capítulo uno . bienvenida al área
❪ acto uno          .       ominisciente ❫

⸻Llévenselos ⸻habló aquella mujer de cabello blanco, Ava, con frialdad.

⸻¡No! ¡Solo queríamos que esto acabara! ⸻las lágrimas caían de los ojos de la pelirroja, ahogando su voz.

⸻Infringieron las normas, niños. Como castigo, serán enviados al Área ⸻declaró, sin un atisbo de compasión.

⸻¡Somos tus nietos! ⸻gritó Thomas, incrédulo.

⸻¡Me da igual! ¡Llévenselos ya! ⸻ordenó ella, tajante.

⸻¡Eres una basura, no deberíamos llamarte abuela! ⸻espetó Thomas sin pensarlo.

⸻Ojalá te pudras, eres una mierda ⸻escupió la pelirroja, su voz cargada de rabia.

Todo ocurrió demasiado rápido. Los ojos de Thomas se abrieron y cerraron con dificultad. Su visión estaba borrosa. A su lado, alcanzó a ver a una chica pelirroja, profundamente dormida. Su cuerpo se sentía débil, pero el miedo lo obligó a intentar incorporarse. Miró a su alrededor. Estaban dentro de una especie de ascensor que subía con rapidez.

¿Qué hago aquí? ¿Quién soy? ¿Por qué no recuerdo nada? Las preguntas se agolpaban en su cabeza, sin ninguna respuesta.

Aunque su cuerpo dolía, la sensación fue disminuyendo con cada segundo que pasaba. Sus ojos ya no estaban tan pesados y, al girarse, volvió a observar a la chica dormida. Su cabello era intensamente rojo y su expresión, tranquila.

Thomas suspiró, aún confundido, y se arrastró hasta una de las cajas en el ascensor. Antes de poder abrirla, un estruendo lo sobresaltó: el ascensor se detuvo de golpe, lanzándolo al suelo. Dolorido, alzó la mirada. Arriba, una intensa luz se encendía.

A través de los barrotes, vio muchos rostros mirándolo. Uno de los chicos descendió rápidamente al interior.

⸻Newt, ¿qué ves? ⸻preguntó una voz desde arriba.

El rubio miró primero a Thomas y luego, sorprendido, a su lado.

⸻Son dos... un chico y una chica ⸻informó con voz tensa.

Los susurros comenzaron. Thomas, todavía dominado por la confusión y el miedo, se lanzó contra el rubio, intentando ahorcarlo. Varios chicos entraron para separarlos, pero algo los detuvo.

⸻Thomas... ⸻susurró la pelirroja, que acababa de despertar.

Al escuchar su nombre, el pelinegro soltó al rubio y se volvió hacia ella con desconcierto.

⸻¿Quién es ese? ⸻preguntó Newt, observándola con atención.

Thomas la miró, atónito.

⸻Así es... así es como me llamo ⸻susurró, como si acabara de recuperar un pedazo de sí mismo.

Pero... ¿cómo lo sabía ella?

⸻¿Y cómo ella lo sabe? ⸻murmuró alguien, sin comprender.

Newt se acercó y, con ayuda de Thomas, levantó con cuidado a la pelirroja. Ella abrió sus ojos verdes, observando a todos los chicos que la rodeaban.

⸻¡Me la pido!

⸻¡Qué buena está!

⸻Va a ser mía...

Al escuchar esos comentarios, Newt alzó la voz con furia:

⸻¡Dejen de decir tonterías! Si veo que tocan a esta pelirroja, acabarán en el laberinto muertos.

El silencio fue inmediato.

⸻¡No se acerquen! ⸻exclamó la chica, retrocediendo con sus puños.

En un instante, sintió unos brazos en la cintura. Al volverse, vio al pelinegro que había intentado ayudarla. Pero ella reaccionó con rapidez, intentando clavarle el cuchillo. Falló, pero no se detuvo: saltó sobre su cuello, giró y lo hizo caer al suelo con fuerza. Luego, sin pensarlo, le dio un puñetazo que lo dejó inconsciente.

Se incorporó y alzó la mirada, enfrentándose a los ojos sorprendidos de los demás. Se detuvo al ver al rubio. Lo observó, y sin decir una palabra, echó a correr hacia el bosque.

Se trepó con agilidad a un árbol, su respiración agitada.

¿Qué hago aquí? ¿Por qué no recuerdo nada? ¿Por qué no sé quién soy?

⸻¿Qué hace él aquí? ⸻preguntó una voz conocida. Era Gally.

⸻Porque esa chica me hizo recordar mi nombre, y porque seguramente gracias a mí nos dejará hablar con ella ⸻contestó Thomas.

⸻Cállense, ¿dónde podría estar?

Newt fue quien la vio primero.

⸻¡Chicos! ¡Ahí arriba! ⸻gritó, señalándola.

Ella comenzó a lanzar ramas pequeñas desde lo alto.

⸻¿En serio? ¿Todas son así?

⸻¡Ey, ey! ¡Soy Thomas! ⸻dijo él, levantando las manos.

Ella se detuvo. Algo en su voz le resultó familiar. Bajó del árbol lentamente, hasta quedar cara a cara con ellos.

⸻¿Qué hago aquí? ⸻preguntó, con la voz temblorosa.

⸻Esa es una pregunta que todos nos hacemos. Pero estás en el Área, con todos nosotros ⸻intentó tranquilizarla Newt.

⸻No te acerques, por favor ⸻dijo ella, y él asintió al instante dejándole su espacio.

Pero entonces, uno de los chicos de cejas pobladas intentó acercarse. Tania, asustada, volvió a correr.

⸻¡Deténganla! ⸻ordenó Alby.

Ella corrió con todas sus fuerzas hacia la puerta del laberinto. Se giró antes de cruzarla.

⸻¡Ja! ¡Estúpidos, nunca me atraparán! ⸻gritó con aire triunfal.

Pero al girarse, alguien chocó contra ella y la hizo caer al suelo.

⸻Joder... ⸻murmuró.

No confíes en ella.

Esa voz, susurrante y repetitiva, volvió a sonar en su cabeza. Cerró los ojos con fuerza y al volver a abrirlos, todo parecía más real.

⸻Uh, genial. Me voy unas horas y ¡pum! Una chica llega al Área ⸻dijo una voz divertida. Minho se acercó a ella, agachado ⸻¿Estás bien, novata?

⸻Sí, genial. Mi espalda acaba de estrellarse contra el suelo con fuerza y estoy genial ⸻respondió ella con sarcasmo.

⸻Bueno... sí, lo siento ⸻dijo él, sonriendo con algo de culpa.

La pelirroja lo observó en silencio.

⸻¡Minho! ⸻llamó Alby ⸻Te diste un buen golpe.

Tania rodó los ojos.

⸻Bueno, pues bienvenida al Área, novata ⸻añadió Alby.

⸻¿En serio? Qué bienvenida más bonita. Es la mejor que he tenido ⸻dijo ella con un tono sarcástico mientras sus brazos se cruzaban rápidamente.

Minho soltó una risa y le ofreció la mano para levantarla.