☠ Crimen 09 ☠
Todo está en mi cabeza
Que el calor lentamente regresa a mis brazos
Y sólo la luna
Observando
Te convertirás en huesos
Te convertirás en cenizas y después florecerás
A esa flor tuya
La haré una canción
(Gekkan Reijin - BUCK TICK)
Era el día en que debía ver a Yoongi, iba dejarle en claro que todo se terminaba entre ellos, cuando recibió una llamada.
—Jimin, hay otro cuerpo, el asesino ha regresado — le dijo la voz de Hoseok cuando contestó.
—¿Qué fue esta vez? — Preguntó, pensando que no sabría la identidad de la víctima, sólo que...
—Kim Taehyung, ustedes lo interrogaron antes, creemos que tiene eso de dos días muerto...
Todo se heló en Jimin, absolutamente todo. Porque con certeza lo sabía, todo cuadraba en su mente.
¡Le había estado viendo la cara todo este tiempo!
—¿Jimin? — Preguntaba del otro lado la voz del chico.
—Emm sí, creo que sé a dónde ir — cortó antes de que le preguntara más.
Y corrió. Había un lugar en donde encontraría todas las pruebas, iría antes de que se diera cuenta de que lo atraparía.
***
Revisó cada parte de la casa, todos los cuartos, cada puerta y no había nada que le inculpara. Comenzaba a pensar que quizá tenía otro lugar donde llevaba a cabo sus cosas. Estaba viendo la cocina, el refrigerador por si acaso, cuando dio un trompicón, bajó la vista para ver qué era y al ver la pequeña manija, sonrió.
—Bingo — dijo agachándose y jalando de ella.
Descubrió el escondite del asesino, bajó por las escaleras y cuando estuvo del todo abajo en el sótano, no hubo más dudas. Ahí estaban las pruebas, las fotografías tomadas a sus víctimas en toda la pared, los miles de instrumentos que usaba para dejar a cada persona reducida a nada e incluso había partes de cuerpos flotando en recipientes de cristal.
Min Yoongi le engañó completamente.
Iba a regresar hacia arriba cuando al voltearse, recibió un gran golpe en la cabeza. Todo se volvió negro.
***
Fue abriendo los ojos lentamente, sintiendo el dolor del golpe en su cabeza, primero miró el suelo de concreto, luego a sus pies y se fijó en que estaba sentado. Cuando recordó lo último que pasó, que alguien lo noqueó, despabiló y se retorció, fijándose en que todas sus extremidades estaban amarradas a una silla.
—Oh, al fin despiertas — la voz sonó desde una sombra.
—¡Maldito Yoongi, suéltame! — empezó a gritar.
—Umm, no — dijo con un tono burlón — Has descubierto mi secretito, no creo que sea buena idea dejarte ir
—¡Me has engañado! ¡Tú eras el maldito asesino! ¡Te odio! — gritaba a todo pulmón, sintiendo como el mundo se caía a pedazos encima de él.
—Vamos, sigue gritando — pidió feliz, acercándose lentamente hacia Jimin que yacía debajo de una luz en el sótano.
—¡Siempre fuiste tú! ¡Maldito, loco, demente, psicópata! — Con cada palabra que soltaba, se regocijaba.
—Ay, Jimin, deja ya de jugar conmigo, ¿no lo ves? — su pie derecho se deslizó por la luz — He sabido todo y te entiendo, mira lo que hay a tu alrededor, ¿no crees que es hermoso? — su hombro fue entrando en la luz, luego el otro pie hasta que finalmente todo quedó iluminado — Vamos, Jimin, deja de fingir y muéstrame tu hermosa naturaleza — los ojos de Yoongi estaban irradiando un aura completamente distinta, tan maligna...
Y Jimin la amó.
—Me has sorprendido, pero sí me mentiste, Yoongi, me dijiste que esa chica era tu exnovia y no es cierto — alzó la cabeza hacia él, mirándolo con el rabillo de sus ojos — Era tu maldita presa...y tú te has estado metiendo en mi camino, robándote mi comida...
Ambos sonrieron. Dejando ver todos sus dientes blancos, esos dientes que profanaban la carne indebida, que cometían el acto más escabroso que existía para el ser humano, el canibalismo.
Porque el verdadero asesino realmente era el detective, Park Jimin.
—Oh Jimin, realmente me lo creí, llegué a pensar que quizá tenías un trastorno loco, pero no, sólo sabes fingir muy bien — pasó su mano por la mejilla del chico — Si es que hay que ser lo suficientemente listo como para ser policía y un asesino...
—Ese lugar está plagado de idiotas, nadie se daría cuenta nunca de no ser porque yo quería pararte el juego — movió su muñeca que estaba amarrada — Oye, suéltame ya, ¿no?
Negó moviendo de un lado a otro su dedo índice enfrente de él.
—¿No sientes miedo? Estás en la situación de una víctima, ¿quién no te dice que ahora deseo con todas mis fuerzas comerte? — alzó una ceja ante ese cuestionamiento.
—Dudo mucho que me estuvieras siguiendo el juego todo este tiempo como para que simplemente me comas — respondió con completa razón. Yoongi se arrodilló delante de él.
—Magistral, realmente eres perfecto — le dijo apoyando la cabeza sobre su pierna derecha.
—El perfecto eres tú, realmente creí que eras oficial y no el maldito que quería robarse a mis presas...incluso lo de Taehyung, sabías que lo mataría si me dabas celos, ¿verdad?
—Necesitaba hacerte regresar al juego, ¿por qué dejaste de matar?
—Por ti, me sentía más tranquilo a tu lado y como me creí que eras normal...
—Aww, qué lindo eres, Jiminnie — besó su rodilla — No puedo creer que hayas caído en mi red, pensé que sería más complicado, pero está bien, me ha gustado jugar contigo...
—Dime, Yoongi, ¿por qué me quitaste mi comida? — Le preguntó, queriendo romper esas dudas.
—Porque sería divertido — sonrió grandemente mostrando sus dientes — Lo que pasa Jimin, es que te conocí hace tanto tiempo...cuando matabas a tu primer victima en tu pueblo y desde entonces me has fascinado — lo miró a los ojos, la poca luz iluminaba su rostro — Te he perseguido por años, hasta que decidí saber qué harías si te fastidiaba un poco, la respuesta me ha encantado...claro que jamás me imaginé que serías tan bueno fingiendo a tu alrededor, esas compasión falsa, los ascos al ver los cuerpos, eres excelente — dejó de hablar para restregar su rostro en la pierna de Jimin, adorando lo que había encontrado en él — Y mataste al molesto de mi hermano y a su estúpida novia, realmente me has encantado...lo lamento por Taehyung, pero era necesario
—¿Tú mataste a la testigo?
—Así es, yo lo hice, no quería que te atraparan — admitió la culpa sin sentirla realmente, ambos se sonrieron.
—Gracias — lo dijo sonriendo — Ahora dime, ¿qué harás conmigo?
Estaban sin sus máscaras, frente a frente. Dos monstruos que se estaban persiguiendo a muerte.
—Irónico, ¿cierto? Querías matarme y ahora ya no — susurró pasando sus dedos por encima del bulto de Jimin — Y hasta esto te pone duro
—¿Quién dice que no deseo comerte? — suspiró — Es lo que más anhelo, devorar tu carne mientras te estoy cogiendo duro
—Pero ahora estás a mi merced — apretujó su palma contra el pene que estaba erecto y contenido en la prenda de mezclilla, sin tener delicadeza.
Y no la tendría, cero consideraciones para su presa.
Se levantó, fue por un frasco que guardaba para ese momento que llevaba esperando.
—Tu cabello, no me gusta — giró la tapa y vació todo el contenido encima de la cabellera que tanto le disgustaba. El líquido fue resbalando hasta cubrir gran parte de sus ojos que estaba cerrados. Cuando todo cayó, los volvió a abrir — Ah, el rojo te queda mejor
Se montó encima de él, metió sus dedos en el cabello sangrante y lo tiró hacia atrás, haciendo que su cabeza también lo hiciera. Comenzó a comerle la boca, a morder con bastante fuerza los labios gruesos, Jimin se dejó hacer, completamente extasiado.
Los colmillos de Yoongi se incrustaban en la sensible piel de su amante, lamía la sangre que era el perfecto sazonador y lograba hacer que saliera más. Cuando probó el néctar de vida de Jimin, suspiró, era perfecto. Mordió su cuello, con tanta fuerza que el pelinegro se removía por el dolor tan placentero que le provocaba. Sacó de un bolsillo una pequeña navaja con la que cortó las prendas que le estaban estorbando, dejando al descubierto el pecho bien formado e hizo un corte por todo el pecho, ligeramente, sólo para que la sangre saliera.
Cuando la línea se tiñó de rojo, pasó su lengua por toda la longitud de esta y luego saboreó sus propios labios.
—Jimin, eres delicioso — rompió la demás ropa de abajo, hasta que sólo quedaron algunos retazos en donde seguía amarrado a la silla.
Se levantó para apreciar el platillo que preparó, un Jimin desnudo, cubierto de sangre y con un pene erecto le esperaba. Se sacó la ropa sucia, para estar en las mismas circunstancias y rompió las cuerdas de las piernas.
—Oh — soltó al darse cuenta de lo que estaba a punto de hacer Yoongi.
Tomó las piernas y las subió a sus hombros, dirigiendo su miembro al orificio del pelinegro, sin importarle si estaba preparado o no, porque el mayor goce para dos caníbales que se consumían en su amor retorcido, era el dolor que se encontraba en el placer.
La silla se tambaleó y chirrió ante los movimientos bruscos, hubo gritos de dolor y de placer, combinados en una sinfonía única. Un desgarramiento que soltaba más color escarlata y dos orgasmos.
El pacto entre dos monstruos estaba hecho.
¡Hola chicxs! ¿alguien se lo esperaba? 7u7r bueno, he de decir que hasta aquí queda todo lo que tenía adelantado, tendré que ponerme a escribir de nuevo :'v nos vemos lueguito ♥
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