☠ Crimen 07 ☠
Pero sin interrupción me pusiste
en la misma posición otra vez
Abusaste de mí de una manera que yo nunca conocí
Abusaste de mí de una manera que yo nunca conocí
Así que rómpeme, agítame, ódiame,
tómame, hazte cargo de mi
Cuando la locura se detenga, entonces estarás sola
Solo rómpeme, agítame, ódiame,
tómame hazte cargo de mi
Cuando la locura se detenga, entonces estarás sola
(Break Me, Shake Me - Savage Garden)
Su mano bajaba y subía. Ah, recordar el olor de Yoongi, olía a tabaco, él odiaba el tabaco, pero en el rubio se le hacía exótico. Pensar en su tersa piel... no iba a encontrar chica que tuviera esa perfecta piel, jamás. Y esos labios, esa forma tan salvaje de besarle, quería más de él, su mano todavía podía recordar la forma del culo de Yoongi, por lo que apresuró su ritmo.
Más y más rápido. Pensando en cómo sería adentrarse por completo, en besar toda esa fría piel y en cómo le vería mientras lo hacía suyo. Jadeó. Sus pies se movieron un poco, sacando más su cadera hacia delante, su puño golpeaba su vientre y se escuchaba el ruido mientras más rápido se lo jalaba.
—Ah, Yoongi — dijo su nombre en un largo gemido bastante ronco en su voz.
Se había corrido pensando en su compañero.
Miró el líquido blanco que salía de la punta de su pene y luego al suelo, vio que el agua se llevaba los restos de su depravación. ¡Maldito Min Yoongi que lo dejó con las ganas! Se dijo antes de terminar de bañarse.
Toda una semana entera había pasado desde su beso en el callejón y nada parecía avanzar, ni la investigación ni la relación con el rubio. Jimin ya no podía estar cerca de él sin ponerse a pensar en lo que le haría si estuvieran solos en un cuarto, terminaba con una erección que debía ocultar y sabía, estaba casi seguro que Yoongi se daba cuenta y se burlaba de él en secreto.
Dejó de pensar en ello para luego irse a trabajar, no debía retorcerse tanto en ello, el caso le estaba quemando el cerebro y eso no era bueno. Sólo esperaba salir entero de todo ese desastre que estaba causando Yoongi en su vida.
¿A dónde se fue el Jimin cauteloso, ese que nunca se arriesgaba?
Demasiado era todo lo que vivía en su trabajo como para meterse con un chico del que casi no conocía nada. Cierto. ¿De dónde había salido el rubio? Porque con todo lo que veían, no parecía haber crecido en un ambiente muy bonito como para que su hermano fuera traficante.
Al llegar a la comisaría, Hoseok le dio los últimos detalles del forense. Lo único bueno era que los casos parecían haber cesado, sin embargo, no significaba que todo estaba solucionado. Jimin seguía viendo con recelo el teléfono, nunca se sabe, lo tenía claro.
Cuando el reloj dio las 12, supo que algo pasó con el rubio que no llegaba. Marcó a su celular para preguntarle cuando se dignaría a llegar.
—¿Sí?
—Yoongi, te recuerdo que tienes trabajo — dijo al escuchar la voz tan única de él.
—Oh — soltó sin ánimos — lo siento, vine al funeral de Jin, ahorita voy
Jimin pasó su mano por su cara, casi dándose un golpe por imbécil.
—No, perdón, quédate ahí, no te preocupes — terminó por decir. Hubo un silencio de parte del rubio.
—Jimin... ¿puedes venir?
Media hora después, el Detective Park estaba caminando entre las lapidas del cementerio de Seúl, el pasto estaba bastante conservado para ser invierno. A lo lejos vio a unas cuantas personas reunidas alrededor de un ataúd que iba bajando. Una mancha negra entre el verdor de la vida.
Se quedó a cierta distancia, prefirió quedarse lejos de todo ello, pudo divisar la cabellera rubia de su compañero, se preguntó si lloraría. También la cabellera castaña de Taehyung andaba por ahí. Estuvo esperando un buen rato, hasta que todo mundo se fue y sólo quedó Yoongi de pie, mirando el pedazo de tierra que distinguía a lo demás del cementerio, señal de que era reciente.
—¿Cuánto crees que tarde en crecer el césped? — Le preguntó a Jimin en cuanto lo sintió cerca.
—Creo que implantan el césped, Yoongi — contestó con seguridad, parándose a su lado — ¿Estás bien?
—Sí, no soy de los que lloran, Jimin, te pedí que vinieras porque...— volteó a verlo, clavó aquellos pequeños ojos que tanto le gustaban al pelinegro en él — quiero que me cojas
—Ah
***
Tomó los dos extremos de la camisa y las apartó de un tajón, rompiendo algunos botones en el camino, le devoraba la boca mientras se apretaba en la creciente erección del pelinegro y Jimin se empezaba a dar cuenta que no quería contenerse más. Le levantó la playera, pasándola sobre sus brazos para luego salirse de la cabeza del rubio y dejar al descubierto su pecho desnudo y terso. Se inclinó para pasar su lengua por en medio de su torso, dibujando una fina línea, Yoongi tembló ante tal toque, saboreaba su fría piel, chupando algunas zonas que dejaban manchones rojos.
Metió sus dedos en aquella cabellera oscura, sintiendo las hebras suaves y pegando más su rostro a él, lo estaba disfrutando tanto. Empujó más hacia abajo a su amante, invitándolo a que le diera más placer y así lo hizo, desabrochó con fiereza los simples jeans que llevaba el rubio. Bajó la prenda por sus piernas, se maravilló al ver la finura que poseían, tan delgas y blancas, no pudo evitar pasar de nuevo su lengua y luego sus dientes, dejando mordiscos en sus muslos. Separó a las gemelas para insertar una fuerte mordida, un grave gemido salió de la boca de Yoongi, dejando muy en claro lo mucho que estaba disfrutando de aquellos rudos gestos.
Subió la punta de su lengua hasta llegar a donde estaba el bulto que sobresalía de los boxers de Yoongi, pasó su mano tocando claramente la forma de su falo erecto y luego bajó aquella prenda. Contempló con detenimiento su pene, le gustó aquel color rosado que tenía en la punta y el tamaño bastante bien. Con la yema de su dedo índice esparció el líquido preseminal que estaba saliendo de su pequeño orificio, alzó la vista hacia el rubio.
Llevó su dedo a la boca, probando el sabor de Yoongi. Este tembló de placer al ver lo que hacía, quería ser devorado por él, quería que Jimin probara cada parte de su anatomía y la degustara. El más alto introdujo de un jalón el miembro del rubio, comenzó a succionarlo, raspando su lengua debajo de este y a ratos frotando.
Yoongi sentía como todo su placer se concentraba en su centro, jaló el cabello de Jimin quien le estaba ayudando a conseguir el climax. Apretó todo su cuerpo, tensándose por los lengüetazos que le daba a su pene, hizo su cabeza hacia atrás, estaba cerca de su gran final.
Y se deshizo dentro de Jimin, estallando en miles de sensaciones que viajaban por cada terminación nerviosa. Estaba en esa nube de placer, en la que su cuerpo dejaba de pesar tanto, como si la gravedad dejara de afectarle, cuando el pelinegro se levantó y lo acorraló contra la pared más cercana. Se bajó los pantalones junto a los bóxeres negros, impaciente por ya satisfacer la erección que llevaba, miró al chico delante de él con un brillo de deseo en la mirada.
—Tócalo — pidió con casi desesperación.
La delicada mano del rubio bajó hacia el pene de Jimin, tocando la punta y moviéndolo tambaleante. El más alto soltó un gemido, le dolía tener contenido todo esa lujuría en su miembro palpitante, rojo ya casi al tener toda esa sangre contenida. A Yoongi le gustó mucho verlo así, lo tomó desde la parte más baja del falo, encerrándolo en su palma y comenzó a tirar hacia arriba, bajo la mirada del pelinegro.
El miembro de Yoongi volvió a responder de inmediato, al notarlo se pegó más y ambos penes erectos se tocaron justo en el glande. Las manos del rubio tomaron ambos miembros e hizo el mismo movimiento que andaba haciendo antes. Arriba abajo, pegados. Enjauló al chico contra su cuerpo y la pared, recargando sus brazos en esta última, dejó su rostro justo al lado izquierdo del de Yoongi, mirándolo desde ese punto, sintiendo como sus finos dedos les estaba dando placer a ambos. La otra mano del chico fue a parar a la espalda tan fornida que poseía Jimin, pasó raspando el lateral de esta con sus uñas mientras apresuraba el ritmo a la masturbación doble que hacía.
Pero Jimin no quería un simple toque ya, tomó de la cintura Yoongi y le dio la vuelta bruscamente, pegándolo a la pared. Mordisqueó su hombro en lo que sus manos estaban separando los glúteos del chico y rozaba su pene justo en la línea que marcaba el fin de la espalda del rubio. Ahora los brazos de Yoongi estaban contra la pared, mientras que también recargaba la mejilla ahí, dejando que Jimin le hiciera lo que quisiera, quería ser cogido por el pelinegro, de la manera más salvaje posible. Si le penetraba sin preparlo estaba bien, a él le gustaba sentir el dolor, que su carne era desgarrada.
Quería ser roto, desgarrado y finalmente comido por Jimin.
Sin embargo, el más alto se tomó el tiempo de dilatarlo. Le puso sus dedos en la boca de Yoongi para que los chupara y así lo hizo, cuando estuvieron recubiertos de saliva, fue introduciendo los dedos. Se paró de puntas al sentir como entraba el primer dedo, expandiendo esa zona, introduciéndose lo más profundo posible y luego otro, hasta que fueron tres dedos. El ano del rubio se expandía y tragaba sin dificultad.
Entonces en una estocada, Jimin metió su miembro hasta el fondo. El rostro de Yoongi se contrajo al sentirlo, soltó un alarido, así le gustaba que lo cogieran, sin tantas reservas, de un golpe. La pelvis del pelinegro se soltó a saciarse, a hacer todo lo que estuvo fantaseando por días en el trabajo cuando veía al chico pálido trabajar, cuando se imaginaba la voz grave de Yoongi gimiendo debajo de él.
Ah, sí, lo cogería tan duro y tan salvaje que estaría marcado para él. Lo tomó del cabello y lo jaló hacia él, arqueando su espalda y montándolo como si fuera un caballo salvaje. Él lo domaría.
—Aghh — se quejó Yoongi, sin embargo, lo disfrutaba.
Al arquear de esa forma la espalda, sentía como el pene de Jimin tocaba su punto sensible, llevó su mano a su propio miembro y comenzó a tocarse, no le bastaba con la penetración que estaba sintiendo. Todo su cuerpo se agitaba con cada onda que le enviaba el pelinegro, resonando hasta su glande.
Y en una sola posición, ambos se vinieron, con un líquido ligoso y blanco esparcido en sus cuerpos desnudos.
***
Media hora después ambos se encontraban yendo hacia la oficina, como si nada hubiera sucedido entre ellos. Yoongi tenía el cabello despeinado, tenía un olor que volvía loco a Jimin y se preguntaba qué colonia usaba.
—Qué bueno que llegan, el Teniente Kim desea verlos — les informó Hoseok en cuanto los vio entrar.
Ellos asintieron ante el anuncio del joven detective, lo vieron marcharse con una gran pila de papeleo y luego fueron hacia donde les ordenó. Adentro estaba Namjoon con su usual camisa blanca, corbata negra y detrás del escritorio, revisando papeles, alzó la vista al encontrarlos.
—Detectives, hay varias cosas que debo decirles — le pidió que se sentaran en las sillas de enfrente, ambos lo hicieron casi al mismo tiempo — La investigación no ha avanzado gran cosa, a pesar de que encontraron el sitio donde se hizo el rapto de la última chica, seguimos sin encontrar algo, ese bar no tenía cámaras por ningún lado, este criminal es astuto — enfatizó lo último dando un golpe con su puño al escritorio — Ha pasado una semana desde la última víctima, si esto sigue así, deberemos dejar el caso abierto y dejarlo ahí...
—¡Pero, señor, eso...! — no terminó la frase Jimin, fue bajando la intensidad de su voz porque tenía razón su jefe.
Ese caso era como aquellos que nunca se pueden resolver y quedan en un completo misterio.
No había pistas de nada, ni huella, algún cabello, saliva, lo que fuese...
—Es muy bueno, dudo mucho que nos deje atraparlo a menos que así lo quiera él — habló Yoongi con tranquilidad — Quiero pensar que los asesinatos terminarán pronto — empezó a decir, bajó el volumen — como lo hacemos siempre... — susurró tan bajo que sólo Jimin alcanzó a escucharlo.
Frunció el ceño. ¿A qué se refería con ello?
—Esperemos sea así, por el bien de Corea — finalizó y los dejó ir.
Luego de tantas semanas, el caso quedaba así, incompleto. Jimin parecía estar mal porque era un caso que no pudo terminar.
—No te sientas mal, era imposible — apretó su hombro y lo volteó a ver.
Fijándose en esa pequeña sonrisa que le daba, que dejaba ver sus encías a la perfección y luego esa piel que brillaba por la grasa que expulsaba luego de haber sudado por el sexo, sus pequeños ojos...
—Claro — en su tono había duda, demasiada incertidumbre — Yoongi, ¿a qué te referías con—
—Jimin, necesito que llenes esto del caso — llegó Hoseok a interrumpir lo que estaba por decir.
—Ah, sí — tomó la carpeta que le tendían.
—Debo irme ya, ahora debo regresar a mi trabajo — el rubio tomó las pocas cosas que tenía en el escritorio que compartía con Jimin, ya listo para irse.
—Ya veo — miró como sus delgadas manos llevaban todo de él, lejos, buscó los ojos de Yoongi — ¿Nos volveremos a ver? — Quiso saber.
—Por supuesto, Jiminnie — volvió a posar su mano en el hombro de él, quedando bastante cerca y a la par — No olvido lo que pasó hoy — susurró.
Sonrió al frente, sin voltear a verlo, sintiendo como la mano del rubio se alejaba, dejaba de tocarlo y de sentir su calor. Cuando escuchó varios pasos más, volteó a verlo, vio aquella espalda irse y las ganas de perseguirlo le asaltaron.
Sin embargo, se quedó estático, mirándolo partir y con las miles de incógnitas sobre él en la cabeza.
Era el fin del caso. Sonrió. Pero no de su relación con Yoongi, por supuesto que no.
¡Hola chicxs! Sólo les paso avisando que acabo de publicar otro YoonMin (porque soy re idiota :v) y pueden pasar por ahí, ese es más tranquilo y normal xDDD
✔Medical Clinic. Tiene 2Seok y VKook 7u7r
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