Una bella castaña frente a la habitación de cierto pelirrojo, ya que tenía que hablar con él sobre lo que pasó en la tarde en la habitación de Shoto.

Después de tres toques a su puerta, la abrió el dueño de esta, sorprendiéndose un poco, ya que eran las 12:38 am.

-¿Ochako?- Preguntó, con un apenas visible sonrojo.

-¿Puedo hablar contigo?

-...Claro, pasa.

Hizo que pasara Uraraka, ya dentro de la habitación, se sentaron en la cama del chico.

-Pensé... -La primera en romper el silencio fue la castaña de mejillas rosas. -Pensé que ya lo habías superado, Eijiro.

El rostro del teñido explotó en rojo.- ¡No, claro que lo hice!, yo...

Ochako tomó suavemente el rostro del muchacho entre sus manos, odiaba que no fuera sincero con su tan lindo corazón.

-No es cierto.- Habló en un apenas audible susurro.- Tus ojos demuestran pasión y falsos sentimientos, por el hecho de negar todo lo que dice tú corazón mientras te mueres por dentro...

-... Podrás negar todo lo que tú quieras, pero el amor no se puede olvidar de un día para otro, siempre queda grabado en lo más profundo de nuestro ser, y lo sabes perfectamente...

Kirishima sentía un gran nudo en su
garganta, por que todo era cierto...

Nunca pudo sacarla de su corazón, probó otros labios y otros cuerpos, pero nada parecía tener efecto, Ochako se había clavado en lo más profundo de su ser, y por más que lo intentaba, parecía imposible.

-Mira mis ojos.- Eijiro la miró fijamente, con sus hermosos ojos color rubí, que se encontraban cristalinos.- Convénceme que ya tú no me amas.

¿Cómo negar aquello?

Si tan solo su mirada lo delataba.

-Rayos, Ochako... ¡Claro que te amo, nunca lo he dejado de hacer!- Sin darse cuenta, estaba soltando todo su llanto.- Ha sido una maldita tortura estar siempre cerca de ti y no poder besarte y tocar tu bella piel, ¡Odio a Midoriya, ya que él tiene la única cosa en este asqueroso mundo que yo no podré tener!

Hubiera seguido llorando, hasta que sintió unos
suaves labios presionando contra los suyos...

Si.

Ochako Uraraka lo estaba besando.

Eijiro se sorprendió demasiado al ver lo que la castaña hacía.

Espera...

¿No que Izuku Midoriya era su novio?

Quería separarse, pero... Una parte de él lo impedía, deseaba cada noche estar en el lugar del pecoso.

Correspondió al beso sin miedo, dejando que cierta parte del amor y deseo que tenía hacia Uraraka, saliera a flote.

Se separaron por falta de aire,
¿que pasaría después de eso?

No quería saberlo, aunque tal vez podría pasar algo, dulcemente prohibído.

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Holi, quieren otra parte de esto? nwn