2017

— Siento que me ahogo.

— No eres su madre.

— No lo sé.

No hagas esto.

— Me duele.

— Apaga la televisión.

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 Osaka en febrero podía ser muy lluvioso, mucho más que Tokio, y eso era algo que Akaashi tal vez agradecía, porque los fines de semana, que pasaba casi todas las semanas allí, le gustaba ese tipo de paisajes para escribir.

Ya iban algunos meses desde que Kenma le propuso editar su novela a una ligera, ya que tenía un amigo en una editorial que podría llegar a interesarle y lo hizo. Akaashi estaba comenzando a trabajar en la publicación de su primera obra durante los sábados y domingos, o cuando Tenma le daba un respiro, y todo iba sobre las cuatro ruedas necesarias.

Ya casi tenía los primeros cinco capítulos trascriptos para corrección, uno más y podrían mandarlo a la editorial para revisiones finales y terminar de firmar los contratos.

Pero eso no era lo único que Akaashi hacía los fines de semana, claro que no viajaba horas y horas en auto para escribir con lluvia en un pent-house, iba principalmente para ver a su pareja, quien ahora mismo se encontraba en un entrenamiento especial.

Y cuando se encontraba solo en la casa de Bokuto, aunque dedicará su mayor tiempo a escribir, no podía evitar ordenar el lugar, Kōtarou nunca había sido bueno con los quehaceres y el estar solo, le había obviarlos mucho más.

Por lo que para las cuatro de la tarde y con un bloqueo en su mente, Akaashi comenzó a juntar todas las prendas dispersas por el lugar y meterlas al lavarropas, esperando a que Bokuto llegará, para las cinco lavó los platos y los seco, dejándolos en sus alacenas, mientras intentaba llamar a su pareja, a las seis barrió y trapeó el suelo de todo el lugar incluido el cuarto que había tendido, pensando que tal vez a Bokuto le había ocurrido algo.

Y ya para las siete de la tarde, dónde recibió la comida traída por un repartidor y aún sin que volviera su imaginación, tal vez ahora por la preocupación latente, decidió llamar a Kenma en una videollamada mientras doblaba la ropa que ya se había secado en la otra máquina de la lavandería.

"- No aparece, he limpiado toda la casa para no pensar en ello y no puedo contactarlo."

Kenma del otro lado de la línea estaba a punto de incendiar su propia casa, si no se encontrará Kuroo y KuroNeko allí, del enojo que le generaba ver a su amigo así.

"- Si quieres, puedo pedirle a Kuro el número de alguno de sus compañeros, de seguro está con ellos."

Akaashi aceptó, y mientras Kenma esperaba que Kuroo viniera hacía el cuarto donde se encontraba hablando, comenzó a preguntarle a Akaashi por los avances que debía terminar para la semana. Teniendo que escuchar del bloqueo que había cursado durante toda la tarde, que para su sorpresa era en una de las primeras peleas de la pareja que protagonizaba la historia.

"- ¿Qué necesitas Gatito?" Habló el mayor al aparecer en pantalla. "- Oh, hola Akaashi, ¿Estás con Bo?"

Kenma comenzó a susurrar en su oído, mientras Akaashi observaba a cualquier otro punto que no fuese la pantalla, sabía bien que Kenma le estaba explicando la situación completa a Kuroo, y no le molestaba, pero realmente solo quería saber por qué su pareja no llegaba.

"- Te daré el número de Atsumu, es el único que tengo y es con quién pasa más tiempo Bokuto."

Se quedó sorprendido, Akaashi no había tenido tiempo aún de asistir a alguno de sus entrenamientos, hacía años que no veía partidos de Liga por su cuenta y la lista de jugadores aún no era actualizada para que apareciera Bokuto, por lo que no había investigado mucho sobre el equipo, ¿Acaso hablaban de Miya Atsumu?

"- Pero, no eres su madre Akaashi, no puedes esperarlo siempre que desaparezca, deberías estar trabajando en tus cosas."

Akaashi pasó de la sorpresa a quedar perplejo, en años de relación como amigos con Kuroo, este nunca había tomado bandos en la relación como hizo Kenma y Bokuto, o hasta él mismo siempre apoyando al rubio cuando peleaban, era la primera vez que oía a un amigo de Kōtarou y no suyo decir que algo estaba mal.

" - Yo lo hago porque lo amo, no porque él me lo pida Kuroo."

" - ¿Ahora mismo quieres estar allí? Solo en ese lugar ajeno, sabiendo que llegará ebrio y tú no podrás continuar trabajando." Notó como Kenma lo golpeaba en el hombro, y Kuroo solo reía. " - Pero no me entrometeré más de lo necesario."

Akaashi quedó en silencio frente a Kenma y Kuroo medio discutiendo, hasta que recibió el número y el mayor desapareció de la cámara.

"- Si no quieres estar allí, puedes volver Keiji, eres un adulto y no debes cubrir turnos." Habló Kenma mientras se despedía. "- Puedes venir a casa yo me he despertado hace una hora, el último tren sale ocho treinta."

Se despidió sin contestar a la invitación, mientras comenzaba a marcar en el teléfono el número, su mente ya se había sobre cargado como para preocuparse de a quien estaba marcando, hacía años no hablaba con Osamu, ¿Tal vez le había mencionado a su hermano lo ocurrido entre ellos?

" - ¿Quién habla?" Una voz sería acompañada por voces de fondo atendió.

" - ¿Miya Atsumu? Soy Akaashi Keiji, el amigo de Bokuto."

" - Atsumu está cenando con sus amigos, entre ellos Kōtarou," la voz sonaba como si se estuviera riendo, Akaashi comenzó a ponerse nervioso. "- soy Osamu."

Por un segundo casi contesta como si nada, para decir que quería hablar con Bokuto, pero apenas sus neuronas hicieron llegar el nombre a su consciente se ahogó.

" - ¿Akaashi? ¿Sigues allí?"

"Disculpa Miya-san, sí. ¿Podría hablar con Bokuto-san?"

Escuchó una positiva y como las puertas se abrían, maximizados el volumen de las voces, seguidos de un "Es Akaashi, -murmullos. - es el teléfono de Atsumu, idiota."

"- ¡AGAASHE!" gritó Bokuto por el parlante. "¡Estamos en Onigiri's Miya, debes venir, queda justo frente a la heladería que siempre vamos, te espero!" Sonaba ebrio, a las siete y veinte de la tarde.

Y el teléfono se descolgó tan rápido como escuchó las últimas palabras, se quedó perplejo unos segundos observando su piyama, cual estaba oculto por un delantal que había usado para limpiar.

¿Acaso lo estaba jodiendo?

Se cambió lo más rápido posible mientras guardaba la computadora y apuntes en el bolso que había traído por la mañana, tomando las llaves del auto junto a la puerta mientras conducía con los dedos aferrados al volante como si lo fuese a perder.

Lo estaban jodiendo, y demasiado.

Bajó apenas divisó la heladería y un local frente que nunca había notado, debía dejar de observar tanto a Bokuto con un cucurucho y comenzar a ver a sus alrededores, se repitió.

Apenas entró, aunque el cartel marcaba como cerrado no divisó a nadie a primera vista, aunque podía oír las estruendosas voces que estaban en el cuarto privado del fondo, dónde se dirigió sin pensarlo, pero una mano le frenó la puerta.

- No te recomiendo que entres así. - observó al chico a su lado, su día iba de mal en peor. - Deberías respirar un poco antes de hacer una escena, o que Bokuto la haga.

Maldita seas el día que permitió que alguien más que su círculo cercano supiera su relación con Bokuto, porque ahora le habían arruinado el momento perfecto para arrastrarlo fuera del armario.

- Tienes razón, pero tengo apuro. - dijo desinteresado, en realidad moría de vergüenza de cruzarse con el chico que alguna vez dejo de lado como amigo por los celos de su pareja.

- ¿Debes ir a algún lado?

- Estoy de camino de vuelta a Tokio, si te molesta. - apuntó a la mano sobre la puerta, y Osamu tan solo le sonrió. - Por favor Miya-san.

- Creo haberte dicho alguna vez que podías llamarme Osamu. Ha pasado tiempo, pero eso no ha cambiado.

- Está bien, Osamu. Pero por favor, quiero irme de aquí lo más pronto posible.

- Permíteme que traiga a Bokuto hacía aquí, hay algunas personas que no son del equipo y tan solo empeoraría los rumores.

Tenía razón, no importaba que Bokuto dijera en mil y un entrevistas que eran mejores amigos, casi hermanos, la gente y sus teorías no paraban de empujar a la televisión que eran pareja, ya que muchas veces captaban a Akaashi entrando al edificio de Bokuto en Osaka, o viceversa en Tokio a cualquier hora y día, casi todas las semanas, y todo quedaba en un extraño limbo ya que Kōtarou, siendo muy solicitado por las mujeres más hermosas de la farándula, no había pasado ni por un escándalo romántico o algo parecido.

Se cruzó de brazos mientras esperaba en el restaurante vacío, y observó por sobre las gafas como aparecía Osamu con una risa un tanto pícara junto a su hermano y por la espalda un Bokuto observándolos por la nuca con recelo.

- Mucho tiempo sin verte Akaashi, - dijo Atsumu al pasar por su lado, en dirección a la cocina. - ¿vienes por tu marido?

No esperaba eso, en ningún sentido, sus mejillas se tiñeron al instante de carmín mientras le daba la espalda, no estaba de humor para chistes idiotas.

- 'Kaashi, ¡Viniste! - dijo Bokuto saltando a sus brazos, Akaashi no lo tomó. - ¿Qué pasa?

- Solo venía a avisarte que debo volver a Tokio, Tenma me necesita por una urgencia. - dijo desinteresado, intentando no verlo al rostro.

- ¡Pero hoy pasaríamos la noche juntos! - elevó la voz.

- ¡Bokuto hay gente! - lo empujó cuando se le volvió a acercar. - Solo venía a decirte eso, te he dejado para cenar en la casa.

Akaashi se volteó para salir, pero rápidamente la mano de Bokuto lo frenó por el brazo, haciéndolo congelarse en el lugar.

- Keiji, espera. - habló más bajo, casi sonando triste. - Lo siento, se me fue la hora, ¿Sí?

- Realmente debo irme a trabajar Bokuto, no por nada más.

- Akaashi...

- Mañana ve por mi auto a la estación de trenes, te lo encargo.

Keiji tomó camino hacia afuera sin mirar atrás, sabía bien que Bokuto debía de estar viéndolo con su mejor cara de cachorro castigado, pero no podía seguir allí en Osaka, no quería que la situación escalará a una peor situación y estaba demasiado estresado para trabajar dentro de ese frío departamento.

- Keiji. - una voz a su costado fuera le habló, era Osamu. - Toma, para tu viaje. - una bolsa con onigiris pendía de su dedo en dirección a Akaashi.

- No es necesario.

- Insisto, somos nuevos aquí y me gusta saber la opinión de gente con buen y mal gusto.

Por un instante se confundió, para luego entender el sentido de lo que le decían, ¿Acaso perdía algo siguiendo un mal chiste?

- ¿Y yo soy alguien con buen o mal gusto? - dijo tomando la bolsa.

- Se podría decir que para lo único que tienes buen gusto y decisiones es para la comida. - río frente a él. - Espero tu mensaje con la puntuación.

Osamu entró al local dejando a Keiji con comida y la sensación más extraña y de culpabilidad en el cuerpo, no podía negar que si arranque de actitud había sido creada por la falta de atención de Bokuto, pero la culpa le peso todo el viaje.

Para su suerte Kenma se ofreció a buscarlo por la estación y había logrado tomar el tren bala, por lo que su sufrimiento, tanto mental como físico, duraría tan solo dos horas.

El tren estaba atestado de jóvenes que parecían salir de fiesta hacía la capital, charlando animados mientras compartían con sus parejas o amigos, mientras Akaashi no paraba de observar los onigiris que reposaban en sus piernas, mientras sus cutículas y uñas iban siendo destruidas por sus ansiosos dientes.

Era la primera vez que actuaba de esta manera hacía Bokuto, se había ido de la casa más de una vez durante una discusión, pero nunca se había alejado tanto como para no poder resolver las cosas al siguiente día.

Y había hablado con Osamu, hasta había aceptado su número y comida de él luego de que insultara entre líneas su relación, solo por un arranque de enojo.

La culpa era tan que para el final del viaje el calor del vagón se sentía por las nubes, y lo único que podía oír eran los latidos acelerados de su corazón.

No importaba cuánto se esforzará en pensar en otra cosa o distraerse con el teléfono, su mente volvía a lo mismo, Bokuto y todos los problemas que cargaba su relación.

Él sabía que no era su culpa, muy en el fondo se lo decía, pero la segunda voz en su cabeza lo negaba.

Él fue tan impaciente de no poder esperarlo hasta la noche, sabiendo que eran los pocos días a la semana que podían compartir.

Pero de un momento al otro las preocupaciones ya no corrían por ese día y sus problemas, si no por el todo.

Él era quien había tomado un segundo trabajo, lo que los llevaba a verse menos horas, y las que se veían tener que pasarlas trabajando en compañía del otro.

Él era el que había aceptado mantener la relación en secreto, pero no paraba de insistir en su mente que quería gritarlo a voces.

Él era el que había pedido sus vacaciones para trabajar, cuando Bokuto estaba ansioso de por fin casarse, mientras él cada vez temía más que la fecha llegará.

Las puertas del tren se abrieron y por mecánica se bajó, sin entender mucho hacía dónde caminaba su mente solo le repetía todos los errores que había cometido, aunque no fuesen ciertos.

Se sentía ahogar, al punto que todos sus sentidos se comenzaron a entumecer, ya que para el momento que dos brazos lo tomaron por los propios, no pudo oír quien estaba frente a él, todo se oscureció.

¿Acaso había sufrido un infarto? Fue lo primero que pensó cuando se despertó en un hospital con Kenma y Kuroo parados frente a él, fuera aún era de noche, ¿Sería el mismo día?

Se desesperó cuando notó que tenía una vía agarrada al brazo y que sus amigos lo observaban asustados.

- Chicos yo...

- Sufriste un colapso nervioso Keiji, - dijo Kuroo. - y aún no hemos podido contactar a Kōtarou, por lo que no puedes salir de aquí.

- Pero...

- Estás bajo observación psiquiátrica, debe retirarte tu contacto de emergencia. - habló Kenma. - Podrías agregarme a mí también.

- Yo... - intentó moverse hacía su teléfono, pero le punzo la pierna. - Ugh.

- No pude sostenerte cuando te colapsaste. - murmuró Kenma. - Discúlpame.

Su teléfono comenzó a sonar, iba a seguir hablando, ya que el dolor comenzaba a aumentar, pero era el propio, Kuroo rápidamente se lo paso diciendo que era Bokuto.

"- ¡¿Akaashi?! ¡¿Dónde estás?! Desperté y no estás aquí, ¡¿A dónde te fuiste?!"

"- Kou... Me duele..." Fue lo único que logró decir, su pierna cada vez palpitaba más y los gritos de Bokuto solo hicieron que la ansiedad vuelva a su cuerpo.

Kenma lo notó y le quitó el teléfono, comenzando a gritar a través del altavoz mientas Akaashi se escondía entre las sábanas a llorar.

Se sentía un niño, un pequeño niño que todo lo irritaba y llevaba al límite.

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Julio había llegado y Akaashi sentía que a cada segundo trabajando su vida se acortaba un año.

Las pastillas para la ansiedad ayudaban, como también las visitas esporádicas a diferentes psicólogos.

Siempre comentaba que era porque no les agradaba el método, pero él sabía bien que dejaba de asistir y buscaba a otro profesional cuando estos comenzaban a indagar con un tono juzgador su relación con Bokuto.

Bokuto, el amor de su vida, quien ahora se encontraba jugando en un equipo de primera división, pisando tan fuerte que su nombre aparecía en cada periódico y canal deportivo.

Siempre viajaba para sus partidos, la temporada había comenzado hace poco y Kenma y Tenma eran sus fieles compañeros, quienes se sentaban junto a él en el público.

Amaba ir a los partidos, llevaba en su bolso la camiseta con el número doce y festejaba cada punto, como también lo besaba por la noche si es que podían coordinar a dormir en el mismo hotel, o si era en Tokio u Osaka en sus departamentos.

Mientras que Akaashi estaba en la curva final de la edición de su primer tomó de novela ligera, le faltaba el último capítulo y ya iría directo a la editorial, para estar viendo la luz del sol de cuatro a seis meses, por lo que ya no podía viajar con tanta costumbre a Osaka.

"- Está bien Bo, debes entrenar y tampoco puedes perderte este evento, el partido del miércoles es uno grande." dijo en la videollamada Bokuto se encontraba recostado en su sofá mientras Akaashi estaba sudando en su escritorio. "- Vendrá Kenma a quedarse conmigo."

"- ¿Estás seguro 'Kaashi? La fiesta de esta noche puede dar Tsum-Tsum el discurso, no me agrada la idea de que estés con tanto trabajo."

Bokuto seguía siendo una persona un tanto torpe frente a los demás, pero desde el incidente de Akaashi, cuando estaba cerca de fechas límites, le gustaba la idea de estar a su lado, aún no podía perdonarse haberlo empujado a una crisis nerviosa.

"- Seguro, sabes que Kenma me cuidará y obligará a dormir de ser necesario."

Se despidieron cuando el timbre sonó, ya que, aunque podrían continuar la charla, de igual manera Bokuto no paraba de recibir llamadas de sus representantes, entrenadores y compañeros, la gala de esta noche lo tendría muy ocupado.

Su viernes fue más normal de lo esperado, recostados en el sofá mientras la música proveniente del televisor pasaba sin que le prestaran mucha atención, Kenma pegado a sus teléfonos y consola, mientras Akaashi pasaba de teclear sin cesar en la computadora a hacer anotaciones en los pequeños huecos vacíos en sus hojas de apuntes, el tiempo le corría por la espalda y las pequeñas ayudas de Kenma le daban un respiro a su imaginación sin pausas.

Ya para las nueve de la noche se regodearon en lo bien que se veían sus parejas de traje, la gala de verano para recaudar fondos para un hospital de Osaka había sido acompañada por muchos jugadores de la liga, entre ellos Kuroo y Bokuto, que aparecían reventando las tendencias en las redes sociales por lo bien, y cercanos que parecían en todas las fotos.

- Me llama Kuroo, - dijo Kenma para la una de la mañana, mientras veían un capítulo de la serie demasiado adolescente que veían a escondidas de todos para evitar las burlas. - Páusala.

- Pondré un rato la televisión, ni la estoy siguiendo. - dijo empinando la lata de cerveza que tenía en su mano.

Kenma desapareció en el balcón mientras Akaashi viajaba por los canales, nada llamaba su atención lo necesario, pero de un momento al otro, el canal de chismerío del país estaba comentando en vivo la gala.

Se frenó allí, escuchando como la reportera hablaba sin frenar de los vestidos de alta costura que las modelos y parejas llevaban, como también lo apuestos que los hombres de la noche se veían, pero de un momento a otro, el ventanal se abrió, entrando un desesperado Kenma.

- ¡Apaga la televisión! - gritó sin medirse, para ver a un extrañado Akaashi. - Eh... Uhm sabes... Leí un mensaje de la editorial, necesitan el material para el lunes y no el viernes, deberíamos dormir para mañana terminar todo más temprano.

Escuchó como la televisión de un momento al otro mencionó a Bokuto, pero entre que dejó de observar a Kenma para girar a la televisión, el control fue arrebatado de sus manos y la pantalla quedó en negro.

- He dicho que deberíamos dormir. - dijo tan serio que Akaashi no pudo más que rezongar mientras marchaba al cuarto.

Ya por la mañana podría hablar con Bokuto y preguntarle cómo le fue durante la noche, por seguro había realizado alguna payasada junto a Kuroo y Atsumu y todos los medios hablarían de los infantiles que podían llegar a ser.

No se sorprendió cuando Kenma cayó a su lado en la cama, aferrándose a su lado, pero poco le importo, ya que, entre la mezcla de alcohol y horas sin parar de trabajar, concilió el sueño tan rápido que ni recordaba en qué momento sucedió.

La mañana siguiente comenzó más rápido de lo que esperaba, para las diez de la mañana Kenma estaba volviendo a entrar al departamento con el desayuno en una bolsa y la otra mano cargando cuatro vasos reciclables de café.

- ¿Has visto mi teléfono? - Preguntó Akaashi desde la cama, no estaba donde normalmente lo colocaba.

- Lo he confiscado, tenemos mucho trabajo. - dijo normal, a veces lo hacía. - Y también he escondido el cable del televisor, tenemos mucho trabajo para dos días.

Estaba a dos segundos de quejarse cuando bajaba las escaleras, pero el rostro fatigado de Kenma y sus palabras lo hicieron reconsiderarlo.

- Ya le he dicho a Bokuto que hablarán el lunes por la mañana, tranquilo. - dijo algo necio. ¿Acaso había pasado algo?

No prestó mucha atención, de igual manera discutir con Kenma podía ser una situación demasiado tensa e interminable, y realmente se había despertado motivado a seguir escribiendo.

El sábado entero paso tan rápido que no podía creer cuando el reloj marcaba la medianoche al mismo tiempo que guardaba e imprimía el último capítulo con un sentimiento de gloría dentro suyo, realmente lo había hecho.

- Mañana volverás a tener televisión, - dijo volviendo a conectar los cables. - y también tu teléfono, pero quiero que descanses bien. Mañana será un largo día.

No se quejó, y a la mañana siguiente y con Kenma frente a él, tomó su teléfono, comenzando a revisar sus notificaciones, había mil y un mensajes de Bokuto, como también una que otra llamada perdida, ya leería todos y daría alguna respuesta luego de un café, por lo que pasó directo a contestar todos los mensajes que tenía relacionados al trabajo.

Tenma: Kei, ¿Esta todo bien? [sábado, 09:37]

Tenma: Cualquier cosa puedo ir a tu casa. [sábado, 09:39]

Tenma: Akaashi, por favor contéstame. [domingo, 10:21]

Tenma: *Entrevista de último momento, ¿Bokuto Kotarou por fin nos hablará de su vida amorosa? www.noticiasxxxxxx.com [domingo, 11:06]

Akaashi sintió el café demasiado amargo de un momento al otro, ¿Por fin Bokuto hablaría de su relación? Y sin siquiera preguntarle. ¿O había dicho algo borracho durante la gala?

Sintió su cuerpo helarse, pero al mismo tiempo una emoción inexplicable mientras presionaba sobre él link, la entrevista estaba ocurriendo ahora mismo.

'' Entonces Bokuto-san, -preguntó la entrevistadora risueña. - ¿Podrías explicarnos esos rumores del viernes por la noche?''

El teléfono desapareció de sus manos, y Kenma lo observaba fuera de sí.

- ¡Habla primero con Bokuto! – comenzó a decir mientras intentaba cerrar la aplicación. – Mierd...

'' - ¿Es cierto que esa joven con la que se te vio muy cercano el viernes es tu novia?''

Akaashi no lo pensó ni dos segundos y estiró su mano arrebatando el móvil, para ver directo a la pantalla, Bokuto llevaba puesta la camisa que Akaashi le regalo la semana pasada, y el rostro tan neutro como nunca, mientras a mitad de pantalla aparecía una fotografía de Kotarou abrazando por la cintura a una chica de cabello castaño de espaldas.

No arrojó el teléfono por el simple acto de que ya estaba abriendo las llamadas, y cegado por el dolor, y una pizca de furia, comenzaba a marcar de memoria el teléfono de Bokuto.

Lo colocó en altavoz y siguió observando la entrevista mientras que en segundo plano sonaba la llamada.

Kenma observaba toda la situación aterrado, mientras que con su propio teléfono comenzaba a avisar a Kuroo que Akaashi ya se había enterado, todo se había ido por la borda, no habían alcanzado a apagar los medios antes de que lo notara.

No podía no hacer nada, pero realmente se sentía en desventaja frente a un Akaashi de esa manera, temblando mientras su ceño estaba más fruncido que nunca, no sabía si eran lágrimas de tristeza o enojo, pero sentía que, si se acercaba a quitarle el teléfono nuevamente, recibiría un golpe directo.

'' - Puede atender el teléfono. -Dijo la comentarista al ver que Bokuto dejó de hablar para ver la pantalla del mismo. – Supongo que ha sido un fin de semana de locos, la final a la vuelta de la esquina y ahora esto, que descubran tu relación.''

Akaashi vio el momento justo que una notificación indicaba que le habían colgado la llamada, y siguió viendo el vivo.

''- Es tan solo un amigo. – Río Bokuto, mientras Kenma insultaba por lo bajo, no tenía ni idea que Akaashi estaba viendo todo. – Pero sobre esto, saben que soy reservado con mi vida, ¿Y si mejor hablamos de los partidos?''

No escuchó más, ya que inconscientemente su teléfono fue a parar a la pared contraría, rozando la oreja de Kenma, y apagando el sonido apenas impactó.

Estaba cegado por la furia, y así permaneció todo el día, incomunicado y arrojando cosas a lo largo de la casa, mientras Kenma le suplicaba que se calmara.

- ¡No me relajaré hasta que Bokuto esté aquí! – dijo apretaba sus propios brazos. – Me lo han ocultado con el idiota de Kuroo durante dos días.

- Fue para que no te pusieras así, Kuro me ha dicho que es un mal entendido, es la hermana de Adriah y estaba ebria, queríamos que la prensa se calmara.

- ¡¿Entonces por qué no lo ha dicho?! – le gritó, se sentía totalmente traicionado, tanto por su pareja como con sus amigos. – Bokuto estaría en casa desde el viernes si no sintiera culpa.

Kenma observaba como cada vez su amigo se exaltaba más, los temblores de sus manos empeoraban, como también los mordisqueos en sus uñas, podía oír como poco a poco su respiración se entrecortaba más y el sudor no paraba de caer.

- Keiji, por favor, cálmate. – dijo acercándosele. – Kuroo me ha dicho hace unas horas que ya estaban por venir, sabes que él debía resolver todo desde allí, si no se expondría al aparecer aquí directamente, los paparazis no han parado de seguirlos todos estos días.

No quería oír a nadie, obvió a Kenma escondiéndose en el cuarto mientras no paraba de viajar por todas las redes sociales, la dichada foto aparecía en todos los foros posibles como también las incontables teorías de que por seguro esa relación ya llevaba meses, tal vez desde que Bokuto se encontraba en los BJ's, cada comentario que leía le dolía más y más.

A final de cuentas, Bokuto siempre lo dijo, a él no le gustaban los hombres, tan solo Akaashi, ¿Y si se había hartado de estar con alguien que se la pasaba trabajando y volvió a sus antiguos gustos?

No pudo parar de pensar eso mientras sentía que todo lo que había construido en años se derrumbaba, ya no había furia ni enojo, solo frustración y tristeza, al menos hasta que la puerta de abajo se abrió, y escuchó la voz de Kuroo y Kenma.

Bajó las escaleras mientras veía como sus dos amigos desaparecían por la entrada, y Bokuto observaba el suelo jugando con la manija de su bolso, quería asesinarlo, por primera vez Akaashi quería golpear a Bokuto tan fuerte que no pudiera hablar.

- Akaashi, yo...

- No hables Bokuto, - dijo parándose frente a él. - ¿Por qué no me llamaste apenas salió la noticia? – necesitaba escucharlo de él mismo. - ¿Por qué me lo ocultaron durante todos estos días? ¿Por qué tienes tanto miedo que dices que soy solo un amigo y me dejas aquí viendo como todo el mundo te empareja con una chica que sí está a tu altura?

- ¿A mi altura? Akaashi que dices... - intentó acercarse, pero Keiji se movió brusco hacía atrás, aún sin verlo al rostro, Bokuto sentía como todo a sus pies se derrumbaba. – Yo te amo solo a ti, Amy, la hermana de Adriah se sentía mal, y nos llevamos bien, no podía dejarla así.

- ¡Porque es una chica y muy bonita! – le gritó empujándolo. – Mientras que yo soy un hombre y un desastre, no puedes dejarme en mi casa solo sin que tengas miedo que colapse, y me la paso trabajando, y tampoco puedo ir a la gala para que me abraces así porque tu reputación es más importante que nosotros.

- ¡Yo nunca dije eso! Tú eres lo más importante, ¿No puedes creer en mí?

- Puedo hacerlo, pero estoy harto de esto. – dijo ya más calmado.

Le era imposible no creer las palabras de Bokuto, no importaba cuanto intentara imaginarse que podría mentirle, era inevitable no tragarse una y cada una de las cosas que salía de su boca, pero toda la situación había sacado mucho más a flote.

- Solo estoy cansado de estar detrás de todo, siendo solo un amigo Kotarou.

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- ¡¿Akaashi Keiji que haces aún en toalla?! - gritó Kenma apenas entrando al departamento, para luego dirigirse al sofá y tirar a Tenma para despertarlo. - Tenemos treinta minutos para llegar y ustedes dos están aquí haciéndome perder el tiempo.

Tenma desperezándose y Akaashi al borde del colapso nervioso se observaron durante un minuto para romper en risas.

- Creo que Kenma-kun te robará el puesto de editor, con esa actitud creo que puedo escribir un capítulo diario. - Tenma robó del rubio dos de los cafés, extendiendo uno hacía Keiji.

Este lo aceptó y sin cruzar mucho más que unas pocas palabras, corrió escaleras arriba tanteando el teléfono, Bokuto aún seguía en entrenamiento, pero llegaría para su apertura, tomaría el tren bala como lo prometió.

Tuvo una gran lucha interna en la que tuvo que tuvieron que interrumpir ambos invitados, ya que se destartalaba las neuronas en decidir por una camisa.

- Usas la camisa blanca y los pantalones azules, los zapatos de siempre y sin gafas. - dijo Tenma mientras arrojaba la ropa en su dirección. - Publicaras una novela ligera homosexual, debes enamorar a tu público.

Obedeció, y rápidamente lo tiraron a la parte trasera del auto, entre cajas llenas de las copias de su libro, realmente estaba ocurriendo.

Akaashi: Bo, avísame cuando salgas hacía Tokio. [viernes, 16:10]

Akaashi: Estoy muy nervioso, lo estoy logrando. [viernes, 16:11]

Akaashi: Te amo. [viernes, 16:13]

Respiró hondo mientras bloqueaba el teléfono, Kenma iba por el altoparlante discutiendo con algunas personas sobre la organización del evento, en un principio solo le haría el contacto con la editorial, pero a final de cuentas termino siendo el intermediario y promotor de la publicación del libro, y el evento de este día era de su empresa y la editorial, donde presentarían juegos de la temporada, algunas novelas, mangas y la novela ligera de Akaashi.

El auto frenó rápidamente fuera del lugar, y aunque no fuese por él, se sintió nervioso de la multitud de personal de prensa que había en el exterior.

- Tenma maldita seas, deja de dormir. - gruñó Kenma. - Debes entrar al lado de Keiji como su gran mentor, así que limpia tus lagañas.

Los tres bajaron del auto, Keiji y Tenma al frente, siendo rápidamente recibidos por los flashes de las cámaras y preguntas, las mayorías dirigidas al mangaka, aunque una que otra caía en Akaashi, mientras Kenma iba por detrás evitando toda pregunta, mientras saludaba una que otro fan y firmaba autógrafos.

Habían encontrado la grandeza que habían soñado en lo que amaban.

El salón rebosaba de gente, escritores de renombre y otros en nacimiento, todos interactuando como iguales, Akaashi fue arrastrado por todo el salón por su editor junto a Tenma, mientras Kenma se enfocaba en su parte del día con la gente de su mundo.

Durante la primera hora, donde aún el evento era totalmente social, le presentaron tanta gente que no podría recordar ni un nombre, como también recibió muchos tomos y libros firmados, y tuvo que entregar los propios, pero no sentía que nada quedara en su cabeza, tan solo podía observar la puerta y la pantalla de su teléfono.

Quería que Bokuto llegara.

- ¿Y qué te inspiró a este libro Akaashi-kun? - preguntó una mangaka conocida.

El Akaashi de quince años gritaría sobre su almohada mientras rodaba por el suelo si supiera que a los 22 estaría hablando con Eiki Eiki, aunque el del presente lo haría apenas llegar a la casa, seguía amándola con demasiada pasión.

- Pues... Un poco de mi primer amor, un poco de la vida en general. - soltó como si nada, sabía que, entre escritores, y más del mismo género, no sería mal visto.

- Me gusta la idea de que el protagonista este tan ciego de amor que no pueda ver la toxicidad de su pareja, es algo así como el típico cliché adolescente, que luego notas y te lleva a tu verdadera relación. - siguió comentando, cayendo algo pesado en Akaashi.

- Aún no está finalizada, y tampoco puedo hablar de lo que no está editado, pero... Me gusta pensar que el antagonista también puede ser protagonista, y el protagonista tener su antagonismo.

Su teléfono comenzó a vibrar en el bolsillo, y aunque quisiera seguir teniendo una charla literaria con una de sus mangakas favoritas, tuvo que despedirse, atendiendo sin observar el comunicador.

''- ¡Bokuto-san?'' Preguntó casi hasta nervioso.

'' - Uhm, no. ¿Te gusta llamarme por otros nombres Keiji?'' Reconoció al instante la voz al otro lado. '' - Parece que importuno, pero solo quería agradecerte que no cambiaras tu número luego de tantos años.''

'' - ¿No hay por qué? Pero disculpa si sueno rudo, pero estoy un poco ocupado ahora Osamu-san.''

'' Oh lo sé, por eso mismo llamaba, he visto en internet una nota sobre tu novela, no puedo creer que los papeles que ojee alguna vez hayan escalado tanto... O si puedo creerlo, realmente eres un sujeto increíble Akaashi.'' Hizo una pausa, en la que Keiji no sabía si tan solo pensar en lo dicho o contestar en agradecimiento. '' - Solo llamaba a desearte suerte, y avisarte que aún no he recibido tu reseña sobre los onigiris.''

'' -Gracias, lo agradezco mucho, hasta te pasaré a dejar un ejemplar en mi próximo viaje a Osaka, y sobre los onigiris... Tuve un incidente y no pude comerlos, larga historia.''

''- No hay problema, puedo darle algunos a Bokuto luego del entrenamiento para que te lleve, él los disfruta mucho.''

Akaashi sintió un sabor amargo en su boca, ya eran pasadas las seis de la tarde, y Bokuto debía tomar el tren bala de las cinco para llegar a la presentación.

'' - Bokuto ya debe estar en el tren hacía aquí, la próxima vez se...''

'' - Lo siento Keiji, pero lo he visto hace dos minutos, cuando pasé a dejarle unas cosas a Atsumu.''

Miró el teléfono, tal vez había visto mal la hora la última vez y estaba por abordar el tren, o se le había hecho tarde y durante la llamada había dejado un mensaje avisando que se demoraría media hora más.

18:21 horas.

'' -Gracias Osamu, yo... debo irme.''

Cortó la llamada antes de recibir respuesta alguna, y se metió entre el tumulto de gente, las presentaciones estaban comenzando.

Le escribió un nuevo mensaje a Bokuto y se tomó una botella entera de agua, no debía entrar en pánico.

18:53 horas.

La segunda presentación comenzaba, mientras Kenma lo acomodaba en una mesa en las primeras filas.

- ¿Quieres algo para beber? - dijo a su lado. - Te ves acalorado.

Sabía que lo parecía, estaba tan nervioso que sentía que el último botón de la camisa saldría volando al mismo tiempo que su cerebro implosionaba.

19:33 horas.

Ya faltaban tan solo dos oradores para que Akaashi tuviera que tomar lugar en el escenario, y nada había mejorado.

La servilleta de papel que le habían traído con algunos canapés había sido hecha trizas a la manera más diminuta, intentando controlar lo que ahora ocurría en sus dedos, las cutículas se estaban despidiendo de su piel.

- Keiji-kun, hoy es tu día, deja de pensar en él. - dijo Kuroo apenas llegó luego de salir de la oficina.

No podía, ¿O acaso alguna vez su mente no había sido completamente de Bokuto? No podía recordarlo tampoco.

20:20 horas.

Lo llamaron a detrás del telón para que comenzará a prepararse, Tenma fue con él, tomándolo del brazo ya que se tambaleaba al caminar. Escuchó su teléfono sonar desde su bolsillo y rápidamente volvió en si desbloqueando la pantalla.

Kou: Discúlpame Akaashi, ya estoy de camino allí, se me ha hecho tarde. [20:22]

No supo que contestar, a final de cuentas su pequeña ilusión de que Osamu hubiese visto mal se cristalizaba frente a sus ojos.

Se forzó sobre sus propias manos para no llorar, sin poder oír todo lo que le decía Tenma, no tenía razón alguna para volver a la cordura, no la podía encontrar en un mar de pensamientos.

- Keiji, te llaman. - dijo empujándolo. - No olvides tu discurso.

El empujón lo hizo trastabillar, y apenas volvió a estabilizarse rebuscó en sus bolsillos, sentía como las lentillas le hacían arder más de la cuenta los ojos y como la camisa le robaba el aire.

Las luces del podio le quemaban la piel, y aumentaban a creces su temperatura, todos observaban en silencio.

Apenas apoyo el discurso sobre una copia del libro que lo esperaba sintió la sangre helar.

- Yo... Buenas noches. - dijo sin poder ver al frente. - Soy Akaashi Keiji, el autor de Polaris... Quería primero que nada agradecerles... - Seguía leyendo el discurso que tanto le costó escribir.

Pero más y más avanzaba sentía que nada tenía sentido, todo lo que estaba diciendo sobre la historia no llevaba más que a mentiras.

"Habla sobre un amor incondicional."

Unilateral, sintió que le corregía su mente, ¿Lo había dicho en voz alta?

Bokuto lo amaba, debía calmarse y recordar eso, debía ver al frente y sonreír mientras contaba su historia de amor perfecto.

- Es una trama simple el primer tomo, tenemos un amor adolescente secreto, el protagonista nos relata cómo se siente frente a su mejor amigo y como este... - Sabía que seguía, podía leerlo "también daría todo por su compañero." - Como este solo piensa en sí mismo.

Pudo notar como en el público Kenma quedaba boquiabierto, y Tenma le hacía señas de detrás de la cortina.

¿Cómo no se dio cuenta antes?

- Los amigos del protagonista juegan un papel principal, de comienzo a fin.

Su pulso llegó a tal velocidad que lo podía sentir en sus tímpanos.

Ya no sabía ni que estaba diciendo, las cámaras apuntando a él como las múltiples miradas se estaban diluyendo en su visión.

¿Bokuto alguna vez había pensado en Akaashi como su prioridad?

Se lo comenzó a cuestionar de un segundo al otro, perdiendo el hilo de pensamientos que lo mantenían con la realidad.

Sentía que su palabra no emitía sonidos, y pudo observar cómo Kenma se paraba de su lugar en su dirección.

Realmente ese bendito botón lo estaba ahogando, él no podía...

- Siento... - dijo, todo el mundo estaba atento a él y su actitud errática. - Siento que me ahogo.

Fue lo último que dijo hasta que Kenma subió de un salto al escenario y Tenma corría a su lado, arrastrándolo a detrás de vestidores, los murmullos aumentaron y sintió como su teléfono comenzaba a sonar sin cesar en su bolsillo, pero nada importaba.

Akaashi solo quería estar en su casa, en su cama, bajo un fuerte de mantas, quería tomar mucho alcohol y comer helado, quería estar en cualquier otro lugar.

- ¡¿Qué mierda ocurrió?! - Kenma lo sostenía por los hombros.

No podía contestar, ¿O qué le diría?

No podía decir en voz alta que había caído en cuenta, que era tan patético de notar luego de seis años que había vivido una relación tan dependiente.

No quería aceptar frente a sus amigos que había notado que Bokuto nunca cambiaría, y mucho menos aceptar a si mismo que él no podía vivir con eso.

¿Qué haría? Tenía 22 años y era homosexual, como también no sabía vivir sin él a su lado.

Su madre apareció, la había divisado en primer lugar entre el público, no podía verla a los ojos.

Ella entendía todo, a tal manera que fue quien la metió en el auto, dejando a los demás atrás y comenzó a conducir, no le pedía ningún tipo de explicaciones.

Se sentía demasiado avergonzado, ella se había esforzado tanto por él y así se lo devolvía, actuando como un niño caprichoso cuando descubría que Santa no era real, o que algo no salís como quería y se enojaba.

No sabía por dónde iban, pero poco a poco el sentimiento de opresión en su pecho fue disminuyendo, al punto que pudo dar una bocanada de aire y levantar la vista, su madre miraba sería al frente, pero no estaba enojada.

El reconocía ese gesto, y solo una vez la había visto.

- Mamá...

Fue cuando su padre murió.

- No hables Keiji, debes pensar todo lo necesario antes de hablar. - dijo seca.

Su madre estaba tan seria que se notaba lo triste que estaba, casi como si estuviera...

- No puedo perderte, ¿Lo entiendes? - soltó, y Akaashi solo pudo murmurar un vago "si". - Y lo estoy haciendo hace años, te está robando la vida.

- Él... no lo hace...

- No, pero tampoco nota como la persona que supuestamente ama se apaga cada día más.

Su madre le dio el sermón de su vida, y no era nada que no hubiese oído antes, debía aceptarlo.

- ¿A dónde quieres ir?

Vio la hora, eran cerca de las diez de la noche, Bokuto por seguro estaba llegando.

- A casa, debo hablar con él.

Bokuto Kōtarou era el amor de su vida, no podría nunca negarlo, tal vez tampoco superarlo.

Lo había sido desde el primer día, dónde rompió su nariz y lo acompaño a su casa.

Lo había sido el segundo día, dónde le envío tantos mensajes que asustaba.

Lo había sido todos los días de su vida, comprándole helados y comida, tomando su mano cuando nadie los veía y acariciando su cuerpo en lo privado de un cuarto.

Y también era la persona por la cual Akaashi dio todo de si, sudor, emociones y tiempo. Bokuto era la prioridad número uno de Keiji desde que entró en su vida.

Pero Akaashi no lo era para él.

Bokuto respiraba y pensaba todos los días en vóley, no es que no lo amará, por seguro lo hacía, pero no lo valoraba y daba por sentado cada cosa que Keiji arriesgo de si por su relación, aguantando cada cosa mala por él.

Los celos.

El alcohol.

- ¡Akaashi! - la puerta se abrió, y al instante se paró del sofá, limpiando los rastros de lágrimas. - ¿Cómo te fue? Discúlpame por no llegar, es que el entrenamiento se extendió y...

Las excusas.

El desinterés.

- No importa Bokuto-san.

Las exigencias.

Los caprichos.

- ¿Akaashi, que ocurre? - podía notar que no lo miraba a los ojos, y que ya no jugaba con sus dedos.

Los secretos.

La falta de atención.

- Bokuto-san... - respiró hondo. - Ya no puedo seguir con esto.

Los secretos.

La falta de atención.

- Prometo que no volverá a ocurrir, estaré para todas tus presentaciones y...

Las promesas vacías.

Los viajes.

- No habló de eso, ya no puedo seguir con esto. - apuntó a ambos. - Quiero que terminemos.

Los gritos.

El que no lo entendiera.

- ¿Qué dices Akaashi? - Bokuto se río. - No es gracioso ese chiste.

Akaashi respiró pesado, mirando hacia los ojos dorados que miraban con duda.

- Ya no puedo continuar siendo tu pareja Bokuto-san. - tomó su mano, dejando el anillo dentro, solo él lo usaba. - Deberás disculparme.

- No. - dijo seco, tomándole la mano. - No puedes Keiji, no puedes dejarme, no hagas esto.

Sus murmullos de convirtieron en gritos nerviosos y súplicas, Bokuto Kōtarou había bajado todas sus defensas y se encontraba aferrándose a alguien que ya no podía permanecer a su lado.

- No hagas esto Akaashi, lo tenemos todo, los trabajos de nuestros sueños y él uno al otro. - soltó, Akaashi ya no podía oírlo. - No he hecho nada mal, por favor no me dejes.

No podía seguir viendo eso, su ya roto corazón se encontraba siendo pisoteado una vez más, tampoco sentía que debía dar explicaciones.

- ¿Qué haré sin ti? Eres mi mundo Akaashi, no puedes hacerme esto.

- Serás la estrella del vóley japonés Bokuto, como siempre lo has soñado.

Pasó su mano por el hombro contrario, mientras salía por la puerta, debía irse lejos de allí, al menos hasta que Bokuto debiera volver a Osaka, ya no podía volver a verlo.

Bokuto se quedó parado en el lugar sin entender que ocurría, ¿Realmente Akaashi lo estaba dejando? No podía ser cierto, debía ser una más de sus peleas que superaban el entendimiento, claro eso era.

Se sentó en el sofá durante casi una hora observando la pared y cuestionándose todo lo que le había dicho, sabía que en cualquier momento alguien lo llamaría, seguro Kuroo, avisándole que Akaashi ya estaba volviendo, o tal vez Tenma, para avisar que pasaría la noche allí, que no se preocupara.

Notó que no tenía su teléfono, entre medio de la discusión lo había dejado en la mesada, por lo que para estar listo para cuando le llamaran, fue por él.

Tal vez Akaashi hablaba en serio.

Tal vez Bokuto había estado tan ciego estos años que no había notado el daño que había hecho a lo más importante en su vida.

O solo tal vez... Akaashi había lavado los platos y olvidado de volver a colocarse su anillo.

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Doble actualización porque solo quiero terminar de publicarla y odio tener fechas de actu.


:) la vida es una agonía y no me puedo perdonar por escribir esto :)

Lo único bueno de que a esto le quede un capítulo es que ya no me voy a sentir culpable, y significa que en poco tiempo va a haber proyecto nuevo.


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