06.
A lo lejos se escuchaba un teléfono sonar, sabía que el mío no era ya que siempre lo tengo en vibración, parpadee varias veces pero el sueño me ganó y lo deje pasar pero a los diez minutos el teléfono volvió a sonar.
Gruñí y me levanté como pude de mi cama y bajé al primer piso para contestar la llamada.
– ¿sí? hola–hablé somnolienta–
–Mi niña–habló mamá del otro lado. – ¿por qué no contestaban? ¿Están bien?
Si supieras que no puedo ni con mi vida.
–todo bien mami. –respondí asintiendo como que si ella me fuera a ver.
– ¿y tú hermano?
–Ya estabas demorando–rodé los ojos. –supongo que se ha de estar bañando o que se yo–ella río.
–mi hijo tan bello como siempre.
–sí, bueno, ¿a qué hora vienes?
–En unas horas, no tardó–respondió ella.
Y así seguimos hablando un rato más, me comentó que papá está con ella y que hay un nuevo socio interesado en invertir en la empresa.
Luego de eso ella colgó.
Suspiré y volví a subir a mi cuarto para tomar mi celular, mis ojos se abrieron hasta más no poder al ver la hora.
– ¡Oh por dios!–dije asombrada–juró que no vuelvo a tomar más.
Salí de mi cuarto para entrar al de taehyung ya que él no acostumbra ponerle seguro al menos que esté algo ocupado con su perra.
–Oye–lo moví de su hombro–despierta son las 2:43pm.
–Uhm– abrió uno de sus ojos, parpadeo varias veces antes de poner su vista fija en mí.
–si así es amanecer en el cielo no me imagino como será en el infierno–río.
– ¿De qué hablas tarado?–lo miré dudosa, me acerqué a él para quitarle las sábanas.
Pero fue ahí que caí en cuenta que no traía nada puesto más que mi lencería roja de encaje.
– ¡Eres un odioso!–grite una vez que me alejé.
Él solo se levantó, negó con la cabeza y se metió al baño.
Yo por otro lado salí corriendo a ponerme algo encima, traté de calmarme y bajé al primer piso.
Después de un rato bajo taehyung con una Bermuda corta color negra y su camisa blanca de celine que a veces me la suelo poner para dormir.
– ¿Qué haces?– Preguntó una vez que se sentó a mi lado.
–es obvio, ¿no? –Lo miré–lo que tú no haces. – seguí en mi celular.
–Andate a la mierda– dijo tirándome un cojín y se fue a la cocina.
–Vete tú primero–dije cuándo aparte el cojín–y si no pues nos vamos juntos y agarrado de las manos, tarado.
Dos minutos después volvió a aparecer por la sala llamándome.
–Mell, tú sabes que te quiero, ¿verdad?
–Plata no tengo. –
–No es eso pendeja–
– ¿Y entonces?–lo miré.
–es que... Tú sabes cocinar y pues, yo tengo hambre. –dijo acercándose a mí.
–ya ¿y que con eso?–lo mire por el rabillo del ojo mientras seguía en mi celular.
–Por favor– vi cómo junto sus manos en forma de súplicas.
–está bien, pero tú me ayudas.
El asintió, Nos levantamos y nos encaminamos hacia la cocina.
–y bien, ¿qué quieres comer? –pregunté sentándome en la isla de la cocina.
Pensó algunos segundos antes de responder.
–empanadas–respondió –te acuerdas que mamá la otra vez nos la preparó viendo una receta rara en YouTube.
Reí por aquel recuerdo.
–Entonces, manos a la masa–seguía sentada en la isla–saca todo lo necesario.
Él me miró mal y luego se acercó a la alacena a sacar todo lo que se necesitaba.
– ¿Al menos vas a bajar de ahí?–me miró una vez que había sacado todo.
Le saque la lengua como niña pequeña y bajé de aquel lugar para ubicarme a su lado.
Busque los recipientes y ahí taehyung comenzó a hacer la gran masa, que más bien parecía chicle de lo pegajosa que estaba.
–Debes poner más hari... na–tropecé sin querer y cierta parte había caído en su cara.
–lo siento, lo siento–cogió una franela del mesón y comencé a limpiarlo.
Ni siquiera me percate cuándo taehyung había lanzado harina en mi cara.
–Estamos a mano–puso su dedo índice en mi nariz.
Y así empezó la guerra, él comenzó a lanzarme huevos, agua y yo de igual manera, corríamos por toda la cocina lanzandonos cosas.
–Espera, espera–dije agitada–no puedo más–reí–oh no, no te atrevas–vi que se venía acercando con una taza de aceite con esencia vegetal color verde.
Alcance a coger un frasco de mayonesa lista para el ataque.
–Kim taehyung... No respondo– dije retrocediendo.
–hagamos una tregua–dijo–no te lanzó esto, con la condición de que me des un besó. –vi como mojo su labio inferior algo nervioso.
Reí por lo que dijo y luego lo vi–estás bromeando, ¿verdad?–el negó y dejó aquella taza en el mesón.
–No lo hago Mell, solo uno, por favor– dijo acercándose a mi lentamente.
–Estás loco–lo esquive–
–vamos Mell, solo será uno– intentó acercarse de nuevo a mí.
–Qué asco–dije haciendo una mueca–nunca besaría a mi hermano.
Me encamine hacia la puerta pero él se paró en medio de ella evitando el paso.
–taehyung, por favor no insistas o le diré a mamá– me comencé a sentir incómoda por su cercanía.
Me tomó fuerte de las muñecas evitando cualquier movimiento de mi parte.
–Será rápido– su rostro se iba acercando al mío al punto de rozar nuestras narices, nuestras respiraciones se mezclaban, yo por otro lado apretaba mis labios para no tocar los de él.
– ¡Estamos en casa!– gritó mamá, salvada por la campana.
Él me soltó y maldijo por lo bajo, pero esta vez fui yo la que me acerqué a él.
–si vuelves a acercarte así de esa manera iré y le diré a papá, aunque sería gastar saliva hablando con él ya que nunca me cree–hablé enojada– estás enfermo.
Y Sin más salí a recibir a mamá.
– ¿Qué te pasó?– dijo ella viéndome sorprendida
– ¿Que pasó de qué?–respondí con otra pregunta aún sin entender.
–Mira como estas–dijo mi padre señalando me–pareces una loca recién salida de algún manicomio.
Y fue ahí cuando me alarme, ¡la cocina!
–Todo tiene una explicación– hablé rápido–teníamos hambre y quisimos preparar algo ya que las empleadas no estaban.
– ¡ay no! mi cocina– dijo mi madre preocupada, ni siquiera pude detenerla y al entrar quedó en shock, taehyung aún se encontraba parado ahí.
– ¿¡qué diablos pasó aquí!?–gritó al ver todo ese desastre, taehyung y yo nos señalamos al mismo tiempo.
–fue el–dije enseguida.
–Fue ella–dijo al mismo tiempo.
Mi madre se acercó a la isla y dijo las bolsas ahí para luego hablar.
–están castigados y limpian esto ahora, no importa de quién haya sido la culpa, y tú–me señaló–no iras al desfile de esta semana.
Abrí la boca sorprendida y a la vez indignada, no fue mi culpa, bueno, un poco no más.
Mi madre giró sobre sus tacones y salió por aquella puerta.
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Uolaaa ya estoy de regreso, no había tenido el tiempo de actualizar por lo que ya había contado antes y también porque estoy escribiendo otra historia, esa es algo más personal, también espero que le den amor.
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