〰️CAP. 28 "Sacrificio"〰️
Gritos y lamentos sobresalen desde el plano terrenal donde percibo el abandono de mi ser ante los desgarros del cuerpo humano de mi amor. Y digo cuerpo humano ya que cambió la eternidad por un límite de tiempo conmigo.
Levitar y discernirme rendido ante nuestro menester, parece ser la mejor decisión de todas. Ya que verme derrotar y ser derrocado ante los ojos de su Dios, no se percibe tan malo como pensé que se sentiría.
¡Que poderosa la ilusión de ser adorador! Acción que embriaga cada una de mis terminaciones nerviosas sin importarme el maldito resultado. Si al final, por mi acción tú vivirás para guarecer memorias de tu magnífica vida en humanidad.
¡Y maldita sea! ¡Que vale la pena morir por amarte tanto..! Con una daga enterrada en mi corazón y con un final nada novedoso según algún vago recuerdo de otro tiempo y de cuando moraba en otros cuerpo.
Entonces, una ola de impresiones me recorre de pies a cabeza y siento arrancar mi pellejo desgarrando desde adentro y desde lo más profundo de cada una de mis entrañas.
Quemando por dentro a la realidad del momento y transpirando cuantiosas lágrimas de dolor por lo que fui en otros tiempos.
Por lo que fui y por lo que soy...
Pagando por cada culpa, cada desazón, cada desgarrador llanto de horror junto a la pesada carga de portar la decisión del desamor y la fatalidad sobre mi cansina espalda.
Y cuando los interminables minutos se fusionan en esta delgada línea de espacio y tiempo, lo escucho nítido entre mis aterradores rememoros.
—A lo largo de los siglos y jamás en lo absoluto, se me hubiera iluminado que tendría tu designio entre mis manos... Leviatán.
Abro mis ojos con la efímera y minúscula fuerza que consume ese accionar y solo veo una fuerte luz cegadora frente mío que inunda poco a poco todo el lugar.
—C-creí... q-que... c-caído, y sobre m-mi final, e-estaría en e-el averno... Y no f-frente de... tu Omnipotencia.
El ambiente se torna oscuro ante mi respirar y aunque mi cuerpo se precise extraño a sobremanera, el maldito puñal de la daga celestial envenenando mi sistema no se encuentra en su lugar...
—¿Puedes frenar tu impronta lamentera, vesánico? Que bastante daño ya has hecho y no te alcanza ni la eternidad para enmendar lo incorrecto...
En mis oídos, rebota el eco de su gloriosa voz. Y entre casi imperceptibles colores incandescentes, reconozco su figura más allá de la deidad.
—¡Y-ya cá...llate! Q-que no q-quiero e-enmendar n-nada... —artículo sobrepasado por mis acciones y expidiendo irritabilidad por cada uno de mis poros.
"Solo quería amar entregándolo todo... ¿Al final, de nada sirvió el arrebato? Maldito seas gobernador de lo contrario."
—¿Finalizaste con tus blasfemias, querido Jimin? —escucho su refutar ante mi pensar quedando completamente anonadado...
—¿P-pero... c-có... mo?... —cuestiono ante mi lectura mental pero sin salir de mi asombro.
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—¿¡Cómo fuiste capaz de hacer esto, maldito Demonio!? —grito arrancando las hierbas que empuñan mis sangrientas manos...
Porque de golpear en arrebatos a demonios y guerreros alados a mi lado, tracé líneas de rojo que me recorren a lo largo del dorso de mi mano, algunas secas y algunas punzantes, mientras sigue brotando carmín desde ellas.
Es que luego de llorar en histeria por tu amor como un desesperado, y gritarte desde "te amo" hasta "te odio maldito desgraciado". No me quedaron más fuerzas que clamar echado en la fina hierba buscando el modo de morir, para vivir a tu lado...
Mi corazón, finalmente humano, muere a cada segundo de no estar entre tus brazos.
Maldita ironía del destino, de la vida o de tu mierda repentina, hacerte el héroe enterrando un puñal celestial al medio de tu negro corazón... Corazón que solo latió por mi tacto.
—¡Finalmente nos pertenecíamos idiota!
Grito al viento entre nuevos llantos que se asoman sin permiso alguno y sin poder controlarlo...
Y para colmo de todo, tu inerte cuerpo fue arrastrado por los cielos entre gritos desgarradores míos mientras soldados que estuvieron a mi mando en otros tiempos, me retenían a la fuerza sin importarles una mierda mi desangro.
—¿Cómo si podría montar vuelo con estos brazos, malditos idiotas?
Me río como un demente a medida que sollozo descontrolado. Pensando en quedarme tirado hasta que cada célula de mi cuerpo se congele en este gélido desierto desamparado que es estar sin el calor de tus brazos.
Y nuevamente lloro... Lloro ferviente, desarmado y acostado, enterrando mi cabeza entre mis manos mientras desgarro desde la profundidad de mis fauces, un grito de horror, indignación y vesania con una efímera pizca de fe de que ésto se trate de un maldito sueño y no de una fatídica realidad...
Sueño del que quiero despertar solo si tú estás a mi lado, amado mío...
Y nuevamente sollozo entregado al abismo de mi ser, pegándome mentalmente por no prever ninguna acción para evitar tal atrocidad que cometiste.
—¿No te das cuenta que estoy perdido sin ti? ¡Qué te vas a dar cuenta si no estás! ¡Maldito pedazo de idiotaaa!
Pego con fuerza mis nudillos a la asomada tierra luego de arrancar cada hierva del lugar mientras delimito un camino con mis llantos que no piensan dejar de fluir.
—E-estoy... v-vacío... ¡Me has matado!
Inclinado a gatas sobre la hierba percibo la fría brisa desplazarse por debajo de mi piel hasta enfriar cada uno de mis huesos.
Y la fuerza sobrenatural que tuvo mi cuerpo hace un tiempo, se reduce a puro lamento en estos momentos. Y ni energía para sentarme derecho poseo, más que tirarme a lamentar lo que pude haber hecho.
El silbido del viento resuena con cada movimiento de la copa de los árboles. Y acuno mi cuerpo para poder resguardar parte de la friolenta sensación que recorre cada fragmento de mi cuerpo.
No sé si fueron segundos, minutos u horas, o tal vez... Un fragmento paralelo a ésta línea del tiempo en el que cedí mi dolor a un necesitado y profundo sueño.
Lugar en donde pude morar acariciando tus cabellos que ondeaban con el viento del friolento atardecer.
Zona confortable en dónde tu arrullo calmaba mi tempestad y lamentos. Y entre varios improperios, decías que nunca ibas a volver a amar como lo hacías conmigo.
Y entre sueños, cedí mi vida, mi alma y mi corazón... Solloce bajo el manto de tu cálido abrazo mientras repetías palabras sin parar, que no puedo recordar, pero que me hacían sentir seguro.
Tan seguro como en casa...
Aquel lugar en donde estés tú...
Lugar que pasa a ser hogar, por tener la dicha de habitar a tu lado...
........
Entre dormido restriego mi rostro contra una mullida y cómoda tela. Y muevo lentamente mi nariz olfateando un aroma conocido para mí.... Aroma que hace estremecer -lentamente- mis sentidos.
—Mmm... cariño... estás aquí —murmuro separando mis párpados hasta que la cruda realidad de mis recuerdos se ahoga un lamento en lo más profundo de mi ser. "No estás más aquí conmigo..." se reproduce como un disco en mi frágil mente.
La tirantez y ardor de mi garganta, clama porque beba agua. Entonces, incorporo en automático mi adolorido cuerpo encaminándome hacia mi pequeña cocina.
En eso, sacudo mis pestañas mientras restriego mis ojos tratando de recobrar parte de la laguna en donde flota mi liviana mente.
"¿Cómo llegue aquí?" El último recuerdo despierto es de mi cuerpo destrozado entre las hierbas. Luego, observo mis nudillos envueltos en benditas coloridas y solo frunzo mi ceño.
Entre la angustia de respirar sabiendo que no te tengo y el maldito hueco de espacio y tiempo gobernante en mi cabeza, sin sumar el dolor corporal que la desazón produjo en mi humano cuerpo; solo me queda llorar por lo que pude tener y no tengo...
Me aferro a la pequeña pileta de la mesada del baño, lavando mi rostro, cabello y cuello. Necesito sentir algo por lo menos... Y el agua helada, en partes de la cara es un buen comienzo.
Y en eso, escucho el acceso cerrar o abrir en su defecto, y al girarme secando las desparramadas gotas de mi cuello, lo atisbo a mi sexi rubio y por el cual me desangre en lamentos, sobre el marco de mi puerta...
A POCO ME LO CREÍAN MORIR?🤔🥺
GRACIAS POR LEER, VOTAR Y COMENTAR🥰
Y RECUERDEN, QUE LOS AMITO MUCHO❤
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