La atmósfera en la sala se llenó de expectación mientras todos compartían risas y charlas. La puerta se abrió, revelando la entrada de Lester, el hermano menor de Bo y Vincent. Lizzy, recordando el encuentro en la carretera, le dedicó una sonrisa amable que fue correspondida por Lester.

Lizzy: ¡Hola, Lester! ¿Cómo estás?

Lester, con una expresión alegre, respondió:

Lester: ¡Hola, Lizzy! Estoy bien, gracias. Me alegra verte de nuevo.

Las miradas curiosas de los demás no pasaron desapercibidas, pero Lizzy, sin dejarse llevar por prejuicios, continuó siendo amable y dulce con Lester. Entre risas y anécdotas, la reunión se desarrolló con armonía, mostrando que Lizzy no juzgaba a las personas por su apariencia, sino por el corazón que tenían.

Bo, intrigado, notó la conexión entre Lester y Lizzy y decidió preguntar:

Bo: Parece que ya se conocen, ¿verdad?

Lizzy, con una sonrisa, asintió:

Lizzy: Sí, nos encontramos en la carretera antes de llegar aquí. Lester fue muy amable y nos ayudó cuando nuestro auto se averió.

Bo, con un gesto de agradecimiento, miró a Lester:

Bo: ¡Vaya, gracias por ayudar a Lizzy y a sus hermanos! ¿Cómo fue que se conocieron?

Lizzy procedió a contar la historia del encuentro en la carretera, mencionando cómo Lester les brindó su ayuda y, a pesar de algunas actitudes peculiares, ella siempre fue amable con él. La explicación de Lizzy despejó cualquier malentendido y fortaleció la conexión entre todos.

Lizzy agregó algunos detalles adicionales:

Lizzy: Sí, Lester fue muy amable. Cuando nuestro auto se averió, él nos ayudó a continuar nuestro viaje. Incluso después de eso, nos encontramos nuevamente en el pueblo cuando íbamos camino al cine. Lester nos hizo reír y nos ayudó a pasar un rato agradable.

Bo asintió, tomando nota de la historia:

Bo: Bueno, parece que Lester tiene un don para encontrarse en los momentos oportunos. ¿Qué les parece si todos vamos a caminar por el pueblo y disfrutamos de la tarde?

Los seis, entonces, se dirigieron hacia el pueblo para explorar, sin saber que Bo había pasado la mañana limpiando el cine de los cuerpos de cera. La historia inventada sobre la ausencia de personas en el cine se convirtió en parte de la narrativa de ese día.

Antes de ir al cine, mientras paseaban por el pueblo, Lester volvió a tener una actitud inapropiada al mirar el trasero de Lizzy y Nina. Los hermanos mayores, Vincent y Bo, reaccionaron de inmediato y le pegaron levemente en la cabeza como advertencia.

Vincent suspiró, preocupado por las continuas actitudes de su hermano, y Bo, notando su expresión, lo amenazó en voz baja:

Bo: Lester, esto no está bien. Deja de comportarte así o habrá consecuencias. No queremos problemas.

Vincent asintió, esperando que su hermano menor entendiera la gravedad de la situación. Luego, los seis continuaron su paseo por el pueblo, tratando de disfrutar del día sin más contratiempos.

Bo, con una sonrisa encantadora, le propuso a Lizzy ir al cine esa noche. Quería tener un momento especial a solas con ella, lejos de las miradas curiosas y las tensiones de la casa de cera. Lizzy, emocionada, aceptó la invitación con entusiasmo.

Bo: ¿Qué te parece si esta noche vamos al cine? Hay una película que me encantaría ver contigo.

Lizzy, con una amplia sonrisa, asintió:

Lizzy: ¡Claro, suena genial! ¿A qué hora?

Bo: A las ocho. Pero hay algo que debes saber, Lizzy. No suele haber mucha gente en el cine, así que podríamos tenerlo casi para nosotros solos.

Lizzy, intrigada, preguntó:

Lizzy: ¿Por qué no hay mucha gente?

Bo, inventando una historia:

Bo: Resulta que a esta hora suelen proyectar una película que ya todos han visto. Así que la gente prefiere ir a otros horarios. Pero para nosotros, será perfecto.

Lizzy, sin sospechar nada, aceptó la explicación de Bo, emocionada por la perspectiva de un cine prácticamente privado. La noche se avecinaba, y ambos esperaban ansiosos su momento juntos en la pantalla grande.

En el cine, Bo y Lizzy se acomodaron en sus asientos, listos para disfrutar de la película. Bo, sin embargo, no podía evitar distraerse con la presencia de Lizzy a su lado. Durante la proyección, se acercó sutilmente a ella, buscando la complicidad de la oscuridad de la sala.

Bo: (susurrando) ¿Estás disfrutando de la película?

Lizzy, tratando de prestar atención a la pantalla, respondió:

Lizzy: Sí, está bien. ¿Y tú?

Bo, con una sonrisa pícara, le susurró al oído:

Bo: No puedo evitar distraerme con algo mucho más interesante a mi lado.

Lizzy rió suavemente, sintiéndose halagada por la atención de Bo. A medida que avanzaba la película, Bo se atrevió a robarle un suave beso en la oscuridad. Lizzy, sorprendida al principio, respondió con una sonrisa y le devolvió el gesto.

La complicidad entre ellos crecía, y Bo aprovechaba cada momento para expresar su interés en Lizzy. Aunque la película avanzaba, sus pensamientos estaban más centrados en ella que en la trama en la pantalla. La noche en el cine se convirtió en un capítulo más de su creciente conexión, marcado por risas, miradas cómplices y la dulce sensación de un romance naciendo en la penumbra.

Después de disfrutar de la película en el cine, salieron a la entrada, donde la luz de las farolas iluminaba la noche. Bo, tratando de mantener la normalidad, propuso con entusiasmo:

Bo: ¡Esa película fue increíble! ¿Qué les parece si todos vamos juntos a comer algo? Hay un buen lugar no muy lejos. Nosotros, Vincent, Lester y yo, podemos ir por la comida, y ustedes pueden quedarse cómodos en casa. ¿Qué opinan?

Nina, Theo y Lizzy, sin sospechar nada, asintieron con agrado ante la sugerencia. Bo y sus hermanos caminaron hacia el restaurante mientras los demás se dirigieron a la casa de cera, ajenos a las extrañas circunstancias que rodeaban su visita.

Después de unos minutos de caminata, llegaron a la casa de cera, donde Bo y sus hermanos elaboraron una excusa para que sus nuevos amigos no se marcharan esa noche.

Bo: Miren, chicos, hay algo que necesitamos decirles. Resulta que, cuando revisamos el auto de Lizzy, descubrimos que hay un problema con una pieza clave. Necesitamos reemplazarla, pero aún no hemos encontrado el repuesto adecuado en la ciudad.

Vincent y Lester asintieron, respaldando la historia de Bo, mientras que Lizzy, Nina y Theo escuchaban con atención.

Bo: Lo siento mucho, Lizzy. Me siento responsable de esto y quiero asegurarme de que estés bien. Por eso, pensamos que sería mejor que se quedaran con nosotros esta noche, al menos hasta que resolvamos este problema del auto.

Lizzy asintió comprensivamente, agradeciendo la preocupación de Bo y aceptando la sugerencia de quedarse. Aunque se sentía un poco desconcertada por la situación del auto, confiaba en que Bo y sus hermanos encontrarían una solución pronto.

Mientras caminaban de regreso a la casa de cera, las chicas compartieron sus pensamientos y sentimientos.

Nina: (sonriendo) Chicos, creo que Vincent es increíble. Hay algo en él que me atrae mucho.

Lizzy: (riéndose) ¡Oh, no me digas! Resulta que Bo también me parece increíble. Es como si nos hubiéramos enamorado a primera vista.

Nina: (asombrada) ¡Qué coincidencia! ¿No es eso genial? Ambas encontramos a chicos increíbles en este extraño lugar.

Lizzy: Sí, Theo, ha sido todo un giro. Pero creo que es emocionante.

Nina: (mirando a Theo) Y tú, ¿alguna chica especial que te haya llamado la atención?

Theo: (sonrojándose) Bueno, no lo sé... Quizás más adelante. Pero por ahora, quiero asegurarme de que ambas estén bien y felices.

Mientras tanto, Bo y sus hermanos tenían una conversación más seria.

Bo: (serio) Vincent, Lester, necesitamos hablar sobre Lizzy y Nina. No quiero que miren a las chicas de manera inapropiada, ¿entendido? Nos estamos enamorando de ellas y no quiero que nada malo les suceda.

Vincent: (asintiendo) Lo entiendo, Bo. No permitiré que nadie las lastime.

Lester: (sonriendo maliciosamente) No te preocupes, Bo. Seré el protector de las chicas. Nadie les hará daño mientras yo esté cerca.

Bo: (serio) Pero también necesitamos tener cuidado con nuestro secreto. No queremos que descubran lo que realmente somos.

Vincent: (asintiendo) Estoy de acuerdo. Protegeremos a las chicas y nuestro secreto a toda costa.

La noche prometía más sorpresas y desafíos para este peculiar grupo.