▔▔▔▔EASIER

𝖨 𝗅𝗈𝗏𝖾 𝗒𝗈𝗎
𝗌𝗈 𝗆𝗎𝖼𝗁 𝗍𝗁𝖺𝗍
𝖨 𝗁𝖺𝗍𝖾 𝗒𝗈𝗎
𝖱𝗂𝗀𝗁𝗍 𝗇𝗈𝗐,
𝗂𝗍'𝗌 𝗌𝗈 𝗁𝖺𝗋𝖽
𝗍𝗈 𝖻𝗅𝖺𝗆𝖾
𝗒𝗈𝗎
-Easier 5sos.

Había un maldito reloj contando los minutos, hacia "tic tac" con cada segundo que transcurría, era como si quisiera apresurar aquello, como si nada valiera nada, y solo fuera una cosa mas de las cientos que debían ocurrir en esa sala.
Cerró los ojos con angustia, lo era.
Afuera el mundo seguía girando, seguían moviéndose, los niños estaban en la escuela, sus madres y padres conducían al trabajo, los primos y tíos de esos niños seguían con sus vidas, ignorando qué, en esa mesa, en esa sala, en ese edificio, cometerían lo que tal vez fuera el peor error de sus vidas. O no...
Seguían girando, la tierra giraba, el tiempo pasaba y el reloj seguía haciendo "tic tac"
Fue la primera vez que cayó en cuenta, que la vida no se detiene por nadie.
— No hay mascotas, no hay hijos..., este es uno de los divorcios más sencillos que he visto. —Alice clavó su mirada en el abogado, frunció el ceño y una ráfaga de inundación la golpeó. Se reprimió de bufar.
James estaba frente a ella, tenía una expresión de tristeza en el rostro que se deformó al escuchar aquellas palabras.
La abogada de Alice notó la incomodidad en la sala, así que carraspeo y miró a su colega.
—¿Esos son los papeles?
—Así es, debe firmar bajo su nombre... —El hombre le entregó un bonche de unas 12 hojas, perfectamente lisas, grapadas e impresas.
La abogada le acercó una de esas plumas costosas y bonitas, de esas que James usaba diario para dar recetas a sus pacientes.
Ella las odiaba, se burlaba del moreno por comprar algo tan costoso e inservible. James alegaba que un bolígrafo era mejor que una pluma normal, por la tinta o algo asi, luego Alice terminaba asintiendo, molesta, pero no se molestaba en realidad, solo fingía que lo hacia para que James le hiciera mimos y terminar besandose en alguna sala vacía del hospital, como adolescentes.
—¿Quieres hacer esto? —preguntó la rubia por última vez, esta era la última vez que estaba dispuesta a pelear por él, estaba cansada, pero no dirían que se rindió nunca, ni siquiera cuando agonizaban. James levantó la mirada y la posó en ella.
—Alice... —susurró, a modo de advertencia. La rubia apretó los labios y se contuvo a no llorar, pero sus ojos ya estaban acuosos.
Dicen que cuándo mueres, o más bien, un minuto antes de morir, ves toda tu vida pasar frente a tus ojos.
Cosas importantes, algunos detalles que tal vez habías olvidado que ocurrieron, algunos que aún recuerdas, otros sin la mas mínima importancia, pero que te gusta recordar, todo eso, en un solo minuto.
James y Alice vieron su matrimonio pasar frente a sus ojos.
_____
3 AÑOS Y MEDIO ATRÁS
—¡Doctora Bottom! ¡Doctora Bottom! —Alice se giró extrañada, miró a James con una ceja alzada y caminó hasta él.
El hospital estaba lleno, a pesar de ser tan temprano por la mañana.
La rubia se sentía extraña de estar de vuelta en aquel lugar que la vio crecer, cuando su padre aún era un residente y ella tenía tres años solamente.
Al ver los ojos y la sonrisa de James, tuvo varios flash backs de ella y Rose escondidas en la galería de los quirófanos, para poder ver las cirugías, de James y Albus peleando constantemente por quién iba a ayudar a su padre con los pacientes...
-—Es Longbottom. —-gruñó con el ceño fruncido. James sonrió de lado, como siempre.
-—Lo lamento..., mi error. —-Alice rodó los ojos y tomó el expediente de su paciente.
-—Sabes perfectamente quién soy, James.
El hombre soltó una carcajada. La miró desde su altura, bajando un poco la cabeza ya que Alice era muy pequeña. Puso cara de sorpresa.
—-¡La hija de tio Neville! —-hizo un gesto exagerado con su brazo. —-¡Claro!
Alice bufo por segunda vez.
-—Pésimo actor. -—De nuevo él se rio.
—-Lo lamento..., vamos, es divertido cabrearte, doctora Longbottom. –-La tomó de la mano, para que entrelazara su brazo con el de él y la guió por el hospital. -—Y dime, ¿Qué tal el Rossier memorial? Oí que eres una estrella de rock en ese lugar...
Alice sonrió y asintió mientras veía cuánto había cambiado aquel lugar.
-—Si es lo que dicen, supongo que es verdad.
-—Tan humilde como siempre... —Alice rio.
Una niña pasó por su lado y saludó a James, llevaba un globo flotante de color azul con unas letras rosas enormes que rezaban "Mejórate pronto"
Se despegó del cirujano para verlo de frente.
Ladeo un poco la cabeza y se puso seria.
—Gracias por aceptar este caso... —musito. James asintió.
—Un placer, Alice...
Llegaron al pre-operatorio, una de las enfermeras le entregó a James un expediente que rápidamente comenzó a leer.
En ese momento, una mujer pelirroja llegó casi corriendo. Alice se tomó unos momentos para reconocerla, sonrió.
—¡Alice! es bueno verte. —saludó con voz aguda la recién llegada.
—Igualmente Lily... ¿Serás mi residente? -—ella asintió contenta.
Alice sabía que Lily Potter había estudiado medicina, al igual que sus padres y sus hermanos, pero, honestamente jamás creyó que se atrevería a ser cirujano. Le alegró demasiado verla seguir el legado.
-—Nuestro, residente. —-interrumpió James, haciendo rodar los ojos a Lily
—Lo cuál es horrendo hermanito... pero superémoslo.
Entraron a la habitación dónde se encontraba una mujer de no mas de 30 años, era castaña y tenía unos ojos marrón enormes. A pesar de ser hermosa, lucia bastante cansada. Les regaló una sonrisa cuando los vio llegar.
-—Bien Lily, preséntala. -—ordenó James, su hermana asintió y miró a la mujer.
-—Serena Dunbar, 28 años, transferida del hospital Rossier memorial, en York. -—informó la chica.
-—Estudios mostraron que es un Leiomiosarcoma detrás del hígado y cerca de la vena cava inferior..., el primer plan era extirpar el tumor y reemplazar con un injerto, pero cuando entraron ahí, el tumor había creído.
Se extendió por todo el pecho, hasta llegar al corazón.
-—En pocas palabras... -—dijo Serena con la voz ronca. -—Tengo un tumor muy grande que crece a cada minuto. Cómo un paracito gigante. —-concluyó mirando a sus médicos.
—Exacto. —concordó Alice, miró a James, quién miraba atento las tomografías. —Por eso vine aquí, James, eres el mejor cirujano cardiotorácico que conozco.
—Además que es muy guapo, ¿cierto? —rio Serena mientras tomaba el brazo de Lily como si estuvieran diciendo un secreto, ella se rio.
—Mi puesto de hermana menor me obliga a decir que es tan agraciado como un troll. Pero sí, es decente. —respondió risueña la joven.
Serena alzó las cejas divertida, Alice y James sonreían también.
—Bueno, eso me alaga bastante... —Se aclaró la garganta y sonrió —La doctora Potter te preparará para tu cirugía, Serena, te veremos después. —le dijo James, regalándole una sonrisa.
Caminó hasta la salida.
—Serena... —La llamó Alice, la castaña la miró. —Descuida, haré todo lo posible por sacarte eso ¿de acuerdo? Estamos juntas en esto.
Serena puso ambas manos sobre las de Alice, asintió con los ojos llorosos y articuló un "Gracias" antes de que la rubia saliera junto con James.
Estamos juntas en esto...
_________
2 AÑOS ATRÁS
—-Toma, te traje un café. —Susurró James entrando en la sala de investigación. Alice sonrió y se acomodó en su asiento, le dio un beso al hombre antes de tomar el café.
—Gracias.
—¿Estuviste aquí toda la noche? No sentí cuando saliste de casa... —la rubia asintió mientras se masajeaba el cuello.
—Lo lamento, tenía que terminar el papeleo y mis residentes están ocupados con su exámen..., no hay quien me ayude.
James se levantó y comenzó a masajearle los hombros, la mujer soltó un gemidito, acompañado por la risa de su esposo.
El moreno le besó el cuello.
—No deberíamos hacer esto ahora... —murmuró la mujer, sin ningún tipo de convicción.
James le quitó la bata blanca y la hizo ponerse de pie, estrelló sus labios contra los de ella.
—Oblígame. —dijo Potter.
La cargó para dejarla sentada sobre la mesa, ella enrolló sus piernas en la cintura de James, sonrió contra su boca.
—No obedecerías de todas formas... —rio, James le mordió el labio.
—Entonces cállate, señora Potter.
______
3 AÑOS Y MEDIO ATRÁS
Alice dio vueltas por toda la sala de radiografias, tenía las manos enrolladas en el cabello, luchando contra la idea de arrancárselo ahí mismo.
Soltó un chillido de frustración y lanzó unos papeles que estaban sobre la mesa, seguido de el bote de lápices que estrelló contra el suelo.
—¡Hey, ¿Qué ocurre? —Era James, quién venía entrando.
Alice no dijo nada, solo apretó los labios y comenzó a recoger lo que tiró, estaba furiosa, o frustrada, o quizás ambas. James se acuclillo para ayudarla a limpiar, intentó mirarla a los ojos, pero ella sólo veía al suelo.
Cuando se levantaron, quedaron de frente, Alice no podía mirarlo, no quería.
—Alice. —la llamó, ella no contestó. —Alice...—Le levantó la barbilla para que lo viera, casi estaba llorando. -—Hey...vamos, ¿Qué te ocurre?
Negó con la cabeza.
—-Necesito salvarla, James. No quiero que muera... -—susurró, con un ligero temblor en la voz.
Serena había sido su primer paciente como especialista, la había tratado por años. No tenía familia, sus padres murieron en un accidente cuando ella tenía 16 años, y luego, a los 17 le diagnosticaron cáncer de hígado, llegó a Alice en su primer año como especialista, y la rubia se había convertido en su única familia desde entonces.
-—La salvaremos. -—dijo James.
-—¡¿Cómo?! -—chillo. -—El maldito tumor a estado ahí por años, y crece con cada día que pasa, crece por todo su cuerpo y, yo no sé por dónde empezar.
—¡Alice mírame! -—gritó él.
Alice dejó de hablar, y de respirar. —Saldrá bien, haremos un plan, podemos con esto. Por eso viniste, tienes que confiar en mi.
La rubia asintió varias veces, y luego estalló en lágrimas. James la abrazó, obligándola a poner su cabeza en su pecho.
—Shhh, vamos, estará bien... Tranquila. Estamos juntos en esto.
________
3 AÑOS ATRÁS
Las carcajadas resonaban en aquella casa. Alice estaba parada en la sala de James, quién la veía divertido desde el sofá.
—¡De verdad! —exclamó la rubia, estaba demasiado borracha. —Ese pobre hombre, estaba tan feliz con su esposa, luego ¡Boom! —gritó alzando los brazos.
—Descubre que tiene un ovario... Y yo le dije ¡Tranquilo, se lo puedo quitar!... yei, todos somos felices...—le dio un sorbo a la botella de tequila en su mano y se quedó mirando sus pies unos segundos, luego exclamó: —¡Oh, pero luego resulta que el hombre es estéril...!
—¿Eso por qué es relevante? —rio James bebiendo de su cerveza.
—¡Porque el hombre tiene esposa y tres hijos! —volvió a gritar soltando un carcajada. —¡Su esposa lo engañó y tuvo tres hijos con otro hombre! —otra vez se carcajeo como loca, tanto que tuvo que tirarse al sofá y tomarse el estómago, que ya le dolía.
—¿Como le dices a un hombre, que no solo es estéril, si no qué su esposa es la zorra más zorra de las zorras que son zorras?
¿Qué sentido tiene jurar ante dios, tus padres y tus amigos amor a alguien, si no lo vas a cumplir? —balbuceó. Miró fijamente a James. —Si tú... algún día, simplemente decides engañarme con cualquier zorra... yo... yo... te voy a castrar. —exclamó muy convencida. —Sip, eso, te voy a castrar, con una cuchara quirúrgica.
James negó con la cabeza divertido.
Alice y él habían estado juntos por un corto tiempo, pero a cada momento que él pasaba a su lado, sentía como se enamoraba más y más de ella.
No sabía por qué, tal vez siempre estuvo enamorado y no lo sabía, fue problema de la distancia, o simplemente estaban destinados para ese momento.
Pero si de algo estaba seguro, es qué amaba a Alice Longbottom como un loco.
La chica se puso de cabeza en el sofá, frente a James, frunció el ceño.
—¿Qué miras? —preguntó arrastrando las palabras debido al alcohol.
James no se explica qué le ocurrió en ese momento, pero sí recuerda como se sintió, se sintió valiente, decidido, como nunca antes, emocionado. Pero sobre todo enamorado. Malditamente enamorado de Ali.
-—Cásate conmigo, Alice.
En menos de un segundo, la rubia volvió en si, se levantó de golpe y lo encaró. Se quitó algunos cabellos de la cara, soltando una risa nerviosa.
—¿Qué? —James ensanchó su hermosa sonrisa.
Estaban destinados.
—Cásate conmigo, Alice. —La tomó de la cara, mirándola con tanto amor, que Alice ni siquiera lo vio posible. —Se mi esposa.
_____
3 AÑOS Y MEDIO ATRÁS
Los instrumentos quirúrgicos hacían un tintineo al chocar con las charolas, parecido al de los cubiertos a la hora de cenar.
Pero de pronto, se detuvieron, el tintineo se detuvo, para dar paso al maldito sonido infernal que todo médico, y persona, odia.
El maldito "Bip" continuo le taladraba los oídos, entrando, saliendo, resonando. Ahí estaba.
Los ojos de Alice se posaron en los de James, ambos tenían la misma expresión en la cara.
Los pies de la mujer se anclaron en el suelo, sus manos se quedaron suspendidas en el aire con el bisturí aún entre los dedos. El olor a carne quemada debido al cauterizador le daba nauseas, y el enorme, enorme tumor que había extirpado, se burlaba de ella desde la charola de recolección.
—Declárala. —pidió James.
—¿Qué? —preguntó incrédula Alice, creyó haber escuchado mal.
—¡Que la declares! —-gritó el moreno. La rubia negó.
-—No, no, no... ¡No, Serena, No! —chillo, se giró hacia la enfermera. —¡Paletas! ¡Denme las malditas paletas y administren 2 de epinefrina. —La enfermera de dio una mirada suspicaz a James, esto enojó más a Alice. —¡No lo mire a él, míreme a mi, quiero el desfibrilador!
James asintió hacia la enfermera, que obedeció a la orden.
—¡Carguen a 300! ... ¡A un lado! —el cuerpo de Serena saltó por la descarga, pero aquel sonido seguía siendo constante, y espeluznante. —¡Carguen a 350! ¡A un lado!
No regresó, seguía estando en paro.
James puso una mano en el hombro de Alice, estaba tiesa, congelada en una sola pieza.
—Se ha ido...
—¡Carguen a 400! —chillo ignorando a James. —¡A un lado, maldita sea! —De nuevo el cuerpo saltó, pero está vez, el monitor marcó un ruido.
Dejó de ser un constante "bip" para ser un latido, un ritmo. Alice soltó todo el aire contenido en sus pulmones.
—¡Regresó! ¡Regresó! —gritó completamente emocionada.
Miró a James, quién negaba con la cabeza, a pesar de traer cubre bocas, Alice sabía que sonreía.
Extendió sus brazos, y saltó sobre el hombre, que la recibió con gusto.
—Lo hicimos... —mascullo Potter, impresionado.
—Juntos.
_____
2 AÑOS Y MEDIO ATRÁS
Rose entró por la puerta sin tocar, llevaba puesto su vestido de dama de honor y tenía una sonrisa dibujada en el rostro, sonrisa que fue respondida a través del espejo por James.
Afuera el día era perfecto, por lo menos para Potter, ya que caía una tormenta que parecía no tener fin.
Las persianas de aquella habitación estaban corridas y dejaban ver el enorme diluvio del exterior.
—¿Estás listo? —preguntó la pelirroja.
—Jamás me sentí tan listo, en toda mi vida. —exclamó él, Rose se rio y se acercó a su primo para ajustarle la corbata, sus ojos comenzaban a llenarse de lagrimas. —Santa madre, Rose, no quiero que llores.
—Lo siento... —lloriqueo ella. —Es solo, que... bueno, nunca creí que llegarías tan lejos.
James soltó un bufido.
—¿Gracias?
Los primos se rieron. James abrazó a la pelirroja, recargando su mentón en la cabeza de esta.
—La amo, Rose... No sabes cuánto.
Ella me hace sentir cosas que nunca creí que sentiría, me hace hacer locuras que dije que no haría. Yo podría dar mi vida por esa mujer.
—Son esa clase de cosas las que nos hace hacer el amor. Créeme, lo sé.
Unos breves toques en la puerta los hicieron girarse, era Ginny. Sonrió al ver a su hijo.
—Esta todo listo cariño.
La pelirroja les indicó que salieran, los Weasley obedecieron y caminaron por el pasillo de aquel hotel para llegar al salón donde sería la ceremonia.
Las palmas de James comenzaron a sudar, un nudo en su estómago apareció y comenzó a sentir algo parecido al pánico, o eso creyó en ese momento. Lo qué en realidad sentía era pura ansiedad, estaba ansioso por casarse.
Albus estaba junto a Fred en el altar.
—Aún puedes correr hermano. —se burló el Potter. Fred chocó el puño con él, luego le dio unas palmaditas a James.
—Tengo un auto afuera listo para llevarte a cualquier aeropuerto de Londres... —siguió Fred, le guiñó un ojo. —Solo por si acaso.
—Ni en un millón de años. —respondio el novio.
Cuándo la música comenzó a sonar, y la puerta se abrió, James vio lo mas hermoso que sus ojos jamás habían visto en su vida.
Alice.
_____
2 AÑOS ATRÁS
Cuándo la vio ahí parada, con los ojos llenos de lágrimas, el corazón le dio un vuelco. Corrió hasta ella y la tomó de los brazos.
—Ali, ¿Qué te ocurre? ¿Estás bien? —La rubia parpadeo varias veces y lo miró. Negó con la cabeza.
Estaba recargada en la estación de enfermeras mientras veía fijamente unos estudios.
—Mi paciente, ella...
—¿Holly?
—Sí, ella... está embarazada. —James frunció el ceño cuando la rubia comenzó a llorar.
—¿No es bueno eso?
—Sí, claro que es bueno, es genial... —sollozó.
—¿Y por qué lloras?
—Bueno, yo, no lo sé. —chillo mientras se limpiaba las lágrimas con la corabata del pelinegro. —Es sólo que ella se pondrá tan feliz y eso me hace llorar... ¿es nueva? —preguntó refiriéndose a la corbata. James se rio de aquella situación tan extraña.
—Sí, es nueva. —Alice soltó un sollozo y se abrazó a Jmaes.
—¡Es muy hermosa! ¡Sabes cuanto amo el maldito color azul! —exclamó. James se rio otra vez, varías de las personas que estaban en el hospital los miraban raro.
Alice levantó la cabeza del pecho de su esposo, tenía los ojos y las mejillas rojas de tanto llorar.
Lo miró de soslayo y tomó la pluma que tenía en la bata.
—¿Qué es esto, Sirius? —gruñó.
—Un bolígrafo. —respondió Potter rodando los ojos
—¡Te he dicho cuánto odio estás cosas del demonio! —volvió a llorar.
James la miró como si fuera un bicho raro y la llevó a una sala de trauma, ya que la gente no dejaba de mirar lo extraña que era la situación.
—¡No me veas con esa cara! ¡Como si estuviera loca! ¡No estoy loca! ¡Estas cosas son ridículas! —sollozó.
!¿Estás sangrando por la vagina? —Alice soltó un grito ahogado, y le dio un golpe en el hombro.
—¡Claro que no idiota!
—¡¿Entonces qué demonios te ocurre?! —gritó esta vez él.
Los ojos de Alice se clavaron en los suyos, se mordió el labio, acto que dejó sin aliento al pelinegro, se veía jodidamente hermosa, de hecho, en los últimos días se veía mejor que nunca.
La habitación se quedó en silencio, James frunció el entrecejo al ver lo nerviosa que parecía su esposa, estaba jugando con sus dedos.
La rubia soltó un suspiro y lo miró.
—Estoy embarazada.
____
3 AÑOS Y MEDIO ATRÁS
La vio correr con lágrimas en los ojos, él fue detrás de ella. Pero cuando llegó, se había encerrado en la sala de titulares. Pronto escuchó como rompía tazas, lanzaba cosas contra la pared, soltaba gruñidos de frustración..., casi por una hora, fue todo el sonido que emitió aquella sala. Hasta que, simplemente sesaron, y aquellos ruidos fueron reemplazados por sollozos.
Fue lo que el necesitó para entrar.
Alice estaba tirada en el suelo, con el maquillaje corrido por las enormes lágrimas que seguían bajando. Su cabello estaba despeinado debido a los jalones que ella misma se había dado. Todo en la sala era un desastre.
Longbottom clavó su vista en James, y casi le transmitió todo su dolor.
—-Está muerta James. -lloró desde el suelo. -—¡Está muerta, está muerta, maldita sea, ESTÁ MUERTA! —-bramo, furiosa, triste, desolada.
-—No fue tu culpa...
-—YA SÉ QUÉ NO FUE MI CULPA —-gritó, poniéndose de pie. -—¡Sé que no fue mi culpa que Serena muriera! ¡Porque si hubiera sido culpa mía tendría alguien a quién culpar! —-se llevó amabas manos a la cara. —-¡¿A quién se supone que debo culpar?! ¿A dios? —-bufo. Miró el techo, perdida. -—¿¡QUIÉN TE DA EL MALDITO PODER DE LLEVARTE A TODOS?! -—le gritó al cielo, luego se rio de si misma, divertida de lo ridícula que se veía en ese momento.
-—Lo lamento...
Ella suspiró y asintió. Pero no podía parar de llorar.
Su respiración parecía haberse calmado, por fin la primera fase del duelo había pasado, y ahora no le quedaba más que resignarse.
La mujer posó sus manos en los hombros de James.
—-Dime de nuevo qué fue lo que pasó... -—musito. James no dijo nada por unos segundos.
-—Después de la cirugía, le dije a Lily que la llevara a post-operatorio, ella estaba bien, signos estables, no había nada. Está mañana se le administraron líquidos y estaba despierta y alerta, tampoco había señales del tumor... -se detuvo un momento para abrazar a la chica, y continuó. -—Tuvo un paro cardíaco, intentamos reanimarla pero cuando el carro rojo llegó, ya era tarde, no había nada más que hacer.
-—¿A qué hora fue declarada?
-—12:54 -—Alice se aferró a él.
Levantó la cabeza y se dio cuenta que estaba muy cerca del hombre, pero ninguno se movio.
—-De acuerdo... -—musito. -—Está bien... está bien. -—tomó grandes bocanadas de aire, permitiéndose algo de paz.
James ya no la escuchaba, solo podía sentir su corazón y el de ella latir tan rápido, que parecía un zumbido. Jamás la había viso tan de cerca, jamas se había dado cuenta de lo mucho que le gustaban sus ojos, jamás se había dado cuenta de lo bonitos que eran sus labios. O de lo bien que sabían... porque cuando se dio cuenta que la estaba besando, no pudo ser capaz de separase de ella.
No podría.
___
2 AÑOS ATRÁS
-—¿Qué tal Daniel? —-preguntó James. Alice arrugó la nariz.
-—¿Igual que otros 10,000 niños en el mundo? Nah.
-—Bien, y qué te parece... ¿Orión? —-la rubia alzó una ceja.
-—¿Me pides que llame a mi hijo como una constelación?
-—Oye, yo me llamo cómo una constelación.
-—No. -—gruñó Alice.
—-¡Bien, entonces elige tú, señorita no me gusta ningún nombre para el bebé!
-—Qué tal... ¿Scott?
-—¿Igual que otros 10,000 niños en el mundo? Nah. -—repitió, imitando la voz de Alice. Ella se rio y le arrojó un pedazo de papel a la cara.
-—Bueno, está bien... Qué tal... ¿Liam? —-La cara de James se iluminó.
-—Bueno, ese no es malo... -—musito con cautela. Se rio —-Sí, me gusta Liam.
-—Y podemos ponerle un segundo nombre feo, ya sabes, ¿Qué clase de padres seríamos si no le ponemos un nombre que odie? -—La carcajada de James resonó por toda la sala. Se sentó al lado de Ali y acarició su barriga de embarazada.
-—¿Qué sugieres?
-—Oh, bueno, estaba pensando que tal vez tu serías mejor para eso, digo, todos los nombres que eliges son horrendos... -—rio la mujer.
-—¡Alice!
______
3 AÑOS Y MEDIO ATRÁS
Abrio la puerta lentamente, pero aún así la madera rechinó.
James estaba acostado boca arriba sobre una de las camas de la sala de descanso en el hospital. Se giró de golpe cuando escuchó que alguien entraba.
-—Lo siento, no quería despertarte. -—se disculpó Ali.
-—No lo hiciste... -—murmuró reincorporándose sobre la cama. Entorno los ojos -—Desperté hace poco... -—frunció el ceño al ver que llevaba malestas. -—¿Te vas?
-—Sí, yo, bueno, los padrinos de Serena se llevaron el cuerpo ayer, ya no me queda mas que volver a York...
Potter se levantó y casi corrió hasta donde ella estaba, la tomó de la mano.
-—No tienes que irte...
-—Claro que tengo que irme. -—rebatió con obviedad. -—James, tengo un trabajo.
-—Yo creía que...
-—¿Esto es por lo del beso? -interrumpió, se llevó una mano a la frente. -—James, yo no...
—-No, no me digas que no sentiste nada, porque sé que lo hiciste. —-acarició su mejilla con la mano, haciéndola cerrar los ojos. —-, Alice, quédate.
-—¿Qué? -—preguntó, incrédula. James le regaló una sonrisa preciosa.
-—Quédate conmigo, aquí.
-—¿Quieres que deje toda mi vida y venga corriendo a tus brazos? -—sonó mas ruda de lo que intentó. Pero James no perdió su pose.
-—Sabes que tu vida está aquí, tus padres, Frank, Rose.., Yo.
-—Tengo un trabajo allá, James..., aquí no.
-—Aquí también. —-interrumpió. -—Sé de ese puesto que mi padre te ofreció cuando llegaste.
-—Mis pacientes...
-—¡Deja de poner peros! -—exclamó. Le dio un beso en la frente, sus ojos brillaron al ver como se sonrojaba. —Quédate conmigo, Alice.
____
2 AÑOS ATRÁS
El sonido de los latidos del bebé fue, según James, el mas hermoso que haya escuchado en la vida.
Las lágrimas salieron de los ojos de Alice y rodaron hasta caer sobre su sonrisa. Las manos del matrimonio estaban entrelazadas, completamente unidos y llenos.
-—Ahí está tu bebé... —-dijo Megan, su obstetra, con una sonrisa. Alice miró el ultrasonido y luego a James.
-—Es nuestro bebé. -—James le dio un beso en la cabeza.
-—Es perfecto. -—agregó el hombre.
.
___
1 AÑO ATRÁS
.
James caminó por todo el hospital detrás de Ali.
La llamó tantas veces como ella lo ignoró. Así que tuvo que tomarla del brazo.
-—Ali, por favor, sólo escúchame...
-—No, James, no quiero hacerlo. —-El moreno rodó los ojos.
-—Tienes que irte.
-—¡Es MI casa! —-chillo, sin importarle que algunos de los doctores y enfermeras los escucharan.
-—¡Yo la compré!
-—Lo mio es tuyo, ¿recuerdas? ¡La compramos juntos! -—volvió a gritarle. James la soltó, frustrado.
-—Sabes qué, está bien, ¿no quieres irte? Me iré yo. -—Alice soltó un bufido.
-—¿Así nada mas? ¿Te rindes?
-—Sí, me rindo. ¡Me harté! -—La cara de Alice se puso roja de cólera, estaba igual o mas molesta que James.
-—Hicimos un juramento, Sirius. Hasta que la muerte nos separe. —-le echó en cara.
James abrió la boca, completamente indignado, su cara se contrajo. La tomó otra vez del hombro y la metió en una bodega de suministros, suficientes personas los habían escuchado pelear ya.
-—¿Hablas en serio? —-preguntó, furioso. —-¿Te atreves a hablarme de nuestros votos?
-—Pues sí, cuando quieres abandonar...
-—¡No tienes ningún derecho! -—bramo, haciéndola estremecer. -—¡Tú, menos que nadie tienes derecho a decirme lo que juré, o a ordenarme que cumpla algo, algo que tú no hiciste Alice! -—La apuntó con el dedo. Ella se encogió cuando el comenzó a gritar mas fuerte. —-¡Hasta que la muerte nos separe..., y una mierda con eso! ¡Tú eres la que te fuiste!
-—¡Porqué lo necesitaba! —-gritó ella de vuelta, con los ojos acuosos. -—¡Yo estaba agonizando!
-—¿Y yo no? Alice, por amor a dios... ¿Alguna vez me preguntaste cómo me sentía?
-—PERDÍ A MI HIJO, JAMES.
-—TAMBIÉN ERA MÍO.
Aquello hizo que la rubia se tragará sus palabras, por primera vez, cayó en cuenta.
_____
2 AÑOS ATRÁS
—Vamos, Ali, solo uno más, tú puedes.... —le susurró James. Estaban en la sala de parto, era el momento de dar a luz a Liam.
Alice clavó sus ojos azules en los miel de James, estaba cansada, demasiado, el cansancio la estaba venciendo, pero no pudo con las ganas que tenía por conocer a su primer hijo.
Con un último esfuerzo, por fin sintió como el bebé salía.
—¡Eso es! —exclamó Megan. Alice y James se sonrieron, el moreno le depósito un beso en los labios.
La rubia frunció el ceño, la habitación se había llenado de un silencio, ni una exclamación, ni una palabra..., ni un llanto.
—Por... ¿Por qué no llora? —balbuceó la rubia, con el miedo invadiéndola. James intentó ver a la doctora, pero la tela se lo impedia. —¡Megan, ¿por qué mi bebé no llora? —chillo.
—Megan... —advirtió James.
La doctora Megan le dio una mirada a James de preocupación absoluta.
—Llamen a pediatría, ¡rápido!—ordenó ella a las enfermeras, que se movieron rápido.
—-¡Megan qué está ocurriendo!
En ese momento Fred entró por la puerta, tomó al niño de los brazos de la obstetra y lo puso sobre una camilla. Los sollozos de Alice le taladraban la cabeza a James.
Fred no decía nada, solo susurraba cosas.
-—DIME ALGO. —-bramo Ali. James la miró, tenía los ojos llenos de lágrimas como su esposa, y estaba completamente anclado al suelo, no podía moverse.
Luego de los que fueron los 5 minutos más largos de sus vidas, Fred finalmente se volteó. Tenía la cara completamente decaída, estaba pálido, la mirada tan triste, que James casi llora.
-—Lo siento, James... -—musito. El Potter funcio el ceño, Alice tenía la cabeza alzada para ver que pasaba.
Pero ambos sabían, ellos sabían.
Fred miró el reloj de la pared, y dijo aquellas palabras que terminaron por destruirlos.
—-Hora de la muerte 12:54
Alice soltó un grito tan fuerte, que logró hacer que James se moviera, las palabras entraron en su pecho y penetraron hasta su corazón, rompiéndolo. Jamás había experimentado tanto dolor en su vida.
Buscó a Alice con la mirada, se había puesto de pie, pero estaba tan débil que cayó al suelo. James se arrodilló junto a ella y la abrazó mientras sollozaba. La rubia se aferró a él como si la vida dependiera de ello.
Sintió como se le escapaba de las manos, así que apretó mas fuerte.
____
6 MESES ATRÁS
Alice se quedó congelada en el lugar dónde estaba, levantó la vista, James estaba frente a ella y la miraba casi con pena.
—-¿Papeles de divorcio? ¿De verdad?
-—Ali...
—No. —interrumpió. —No te atrevas a decir que esto es lo mejor, porque no lo es, James... —puso ambas manos sobre la mesa de aquel restaurante. —Lo estábamos intentando... No puedes rendirte ahora.
James tomó un sorbo de vino y la miró de nuevo.
—Pues lo hago, Alice, lo hago, me estoy rindiendo. Porque ya estoy harto.
Alice negó.
—Hicimos un juramento. —murmuró.
—Juramento que tú rompiste.
—Tenía que sanar de algún modo, James. ¡No lo entiendes!
—Oh, pero claro que lo entiendo, lo entiendo. Y no tenías que hacerlo sola. ¡Los dos perdimos a Liam, no solo tú!
Como siempre, las personas al rededor ya los estaban mirando mal, así que James sacó 100 euros y los dejó sobre la mesa.
Estaba harto de esa mierda.
—Solo, fírmalos Alice. —la rubia bufo, y el casi pudo escucharla diciendo "Huye, como siempre"
____
2 AÑOS ATRÁS
El aeropuerto siempre estaba lleno, como no, había personas corriendo de aquí para allá, algunas llegaban con horas de anticipación, algunas iban cinco o diez minutos tarde, personas perdían sus vuelos, sellaban pasaportes, documentaban maletas, algunas parejas se reencontraban, y otras, bueno...
-—No quiero que vayas... —le dijo James. Alice sonrió sin animo.
—Solo serán tres meses... —El pegó sus labios en la frente de su esposa.
—No creo poder estar tanto tiempo sin ti. —Ella le regaló una preciosa sonrisa.
—Voy a volver, lo prometo. —La ojiazul volteó a ver a Jasson, que ya tenía puesto su uniforme de militar y la esperaba en la puerta para subir al vuelo, luego volvió a ver a su esposo. —Debo irme, o JJ se irá sin mi.
James asintió y la abrazó muy fuerte, la aferró a él, como si de algún modo aquello le impidiera irse.
____
1 AÑO ATRÁS
-—POR DIOS, ALICE, CIERRA LA BOCA. —-bramo Potter caminando por la sala.
—-NO HEMOS TERMINADO DE HABLAR IMBECIL. —chillo de vuelta.
—¿Ahora me insultas? ¡Genial, eso es justo lo que faltaba! 3El pelinegro miró a la terapeuta, quién estaba sentada en el sillón, mirándolos fijamente. -—¿No se supone que deba ayudarnos? Solo está ahí sentada. -—espetó él. La mujer alzó una ceja, escribió algo en sus notas y cinco segundos después, los miró.
-—La sesión terminó, nos veremos mañana. Muy buen progreso.
-—¡Es una idiota! Le pago para que nos ayude, no para que se quede sentada a escucharnos pelear por una hora. —-Se quejó James mientras caminaban por el estacionamiento.
-—Ella dice que la comunicación es...
-—Eso no es comunicarse, Alice. —-abrió la puerta del auto y entraron. Soltó un suspiro. -—No esta funcionando.
Alice no dijo nada, se quedó mirando por la ventana. Hasta que el auto se paró en una luz roja.
-—Dale tiempo. —-Él la miró unos segundos, las luces de la ciudad se reflejaban en su cara. Soltó un suspiro, asintió y le tomó la mano.
-—Solo es cuestión de tiempo. ¿Verdad?
Alice curvó los labios y también asintió.
____
2 AÑOS ATRÁS
-—¿Cuánto?
—-Dos meses mas, o tal vez cuatro, no lo sé..., las cosas están muy mal aquí.
James se masajeo las cienes. Estaba sentado en la ventana de su oficina, donde tenía mejor recepción telefónica, pero aún asi la llamada se cortaba cada tanto.
-—También aquí están mal, Ali. -—la escuchó suspirar del otro lado de la línea.
-—Amor, lo lamento... -—soltó un suspiro. Ya estaba harto de esas tres palabras, siempre era lo mismo.
-—Está bien... debo irme, tengo cirugía en 20 minutos.
-—Te amo.
—Sí, yo también.
—¿Quién era? —preguntó Albus entrando por la puerta.
—Ali.
—¿Volverá pronto? —él negó con la cabeza, Albus alzó una ceja. —¿Volvió a extender el servicio en Irak?
—Sí. No sé qué está pasando con ella... ya la extendió dos veces..., incluso Jasson volvió.
—¿Qué es lo que harás? ¿Esperar a que vuelva?
No dijo nada por un largo rato. En seguida las palabras "claro" se le vinieron a la mente, pero luego se preguntó si lo decía en serio.
Sacudió la cabeza un par de veces.
—Por supuesto..., es mi esposa.
___
4 MESES ATRÁS.
Tocó la puerta del departamento. James le abrió, estaba en pijama y parecía muy cansado.
—¿Ali? ¿Qué haces aquí tan tarde?
—Yo..., eh, yo... —tomó aire antes de seguir hablando. —Voy a firmar los papeles del divorcio.
La cara de él se contrajo.
¿Hablaba en serio? ¿Qué estaba haciendo? ¿Cómo se sentía al respecto?
No pudo responder ninguna de esas preguntas en ese momento.
Era consiente de que su estómago se había estrujado, y algo en su pecho le molestaba a tal punto, que solo quería tirarse al suelo y no levantarse nunca.
—¿Por qué el cambio? —logró preguntar.
Alice se encogió de hombros y miró el suelo.
—Supongo que ambos nos rendimos.
Se le formó un nudo en la garganta, al verla ahí, tan pequeña, triste, rendida.
La amaba, claro que la amaba. Sabía que aquello no tenía ningún futuro. Pero eso no quería decir que no le hiciera daño.
¿Por qué tenía ser tan difícil todo?
No pensó que sería tan doloroso, estuvo pidiéndole el divorcio por tanto tiempo, que olvido su verdadero significado, y ahora, cuando todo parecía real y estaba frente a él, la idea de una vida sin Alice lo estaba matando.
—Ali...—musito, ella abrió los ojos y le miró el alma con ellos, parecía a punto de derrumbarse.
Alice sintió impotencia, lo odiaba, odiaba a James por todo aquello, pero también se odiaba a ella misma, porque sabía que era tanto su culpa como la de él.
Odiaba amarlo, a pesar de todo, lo seguía amando, siempre lo amaría, y por consiguiente seguía doliendo.
El pelinegro sintió como todos sus sentimientos se juntaban en su pecho y explotaron al verla otra vez.
Una idea se instauro en su cabeza, un deseo. Y lo tomó.
Se acercó a ella y la besó.
No sabe por qué que, si el calor del momento, sus ganas de tocarla o el hecho de que sabía que sería la última vez, pero lo hizo.
Ella al principio no reaccionó, se quedó quieta, procesando.
Era la primera vez en 6 meses que lo volvía a sentir tan cerca.
Luego, cuando James se iba a alejar, ella lo tomó por la camisa para que no lo hiciera, entonces profundizo el beso, haciéndolo fuerte, salvaje, como si quisieran hacerse daño, daño físico. Descargaron todo sentimiento de furia en aquel beso.
James la cargó, Alice por inercia enrollo sus piernas al rededor de él, y justo cuando menos lo esperaba, lo tenía encima, sin camisa, en el dormitorio.
Cuando terminaron, quedaron desnudos bajo las sabanas, boca arriba y respirando lento.
Ninguno de los dos llegó a comprender que había pasado en ese momento, pero había sido mas doloroso de lo que alguna vez creyeron.
—Llamaré a mi abogado mañana temprano. —musito Ali, viendo el techo.
—Sí..., haré lo mismo.
Se incorporaron al mismo tiempo, dándose la espalda. Alice se vistió mecánicamente. James ya se había levantando, y con el corazón en la mano, solo fue capaz de mirarla.
—Debo irme.
En otro tiempo, le habría dicho "Quédate" pero las palabras murieron en su mente tan rápido como lo pensó, así que no dijo nada.
Solo la dejó ir.
____
PRESENTE
.
—...Este es uno de los divorcios mas fáciles que he visto.
—¿Esos son los papeles?
-—Asi es, debe firmar bajo su nombre...
—¿Quieres hacer esto?
—Alice... —La voz de James sonó lastimera, como si el hubiera recordado todo también, como si los dos hubieran visto su vida juntos, pasar frente a ellos.
Pero ya no había marcha atrás.
La rubia puso su mano sobre el bonche de hojas. El tiempo se detuvo, ya no escuchaba el tic tac. Sólo podía escuchar su corazón latir, con cada firma que daba, una parte de ella se hacia pedazos. Con cada movimiento que hacia, sus ojos se mojaban más, la pluma se sentía pesada, y su cuerpo dolía.
Estaban cansados, habían pasado por tanto, y todo aquello se resumía en esto, 12 hojas de papel blanco y brillante.
El abogado tal vez tenía razón, como una simple hoja de papel y algo de tinta resolvían 3 años, así nada mas.
Terminó con la última firma y la miró unos minutos.
—¿Eso es todo? —preguntó, a nadie en realidad.
—Sí, al parecer es todo.
—Bien. —tomó su bolso y se levantó, ni siquiera fue capaz de mirarlo por última vez.
James se levantó, no supo si para irse también, o para detenerla.
No pudo hacer ninguna de las dos.
Ambos pensaban lo mismo en ese momento.
Déjalo ir.
Y se fueron.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top