Capitulo 3

Eres tan hipnotizante
¿Podrías ser el diablo?
¿Podrías ser un ángel?
Tu toque magnetizado
Se siente como si estuviera flotando
Deja mi cuerpo resplandeciente

Dicen, ten miedo
No eres como los demás
Amante futurista
ADN diferente
Ellos no te entienden

Eres de otro mundo
Una dimensión diferente
Abres mis ojos
Y estoy lista para ir
Guíame hacia la luz

Bésame, b-b-bésame
Inféctame con tu amor, y
Lléname con tu veneno
Llévame, l-l-llévame
Quiero ser tu victima
Lista para el secuestro

Chico, eres un alien
Tu toque tan extraño
Es sobrenatural
Extraterrestre

Eres tan supersónico
Quiero sentir tus poderes
Aturdeme con tu láser
Tu beso es cósmico
Cada movimiento es mágico

Eres de otro mundo
Una dimensión diferente
Abres mis ojos
Y estoy lista para ir
Guíame hacia la luz

Bésame, b-b-bésame
Inféctame con tu amor, y
Lléname con tu veneno
Llévame, l-l-llévame
Quiero ser tu victima
Lista para el secuestro

Chico, eres un alien
Tu toque tan extraño
Es sobrenatural
Extraterrestre

Esto es trascendental
En otro nivel
Chico, eres mi estrella de la suerte

Quiero caminar sobre la longitud de tu onda
Y estar ahí cuando vibres
Por ti lo arriesgaré todo
Todo

Bésame, b-b-bésame
Inféctame con tu amor, y
Lléname con tu veneno
Llévame, l-l-llévame
Quiero ser tu victima
Lista para el secuestro

Chico, eres un alien
Tu toque tan extraño
Es sobrenatural
Extraterrestre

Extraterrestre
Extraterrestre

Chico, eres un alien
Tu toque tan extraño
Es sobrenatural
Extraterrestre

Bajo la luz plateada de la luna, sus labios se encontraron en un baile íntimo y etéreo, como si sus almas hubieran entrelazado susurros y promesas a lo largo de las eras. Fue un encuentro celestial, donde las estrellas parecían titilar con complicidad mientras ellos descubrían un universo propio en ese beso.

Las manos fuertes de Bo, hábiles artífices del deseo, se fundieron con las suaves extremidades de Lizzy, como si fueran piezas de un rompecabezas destinadas a encajar perfectamente. Cada contacto era un eco de melodías ancestrales, una sinfonía que resonaba en sus corazones acelerados.

Los latidos de sus corazones, convertidos en la partitura de su amor, vibraban en armonía, creando una composición única que solo ellos podían entender. Y mientras se perdían en ese abrazo celestial, la luna, testigo silencioso de su conexión celestial, iluminaba su amor con su resplandor plateado.

Bajo la égida celestial de la luna llena, sus cuerpos se fusionaron en un ballet de deseo y amor, como dos estrellas que convergen en un abrazo cósmico. Las caricias de Bo, generalmente fuertes y decididas, se tornaron en suaves melodías que acariciaron la piel de Lizzy con ternura. Era como si el universo entero estuviera presente en ese momento, dando su bendición a la unión de dos almas destinadas.

Los jadeos suaves se entrelazaban con susurros apasionados, como el suave murmullo de la brisa nocturna que acariciaba los contornos de sus cuerpos. Lizzy, normalmente dulce y tierna, se transformó en un torbellino apasionado que guió a Bo por los senderos de la entrega y la intimidad. Cada beso era un poema escrito en la lengua de la pasión, cada caricia una obra maestra pintada con los pinceles del deseo.

Bajo la luz plateada, sus movimientos eran una danza cósmica, una coreografía de amor que se desplegaba con cada roce y suspiro. Bo, a pesar de su naturaleza brusca, se convirtió en el protector de la delicada flor que era Lizzy, cuidándola con una devoción que solo el amor verdadero puede inspirar.

Cuando la unión celestial llegó a su apogeo, fue como si el universo entero contuviera la respiración, anticipando el nacimiento de una nueva estrella en su honor. El fulgor de la luna iluminaba sus cuerpos entrelazados, dejando grabado en el firmamento el capítulo inaugural de su amor eterno.

Bajo la plateada luz de la luna llena, Bo y Lizzy compartieron un momento íntimo, entregándose el uno al otro con pasión y ternura. Mientras se sumergían en esa conexión profunda, Bo tomó con cariño las manos de Lizzy, como si fueran delicadas mariposas que merecían ser sostenidas con cuidado. Lizzy, sintiendo la fuerza y el afecto en ese gesto, apretó sus manos contra las suyas, uniendo sus corazones en un delicado compás.

Entre susurros y suspiros, Bo confesó su deseo y amor por Lizzy, expresando lo especial que ella era para él. Lizzy, con una sonrisa juguetona, compartió sus sentimientos, revelando cómo la presencia de Bo encendía en su corazón una llama única y especial.

Después de ese momento mágico, Lizzy se recostó en el pecho de Bo, sintiendo la calidez de su abrazo. Bo besó tiernamente la coronilla de Lizzy, sellando su conexión aún más. Unidos por el lazo invisible del amor, entrelazaron sus dedos, como si estuvieran prometiéndose uno al otro en la suavidad de la noche.

Sus palabras, sus gestos y sus suspiros crearon una sinfonía única, una melodía que resonaría en sus corazones mucho después de que la luna hubiera cedido su lugar al sol.

Bajo el manto plateado de la luna llena, Bo acarició suavemente la mejilla de Lizzy mientras sus ojos se encontraban, reflejando el deseo y la ternura que compartían.

Bo: Lizzy, eres la luz en mi oscuridad, la calma en mi tormenta. No puedo resistirme a ti, a este sentimiento que nos envuelve.

Lizzy, con una sonrisa encantadora, respondió:

Lizzy: Bo, nunca imaginé que algo así podría sentirse tan natural y tan hermoso. Contigo, todo se vuelve más brillante.

Bo deslizó sus manos por la espalda de Lizzy, acercándola más a él.

Bo: Quiero explorar cada rincón de tu ser, descubrir los secretos que guardas y compartir contigo los míos.

Lizzy, entrelazando sus dedos con los suyos, susurró:

Lizzy: Bo, me haces sentir viva de una manera que nunca antes había experimentado. Contigo, todo cobra sentido.

La intimidad entre ellos continuó, sus cuerpos y corazones sincronizándose en una danza apasionada. En medio del éxtasis, Bo tomó las manos de Lizzy con ternura, como si fueran la conexión tangible de sus almas.

Bo: Lizzy, eres mi ancla en esta locura, mi faro en la oscuridad. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar.

Lizzy, sintiendo la verdad en esas palabras, respondió:

Lizzy: Y yo te amo, Bo. Eres mi sueño hecho realidad, mi refugio seguro.

Después de ese momento íntimo, Lizzy se recostó en el pecho de Bo, sintiendo su corazón latir en armonía con el suyo. Bo la abrazó con fuerza, sellando el pacto silencioso de un amor que trascendía cualquier obstáculo.


Al despertar con la suave luz de la mañana, Bo no pudo resistirse a admirar a Lizzy mientras dormía. La observó con cariño, capturando cada detalle de su rostro sereno y la manera en que la luz del amanecer acariciaba sus cabellos.

Bo, incapaz de contener su amor, comenzó a desprenderla de sueños con besos y caricias tiernas. Lizzy, entreabriendo los ojos, lo miró con curiosidad.

Lizzy: ¿Llevas mucho tiempo despierto?

Bo, continuando con sus caricias, respondió con una sonrisa:

Bo: No mucho, pero cada momento que paso admirándote es un tesoro. Te ves tan hermosa al despertar.

Lizzy, sonrojándose ligeramente, preguntó con dulzura:

Lizzy: ¿Te gusta observarme mientras duermo?

Bo, besando su frente con ternura, confesó:

Bo: Me encanta, Lizzy. Es como contemplar un cuadro perfecto. Si por mí fuera, te seguiría admirando por mil años más.

Así, entre risas y susurros, comenzaron su día, envueltos en la magia de un amor que crecía con cada amanecer compartido.

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