2016
— Di que sí.
— Lo noté Kenma.
— No me dejes.
— Lo conseguí.
— Has perdido el norte hijo.
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Akaashi podía ser una persona un tanto pesimista, y ya hacía un mes se notaba por completo en el pequeño departamento el aura oscura que su cuerpo emanaba, había realizado tantas entrevistas como le fue posible y aún no recibía ni un llamado, le cargaba más estrés de lo necesario, teniendo en cuenta que le faltaba tan solo una corrección a su tesis para recibirse.
Keiji estaba en el fino hilo de dejar de ser un estudiante universitario para convertirse en un desempleado, mientras que todos alrededor triunfaban, Kenma había dado marcha a su propia empresa, Kuroo había sido contratado dos meses atrás por la asociación de vóley, Washio estaba jugando en la primera división al igual que Konoha y Onaga, Komi protagonizaba un drama y Bokuto aspiraba a la grandeza en segunda división, mientras que el lloraba sobre manuscritos de una novela fallida, se comía hasta las cutículas esperando su titulo universitario y temblaba cada vez que su teléfono sonaba.
Como ahora mismo, que una tarde, donde estaba escondido entre mantas viendo un anime repetido en televisión el celular comenzó a vibrar bajo todo su escondite, realmente no quería atender, de por seguro era Bokuto contándole lo cansado que estaba, aunque recién fuera el almuerzo, o Kenma intentando sacarlo de la casa para que se despeje, pero al ver un número desconocido le fue imposible no temblar y contestarlo, tal vez era su momento de suerte.
''- ¿Akaashi Keiji?" Preguntaron al otro lado de la línea.'
''- El habla, ¿Con quién tengo el gusto?''
''- Le hablamos de la Weekly Shōnen Jump, hemos procesado su entrevista y material, nos gustaría que se encuentre con nosotros.''
Una luz de esperanza se prendió luego de la extensa charla, no era lo que realmente quería, ni por cerca se había imaginado trabajando para algún mangaka excéntrico y creído, pero a final de cuentas necesitaba el trabajo y la paga que ofrecían era lo bastante tentadora para atender a la cita que le habían dado de aquí a cuatro días.
Apenas Bokuto llegó por la noche, casi dormido como de costumbre, Akaashi sintió su corazón rasquetear, quería compartirle la buena noticia antes de que cayera dormido y desapareciera por la madrugada nuevamente.
- Bokuto-san... -dijo mientras lo observaba dormitar mientras comía en modo automático. – Tengo una buena noticia.
- Dime 'Kaashi. – intentó despabilarse, pero sus parpados eran sobrellevados por la gravedad. – Juro que te escucho.
- Pues... Me han llamado para una segunda entrevista, será el lunes y... Estoy nervioso.
Bokuto abrió sus ojos de par en par, sabía bien lo estresado que venía Keiji desde hacía semanas por su situación laboral, y realmente necesitaba escuchar buenas noticias para que su pareja volviera a ser el de siempre, era imposible mantener una conversación sin que se deprimiera, o conseguir que le hablara de algo sin tocar un punto sensible. Camino hacía su lado y lo abrazó por los hombros, recostándose de lleno sobre él.
- Felicidades, ya te había dicho que algo saldría. – besó su mejilla.
Akaashi fue a dormir con una sonrisa al rostro aferrado al pecho de la persona que amaba y por primera vez en meses, sentía que tal vez todo lo malo que venía ocurriendo terminaría de una vez por todas, anhelaba que su creencia de que las peleas interminables con Kotarou se dieran por el hecho que ambos estaban muy estresados por sus situaciones frente a sus sueños, y que el consiguiera el trabajo y Bokuto ya se encontrara en un equipo parecía como la clave que habían perdido tiempo atrás.
Los días pasaron y la mañana del lunes llegó, se despertó junto a Bokuto y preparó el desayuno luego de mucho tiempo sin acercarse a la cocina, y como costumbre, el arroz se pasó y los huevos quedaron muy salados, pero ambos los comieron en la cama mientras se alentaban.
Dejó a Kotarou en la estación de trenes y terminó de acomodar su corbata antes de aparecer en el café al que había sido citado, con el extraño sentimiento que el horario acordado era extraño, no era costumbre de una reunión laboral aparecerse a las siete de la mañana, pero no era quien, para presentar una queja, estaba desesperado.
Buscó entre la poca gente del lugar al hombre que lo había llamado, para su suerte no fue difícil, la descripción había sido algo vaga en su comienzo, pero la pudo entender apenas los divisó.
''Busca a un vagabundo de cabello negro y a otro que sufre una crisis existencial.'' Le habían dicho antes de cortar el teléfono, y exactamente ahí estaban, un sujeto de baja estatura recostado sobre la mesa, el cabello enmarañado y la mirada cansada fija en su taza de café y un hombre cerca de sus cuarenta que se empinaba un jarrón de café mientras no paraba de hablarle al de su lado.
- Tenma maldita seas, tu has elegido este horario y de igual manera te estas durmiend... - El hombre levantó la vista. – Oh, tu debes ser Akaashi-kun. – observó a Keiji que casi temblaba frente a la situación.
- Un gusto... -Extendió su mano hacía el hombre.
- Yamato Ichigo, - le estrechó la mano. – soy el actual editor de este demonio, Udai Tenma. Saluda idiota.
- Un gusto Akaashi. – le levantó la mano por un costado. – Esperaba ansioso verte, toma asiento.
Obedeció y poco a poco entendió la situación, Tenma desarrollaba un manga shōnen desde hacía dos años, y ya se encontraban en la curva final, faltaba poco menos de un año, y Ichigo estaba al borde del colapso al trabajar junto a alguien tan desacomodado, el horario de la reunión se había pautado ya que el mangaka vivía de noche, dibujaba, editaba y realizaba sus entregas de las seis de la tarde hasta las nueve de la mañana, y dormía todo el día, y para un hombre casado y con hijos, la irresponsabilidad y horarios enmarañados podían ser algo hartante.
- Pero me negaba a buscar otro editor, supongo que entenderás porqué. – siguió hablando Tenma. – Ichigo entró en crisis y me dio una pila de curriculums y el tuyo me gustó mucho, ¿Sigues jugando al vóley? Muchos de tus compañeros están en las grandes ligas, sigo de cerca a Bokuto Kotarou.
Akaashi se atraganto frente a su comentario, ¿Cómo un mangaka que escribía de zombis tenía tan profundizado el tema del vóley? O siquiera sabía que el había jugado, cuando no aparecía en su curriculum y en la web tampoco era muy común encontrar una nota de sus años de preparatoria.
- Yo... Juego algunos fines de semana junto a Bokuto-san, compartimos casa por lo que es casi obligatorio hacerlo. – intentó suavizar el tema.
- Que mal, aún recuerdo el Spring High del 2013, realmente te luciste en la final.
- ¿Tú...
- Fui a ver a los chicos del Karasuno, jugué en la preparatoria en Miyagi y tenía curiosidad de ver a quienes habían logrado lo que pocos pudimos.
El interés de Akaashi aumento sobre Tenma en segundos, el su principio parecía un tanto caprichoso y desorganizado, pero apenas comenzaron a hablar algo de su comodidad se dio cuenta que conectaban de manera diferente que el e Ichigo, que mantenían una situación más paternal, además que considerando los horarios de Tenma, Akaashi vivía casi de la misma manera.
Para las diez de la mañana y la tercera taza de café y bocadillos, Ichigo se despidió, dejando un contrato sobre la mesa y pidiéndole a rodillas a Akaashi que lo firmase, desapareciendo por la puerta.
- Entonces, en tu curriculum vino un manuscrito, me pareció genial. – Los ojos de Akaashi se iluminaron, tal vez no lo habían contratado para ser escritor, pero alguien lo reconocía. – Me parece una muy buena autobiografía novelesca, ya quiero saber como termina todo con Bokuto-san.
Se ahogó con el café, pero no por un segundo, si no que escupió sobre toda la mesa y comenzó a toser llamando la atención del lugar entero, mientras Tenma se reía de toda la situación.
Realmente no tuvo que haber enviado ese manuscrito, no si era tan claro de lo que ocurría.
- Udai-san, no es lo que tu piensas...
- Oye, serás mi editor, debo saber hasta tu más oscuro secreto y tu los míos, es indiscutible si quieres que sobrevivamos al arco final y a los trabajos venideros. – palmó su hombro. – Creo entender porque no dicen nada, pero tengo una sola critica... - escuchó atento. – Esto no debería tener un final con la pareja junto Keiji-kun, tal vez en las hojas si, por el efecto mágico de una novela romántica, pero mereces algo mucho mejor que un egoísta que ni sabe que lo es.
Otra vez esa palabra, otra vez alguien categorizando a Bokuto de algo que el no podía creer que fuera, o al menos no lo hacía antes.
- La novela no cuenta toda la realidad, solo ha sido mi manera de poner puntos de quiebre para darle un condimento a la historia.
- Haré como que te creo y no diré una palabra del tema si firmas ese contrato ahora mismo y mañana comienzas a trabajar. – dijo acercándole un bolígrafo. – Tengo mucho interés de trabajar contigo.
No dudó ni un segundo, a él también le había ganado el interés el joven desalineado y perceptivo frente a él, colocó un gancho y estrecho su mano, ofreciéndole un aventón para que no cayera dormido en el tren como supuso que ocurriría en su auto de igual manera.
Apenas llegó a la casa marcó a Bokuto, que de por seguro estaba almorzando, y apenas contestó, oyó toda la mañana de su pareja mientras lo felicitaba por sus logros en los entrenamientos, ansioso por contarle su propio logro del día.
- Oh y en la practica de remates yo... - se escucharon algunos gritos a su espalda. – Perdón Akaashi, debo irme ahora, pero apenas llegué a casa oiré todo sobre tu día.
- ¡Espera Bokuto-san! Yo... - el sonido del teléfono descolgado sonó a través del parlante. – Yo lo conseguí...
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Mayo llegó a Tokio y con ello poco a poco el invernal frío fue desapareciendo, haciendo que los caminos se volvieran a teñir de verde y las flores rosas comenzaran a aparecer, pero Akaashi no podía disfrutar nada de eso, su horario de oficina por las mañanas era agotador, debía dejar a Bokuto en la estación de trenes para encerrarse 8 horas en un cubículo a revisar manuscritos y bocetos, pasar la tarde intentando dormir un poco y apenas terminaba su cena con Bokuto, si es que volvía a la ciudad, debía subirse al auto en dirección a lo de Udai para discutir las correcciones y alentarlo a seguir trabajando cuando solo quería dormir, escuchar sus locas ideas sin sentido en medio de un bloqueo o simplemente tomar una cerveza mientras hablaba de su alocada vida en una relación.
Porque si, en tan solo cinco meses Tenma había prometido lo dicho y le había contado sus más oscuros secretos, y el que saliera y conviviera con otro hombre no era una de ellas pero si para el conservador Akaashi y su relación oculta de la luz, a final de cuentas su más oscuro secreto, según él, era que se comía los mocos y masticaba fideos de ramen instantáneo sin cocinar.
- ¡Entonces Akiteru y Saeko se pusieron en mi contra y pusieron metal del pesado mientras yo intentaba dormir! – gruñó apretando la lata contra el suelo. – Por eso ahora solo quiero dormir y no corregir este capitulo Keiji.
- Tenma-san, necesito este capitulo para mañana si no nos colgaran a ambos en plena capital, - dijo enpinando la propia. – mañana tendré una charla muy seria con Tsukishima-san, y de ser necesario hablare con Kei-kun para que él mismo lo regañe.
- Oh, eres tan genial Akaa... - el teléfono del menor comenzó a sonar. – Contesta, debe ser tu marido.
Y claro que lo era, pero le extraño, ese dia Bokuto no se presentó a cenar y tampoco había dejado mensaje alguno de que no volvería, por lo que canceló sus planes para una pequeña cita nocturna que habían pactado y decidió visitar a Tenma, ya que estaba sufriendo otro 'bloqueo', o mejor dicho ataque de vagancia hacía hacer su trabajo.
''- ¿Bokuto-san?''
''- AGAAASHE VEN A CASA.'' -gritó a través del parlante, sonaba ebrio, y mucho.
'' -¿Estas en Tokio, Bo? ¿O sigues En Shizuoka? Puedo ir por ti si lo necesitas.''
''- ¿Dónde estas tú? Tendríamos una cita y no te apareciste, por lo que tuve que salir a beber con Kuroo y Kenma y ahora me han dejado en casa. Ven a casa Kaashi.''
'' -Estoy de Tenma-san, pero ya mismo salgo para allí, esperé por ti hasta medianoche pero no contestabas mis llamadas.''
'' - ¡¿Por qué siempre estás con él por la noche?! Deberías estar conmigo, perdí mi tren, conseguí un aventón, perdí mi teléfono y ahora estoy solo mientras tu estas con otro Agaashe, ven ya mismo.'' La llamada se desconectó, y Akaashi volvió a ser invadido por la culpa, ya había notado por si mismo que el tiempo que pasaba junto a Bokuto había disminuido.
Kotarou pasaba cada vez mas tiempo en Shizuoka, algunos entrenamientos se extendían por la cercanía de la apertura de temporada y al mismo tiempo había comenzado a hacer amigos allí, mientras que Akaashi hacía lo posible entre malabares con sus horarios y los de Tenma.
Se despidió obviando el sermón de Tenma frente a que debía respetarse más y no permitir que Bokuto sobrellevara todas las decisiones, horarios y actividades de la relación, para subirse al auto y desaparecer en dirección al departamento.
Abrió la puerta con el corazón en la garganta, luego de tantos años sabía bien que Bokuto reclamando cosas correspondientes a otro hombre, y más si había bebido, terminaban en discusiones bañadas de palabras hirientes.
Entró haciendo el menor ruido posible y los zapatos en mano, tal vez Bokuto había caído dormido por el alcohol y todo terminaría en una charla más tranquila por la mañana.
- Akaashi. - habló desde la baranda. - Te estaba esperando.
Sintió su piel por completo erizarse, y soltando lo poco que llevaba en sus manos y dejando la chaqueta y zapatos, comenzó a subir sin contestar, los ojos de Bokuto estaban clavadas en su cabeza y podía escuchar los quejidos que salían de la boca de él, estaba esperando que Akaashi hablase primero.
- No hablaré Bokuto-san, - dijo desplomandose en la cama, pasando como si nada a su lado. - no pienso volver a discutir esto.
- ¿Es por qué no puedes mentir en mi rostro? - escupió sin más, caminando por el cuarto. - Porque todas las noches estás en su casa, no te veo más de dos horas al día.
Quiso tapar su cabeza con la almohada pero la mano de Bokuto la frenoz haciéndola parar en el suelo mientras se sentaba a su lado.
- Agaashe Dios mío, entiéndeme. - comenzó a lamentar. - Paso todo el día entrenando, solo quiero volver a casa a estar a tu lado y tú te la pasas fuera toda la noche, ya no lo aguanto.
"¿Acaso no lo notas, Akaashi? Puedes amarlo con sus actitudes infantiles, pero no puedes permitir su egoísmo."
"No es normal como te trata Kōtarou."
" [...] pero mereces algo mucho mejor que un egoísta que ni sabe que lo es."
Sintió todo su cuerpo hervir, realmente hablaba a Bokuto con su alma, era su vida entera, no había existido un minuto en los cinco años que llevaba al lado de él que tal vez nunca podría dejar de hacerlo.
Pero la cegez propia tenía un límite.
Fueron instantes en la que de un empujón se encontró sobre sus dos pies y con las lágrimas como un río en su rostro, aguantando los temblores.
- ¡¿Y tú piensas que yo no paso toda la maldita noche trabajando deseando estar a tu lado?! - gritó, haciendo que Bokuto se exaltara. - ¡¿Piensas que no pasó toda la mañana y tarde esperando un mensaje o hundido en mi maldita depresión deseando que estés un momento a mi lado?! Preguntándome cómo estoy, oyendo mi día o simplemente en silencio, abrazándome.
- Keiji yo...
- Keiji nada Bokuto, yo no puedo lidiar con tú yo borracho, tú yo celoso y todo el tú qué se olvida que yo también tengo sentimientos, así que calma tu cabeza y nos vemos mañana Kōtarou.
Bajo las escaleras lo más rápido que podía, tomando lo que había arrojado al suelo y desapareciendo de un portazo, no podía frenar sus pasos para esperar el elevador, si lo hacía el rush de adrenalina que cursaba desaparecería y se vería envuelto en una desesperación que arruinaría todo el esfuerzo de por fin hacer frente a su pareja.
Condujo casi sin notarlo hasta que frenó el auto frente a su casa de la infancia, entró con la llave de repuesto que tenía y para su sorpresa, su madre acababa de llegar de un turno.
- Keiji, mi amor... ¿Qué ocurré?
Akaashi perdió su cordura y corrió a abrazarse a su madre, volviendo a un llanto desesperado mientras intentaba explicarle toda la situación sin mucha suerte, ya que no se entendía ni la mitad.
Pero ella lo entendió, desde el día que vió a su hijo observado tan perdido a ese joven de cabellos bicolor lo supo, tan fácil como si lo hubiese vivido en carne propia que el día que lo notará, colapsaría.
Luego de lograr calmarlo y para cerca de las ocho de la mañana, se sentaron ambos en el sofá con una taza de café a charlar mejor.
Akaashi encontró las palabras justas para explicar todo sin llorar más de lo necesario y aceptar las caricias y críticas de su madre, quien estaba repleta de emociones demasiado maternales para no querer asesinar al sujeto que ahora mismo no estaba ahí para cuidar de su pequeño hijo.
- Mamá, no se que me pasa... Yo nunca me sentí así sobre Kōtarou. - sus lentes se encontraban en las manos de su madre mientras los limpiaba.
- Has perdido el norte hijo. - le volvió a colocar las gafas. - Esto es algo que deben resolver ustedes y decidir si seguir hacía adelante o frenar todo.
Pasó toda la mañana junto a su madre, hasta que tuvo que volver a su casa, quisiera o no había pedido el día en el trabajo pero debía adelantar lo que le había enviado Tenma por la madrugada.
Para el mediodía se encontraba metiendo la llave suponiendo que Kōtarou estaría entrenando a dos horas de distancia, y que podría llorar hasta la noche mientras consideraba todo lo que podría esforzarse para mejorar la situación entre ellos y charlarlo con calma a la noche, realmente no quería perderlo.
- ¡AGAASHE! - Unos musculosos brazos lo ahogaron apenas entró, elevándolo en el aire. - Lo siento tanto, he sido un idiota, sabes que no quise decir nada de lo de anoche. He sido el peor novio, y tú mereces mucho más.
Y allí se fue todo lo serio y planeado que mantenía Akaashi, realmente Bokuto Kōtarou era su punto suave, y le era imposible imaginar que alguna de las palabras que salieran de sus labios fuese una mentira, o no fuese a ocurrir.
- Avisé al equipo que me pediría el día así podíamos pasarlo juntos poniéndonos al día, se que tienes trabajo, pero puedo cocinar para ti y observar lo que haces, cuando te liberes podemos salir a caminar o jugar un rato al parque, prometo que haremos lo que quieras, ¡También pensaba que podíamos ir a la nueva librería en la avenida a...
- Bokuto-san para, por favor. - Sentía que estaba a punto de infartarse. - Tan solo, te amo. ¿Si? No peleemos nunca más y demos lo mejor de nosotros por el otro.
- ¡Lo juro Akaashi! Tendrás muchas sorpresas este día que te confirmarán lo mucho que te amo y que confío plenamente en ti, tan solo soy un tonto inseguro.
Lo besó como no hacía hace días, dejando que el día siguiera el curso que Bokuto eligió, hizo lo más rápido posible el trabajo, para disfrutar lo que sobraba a su lado, comiendo, caminando y comprando cosas de poca importancia, tal y como lo hacían cuando tenían diesciocho años y le buscaban un sentido al dejar de ser amigos para ser amantes.
- ¡Este es el último lugar al que quería traerte Akaashi! - dijo arrastrando de su mano a un banco. - ¿Lo recuerdas?
- Pues es el lugar donde nos quedabamos para las Nacionales todos los años, ¿Acaso quieres que entremos a jugar? Creo que ya han cerrado por el día.
- ¡No 'Kaashi! Es el banco donde me besaste por primera vez tonto. - dijo apuntandolo.
Un fugaz recuerdo de esos años tan lejanos lo abrumaron, había olvidado por completo que el fue el que arremetió primero, desencadenando la relación que hoy en día llevaban.
- Este fue el lugar donde me prometí a mi mismo que cuidaría de mi mundo para siempre.
- Bokuto-san eso...
- Por eso quiero que aquí dejes de llamarme Bokuto, y yo a ti Akaashi. - soltó mientras jugaba con sus bolsillos.
- ¿Qué estás diciendo? Yo te llamo Kōtarou pero sabes que siempre...
- ¡¿Te casarías conmigo Keiji?! - gritó mientras caía sobre una rodilla al suelo, aún rebuscando en el saco. - ¿Podrías dejar de llamarme Bokuto ya que será el apellido de ambos? Prometo todo lo que dije hoy, y lo que prometí hace años, eres mi mundo y no puedo seguir tomandote por sentado.
- Bokuto-san yo... - sentía su vista arder y que su corazón se descontrolaba en su pecho.
- Kuroo me dijo que no podemos hacerlo realmente, pero alquilaremos un lugar y alguien nos casará, te adoptaré y tendrás mi apellido, por favor, di que si.
- Claro que acepto Kōtarou, - dijo soltándose sobre él, quedando ambos en el suelo. - te amo.
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Los meses se vinieron sobre ellos, y con esto los planes de un casamiento que aún no terminaba de coordinar con las vacaciones de ambos, por lo que para noviembre, y con Akaashi con sus primeras vacaciones asalariadas obligatorias, se encontraba hundido en revistas y recortes.
- Kou, - lo llamó, acababa de llegar y había estado especialmente en silencio. - ¿Ocurré algo?
Bokuto seguía inmerso en su mundo, mientras comenzaba a retirarse la ropa de calle, los últimos días había estado con un pésimo humor ya que sus vacaciones serían en dos meses y había notado lo imposible de casarse en la cercanía.
- He hablado con mi jefe y me darán dos semanas para tu receso antes de la próxima temporada, pensaba que podríamos hacerlo en ese tiempo si te parece...
- 'Kaashi. - habló por fin. - Debo decirte algo.
Keiji sintió un extraño golpeteo en su estómago, Bokuto nunca era tan serio, y mucho menos decía algo como debemos hablar ni en sentidos, se asustó más cuando lo vio caminar hacia él observando el suelo.
Quiso volver a hablar y luego notó como Kōtarou comenzaba a sonreír mientras tomaba sus manos, ¿Estaba sufriendo un episodio psicótico?
- ¡Me han llamado para jugar en los Black Jackals! - recordó muy bien que equipo era. - Comenzaré la pretemporada en diciembre para estar jugando en marzo y... ¡Me lo dan todo Akaashi! Departamento, una paga extraordinaria y dicen que quieren que sea titular, ¡Yo titular en primera división!
- Los Black Jackals... - dijo cayendo en cuenta. - Los Black Jackals de Osaka... Bokuto te mudaras a Osaka el próximo mes.
- Ambos lo haremos, ¿No? Busque en internet y tú trabajo tiene sucursales allí, puedes pedir la transferencia y...
- Yo trabajo para Udai-san, Kou. No soy editor general, y no tengo razón para pedir la transferencia.
- ¡Pero soy tu prometido! ¿Eso no cuenta? - preguntó inocentemente.
Akaashi lo observó dolido, realmente no quería sacar este tópico a flote pero Bokuto mismo lo había buscado.
- Debo declarar quien es mi pareja Kou... Yo lo deseo pero...
- No. - sentenció mientras se encontraba sobre sus pies ya. - ¿No puedes buscar otro trabajo allí? Algo que tenga que ver con tu libro, podríamos mandarlo a...
- Bokuto-san, no quiero dejar mi trabajo, no podré encontrar otro tan rapido. - dijo serio, intentando tomar su mano. - Tampoco quiero dejar Tokio, mi madre y mis amigos están aquí, tu no me has preguntado cómo me...
- Pero es mi sueño Akaashi. - masculló. - Es mi vida entera puesta en un contrato que anhelé demasiados años para decir que no o siquiera dudarlo, no me dejes por elegir lo que me hace feliz.
- Ya lo sé, nunca te diría que dejes pasar una oportunidad así... Yo, yo lo resolveré Bokuto, pero no puedo irme de aquí a un mes, ¿Puedes entender eso? No te dejaré nunca, pero debes darme mi tiempo.
- ¿Entonces cuando vendrás? - preguntó asustado. - Yo no quiero vivir lejos de ti Keiji, no puedo.
- Comenzaré a enviar currículums a editoriales de allí, también mi nuevo material, pero primero debo hablar con Tenma y mi jefe, prometo que viajaré a verte los fines de semana, y tú puedes venir aquí cuando no tengas entrenamientos, me pediré esos días.
- ¿E irás a todos mis partidos? Sabes que...
- Soy tu amuleto de la suerte. - repitió ya de memoria.
Bokuto festejo cocinando y abriendo un vino, mientras Akaashi jugaba bruscamente con sus dedos sobre su regazo sin prestarle atención al televisor.
Tenía un muy mal presentimiento, y al mismo tiempo sentía que acababa de aceptar algo que se sentía ajeno a él, había querido decir tantas cosas pero no encontró la oportunidad.
Cenaron juntos y Bokuto se despidió a dormir, no sin antes preguntar a Akaashi que haría, se habían acostumbrado a esto para no tener peleas por si despertaba en medio de la noche y el menor no se encontraba.
- Iré a ver a Kenma, debemos discutir algunas cosas de la boda, te amo Kou. - beso sus labios y se encaminó al auto.
No notó bien en que momento le marco a su amigo y le pidió que se encontrarán en un bar cercano, tampoco le prestó atención a sus manos temblando sobre el volante, tan solo podía ver la alianza en su mano izquierda que pesaba, demasiado.
- Akaashi, ¿Pasó algo? - preguntó apenas lo vió desplomarse frente a él en la banqueta.
- Lo noté Kenma, y duele demasiado. - dijo con la voz monótona, como si estuviera con la mente en otro mundo. - Una copa de vino del día, y dejé la botella. - ordenó apenas el joven mesero se acercó.
Comenzó a explicarle todo, desde el día que pelearon por Tenma, y a final de cuentas todo salió a la luz y lo dejo pasar al cegarse con la propuesta, hasta hoy minutos antes, cuando no permitió que Keiji dijera palabra alguna de como se sentía al respecto realmente sobre mudarse a Osaka.
Kenma oyó todo, aunque desde un principio lo notó, y se dedicó a confortar a su amigo entre tragos y comentarios de aliento, sabía bien que Keiji no pensaba rendirse aún, y sería el soporte para que su amigo en la lucha por amar, no se perdiera en el camino.
Sabía bien que debía hacer por su amigo, tal vez no era su obligación, pero realmente no quería seguir viendolo así, Akaashi necesitaba algo propio, algo que naciera solo de él y para él.
- Tengo una propuesta.
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Ya van entendiendo a qué voy? ಥ╭╮ಥ
Me duele poner en esta posición a Bo bb pero,,, es de lo que va la historia.
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