Capítulo 22. Efímera felicidad.
Los días desde la despedida de la pequeña nekomata habían pasado, claramente a Goku su ausencia le había afectado de alguna manera. La extrañaba, de eso no cabía duda pero ya estaba acostumbrado a separarse de sus cercanos para entrenar.
Aún así había podido acercarse mucho más con Asia quien literalmente vivía con él y también con Ravel que pasaba mucho más tiempo en su hogar últimamente, cosa que no le molestaba en absoluto en especial ahora que su comportamiento se había ablandado de sobremanera cosa que llamó la atención de algunos por su repentina cercanía.
"¡Despierta Goku! Ya es tarde"
Aquello alteró levemente el sueño placido del guerrero quien abrió uno de sus ojos para ver una larga cabellera rubia y los rayos del sol abrirse paso por sus ventas.
-¿Ravel? Oh, es hora de ir a la academia -se dijo con algo de fastidio el pequeño sentándose en la cama frotando sus ojos.
-Claro, es raro que te hayas levantado tarde -la Phenex levantó una ceja curiosa.
-Pues es que anoche me quedé viendo esa extraña pantalla con Asia, era algo muy entretenido además de la rica comida que cenamos -dijo sonriente el guerrero.
-Hmm, la han pasado bien eh -bufó la diablesa desviando su rostro con leve molestia.
-Así es, fue divertido jeje -respondió con inocencia mientras saltaba de la cama y sin dudarlo se sacaba su pijama.
-¡¿Q... qué haces, tonto?! -preguntó ruborizándose la rubia dándose la vuelta con nervios.
-Pues tomaré una ducha, ¿no quieres acompañarme? -preguntó curioso y tranquilo.
-¡A.... absolutamente no! -exclamó saliendo de la habitación deteniéndose abruptamente para mirar de reojo al casi desnudo saiyan- T...te esperaremos abajo, tonto.
-Está bien, como quieras -respondió con desinterés.
Unos quince minutos después Goku bajo con las dos rubias teniendo que desayunar rápidamente al estar algo atrasados.
-¡Mou! Goku eres un irresponsable -se quejó Ravel aún ruborizada mientras caminaban apresurados por las calles.
-Creo que también tengo algo de culpa, lo siento -Asia agachó su cabeza con algo de pena pero no había mucho arrepentimiento, disfruto el tiempo con su amigo.
-No pasa nada si llegamos algo tarde, Soma y Tsubaki son mis amigas -expreso con naturalidad cosa que irritó más a la diablesa.
-Eres sumamente molesto -se quejó la Phenex suspirando.
Asia observó unos segundos a Ravel.
-"Ahora le tiene más paciencia a Goku-san al parecer" -pensó curiosa.
El Son miró entonces la entrada del lugar esperando ver a cierta albina quien le dedicaría una sonrisa tierna, pero no fue el caso. Ingresaron rápidamente en las instalaciones y se dirigieron a sus respectivos salones.
Ravel, aprovechando la ausencia de Koneko tomó asiento al lado del saiyan para evitar que este duerma en clase.
Claro que los rumores de su relación resonaron con varios tipos de hipótesis de los alumnos, incluso de cursos superiores quienes ya habían echado un ojo en la extranjera rubia.
-Son molestos -murmuró Ravel mirando con indignación unas cuantas cartas en su mesa.
Probablemente jovenes quienes se le declaraban.
-¿Qué son esas hojas? -preguntó con curiosidad Goku levantando una ceja.
-¡Hmpf! Na...nada importante, gente molesta que no sabe su lugar -se apresuró en responder a la vez que arrugaba las cartas quebrando el corazón de algunos escritores.
No quería que su amigo mal interprete algo, ella no estaba interesada en nadie.
O eso se decía a sí misma mientras miraba de vez en cuando al pequeño quien realizaba algunos garabatos en su cuaderno.
-Go...Goku, ¿te apetece probar un nuevo té que he traído desde mi hogar natal? -preguntó con cierta timidez y rubor la diablesa refiriéndose a la ciudad de Lilith en el inframundo.
-¿Y está rico? -preguntó con leve interés.
-¡Pues claro! Solo por eso lo compré, deberías sentirte honrado de que haya decidido compartirlo contigo -bufó con orgullo.
-Entonces está bien, seguro que me gustará ya que es algo tuyo -respondió con una gran sonrisa tomando desprevenida a la joven quien tuvo que desviar su rostro para que no viera sus rojizas mejillas.
Posó sus manos sobre su pecho preguntándose por qué razón su corazón latía más fuerte con las palabras del pequeño bribón.
-"Su sonrisa es bastante linda" -pensó Ravel oyendo las inocentes risas de Goku al lado suyo.
-Ahora que lo pienso Ravel, tú... -Goku llamó la atención de la diablesa que se giró a verla.
-¿Qué ocurre? ¿qué dirás ahora? -preguntó con leve molestia pero aún sonrojada.
-Eres eso de linda -murmuró pensativo detallando el rostro y apariencia en general de la muchacha usando de guia las enseñanzas de sus tutores.
El salón, quien estuvo en silencio durante ese tiempo estalló al lismo tiempo que el rostro ya rojo de Ravel se contorcinaba rápidamente en algo inentendible.
Una mezcla de felicidad, vergüenza, orgullo y satisfacción con muchos, muchos nervios.
-¡¿Qué... qué dices en estos momentos?! -exclamó completamente exaltada.
.
Sentía como su pequeño cuerpo en desarrollo estaba rodeado por las calidas aguas termales de ese complejo.
Lo necesitaba luego de tanto entrenamiento matutino.
"Ara, ara Koneko-chan"
Una voz madura, la de una completa onee-sama resonó en las aguas termales alterando la tranquilidad de la nekomata.
-Estás pensando en Son-kun seguramente -habló llena de diversión poniendo nerviosa a la muchacha pero tampoco se animó a negarlo.
Sumergió levemente su rostro en aquel líquido cálido. No mentía en absoluto, en los tiempos libres que había tenido rememoraba los momentos que compartió con el pequeño guerrero.
Su cita, las veces que comían juntos, cuando le agarraba de su pequeña pero aspera mano y en especial de sus dos besos, prefería obviamente aquella bajo la luna tras su confesión y posterior correspondencia.
-Parece que atiné, vamos Koneko-chan, yo apoyo plenamente tu relación con él -habló divertida y enternecida- Es un buen muchacho y sobre todo bastante peculiar y misterioso -agregó con otro tipo de expresión.
La albina le miró casi desafiante.
-¿A qué te refieres? -preguntó la nekomata con serenidad.
-Bueno, no sabemos de donde viene o por qué es tan fuerte -habló analizando las expresiones de su kouhai- Aunque estoy segura que será bastante apuesto cuando crezca un poquito más dejando un poco de lado esa ternura fufufu -reia buscando molestar a la jovencita.
Un pequeño gruñido fue expresado por la chica.
-Yo sé que él es de confiar, lo hago plenamente -aseguró no queriendo caer en el juego de la mestiza.
-Pues claro que lo harás, es tu primer amor kufufu -dijo rápidamente ruborizando a la pequeña que le miró de mala manera- Oh, pero según veo tienes algo de competencia, Ravel-sama también se ha acercado a el, ¿no? -preguntó con leve malisia.
La pobre Koneko no aguantó más, con una expresión seria se puso de pie determinada en salir de aquel lugar.
-Ara, ara pero no te enfades, pronto podrás volver a verle -Akeno dijo intentando ocultar sus risas aunque para la Toujou su burla era bastante obvia.
No obtuvo respuesta, simplemente quedó viendo como la nekomata se ponía una toalla alrededor de su cuerpo y salía de allí con irritación y celos.
El entrenamiento del clan Gremory siguió con normalidad por el resto del día, pero para la albina se volvió mas difícil concentrarse y eso fue notado por Rias aunque lo ignoró, su esperanza estaba más centrada en Hyoudou Issei, pero encontraría el momento de apoyar a su torre.
-Entonces, me pongo a tu cuidado Koneko-chan -habló el castaño emperador rojo con si guantelete carmesí activo dispuesto a ir contra su kouhai que ni siquiera le miró, simplemente ajustó sus guantes.
-"¿Qué estará haciendo Goku? ¿estará con la pollo frito y Asia?" -se preguntó con leve preocupación.
Sus ojos avellanas se centraron en Issei quien se arrojó contra ella. Este pequeño sparring serviría para descargarse por lo menos un poco.
Con algo de precaución el dragón rojo se abalanzó con un puntazo tras unos cuantos boost de su Sacred Gear.
"¡Pam!"
El cuerpo del portador de Ddraig se estampó duramente contra un tronco cayendo completamente adolorido de forma cómica.
Todos los demonios miraron aquello con nervios, la niña de pelos albinos no se había contenido en absoluto. Sin decir mucho más se retiró del lugar tras una reverencia de respeto.
-Me retiro entonces -dijo con tranquilidad mientras ignoraba como sus compañeros se apresuraban a ayudar al castaño.
Tras una ducha fresca ahora la pequeña vestía una yukata celeste bebiendo una soda mirando el cielo estrellado con un solo pensar, un chico, el muchacho que le robó el corazón.
¿Estará pensando en ella como Koneko lo hacía?
¿La extrañaba?
De verdad lo quería ver, se había acostumbrado mucho a su presencia y la felicidad que le traía. Su compañia en sus comidas, sus divertidas historias e inocencia presente en su comportamiento.
Lo amaba y eso ya lo había aceptado.
Pero le preocupaba que fuera a olvidarla justamente por ese lado desinteresado que tenía el guerrero y más aún con esas dos hermosas rubias en su vida que prácticamente vivían con él.
Apretó su vaso y posteriormente soltó un largo suspiro intentando calmar sus inseguridades.
No quería compartir a Goku con nadie.
Pero finalmente podría verlo en un par de días así que solo era cuestión de tener paciencia.
Ese día finalmente llegó, pero ella no estaba en absoluto feliz. El clan Gremory perdió brutalmente en el rating game contra Raiser Phenex y por ende la princesa carmesí debía casarse con el joven heredero de la familia de las llamas.
.
Goku no pudo evitar una gran sonrisa en su rostro cuando en la entrada de la academia vio a la familiar cabellera blanca de su amiga especial.
-¡Koneko! -exclamó lleno de alegría corriendo hasta ella.
La diablesa por unos momentos tuvo una expresión triste en su rostro, pero eso se borró casi por completo al verle allí.
Para su sorpresa Goku la rodeó con sus brazos con afecto correspondiendo ella instantáneamente.
Ravel levantó una ceja bastante incomoda por eso, aunque aquello era más molestia y celos que no quería aceptar.
-Estoy feliz de verte, Koneko -habló el azabache posando sus brazos detrás de su nuca apartándose levemente.
-Yo también, estos días han sido largos -respondió con un tenue rubor en sus mejores.
Allí rubia y albina se miraron de mala manera.
-Veo que Ravel-sama te acompaña otra vez -expreso con seriedad.
-Pues claro, e...es mi vecino y le doy el gusto de venir con él -respondió la Phenex cruzándose de brazos.
-¿Será por ello que no asistió al Rating Game? -preguntó Koneko con algo de molestia apretando sus puños.
-¡Hmpf! Onii-sama podía barrer el suelo con el clan de Rias sin necesidad de que yo vaya -habló con una sonrisa casi malvada en su rostro- Y fue así, ni siquiera el emperador rojo pudo hacer algo contra él juju -se cubrió su boca.
-¿De qué hablan, chicas? -preguntó con interés Goku mirado a las dos jovencitas que parecían estar al borde de una pelea.
-Nada, no es nada Goku -habló la albina mientras entrelazaba sus dedos con los del pequeño- ¿No te gustaría comer algunos dulces? -ofrecio con una pequeña sonrisa- Tengo algo que contarte.
-¡Sí! Me gustaría, la verdad es que te extrañé mucho Koneko jeje -habló el chico inocentemente ruborizando a la nekomata quien sintió como el latido de su corazón aumentaba.
-Y...yo también -fue la honesta respuesta de la diablesa mientras jalaba a Goku para alejarse de Ravel quien se sintió más molesta.
-¡Recuerden que voy a su mismo salón! -exclamó con furia siguiendo a la pareja.
-No me importa en absoluto -fue la fría aclaración de Koneko que irritó a la Phenex.
-Deberias recordar cuál es tu lugar ahora, gata -la rubia apretó sus puños.
-El casamiento se da esta noche, mientras eso no ocurra no le debo ningún respeto, Ravel-sama -se giro para no seguir viendola.
-Hmpf, está bien, te dejo a Goku pero esta noche él será mi acompañante en la boda -aquel fue el remate perfecto para que la furia de la albina casi alcance los límites.
Se detuvo abruptamente confundiendo a Goku que sintió como el agarre en su mano fue más fuerte.
El saiyan miró a Ravel curioso.
-Pero Raviolin, ¿qué es una boda? -preguntó curioso el chico rascando su nuca.
Un tic apareció en las cejas de la rubia quien miró de mala manera al Son.
Koneko intento ocultar una sonrisa de burla.
-¡Ya te lo dije ayer! Es un lugar donde irán muchas personas importantes y que... -intentó explicar.
-¡Ya recuerdo! Es donde me prometiste llevarme y que hay mucha comida, ¿no es así? -preguntó con una gota de saliva por aquella idea.
-S...sí, comida -Ravel suspiró- Prometiste acompañarme -dijo con molestia.
-Es cierto, iré con Ravel a eso para comer mucha comida deliciosa -asintió el guerrero mirando a Koneko- ¿Tú tambien estarás ahí? -cuestionó con emoción.
-Sí, estaré pero no por gusto aunque mejorará el que tu vayas -aseguro con una pequeña sonrisa.
-Pero irá como mi acompañante -afirmó la rubia tomando una de las manos del guerrero.
Ambas chicas jalaban el brazo del azabache quien simplemente se dejaba con bastante confusión.
El horario escolar ya había terminado, Koneko debía volver al inframundo para compañar a su séquito. Solo había venido para volver a ver a su pequeño amigo especial. Finalmente logró apartar a la diablesa rubia y quedar sola con él.
-¿Te marchas otra vez? ¿no podemos ir a comer algo juntos como antes? -preguntó el Son curioso sentado en el techo de la academia.
-No, lo siento, no sé cuando podremos hacer eso nuevamente -habló cabizbaja la albina.
-Hmm, está bien, me hubiera gustado que sí, pero no se puede hacer nada -Goku suspiró con decepción.
-Pero nos veremos en la boda, aunque no sea claramente algo bueno para Rias-sama -habló intentando ver el lado bueno, al menos estaría con Goku.
-Suoongo que sí -dijo pensativo- Aunque aún no sé donde es, Ravel no me dijo mucho, solo que no me aleje de ella -murmuró pensativo.
-Goku, ten mucho cuidado, ese lugar estará lleno de demonios de alta clase y muy peligrosos -habló con preocupación- Preferiría que ni siquiera fueras para ser honesta -dijo con tristeza.
-¡Vaya! Entonces podré pelear con alguien que valga la pena -habló con más emocion apretando sus puños pero al instante la nekomata le abrazo con fuerzas.
-No hagas eso, por favor... no me gustaría que te pase algo malo -pidió con la voz algo quebrantada- Ni siquiera sé que piensa la Ravel al invitarte a un lugar así siendo tú un humano, es muy imprudente -murmuró al oído de Goku.
-¿Te preocupas por mí? No hace falta Koneko, yo soy fuerte, lo sabes -respondió el chico confiadamente.
-No es eso... solo que... -no encontraba las palabras correctas.
Era imprudente de la Phenex, sí, pero ella era directamente la hermana del heredero al clan. Alguien con influencia en su familia quienes eran los líderes de dicho clan.
Aunque era peculiar que la rubia se haya animado a llevarle a ese lugar sabiendose perfectamente lo clasistas que podían ser los herederos del fenix. Goku era un humano, un ser inferior a ellos segun la creencia de las clases altas del inframundo, incluso sería una vergüenza para Ravel hacer tal cosa.
Al parecer el aprecio que le tenía esta hacia que ignore ese hecho solo para pasar el tiempo con el pequeño Son.
Koneko se apartó levemente del chico, pegó su frente al del sayan mirándose fijamente uno al otro. Sus mejillas coloradas pero se sentía bien estar así con Goku.
-No quiero que te preocupes por mí, no haré nada malo, no te preocupes -habló con seguridad el pequeño guerrero esbozando una reconfortante sonrisa.
"Gracias"
Fue lo último que pudo escucharse mientras el atardecer bañaba un tierno beso de los dos jóvenes con sus últimos rastros de luz calida.
.
Ravel caminaba por su casa con una gran sonrisa vistiendo un elegante vestido negro con bordado sobre sus hombros y parte de su cuello. Un corte en la pierna izquierda que dejaba ver parte de su muslo.
Ignoraba la gran sonrisa en su rostro mientras se veía en el espejo terminando de ponerse unos aretes de oro y un collar con un diamante con el valor de una hectárea sobre su cuello.
-¡Estoy segura de que sorprenderé a Goku con esto! -exclamó muy feliz dando una vuelta con una tierna sonrisa en sus facciones- Mi madre no se molestó cuando le dije que lo llevaría, eso es bueno -dijo pensativa.
La diablesa ignoraba que su anhelada cita con Goku no podría darse en esa noche. Con indicio de aquello unos pasos se oyeron detrás suyo.
-¿Quién...? -miró rápidamente al sentir una peligrosa presencia en su habitación.
Las luces se apagaron, unos ojos dorados la veían divertida. Un bastón golpeo el suelo alertandola de sobremanera.
Tenía miedo, mucho miedo y más cuando intentó generar fuego pero fue inútil.
-Suoongo que ya te percataste que no puedes usar tu magia nya -habló una hermosa mujer de cabello negro divertida mirando a la rubia.
-Vaya, creer que el prestigioso clan Phenex dejaría a su hija menor sin protección en el mundo humano -habló un hombre de armadura roja y cabellos castaños- Aunque claramente fue un secreto bien guardado no es un problema para nuestro grupo -afirmó con resignación.
-¿Qué quieren ustedes? ¿quienes son? -preguntó retrocediendo Ravel.
-Un grupo de tu raza quiere esa habilidad tuya tan valiosa y vienes como anillo al dedo en estos momentos -dijo el hombre rascando su mentón.
-No se preocupe ojou-sama... en unos cuantos segundos quedarás completamente dormida -habló la azabache de larga cabellera y grandes pechos a la vez que un humo violeta le rodeaba.
-Nadie podrá ayudarte así que no hagas cosas innecesarias -habló Bikou caminando hacia ella.
La impotencia fue lo que sintió entonces, un solo nombre se le vino por la cabeza cuando miró por su ventana, justo la que daba a la casa Son.
No fueron sus hermanos, no fueron sus padres ni mucho menos sus siervos.
-¡N...no! ¡Goku! -exclamó lo más fuerte que pudo apretando sus puños y cayendo de rodillas casi al momento que el chico castaño se arrojaba contra ella.
"¡Craaaaash!"
Los trozos de vidrio se esparció por el cuarto casi al instante.
¿Por qué le llamó a él?
¿Qué podría hacer un simple humano contra estos seres que no eran absolutos débiles?
Alguien que no podía ayudarle en absoluto pero en quien depositó su fe, sus pensamientos eran un caos en ese momento mientras lentamente caía en la inconsciencia.
¿Cuándo fue que comenzó a tenerle confianza a él?
Y la mayor duda ahora era... ¿por qué estaba tan feliz de verle si tenía esos pensamientos contradictorios en su mente nublada?
El descendiente de Sung Wukong apenas aguantó un potente golpe en su pecho que destrozó la pared cuando su cuerpo se incrustó en ella.
-¡¿Qué le quieren hacer a mi amiga?! -exclamó lleno de ira el guerrero de otro mundo.
Bikou escupió saliva y gruñó de dolor cuando pudo digerir lo que estaba pasando.
La nekomata de pelos negros entonces sudó frío a la vez que se ponía en completa alerta.
Este mocoso no era una broma y eso lo sabía por el tiempo que le había estado vigilando.
-¿Cómo fue qué... llegaste tan pronto? -preguntó la demonio renegada totalmente alambrada.
Los ojos zafiro de Ravel apenas abiertos miraban la espalda del pequeño guerrero a la vez que unas cuantas lágrimas caían de ellos.
--Fin del capítulo--
Bueno, primer capítulo de DxDragon del 2025, espero que les haya gustado. Como ven esta solo es la primera parte del este final de temporada por así decirlo uwu.
Además que resumí todo el tema del rating game en un párrafo porque literalmente Goku no tenía nada que ver con eso. No estaba tan relacionado con Rias y además siendo honestos, ¿cuántas veces se ha visto ya este arco con Goku en la historia? Aburre y pues lo salté, sin pedos aunque no sé si les gustó o no.
En fin, espero que les haya gustado el capítulo. Dejen sus comentarios para saber que opinan.
Para el siguiente capítulo 320 votos.
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