9

Al día siguiente, Gulf regresó a la casa, se bañó y cambió de ropa. Al salir, un auto azul lo esperaba afuera con un hombre apoyado en el. Cruzado de brazos y usando ropa ranchera.

—¿Papá?

Gulf murmuró. Sólo lo había visto en fotos, pero le habían dicho que él estaba en prisión por hurtar cosas.

—Hola, hijo. ¿Quieres que te lleve? Puedo recogerte luego de la escuela. — Rió incómodo. —Creciste bien. Estás guapo.

Gulf guardó silencio, pero aceptó el viaje.

No lo creyó posible, pero hablaron durante el camino. Poniéndolo al día de lo pasado en los últimos años, la ocupación de las mamás, el vecino de enfrente, etc. Aún le parecía extraño hablar con su papá. Tampoco se acostumbraba al hecho de pasar toda una vida sin él hasta ahora. —¿Les dices a tus mamás que yo te recojo?

—Siempre voy a casa solo entonces no hay que decirles.

—Bien. Buena suerte, campeón.

—Gracias, pa. Ve con calma.

Gulf giró, molesto por sonar como un ñoño. Si seguía así su papá notaría lo aburrido que era. Jeff lo alcanzó en las escaleras de la uni. Saludando con una sonrisa de oreja a oreja. Escuchó a un dúo de jugadores decir, 'Mira. Los nuevos animadores. Seguro son emos gays.' Jeff los miró mal. Afortunadamente, Gulf los había escuchado. Como venganza les dió la personalidad de ranas. Los jugadores vieron sus gargantas crecer como globos con helio y desinflarse, ellos se pusieron en sus cuatro y brincaron por las escaleras. Todo el mundo se espantó, a excepción de los amigos. —¿Esa fue tu idea? — El gótico preguntó.

—¿Yo? No es mi culpa que sean tontos. — Gulf disimuló. Ambos rieron hasta entrar.

—Por cierto ni creas que hice la vista gorda con el señor que te trajo. ¿Quién es? — Jeff se apoyó en el casillero siguiente al de Gulf. Curioso y seductor. Normalmente no era tan cachondo. Había días en los que era asexual. Sin embargo, ese día actuaba diferente. Incluso se mordía el labio inferior a la espera de detalles lascivos.

—No te ilusiones. Es mi papá.

—Espera, ¡¿Qué?! Habías dicho que nunca lo conociste.

—Pues acabo de hacerlo.

—Ok. Necesito más que respuestas concisas.

—Te lo diré en la hora de almuerzo. Ahora dime, luces distinto.

—¿Cómo así?

Gulf enarcó una ceja.

—Ok. Sí. Estoy cachondo. Más ardiente que el sol. El lobo en mi interior está a todo dar y se siente horrible porque odio los diálogos sexuales en las películas PERO HOY me siento como uno de esos diálogos. Esta mañana me masturbé. Casi nunca hago eso.

—Wow. ¿Y tu novio?

—Rompimos hace dos días. Dejé la banda también. Él me engañaba con el baterista.

—Por Dios, Jeff. Lo siento. ¿Estás bien? Mandaré a volar al imbécil.

—Tranquilo, amigo. Estoy bien. Hice añicos su motocicleta.

Volvieron a reír traviesos.

Gulf recibió una llamada de texto. Él verifico el telefóno, encontrando un mensaje de texto.

Mew: ¿Puedes cuidar de Bible y Robin esta tarde? Eres el único acostumbrado a ellos y debo visitar a mis padres.

—No se despide, tampoco me da excusas y ahora me pide cuidar de sus mascotas.

—Mándalo al infierno.— Jeff sugirió. Gulf rio, pero lo miro detenidamente. Jeff miraba a otra parte, cuando al mirarlo, lo imito. Confundido.

—¿Dije algo malo?

—No es eso. Me preguntaba si podías cuidarlos tú. Saldré con papá, iré a un lugar cerca del cementerio de Mew y al anochecer, seré tu relevo.

—Mm. Sólo por ti, Gulf.

—Debes saber algo sobre una de sus mascotas.

4:00 PM

Jeff no paraba de mirar a Bible desde el sofá. Bible gateaba por alrededor o jugaba a la pelota de estambre con Robin. Sin embargo andaba timído. De vez en cuando ojeaba a Jeff. Sintiendo la calentura del lobo. Se habían mirado durante tanto que Jeff olvidó la presencia del moreno. —Sí, uh, pórtensen bien. No destruyan la casa. Hablo en serio Jeff.

—Si yo soy un ángel. Pásala bien con tu papá.

Jeff dijo, hipnotizado por el brujo canino. Demasiado cachondo como para atenderlo. Gulf ya se arrepentía, pero los dejo solos. Independientemente de lo que pasara. Usó magia para rastrear a Mew y obtuvo visiones de su paradero. Al subir al auto del padre este le preguntó a dónde quería ir a comer.

—Al restaurante Meadows. Hacen hamburguesas ricas.

—Vamos entonces.

Al llegar al restaurante, ve al policía de espaldas. Sentado en la barra cabizbajo y tristón. —Papá, elige una mesa mientras hago el pedido.

—Ok. Guau. Mi hijo es todo un adulto.

Gulf se cubrió la mitad del rostro con la chaqueta y ordenó de costado, todo un espía profesional. Miro a Mew, pero el policía seguía peleando con los demonios en su mente. El moreno moría por preguntarle qué le pasaba.

Mew alzó la mirada sintiendo que era vigilado. Gulf le dio la espalda. Aunque eso fuera más sospechoso. El policía prolongó la mirada en él, levantando sospechas. Cuando Gulf recibió una llamada. Al contestar utilizó una voz sobrenaturalmente grave. 'Tú sígueme el juego, Jeff.' Regañó a la persona en la otra línea. Mew desvió la mirada, volviendo a mirar la soda en el vaso.

—Sí, está detrás de mí. No, ¡No de manera pervertida, lobo carifresco!

—Qué voz sexi, Gulf. Deberías usarla más seguido.

—Ya basta de juegos. ¿Pasó algo?

—Creo gustarle a Bible.

—Jeff. Ya te dije algo.

—Tiene unos músculos...

—Mastúrbate en el baño y ya.

—Mejor cuelgo, ¡bye!

—¡¡JEFF!!

Regresó a la mesa con el pedido en manos. —Qué genial, Gulf. Luce delicioso.

—¿Verdad? Oye, papá, te haré una pregunta. No estás obligado a contestar, pero, ¿Seguirás visitándome después de esto?

—Uh. Sí. Seguro. Mientras tú quieras.

Mew sorna desde la barra. —Pobre iluso. — Comentó sin mirarlos. Escuchando las conversaciones en las mesas. Al menos estaba atento a todo. Gulf lo miro de reojo, pero le sonrió al papá. Tras terminar de comer, ordenaron la cuenta. El padre aplanó el bolsillo en su pecho luego los bolsillos en su pantalón. —Oh. Creo que dejé la billetera en el auto. Maldición. Iré a buscarla.

—Descuida. Yo pago. Mis mamás siempre me dan algo.

Mew volvió a sornar. Se levantó de la silla y camino hasta ellos. —Oye, joven, deberías cuidarte–

Gulf no logró cubrirse el rostro entonces fue pillado. —Gulf. Espera, ¿Quién cuida de Bible y Robin?

—Mi amigo Jeff. — La sonrisa de Gulf falló en completarse.

—¿Y por qué me seguiste?

—Yo...

El policía se lo llevó de la mano, ignorando los 'espera' del brujo. El padre volteó a verlos, pero fue dejado a solas a pagar la cuenta. Cuando ambos salieron, Mew volteó a verlo. —Ya sé lo que eres, Gulf.

—Y–Yo...

—¿Por qué me sigues? ¿Para embrujarme o algo por el estilo?

—Si alguna vez usé magia contigo ha sido para salvarte. El día del bosque los salvé a todos de caer. Yo no manipulo personas con magia, Mew. Eres mi amigo. No hay mejor magia que la de la amistad y el amor.

Mew lo pensó durante segundos. Corrió una mano por su cabello porque esto lo metía en problemas a él. Un oficial de policía ayudando a un habitante prohibido. —Aún hay más por explicar. Sólo si confías en mí.

El policía dudó, pero afirmó. Fueron a la patrulla, yendo a una playa que Gulf sugirió.

Al pararse en la arena, Mew estaba nervioso. Eso lo hacía ver el doble de tierno. El moreno repitió, —Confía. — A lo que el pelinegro se calmó. De repente, mariposas de múltiples colores los rodearon. Volando en espirales alrededor de ellos. Mew se asustó, agarrando el arma en el estuche. Cuando vio que sólo volaban alrededor de ellos, sonrió. Una mariposa posó en la nariz de Gulf.

Otras crearon una corona de ellas en el policía. Sacándole una sonrisa.

—La magia de buen uso y propósito, es amor. La magia es creer y deliberar, amar y gratificar. — Gulf acunó un grupo de mariposas, las cerró con ellas dentro y besó las manos, desprendiendo una luz sin igual.

Al volver abrirlas, las mariposas eran blancas.

—Yo no soy el malo aquí, Mew. Yo te ayudo a encontrar al brujo malo a la vez que te protejo de él.

—¿Sabes quién es?

—Desearía hacerlo.

—No me puedo creer que le diga esto a un brujo. Pero creo en ti, Gulf.

De repente, cuatro patrullas arrasaron la arena y se detuvieron en línea. Los conductores salieron de ellas apuntando a Gulf con las armas. Mew lo protegió detrás de un brazo. —¡¿Cuál es el significado de esto?! — El policía gritó.

La respuesta a la pregunta apareció cuando el padre de Gulf bajó de una patrulla. Él les dijó todo a la policía. Seguramente quería el dinero que se les daba a los Soplones, las personas que entregaban sacrificios. —Lo siento, hijo. Mi vida es muy dificíl y no tuve otra opción.

—Gulf, sal de aquí. Vete.

—No te dejaré aquí.

—Hazme caso. Yo estaré bien.

—¡Te sacrificarán como a mí!

—¡¡Gulf!! Por favor, hazme caso.

—Volveré por ti.

Gulf desapareció, teletransportándose a otro sitio. Mew se arrodilló mostrando las manos dónde las pudieran ver. Vio a muchos de sus colegas sentirse traicionados, incluso a la supervisora. —Quedas bajo arresto inmediato por defender a un habitante prohibido. — Ella mencionó, decaída.

Gulf apareció en su casa. Perla y las madres caminaron hasta él. —La madre de Jeff acaba de decirnos. Le enviaron el comunicado de sacrificio. ¿Qué es lo que ocurre, Gulf?

—Mamás, papá salió de la cárcel. Me reuní con él. Pero resulta que él sólo quería entregarme.

—Mi amor... — Una de las madres se preocupó mientras que la otra estalló.

—¡¿Y POR QUÉ TE REUNISTE CON ÉL?!

—Ciara, tenía derecho a conocer a su papá.

—SUS ALIANZAS NOS METEN EN PROBLEMAS, ADELE. NO PODEMOS SEGUIR DEFENDIENDO LOS MALES QUE HACE.

—¿Males? Es sólo un niño, no tenía amistades hasta ahora y creyó–

La policía llega a la puerta, tocando con creces. Todos miraron alertados. La tensión creciendo en cada uno.

—Vayan al inframundo. Díganle a Muerte que quieren ver a Luis. Él sabrá cómo atenderlas. — Gulf cargó a Perla y se las dio.

—No, hijo. ¿Qué harás? — Preguntó Adele.

—Estaré bien, mamás. Confíen en mí. Lo resolveré todo.

Las mujeres desaparecieron junto a Perla. Gulf corrió a la habitación, encontrándose a Jeff, Robin y Bible al margen de la ventana. Tocando para que fueran abiertos. Gulf abrió la ventana aliviado de verlos a salvo.

—Jeff, qué alivio verlos bien. Arrestaron a Mew–

—Me llegó la notificación amigo. ¿Qué harás?

Gulf tartamudeó hasta recibir una repentina llamada de Song. Tanto él como su amigo gótico dudaron, pero la puso en alta voz.

—Estarás a salvo en mi casa. Ven pero ya.

El dúo de amigos compartieron una extraña mirada.

NOTA DE AUTORITA: AHHH. Tendremos el contexto de esa llamada en el próximo cap mis lunitas soñadoras. Y bueno, como siempre, la historia está llegando a su final, pero nos quedan VARIAS sorpresas en el camino. De aquí no nos vamos sin el beso (y más) de los protagonistas (Lo ansío jajaja). 

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