Capítulo 23. Llamas perpetuas.
Sin dudarlo un segundo más Bikou lanzó su báculo directo hacia el azabache que lo esquivo de un salto hacia la pared para luego usar la base para impulsarse directo hacia el castaño.
-¡¿Quién demonios eres tú, mocoso?! -exclamó con asombro el castaño cubriendo su cuerpo con sus brazos.
"¡Haaaaa!"
Exclamó el pequeño tensando por completo sus brazos para lanzar un último golpe que nuevamente tumbó con fuerzas al mono mayor.
-Mi nombre es Son Goku, un practicante de artes marciales -respondió con seriedad girándose hacia la azabache quien lanzó varias ráfagas de ki que fueron fácilmente esquivadas.
-Eres sin dudas un enano molesto nya -expresó con irritación la neko lanzando otra bola de energía pero para su sorpresa está fue desviada por la ante mano del Son.
-No sé quiénes son, ni qué quieren pero no dejaré que le hagan algo a Raviosa -afirmó totalmente determinado.
La sonrisa burlona de la neko lo confundió por unos segundos antes de que sintiera el báculo de Bikou en su cuello.
"¡Cargh!"
-¡Lárgate ahora, Kuroka! -exclamó el youkai masculino usando toda su fuerza para retener al azabache.
-¡Sue...sueltameeee! -exclamó con molestias Goku sosteniendo el arma.
Sintió desesperación cuando vio como un círculo mágico aparecía debajo de la mencionada Kuroka y Ravel.
-Nos volveremos a ver, enanito nya -la molestia en los ojos de la nekoshuu eran palpables.
Una vena se marcó en la frente del saiyan.
-¡Te dije que me soltaras! -exclamó iracundo el pequeño guerrero propinando un potente codazo en la boca del estómago al castaño que por unos momentos se dejó por el dolor- ¡Raaaaveeel! -exclamó con impotencia Goku viendo como su amiga y la azabache desaparecían.
-Je... es tarde -murmuró el mono riendo levemente poniéndose de pie- Ahora no habrá algo que te distraiga, eres fuerte así que quiero luchar seriamente contra ti -apuntó su báculo hacia Goku cuyos ojos estaban ocultos por su cabello.
-¿Quieres pelea? ¡Te la voy a dar! -exclamó lleno de furia Goku propinando un barrido de piernas que desequilibró al youkai aunque usó su báculo para estabilizarse nuevamente para intentar conectar una patada a Goku que se defendió con su antebrazo.
-¡He! Eres increíblemente hábil enano -mencionó apartándose con un salto.
Pero se exaltó de sobremanera cuando lo vio cerca suyo una vez más.
"¡¿Heh?!"
Su mejilla sintió el poderoso puño de un Goku serio que sin dudas le había causado un gran dolor
Lo que escupió esta vez fue sangre mirando el suelo con la vista levemente nublada. Su rostro ahora tenía un gran moretón.
Levantó su vista para ver la expresión completamente molesta del chico de pelos parados.
-¿A dónde se llevaron a Ravel? ¡Dimelo! -exclamó con molestia apretando su puño.
-Je, no te daré las respuestas tan fácil chico -dijo limpiando sus labios- "No debo dejar que me conecte un golpe, anotado" -pensó teniendo en cuenta las consecuencias.
La tranquilidad de aquel barrio terminó justo en ese pequeño momento cuando una tremenda explosión se hizo presente.
El hogar de la joven Phenex estaba al borde de la destrucción.
Finalmente Bikou logró conectar un golpe al rostro del pequeño pero no pareció tener efecto alguno.
"¡Gaaaarh!"
El grito de guerra de Goku fue acompañado de un fuerte cabezazo que hundió al youkai desde el segundo piso hasta el suelo.
Como pudo el descendiente de Sung Wukong intentó reponerse pero no pudo cuando su estómago recibió un poderoso rodillazo doble destrozando su ya decadente armadura.
Goku lo tomó del pectoral de su vestimenta y lo levantó a su altura.
Bikou respiraba con dificultad, este mocoso era una completa bestia, ¿cómo lo habían dejado pasar?
¿Era él el guardian de la Phenex acaso?
-¿Dónde está ella? -preguntó con una seriedad poco antes vista en sus facciones.
-¿De...de donde carajos saliste tú? -fue lo único que pudo preguntar el castaño con intranquilidad.
-¡Goku-san! -una voz femenina llena de temor llamó siendo esta una preocupada Asia- ¿Q... qué fue lo que pasó? -preguntó con nervios viendo la destrucción causada en apenas segundos.
Se había exaltado por completo cuando su amigo desapareció de su vista en un instante.
-Ese es Bikou, el heredero de Sung Wukong y un criminal buscado, ¿qué es lo que haces en estos lugares? -preguntó un tranquilo Azazel quien seguía a Asia mirando los alrededores no tan asombrado.
-Ello se llevaron a Ravel, Asamel -Goku dijo con molestia apretando el agarre en Bikou.
-"Lo derrotó por completo, ¿se habrá hecho más fuerte luego de la pelea contra Vali?" -se preguntó un asombrado Azazel.
Sabía perfectamente lo poderoso que era este youkai y al parecer no le tomó mucho a Goku poder derrotarlo sin problema alguna.
El castaño en cambio se confundió de sobremanera al ver al mismísimo líder de los ángeles caídos en ese lugar, al parecer era el aliado de este pequeño monstruo.
-Con que secuestraron a la heredera Phenex... -el rubio posó sus dedos en su mentón fijando su atención en Goku- "Esta sin dudas es una buena oportunidad" -pensó esbozando una casi imperceptible sonrisa.
-¡Tch! Esto no estaba en los planes -murmuró Bikou sosteniendo las muñecas de Goku pero al instante se estremeció cuando no logró nada en absoluto.
-No creas que puedes liberarte de esa forma -aseguró el muchacho con seriedad y confianza.
Los músculos de este niño eran como hierro puro.
-Joven, dudo mucho que tengas alguna oportunidad ahora, siendo honestos no tienes ni la mínima posibilidad contra mi protegido -explicó con una confianza casi molesta- Tú eliges, hablas por las buenas o por las malas -dijo acercándose al dúo- Tengo algunas formas de extraer información, experiencia de guerras pasadas...
Una gota de sudor fría corrió por la mejilla del youkai quien apretó sus dientes con impotencia.
Al parecer fue un gran error, pero por alguna razón no se arrepentia de haber luchado contra este niño quien emanaba algo familiar.
.
Ravel lentamente abrió sus ojos azules sintiendo sus brazos pesados al igual que sus piernas.
Como pudo detallo su cuerpo y notó gruesas barras de metal en sus muñecas y tobillos unidas a unas cadenas.
No eran simples ataduras, habían sellos mágicos imbuidos en ellos que la debilitaban de sobremanera. Probablemente tenía la fuerza de un humano común y corriente en estos momentos.
-¿Dónde estoy...? -a duras penas pudo hablar, se sentía sumamente cansada.
-Finalmente ha despertado, hija de los Phenex -habló una voz juvenil y llena de confianza.
Lentamente la rubia levantó su vista pidiendo ver a un hombre joven con cabellos negros largos atados en una larga cola de caballo. Sus ojos eran verdes y tenía unas orejas en puntas picudas.
Su cuerpo estaba cubierto por una espesa gabardina negra con detalles dorados.
Casi al instante Ravel supo de quien se trataba, era un demonio de su generación y de alto prestigio. Proveniente de una de las familias originales, los Asmodeus.
-El trato está hecho nya, ya no tengo nada más que hacer en este lugar -habló la neko de cabello negro con seriedad mirando al joven demonio quien simplemente asintió sin siquiera verle.
-Buen trabajo.
-Zerukia Asmodeus... -habló la Phenex completamente confundida- ¿P...por qué me has traido aquí? -preguntó con molestia y nervios- ¡Esto es una declaración de guerra contra mi clan! ¡¿Sabés lo que te espe...?! -iba a decir pero una bofetada le calló al instante.
-Silencio, yo no te he dado permiso para hablar, deberías respetar los rangos -dijo con una sonrisa engreída el conocido Zerukia.
Por primera vez en su vida su rostro fue tocado por alguien que no fuera su familia. Gran indignación y miedo se apoderó de su cuerpo al comprender su situación, su estatus ya no importaba en absoluto.
Su mentón fue tomado obligándole a ver al hombre.
-Deberias comprender que no tienes tu renombre aquí, que eso nunca más importará -habló acercando su rostro al de la rubia quien sintió como las lagrimas estaban por escapar- Ahora eres una herramienta más, un objeto podría decirse -su sonrisa macabra aterró a la Phenex.
-¡N...no! Suéltame, mi familia vendrá a salvarme y recibirás tu castigo -afirmó con terror antes de sentir como el aire se le negó por la mano en su cuello.
-He dicho que guardes silencio, mujer.
-Como sea, haz lo que te plazca ahora, debo retirarme nya -la azabache dijo mirando de mala manera aquella situación- "Debo ver lo que ocurrió con Bikou" -se dijo con preocupación.
-Ahora tienes que saber que no eres nada más que nuestra fuente de lágrimas -habló mientras su mano sostenía las telas del cuello de la muchacha- Y no creo que sea difícil hacerte soltar unas cuantas lágrimas -finalizó desgarrando la ropa de la muchacha dejando ver su busto.
En ese momento los ojos de Ravel se abrieron de par en par llenos de miedo, temor genuino por su situación. No tenía salvación alguna en estos momentos.
"¡Kyaaa!"
Su chillido escapó de su boca al igual que sus lagrimas intentando escapar pero simplemente causó más moretones en sus muñecas.
-Ya te dije, todo lo aue puedas hace es inútil, tus familiares ni siquiera saben aún de tu situación -murmuró acercando su rostro al de la diablesa- Nadie vendrá a salvar... ¡!
No pudo finalizar sus palabras pues se confundió de sobremanera cuando aquel lugar comenzó a temblar repentinamente.
Miró los alrededores en alerta, todo parecía estremecerse. Además oyó fuertes explosiones por toda aquella mansión.
Esa era una mansión del clan Asmodeus ubicada en una zona oculta del inframundo.
Además había recibido la información que en estos momentos el dragón rojo se encontraba en una lucha contra el heredero de los Phenex por la mano de Rias Gremory. No podían ser ellos.
¿Quién podría ser el irrespetuoso que se atrevía a ingresar en sus domicilios?
-"¡Sea quien sea lo voy a matar!" -pensó lleno de furia dándose la vuelta tranquilizando un poco a la rubia.
.
Hace unos cuantos momentos Bikou no lo pensó mucho para revelar la ubicación del lugar. Perdió totalmente contra el niño así que era su recompensa.
Un Goku vestido con su dogi de peleas con el kanji "Grigori" miraba aquel gran edificio que tendría mas de cientos de años oculto entre enormes árboles y custodiado por varias bestias mágicas con seriedad.
Al lado suyo Azazel quien había generado un círculo magico para que Goku pudiera pararse.
-¿Podrás solo? -preguntó el rubio soltando una bocanada de su cigarrillo colombiano.
-Iré a salvar a Ravel yo mismo, no perdonaré a nadie que le haga daño -aseguró el muchacho mientras guardaba su báculo en su espalda.
Cerró sus ojos centrándose en su percepción del ki buscando la energía de su amiga, el viento del inframundo movía sus cabellos al igual que el se enfocaba lo mejor posible.
Abrió sus ojos con un brillo determinado caminando hacia el borde y arrojándose sin pensarlo más.
Una zona completa de aquel castillo fue reducida a meros escombros cuando Goku impactó fuertemente en él.
Los demonios que allí se encontraban, siervos del clan Asmodeus se exaltaron de sobremanera dirigiéndose hacia el lugar, muchos de ellos apenas vieron un borrón naranja cruzar entre ellos antes de caer completamente en la inconsistencia.
El báculo de Goku destrozaba a un grupo completo de una sola barrida, demonios de clase baja y media que no sabían que demonios ocurría.
El puño del azabache golpeó el rostro de uno de ellos destrozando varias paredes por la potencia.
"¡Gaaaaaah!"
Su poderoso grito fue acompañado de patadas y puñetazos que lo quebraban y desgarraba todo sin pena alguna ante esos seres quienes decidieron ir por su amiga.
El guerrero Son Goku no se estaba conteniendo en absoluto en estos momentos. Sentía el ki debilitado de Ravel por ende no podía darse el gusto de perder tiempo.
Se detuvo repentinamente cuando un demonio diferente apareció en frente suyo, era Zerukia Asmodeus quien miraba con odio al enano de pelos en puntas.
-¿Quién eres y como osas ingresar en mi castillo? ¡¿no sabes quién soy?! -preguntó a la vez que su cuerpo se rodeó de energía violeta, densa y bastante poderosa.
-¡¿Dónde está mi amiga?! -preguntó molesto Goku frunciendo sus cejas.
Los ojos de Ravel detrás de unas gruesas puertas de madera se abrieron de par en par al oír esa voz.
No, no podía ser él.
¿Qué hacía en ese lugar?
¿En verdad fue él quien vino a salvarla?
"¡Devuelveme a Ravel!"
Su corazón comenzó a latir más fuerte al oír la voz de su pequeño amigo.
-¡Cállate! -exclamó el Asmodeus a la vez que arrojaba una potente ráfaga de energía violeta capaz de destruir un edificio completo.
Se estremeció cuando el mocoso se arrojó directo en el ataque causando una enorme explosión que creó bastante polvo, apenas pudo generar un escudo mágico para defenderse de un codazo de Goku quien tenía la ropa levemente rota.
Ni siquiera intentó esquivar esa energía, no, él iría directamente por su amiga.
-¿Q... qué demonios? -el demonio de sangre pura sudó frío cuando notó que su barrera comenzaba a quebrarse.
De un gran salto se alejó del lugar generando 10 capas mágicas más.
"¡Crash!"
"¡Crash!"
"¡Crash!"
"¡Crash!"
Los escudos iban quebrándose a la vez que el Son se acercaba más a él.
-¡Apartate de mi camino! ¡Eres un estorbo! -gruñó con furias el saiyajin finalmente llegando hasta el Asmodeus quien en su sorpresa no pudo evitar un potente puñetazo en el mentón que lo mandó directo hacia el techo atravesándolo de lleno.
Ravel no oyó nada más luego de la explosión, la puerta salió volando en los lados cosa que la cegó por unos momentos.
Cuando recupero la vista finalmente vio aquella peculiar cabellera, pero su típica sonrisa no estaba presente. No, le miraba con asombro y preocupación corriendo rápidamente hasta ella.
El Son pudo ver sus ropas rotas, la herida en su rostro y muñecas que no podían regenerarse probablemente por aquellas cadenas.
-¿E...estás bien, Ravel? -preguntó lleno de preocupación viendo el golpe en su mejilla- Te ves lastimada amiga -habló serio- ¿Fue ese tipo de cabello largo? -preguntó nuevamente con molestia.
-Go... Goku, y...yo -intentó decir con la voz quebrada la diablesa mientras su lágrimas se derramaban asustando más al azabache.
-No llores Ravel, yo ya estoy aquí para protegerte -aseguró el Son a la vez que sostenía las ataduras de su amiga y los rompía con facilidad.
El cuerpo de la Phenex cayó al suelo pesadamente, al parecer tardaría en restaurar sus reservas de energía demoníaca.
-¿Te duele mucho? ¿estás bien? -preguntó repetidas veces girando alrededor de la rubia mirando por todos lados buscando alguna herida peligrosa.
-¿Co...como es que tú...? -la chica miraba con total incredulidad a Goku.
Sus ojos miraron hacia la entrada viendo una destrucción aplastante por pasillos que iba de largo. Todo estaba destrozado por completo y al parecer el culpable era el Son.
-¡Ser asqueroso! ¡¿Co...como mierda te atreves a hacer todo esto?! ¡¿No sabés de quién soy hijo?! ¡¿No sabés acaso con quienes te estás metiendo por el simple y mero hecho de estar en este lugar?! -la voz de Zerukia resonó con fuerzas, una ira indestructible se apoderaba completamente de él.
El poder demoníaco y uno que no era suyo brotaba sin control de su cuerpo. Sus ojos antes verdes ahora emanaban un brillo violeta.
Goku pudo sentir la violencia y descontrol por parte de este tipo parándose rápidamente en frente de Ravel con el fin de protegerla.
-Quedate detrás de mí, Ravel, yo me encargare de este sujeto y luego volveremos a casa -aseguró con determinación mirándole de reojo con una pequeña sonrisa dejando sin palabras a la rubia.
-¡Ten cuidado! ¡él es muy fuerte Goku! -advirtió con preocupación sosteniendo la parte de atrás del dogi del Son con sus pocas fuerzas.
-Ya te lo dije muchas veces, yo soy muy fuerte -afirmó y en esta ocasión sus palabras tuvieron un peso completamente diferente para la Phenex quien quedó sin palabras - Así que simplemente siéntate y esperame, ¿puedes atajar esto? -pidió mientras le entregaba su báculo sagrado a la demonio.
"¿Huh?"
Los dos demonios se confundieron cuando una estela de energía azulada rodeó el cuerpo del guerrero, su expresión se volvió completamente seria.
Esta era la primera vez que Ravel veía así a Goku, tan imponente, tan fuerte y al parecer con mucha experiencia en su comportamiento actual.
-La brigada del caos pronto llegará, no tienes una oportunidad de salir de aquí con vida, ingenua basura plebeya -el demonio extendió sus dos manos reuniendo todo aquel poder entre sus manos- Te aseguro que mi padre tampoco se quedará de brazos cruzados por esta falta de respeto.
-No me importa contra quien tenga que pelear, si es la brigada del sapo o tu papá, si alguien trata de herir a las personas importantes para mí jamás se los perdonaré -expresó el muchacho sin percatarse del efecto de sus palabras en la Phenex quien rápidamente se sonrojó.
Sus manos formaron un hueco a su costado, iba a terminar esto lo más rápido posible. Estaba preocupado por la rubia.
"Kaaame"
Un tenue brillo celeste claro se formó entonces iluminando el lugar.
"Haaameee"
Ravel miraba aquello con curiosidad y preocupación por Goku, las dos energías eran completamente opuestas.
La habitación se aquel castillo en decadencia se llenaba de una luz entre celeste y violeta.
-¡Te voy a liquidar y me llevaré a Ravel Phenex! Tendrá un buen uso para nuestros fines -aseguró hacia arriba ya que tenía sus alas extendidas.
Goku no respondió en absoluto, dejó fluir su ki entre sus palmas. Su técnica insignia sería vista nuevamente en este mundo, presenciado por su amiga demonio que no podía apartar su vista.
-¡Muerete de una vez! -exclamó el Asmodeus liberando un potente ataque lleno de energía demoníaca y magia.
-¡No te llevarás nada! ¡Y sobre todo no apartaras a Ravel de mí! -el azabache exclamó totalmente determinado- ¡Haaaaaaaaa!
Sus manos se extendieron hacia los cielos directo hacia el diablo de sangre pura, clase noble alto prestigio cuyo ataque impactó contra el celeste brote de ki.
Los cabellos de Ravel se agitaron tras aquella liberación de poder, sus ojos brillaban al mismo tono que la energía que Goku soltó.
El intercambio no duró, Zerukis Asmodeus fue impactado de lleno por el kamehameha del saiyan que arrasó con él y el techo.
El haz de luz se elevó hacia los cielos del inframundo iluminando todo por varios segundos.
Muchos demonios pudieron sentir aquella liberación de energía y sobre todo aquel brillo inusual en el infierno.
La rubia Phenex miraba fijamente la espalds del pequeño guerrero llena de administración y sopresa. Nuevamente comenzó a llorar pero esta vez de felicidad.
Su corazón era inundado por algo similar a llamas, era un amor naciente y puro hacia Goku similar a llamas perpetuas de esta joven y bella damisela.
Tras algunos momentos un largo suspiro fue liberado por el pequeño quien se giró a ver a Ravel que le miraba aún llena de sorpresas y sonrojada.
-Todo terminó, Ravel -afirmó el muchacho caminando hasta ella- Es hora de irnos.
Sin pensarlo mucho cargó a la diablesa entre sus brazos. Finalmente la rubia se dio cuenta que su busto estaba casi descubierto y como única forma de cubrirse abrazó el cuello del saiyan.
-¡N... no te atrevas a mirar! -exclamó nerviosa.
-¿Por qué? Bueno, no importa -respondió con tranquilidad el Son caminando con la rubia entre sus brazos- Ahora hay que ver la forma de salir de aquí -murmuró pensativo pero algo le detuvo.
El cuerpo de la chica comenzó a temblar, su agarre en sus ropas naranjas se hizo más fuertes aunque sus manos seguían titubeando.
-Y...yo estaba muy asustada, Goku -susurró con la voz quebrada justo al oído del chico- Pen... pensé que nadie vendría, q...que estaba todo terminado -agregó mientras sus lagrimas mojaban el hombro del guerrero.
-Ya todo está bien, ¿no ves que ya lo derroté? -preguntó con inocencia y confusión.
Los llantos de la rubia no pararon hasta wue finalmente apartó su rostro del hombro de Goku para mirarle.
El rostro de su héroe, aquel que se arriesgó para salvarle. Lo detallaba fijamente en ahora aquel tranquilo silencio.
En cambio Goku estaba preocupado, su querida amiga no paraba de llorar y eso no era bueno.
Pensó entonces una forma de calmarle, buscó entre sus recuerdos algo para animarla hasta que finalmente recordó aquello que alegró a su amiga Koneko.
-Oye, Ravel, ¿te puedo hacer una pregunta? -cuestionó curioso.
-¿Huh? ¿q... qué es? -dijo dudosa intentando calmarse.
-¿Tú me quieres? -preguntó con inocencia exaltando a la chica quien se estremeció.
-¡¿Q... qué preguntas ahora?! ¡T...tonto, to...tontooo! -exclamó golpeando cómicamente el pecho del saiyan.
-Hmmm, es que quiero saberlo -dijo con tranquilidad.
-Pu...pues, pu...pues es algo repentino, pe...pero creo, no sé, creo que luego de todo esto y...yo -se esforzaba en hablar, estaba muy nerviosa, su orgullo le quebraba pero él era su salvador y debía ser honesta- Su...supongo que sí te quiero - finalmente reveló con timidez cerrando sus ojos.
"Eso es bueno, yo también te quiero"
Eso fue lo que pudo oír ella siendo tomada completamente por sopresa, pero lo siguiente no se lo esperó en absoluto. Sus labios sintieron un cálido tacto.
Abrió lentamente sus ojos azules viendo al chico quien le estaba besando, por supuesto que no le apartó. Con delicadeza y timidez rodeó su cuello y aquel tierno beso siguió siendo testigo únicamente Azazel quien veía todo aquello sumamente entretenido.
-"Qué buen giro de trama, mi pequeño al parecer está creciendo muy rápido" -pensó divertido el ángel caído- "Ahora que lo pienso Asia-chan se está quedando muy atrás comparada con las otras dos" -se dijo pensativo.
Al parecer tendría que echarle una mano a una de sus protegidas.
Las luces artificiales, representación del sol iluminaban a la diablesa y al joven guerrero en aquel castillo en decadencia siendo este un nuevo comienzo para la relación de ambos jóvenes.
--Fin del capítulo--
Bueno, espero que el capítulo les haya gustado. Intenté ser más original a otras historias no introduciendo nada con respecto al arco de Raiser, básicamente transcurrió con normalidad por ende Issei ganó mas no fue todo para el clan Phenex por todo esto que ocurrió en el capítulo y claramente tendrá sus consecuencias a futuro.
Como sea, el capítulo fue un poco más largo ya que es el final de temporada de esta historia por así decirlo, así que ya saben, dejen sus comentarios y votos si es que la historia les esté gustando.
No se llegó a la meta anterior por obvias razones pero igualmente gracias por el apoyo.
Para el siguiente capítulo 320 votos.
Joder Dragon Ball Daima, eres genial por traer más de Goku chiquito, sin dudas Daima best anime de la temporada 😼
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