Capítulo 20. Consejos y cita
Koneko estaba nerviosa y eso era notable para todos sus amigos y clan, en especial su ama Rias Gremory quien estaba bastante curiosa ello.
Akeno miró a su rey dándole a entender que también notó la actitud de la pequeña torre quien parecía pensativa y ansiosa, algo demasiado raro en ella pues normalmente escuchaba todo en silencio y comiendo sus dulces.
-¿Te ocurre algo Koneko-chan? -preguntó Rias sentándose al lado de su torre quien salió de sus pensamientos.
-¿Será acado que peleaste con Son-kun? Kufufu -preguntó Akeno divertida recibiendo una mirada algo molesta de la albina.
-Goku nunca haría algo malo -Issei habló rápidamente saliendo en defensa de su amigo recordando como había defendido a Asia- Al menos no apropósito -finalizó nervioso recordando parte de su personalidad.
-Confias mucho en él, Issei-kun -Rias levantó una ceja por como el castaño hablaba desviando este último su mirada.
La pequeña nekoshuu miró de reojo a Issei y Kiba siendo este último quien entendería la incomodidad de la pequeña.
-¿Por qué no vamos a preparar algo de té Issei-kun? -preguntó Kiba poniéndose de pie seguido de un confuso Hyoudou.
-Ya dime que pasa Koneko-chan, no estás actuando como siempre -pidió amablemente Rias acariciando la cabeza de la pequeña.
-Son problemas de amor Rias -volvio a molestar Akeno, pero esto más que molestarla logro sonrojarla llamando la atención de las dos onee-samas de la academia Kuoh.
-¿E...es eso? -preguntó nuevamente la Gremory asombrada, sabía que era una amiga del chico Son, pero no pensó que su relación estuviera tan afianzada.
Quizás no le prestó suficiente atención a su siervo.
-Goku me invitó a una cita -respondió por fin la nekomata con algo de nervios jugando con sus dedos.
-¡Ara, ara! No me esperaba esto -habló asombrada la Himejima cubriendo su boca.
-E....eso es -Rias intentó decir, no le gustaba del todo pero notó la emoción y nervios de Koneko- Eso es bueno, ¿no? ¿te preocupa algo? -preguntó.
-Hmm, nunca he ido a una antes, no sé muy bien cómo actuar -explicó la albina con un notable rubor y timidez.
-Es simple Koneko-chan, actua como siempre, con normalidad y diviértete con él -sorpresivamente fue Akeno quien habló esta vez con una genuina sonrisa- Para eso son las citas, ¿no?
Rias se asombró por el consejo de su amiga, pero estuvo de acuerdo.
-Es cierto, no creo que a Son Goku haga algo que te moleste, ¿t...te quiere no? -habló no creyendo lo que ella misma estaba diciendo.
Koneko se exaltó un poco por esa pregunta desviando su mirada tímidamente.
-Cre...creo que sí, suele invitarme su comida y hablar mucho conmigo -explicó avergonzada y con nostalgia recordando sus tantas conversaciones- Y...y no hace eso con muchas personas -agregó llevando sus manos al corazón aún sonrojada.
-Entonces no creo que haya problema alguno, ve y disfruta -habló la Gremory con una pequeña sonrisa- Y avísame si Son Goku te hiere de alguna forma -murmuró desconcertando a la nekomata.
-Quien diría que Koneko-chan hallaría su primer amor tan pronto kufufu -reia Akeno posando sus manos sobre su mejilla.
Koneko al escuchar eso apretó su falda con fuerzas y algo de humo salió de su cabeza, pero no lo negó en absoluto.
-Mmm, ese chico es muy peculiar -murmuró Rias pensativa aún recordando que sus encuentros no terminaron muy bien, además no sabían nada de él.
Su fuerza, su afiliación, sus capacidades y principalmente su objetivo en este lugar.
Lo monitoreaba constantemente mediante Koneko, pero ahora que veía que la chica estaba involucrada emocionalmente dudaba que fuera totalmente sincera con ella.
-¿Y qué es lo que más te gusta de él, Koneko-chan? -se aventuró a preguntar Akeno aunque se le veía bastante interesada.
Koneko la miró por unos segundos y por su mente pasaron todas las cualidades de Goku. Amable, humilde, inocente y sumamente tierno.
-Pu...pues no podría decirlo, e...específicamente -comenzó a hablar la chica con una expresión nunca antes vista por las dos mujeres- Él realmente me cae muy bien, yo... simplemente, Goku es... -ni siquiera podía expresarlo con palabras, pero una gran sonrisa aparecía en su rostro normalmente apático algo que significa que Goku realmente había calado profundo.
Estaba nerviosa, sonrojada y avergonzada. Koneko nunca fue así desde que Rias la acogió en su séquito.
Mucho menos por algún chico, esto iba totalmente en serio y Rias tuvo que aceptarlo al notar todos esos detalles de su preciada torre.
-¿Y ya le diste un beso a Goku? -preguntó maliciosamente Akeno.
-¡N...no! A... aún no hemos hecho eso -murmuró la chica más roja que nunca.
-Kufufu, pues ahora tienes una magnífica oportunidad para hacerlo -le murmuró Akeno al oído de la pequeña albina cuyos ojos se abrieron de par en par.
-¿U... un beso con Goku? -murmuró perdiendo en sus pensamientos y vagando en aquella posibilidad.
Pero la conversación tuvo que terminar pudes los dos jóvenes volvieron con las bebidas antes dichas.
-¡Heh! ¡¿por qué estás roja Koneko-chan?! -exclamó Issei con asombro pero solo consiguió que la muchacha lo mire algo mielesta.
-No es nada sempai -respondió con frialdad, aunque el rubor seguía sobre sus mejillas.
.
Goku caminaba tranquilo hacia la salida de la academia, a su lado iban las dos rubias y la nekomata que miraba ocasionalmente al azabache.
-Entonces Goku-san vendrá más tarde hoy -habló Asia mirando al Son que asintió.
-Sí, iré a eso llamado cita con Koneko -respondió con tranquilidad Goku mirando a su amiga que desvío su rostro cosa que lo confundió un poco.
-Me prometiste volver juntos de la academia y el primer día ya no lo haces -se quejó Ravel molesta.
-Lo siento, pero le prometí esto a Koneko -Goku dijo algo decaído- Te prometo que mañana, ¿sí? -habló más animado esbozando una gran sonrisa que ruborizó a la rubia.
-E... está bien, pe...pero no mientas -habló fingiendo molestia.
Finalmente llegaron a la salida donde tomaron distintos caminos quedando solos Goku y la nekomata que no había dicho nada durante el camino.
-¿Y qué quieres hacer primero Koneko? -preguntó Goku mirando a su amiga pero no recibió respuesta alguna- ¿Ocurre algo? -preguntó ya algo preocupado.
-N...no es nada Goku, no te preocupes -respondió la chica.
-¿Puedes agacharte un poco? -pidió Goku confundiendo un poco a Koneko, pero igualmente lo hizo aunque no se esperó lo que pasaría.
Koneko se exaltó terriblemente cuando vio a Goku acercando su rostro al suyo, inconscientemente esta preparó sus labios para un posible beso sintiendo su cuerpo caliente, pero no fue así pues lo que sintió fue la frente de Goku sobre la suya.
-¡Estás muy caliente Koneko! ¿Estás enferma? -preguntó más preocupado el pequeño azabache mientras la chica se le quedaba viendo absorta.
"Sigh"
Koneko soltó un largo suspiro.
Miró a Goku con una pequeña sonrisa por unos segundos y esbozó una hermosa sonrisa.
Goku sin dudas era único.
-Estoy bien Goku, ¿qué te parece si vamos por algo de comer primero? -preguntó emocionando a Goku que asintió.
-¿Pero realmente estás bien verdad? -se quiso asegurar recibiendo un sentimiento.
La pequeña albina confirmó que Goku no podría tener esas clases de iniciativas por su gran inocencia, pero eso no la detendría y por ello lo haría ella misma.
Con algo de timidez sostuvo la mano de Goku con la suya entrelazando sus dedos y comenzando a caminar.
El sol comenzaba ocutarse y las luces de las calles comezaban a prenderse. Las avenidas se llenaban de mucha clase de gente y entre ellos la pequeña pareja.
-"La mano de Goku es muy cálida" -pensó la albina mirando de reojo a Goku que parecía estar muy animado y eso le alegraba.
-¿Y que vamos a comer? Conociéndote vas a querer algo dulce, ¿verdad? -preguntó Goku mirando los hermosos ojos de la chica que se asombró un poco, realmente parecía conocerla.
-Ya comimos algo dulce la última vez, esta vez te daré el gusto -habló la pequeña con ternura alegrando al saiyan.
-Muchas gracias Koneko, eres muy buena, pero igual podremos tener un rico postre juntos -afirmó el azabache feliz.
Llegaron a una tienda bastante famosa cuyo signo representativo era una M amarilla. Hicieron sus pedidos, claramente la mujer que atendía quedó incrédula por los pedidos de Goku, pero bastó con entregarle una gran cantidad de dinero que Azazel le daba cada día para que la chica mande el pedido a los cocineros.
-Aqui tienen, ¡disfruten su comida! -exclamó la que entregó los pedidos bastante nerviosa pues era un gran cantidad, incluso tuvo que usar dos bandejas llenas que Goku cargó con facilidad hasta llegar a su mesa.
-Se ve todo muy rico, ¿no Koneko? -habló el azabache comenzando a comer.
-Sí, hace tiempo tenía antojo de hamburguesas -respondió la chica disfrutanso un poco como comía el chico, se había acostumbrado- Goku, me alegra comer contigo -murmuró la chica ruborizada confundiendo un poco al chico.
-Lo hacemos todos los días, ¿no? -respondió el chico curioso- Pero tienes razón, disfruto mucho más estando a tu lado Koneko -afirmó el azabache feliz.
-¿En serio? -preguntó algo emocionada y feliz.
-Pues sí, Koneko es una gran chica, eres muy buena conmigo, casi no te enojas y eso que mi amiga Bulma dice que tengo facilidad para hacerlo aunque realmente no lo entiendo -explicó el Son pensativo- Creo que me tienes mucha paciencia jeje.
Aquello logró enternecer a la nekomata que quedó totalmente sin palabras. Que alguien como Goku dijera eso significaba bastante, él no era mucho de expresar sentimientos más complejos de lo común como ira o felicidad. Era puro y el que ella lo entienda también se debía a que lo conocía perfectamente.
Koneko rápidamente entendió que su relación con Goku estaba más lejos a la de una simple amistad y eso le agradó de sobre manera.
Siguieron comiendo y charlando hasta que posteriormente salieron del lugar caminando nuevamente por las calles sosteniéndose de las manos.
-¿Por qué nos agarramos las manos? -preguntó con inocencia el Son.
-M...me gusta la sensación -respondió con honestidad la chica.
-Ya veo, está bien supongo, a mí también bien me gusta -dijo el chico con tranquilidad aunque ni él podría explicar la razón de aquello.
Normalmente le incomodaría estar así, pero este no era el caso. Con Koneko era diferente y no sabía por qué.
Koneko se asombro un poco por lo dicho por Goku, no era común en él.
Entonces una fugaz idea pasó por su cabeza, ¿cabía la posibilidad de que Goku sienta lo mismo que ella? Como era él probablemente no se daría cuenta.
Esa mera idea la sonrojó, sus ojos se posaron el Goku. Estaba feliz al considerar la idea.
Siguieron su camino pasando por varios lugares, entre ellos una tienda que tenía ropa de entrenamiento que llamó un poco la atención de Goku.
Recorrieron un shopping comprando un helado que disfrutaron bastante, Goku comenzó a contarle algunas aventuras suyas en su mundo aunque esto último no lo menciono.
-El rey demonio Piccolo le decían, fue algo difícil de derrotar pues era muy poderoso -Goku contaba transmitiendo emoción a Koneko- Luego mi maestro Karin me dio el agua ultra divina, casi morí esa vez jaja -decía divertido pero aquello más que causar alegría en Koneko le preocupó apretando más fuerte la mano del saiyan.
-¿Por qué un agua supuestamente divina te mataría? -preguntó preocupada la albina algo molesta.
-No lo sé, aún recuerdo el dolor por todo mi cuerpo, incluso perdí la consciencia -Goku recordaba aquello- Pero me sirvió para volverme más fuerte y derrotar al demonio Piccolo -finalizó sonriendo con confianza.
-Aún así pudiste morir, ¿no es así? -habló más preocupada la albina.
-Sí, el maestro Karin dijo que se tenía que tener un corazón puro para poder sobrevivir -explicó pensativo.
-Entonces era obvio que lo lograrías -murmuró Koneko con una tierna sonrisa.
-¿Huh? Este es el parque donde nos conocimos -habló Goku llamando la atención de la diablesa.
-¿Todavía lo recuerdas? -preguntó feliz.
-Claro, no lo olvidaría jamás -fue la confiada respuesta del azabache sonriéndole a Koneko y caminando dentro.
A diferencia de aquella vez el lugar se veía más animado, luces por aquí y por allá. Además había mas gente, probablemente por la curiosa feria que se encontraba allí.
Ambos jóvenes disfrutaron de algunos, también comieron diferentes tipos de dulces como la manzana acaramelada o también algodón de azúcar.
Disfrutaban de muchos de los postres sentados y felices hasta que finalmente terminaron.
-La luna -murmuró Koneko mirando como brillaba en el cielo.
-Sí, también como aquella vez, es muy hermosa... me recuerda un poco a tu cabello -habló con inocencia el chico- Me gusta.
Aquella declaración fue suficiente para sonrojar a la muchacha que se puso algo nerviosa intentado mantener la calma. Sabía que lo decía porque genuinamente lo pensaba, sus halagos eran sus pensamientos directos y eso le avergonzaba más.
Era blanco como su hermosa cabellera, eso pensaba el azabache que se quedó mirando la luna con una sonrisa bajo la intensa mirada de la chica.
-Me divertí mucho en esto llamado cita -comenzó a hablar Goku mirando a Koneko que asintió estando de acuerdo.
-Goku, tú... ¿sa...bes lo que es un be...beso? -decidio por fin preguntar bastante avergonzada.
-¿Qué es eso? ¿se come? -preguntó confundido.
-Eso es... algo que hacen las personas qu...que se quieren -respondió mientras acercaba más su cuerpo al de Goku que no se quejó- ¿Tú... me quieres?
Esa fue la pregunta que salio de la boca de la diablesa, como un suave susurro con un tono hermosamente dulce que cautivaria a cualquiera.
Curiosamente Goku sintió como su corazón dio un salto que no entendió al verla así, quedó mirando a su preciada amiga casi hipnotizado.
-Yo... sí te quiero Koneko -Goku dijo confundido, la quería, sí, eso era claro, pero esta situación le hacía sentir raro, nunca antes se había sentido así.
-Entonces... -lentamente sus rostros se iban acercando.
Finalmente sus labios se unieron en un tierno beso, no había lujuria, no había excesos, solo cariño mutuo entre ellos.
La chica había cerrado sus ojos contrario a Goku que detallaba el rostro de Koneko.
-"Es dulce" -pensó el azabache asombrado comenzando a disfrutar del contacto con la hermosa joven.
Estuvieron así unos segundos hasta que su beso terminó. Koneko tenía una expresión feliz, una suave sonrisa de satisfacción, un rubor sobre sus mejillas, Goku en cambio seguía mirándola intentando entender todos los sentimientos en su corazón.
Se sostenían con firmeza de las manos.
-¿Te gustó? Fue mi primer beso -habló con timidez la albina más segura al hablar con el Son.
-Tambien es la primera vez que hago esto, fue raro, me sentí muy bien como cuando disfruto de una pelea pero mejor -intentó explicarse confundido- Tus labios también eran dulces como un postre -explicó con inocencia causando nervios en la muchacha.
Le alegraba cada palabra que le decía, esto sin dudas era lo mejor que le había pasado en mucho tiempo.
Sentía su corazón arder al ver a Goku, su felicidad desbordaba de ella.
Goku fue abrazado por Koneko que se acurrucaba a él, no le molestó en cambio le rodeó con uno de sus brazos sonriendo con alegría.
-Te amo Goku -dijo inocencia la muchacha causando alegría al chico.
Amar... era un paso más al querer, eso es lo que pensaba Goku analizando todo lo que estaba pasando.
-Yo... también -fue honesto, sentía que decir eso estaba bien, que era lo correcto en ese momento.
Koneko se alegró por su respuesta más aún cuando él la abrazaba con gentileza.
Desde ese momento la relación entre Goku y Koneko había avanzado varios pasos, los sentimientos de la nekomata ya no serían un secreto, no eran desde hace tiempo pero ahora los había afianzado.
Esta noche jamás sería olvidada por Koneko que deseaba que no terminara nunca abrazando a su pequeño amado.
.
Goku llegó a su hogar entrando tranquilamente notando que Asia estaba durmiendo en el sofá, la televisión estaba prendida.
-Se quedó viendo esas películas -murmuró Goku rascando su nuca.
Con suavidad la cargó y subió las escaleras para dejarla en su cama.
-¿Goku-san? ¿ya viniste? -preguntó somnolienta frotando sus ojos.
-Sí, pero mejor sigue durmiendo, ya es algo tarde -habló con tranquilidad el Son extendiendo unas frazadas sobre la muchacha para que no agarre un resfriado, es lo que su abuelito solía hacer.
-Gracias Goku-san -la rubia dijo feliz mientras volvía a dormir- Te... quiero -murmuró casi inaudible, aquello probablemente se le había escapado por su estado casi dormido pero tomó por sorpresa a Goku.
Bastante pensativo salió de la habitación analizando esa palabra y su significado.
Su corazón latió con fuerzas cuando hizo aquello del beso con Koneko.
Suspiró y dejó eso para otro momento, tomó una ducha y se acostó. Tenía bastante sueño.
.
Koneko miraba su teléfono con una tierna sonrisa, allí estaba una de varias fotos que se tomó con Goku en la cita.
No solía hacer eso, pero esta fue una ocasión muy especial para ella.
Entró a configuración y lo puso como fondo de pantalla. Una imagen luego del beso justo debajo de la luna. Goku con su gran sonrisa de siempre.
Miró el techo por unos segundos con aquella sonrisa tierna que parecía imborrable.
-Las citas son muy divertidas -murmuró abrazando una almohada mientras se hundía en los bellos recuerdos de ese día.
Son Goku era el causante de su felicidad y desde hace tiempo dueño también de su corazón.
Mientras tanto cierta rubia de coletas terminaba de preparar una torta distinta para mañana, un sentimiento de competitividad había surgido en ella.
No lo admitirá pero era culpa de Goku.
-Ese tonto... siento que me cambió por esa gata -murmuraba algo molesta metiendo el postre al horno- Mañana le haré rogar para que me pida el pastel que haré -se dijo a sí misma con una pequeña sonrisa confiada.
Desde lo lejos fuera de aquel hogar un ser la observaba fijamente con sigilo y precaucion de no ser descubierto.
--Fin del capítulo--
Cumplen y yo cumplí. Espero que hayan disfrutado del capítulo. La verdad que me gustó escribir la salida de Goku y Koneko pero ya me dirán ustedes si les gustó o no.
Es claro quien es la pareja principal de Goku en este fic, Koneko arrasa, pero ya le daré más protagonismo a Ravel y Asia a su debido tiempo y claro está su desarrollo correspondiente.
Dejen sus opiniones del capítulo, me agradaría saberlo.
Para el próximo capítulo 290 votos y 2.5k seguidores, desde ya gracias uwu.
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