1- La misión

Si no se tomara la vida como una misión, dejaría de ser vida para convertirse en infierno.”

[...]

Hoy es el día que mi papá espero tanto con ansías, no le veo el por que,  para mi es un día como cualquier otro nada especial. Siempre  siguiendo la misma rutina, todo era monotonía, como quisiera quedarme aquí en mi cama dormida, pero lamentablemente me desperté.

¡Por qué alguien esta tocando la maldita puerta!.

– Señorita Bulma – tocaban la puerta.

–¿Qué ocurre Linda? – mi voz estaba somnolienta.

– Tiene que levantarse, recuerde que hoy es su cumpleaños y su padre quiere hablar con usted.

– Ok ahora bajo linda, gracias - sentándose en la cama- Y comienza la pesadilla– me di un masaje en la cien.

Asi es hoy es mi cumpleaños, lamentablemente, hoy es mi décimo séptimo aniversario, todo el reino esta super emocionado pero yo en realidad desconozco la causa.

Me levanto y me dirijo a la ducha, me quito la ropa y entro al agua tibia inmediatamente siento como a mi cuerpo se relaja bajo el agua, en la ducha creo que es el único lugar donde estoy relajada y sin que nadie me moleste, pero creo que es comprensible soy la princesa del reino mas poderoso del mundo y tengo que cumplir mis obligaciones como tal.

Salí de la ducha y me envolví en la toalla y prepare mis cosas para el colegio, me dirigí al armario para buscar ropa me llevare una falda rosa floreada y una blusa blanca con mangas debajo de los hombros y unos zapatos bajos del mismo color de la falda.

Les contare sobre mi, bueno como ya dije tengo 17 años, voy al colegio especial para hechiceros novatos, es para aprender a controlar mis poderes, soy la princesa del reino de los hechiceros, físicamente soy de estatura media tengo piel blanca, muy blanca para mi gusto,  aunque todavía es menos clara que la de un muerto, tengo cabello azul y ojos del mismo color, a la gente me le hago muy peculiar y eso me gusta, me encanta ser única y original.

Emocionalmente, bueno en el amor, no me ha ido muy bien que digamos, amo y disfruto de mi vida, aunque siguiendo una rutina ¿Qué se puede disfrutar de ella?.

  Me gustan las aventuras, salir de mi zona de confort, cambiar todo, tristemente, no puedo, bueno solo en el reino, en el colegio si puedo hacer un poco de lo que me gusta.

Ah cierto lo olvidaba, bueno mi nombre es Bulma Brief.

Fui al tocador y me cepille mi cabello dejándolo suelto me maquille muy poco. A mi me gusta lo natural, me levanté, tome mis cosas para el colegio y me dirigí a la planta baja ya que mi padre quería hablar conmigo.

Ya abajo me tope con Linda y le pregunte en donde se encontraba mi padre.

– hola linda ¿Sabes donde esta mi padre?– pregunte

– ¡Oh! señorita Bulma que linda luce hoy, su padre se encuentra en su despacho– dijo con una mirada alegre.

– Ok gracias Linda- me dirijo al despacho de mi padre.

Voy caminando por un enorme pasillo, las paredes eran blancas con figuras talladas de puro oro.

En realidad el castillo era hermoso y esa es una de las cosas por la cual amo ser hechicera, llegue a una gran puerta y toque, del otro escuche la voz de mi padre dándome la indicación de que puedo pasar, abró la puerta y la cerré detras de mi.

– Hola papá – fui a su encuentro abrazándolo y dándole un beso en la mejilla– me dijeron que querías hablar conmigo.

– Sí hijita, quería hablar contigo– se levantó de su asiento para acercarse a mi– como ya sabrás he esperado este día al igual que todo el reino.

– Si ya se, pero en realidad no se el motivo de su emoción– dije confundida.

–Porque hoy hijita se hará oficial tu misión– voltea a verme.

– ¿Qué misión?– dije confundida, nunca me dijeron algo sobre una misión, o quizá no que yo recuerde.

Estaba muy confundida pero dentro de mí había una chispa de emoción, al fin algo emocionante pasaba por mi vida, o al menos algo fuera de la monotonía.

– te lo diré cuando regreses del colegio, ahora tienes que irte por que se te hace tarde.

–¡Adiós papá! entonces te veo después- me despedí de él dándole un beso en la mejilla.

Salgo del despacho de mi padre, salgo por la puerta principal, mi chófer personal es el que me lleva por ahora, aún no se controlar mi habilidad de vuelo. Pronto lo conseguiré, solo es cuestión de tiempo.

Llegue al colegio y todos me miraban de forma extraña, me sentía muy incomoda, claramente ya todos sabían de mi cumpleaños pero esas miradas no eran de "¡Oye, feliz cumpleaños!". Al contrario su forma de mirarme era extraña, es como si supieran algo que yo no.

Las clases transcurrieron como siempre. Algunas aburridas y otras excitantes,  hoy aprendí un hechizo nuevo, un hechizo de transformación, pero la transformación que hace el hechizo, abarca TODA la extensión de la palabra, según lo que te transformes, es como cambias, incluyendo los hábitos de alimentos.
Imagína transformarte en un perro.

Terminaron las clases, cuando salí mi chófer estaba puntual esperándome fuera. Nos fuimos directo al castillo, estoy ansiosa por saber que me dirá mi padre.

–Señorita Bulma que bueno que ya llego– me recibió alegre.

–Gracias Linda–le respondo de la misma manera.

– Su padre la esta esperando.

– ok gracias- me voy al despacho de mi padre, siempre se encuentra ahí, es su lugar favorito.

Llegue al despacho y toque la puerta pero nadie me respondió así que entré.

– papá ¿estás aquí?– dije cuando estaba dentro del despacho- que raro creí que estaría aquí.

–¡Aquí estoy hija!–se abrió una puerta, donde se encontraba un la de las paredes del despacho.

Que extraño no recuerdo que haya una puerta ahí – pensé.

Camino hacia la puerta y entro, lo primero que veo es a mi padre con un oráculo, que tenía una gran bola de cristal.

–¿Me estabas hablando papá?- ví la gran esfera con curiosidad.

–Si hija, es para hablar de tu misión- me miraba fijamente.

–¿cuál es esa misión papá?.

– Antes respóndeme algo ¿Sabes el hechizo de transformación?.

–Ah sí hoy lo aprendí en el colegio.

– ok– empieza a susurrar un hechizo a la bola de cristal.

–Ya me vas a decir ¿cuál es esa misión papá?

– procrearas herederos híbridos para fortalecer nuestra raza– lo soltó como si fuera lo mas normal del mundo la misión de acostarse con algún fulano que no conoces para tener hijos.

– ¿¡QUE!? Pero ¿¡De qué hablas!?– dije alterada, juro que me estaba dando un ataque de nervios.


Continuará...

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