gusta —Midnight le sonrió—. ¡Nejire! ¿Ya estás lista?

—¡Sí! —La pelivioleta salió en cuanto Tsuki corrió a sentarse, riéndose al verla temblar—. ¡Nejire-chan!

A todos les cayó una gotita en la frente. ¿Tanto se había demorado por eso?

—¡Ah, bien! Quizá luego se te ocurra otro —Agregó—. ¡Hm! Parece que solo falta Amajiki-kun.

El peliazul se acercó temblando hacia ella. Bien, él podía.

—No... No puedo —se arrepintió enseguida y solo puso su tablero rápido—. S-Suneater, gracias, me sentaré ya —dicho esto, tomó el tablero y se fue a sentar, escondiendo su rostro entre sus brazos.

—¡Suneater, tiene mi aprobación! —Midnight agitó su látigo—. ¡Pero trata de no ser tan tímido, Amajiki-kun! Eso no es bueno para un héroe.

—S-sí.

Tsuki sonrió.

—Lemillion, Suneater y Moonshine. ¿Qué te parece el título los tres grandes de la UA? Amajiki-kun —lo codeó mientras le susurraba esto al oído. El chico se sonrojó a más no poder—. Ya verás que seremos imparables.

—S-si tu lo di-dices, Ts-tsu.

—¡Hai, hai!

—¡Hasta se dedican palabras de amor en susurros! —Midnight movió su látigo—. ¡Qué romántico!

Ambos se enderezaron en sus puestos con el rostro totalmente rojo. Nejire ladeó la cabeza.






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