Todo estos años de repulsión y odio se purifican de solo escuchar su labia... Labia que cuestiona con absoluta entrega, que me decida de una buena vez a lo que tenga que ser.

Observarlo decidido y sin importarle nada, sabiendo aún a cuestas el peso de su espalda por tamaña decisión, me deja atónito y sin habla.

Sentirme chiquito ante su magnánimo cuerpo y resolución pareciera moneda corriente de mis últimos días. Y la inicial molestia de perecer ante él, cede de tal manera que solo puedo ver a futuro (si es que soy merecedor del mismo) una posible eternidad de su tiempo en tierra junto a mí.

"¿Estas diciendo que aunque elija dejar los cielos por ti, tú no estarás a mi lado?" Cuestiona mientras me observa con un profundo deje de tristeza o decepción.

Así que luego de mil resoplidos y bufar a no dar más, elevo mi rostro para conectar nuestra visión y confesar nuevamente.

—Yo ya te dije que estoy dispuesto a todo por ti, mi Ángel Rojo, a lo que no estoy dispuesto es a quedarme con lo que hace que te ame, no pienso mancharte con mi pudrición.

Él, me observa confundido mientras sacude su cabeza en negación y como entrando en cólera me enfrenta levantándome desde donde estoy y con mi rostro entre sus manos.

—¿Te das cuenta de que si no tomas mi alma no podré ser eterno junto a ti? —su mirada transmite un anhelo perdido que pocas veces pude percibir a través de sus ojos.

Entonces, agarrando cada lado de sus manos acaricio por sobre las mismas mientras el cierra con firmeza sus ojos. Y es tan inmenso el sentimiento que me golpea mediante esta incipiente conexión (desconocida para mí de a momentos) que ahogado entre sensaciones y con mi corazón acelerado le contesto: —No necesito una eternidad para sentirme así contigo. Por favor mi Ángel, entiende... Esa alma que tanto quieres que tome y macule es la que me enamoró de ti... Nunca antes en mi condenada vida de Demonio logré sentirme así con nadie, y no piensa traerte al inframundo solo para retenerte junto a mí.

Percibo su temblor bajo el tacto de mis manos y unas reacias lágrimas que amenazaban por no salir, en un principio, se deslizan trazando un salado camino por mi rostro.

Él, me observa nuevamente, y con sus orbes acuosos y con gran acongojo me dice: —Pero yo quiero estar contigo...

—Y lo estaremos... Lo estamos, si viene al caso aclarar lo de éste preciso momento.

Él, seca con parsimonia mi rostro mientras desliza con extrema delicadeza sus dedos por mi contorno, como queriendo grabar en su memoria cada poro de mi dermis.

Y con su respiración descompasada se inclina en una agónica tentación delineando mis labios con sus dedos para luego acortar el espacio y fundirnos en un apasionado y romántico beso de esos que al principio renegaba, y ahora no puedo imaginarme un maldito día sin ellos.

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Desesperado es poco al clamor de que no me deje, si lo único que me falta es arrastrarme como bicha. Y de seguro que lo haría, con tal de quedarnos juntos.

Y como el rey de todo lo malo, no puede hacer maldad conmigo... Irónica la vida e irónico el destino. Quedarme en tierra en mi forma humana y él, en su divina.

"¿Algo es mejor que nada no?" Se precisa en mi cabeza con tal de convencerme a mí mismo, que del modo que sea, estará conmigo.

—No pienses tanto mi angelado, si supieras que en un comienzo quería extraer tus plumas y meterlas una a una por donde no te da el sol... —lo escucho decir sacándome de mis pensamientos entre sonidos risueños.

—¿¡Pero por qué tan así!? Si soy un tierno angelito que no me porto nada bien, según mis camaradas.

—¿Portarte mal? Pero si por follarme todo el maldito día como conejo dicen que te portas mal. ¿Qué pensarán del receptor de tus sentimientos?

—Que me lavó el cerebro y me dejé manejar. Que todo esto es un maléfico plan para derrocar al Supremo y que le estoy dando vía libre de armas a tomar.

Mi bonito rubio me observa con su ceño fruncido, como meditando que decir o buscando las palabras adecuadas. Y entonces, aprovecho para deslizarme hasta su cuerpo y así, regenerar mi ser en el calor de su piel cuando sus brazos me envuelven por inercia y sin dudarlo.

—No hubiera sido capaz -aún sin conocerte- de matarte y romper el tratado que a través de los tiempos a mantenido cierto orden entre el arriba y el abajo... Pero no te mentiré diciéndote que no me llene de rabia al saber de tu existencia y compasión —dice apoyado sobre mi pecho mientras acaricio sus cabellos con total admiración.

—Y que queda para mí, que bajé con la misión de encontrarte quién sabe para qué fin... Solo sabía que debía frenar la maldad entre los humanos de algún modo, pero nunca imaginé que aquél que me cautivó sobre manera, activando cada una de mis sensaciones era el mismísimo Dāeva hecho persona.

—¿Sos consciente de que soy el autor de millones de aborrecimientos según tu especie? —me consulta con firmeza pero sin soltar el firme agarre a mi cadera en el ínterin que se turna con pequeños círculos con sus dedos sobre mi sensible piel.

—Soy consciente de la verdad ante mis ojos. Lo que pasó, es pasado y no lo puedo trasformar, pero soy conocedor de la merma de maldad en este mundo y lo creas o no, sé que en parte somos responsables ambos dos.

Confieso mientras escucho su suave respiración sin ningún síntoma de grandeza o de pérdida de control que lo invada, de repente. Al contrario, está cómodo y relajado entre mis brazos.

—Me has transformado en una mera porquería necesitada de tu amor, maldito sentimiento de mierda... —eleva su cabeza observándome directo a los ojos —. Y luego, reclamas que tome tu alma cuando ella me trajo directamente hasta aquí... —señala hacia el centro de mi pecho en donde mi órgano retumba como loco sin parar ante sus toques.

Entonces, agarro su mano abriendo bien sus dedos y la aprieto junto a la mía sobre mi pecho —Dime ¿que sientes? —le digo.

—Que me amas como yo te amo a ti, mi Ángel Rojo.

Y sin nombrar ni una palabra más, consumimos el aire estrecho que compartimos, rebuscando en lo profundo de su cavidad, danzar su lengua junto a la mía en una ofrenda pasional que simula ser promesa de un amor que nada ni nadie lo frenará, y al cual vamos a apostar aunque pierda mi humanidad en la apuesta.

HAW MENOS MAL QUE ACLARÓ EL DEMONIO, PORQUE LO GOLPEABA🤨 HACERME SUFRIR AL ANGELITO QUE ESTA MÁS FUERTE QUE COMER POLLO CON LA MANO🥴🤣

PERO HAY QUE ENTENDERLO A MI POBRE DEMONIO, DE CONOCER SOLO MALDAD Y DOLOR, APARECIÓ ESTE BOMBÓN❤ YO Ñ, ME CASO😉🤣

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LOS AMITO MUCHO❤