Capítulo 18. Cambio.

La cena por fin terminó su cocción, alegre Goku fue el primero en tomar asiento junto a Aika y Asia quien terminaba de dejar la primera pizza salida del horno pues habían preparado bastantes al saber de antemano lo glotón que era Goku.

-¡Ven pronto Raviolin! -exclamó Goku alegre a la rubia que simplemente miraba al grupo curiosa.

-Toma asiento pronto Ravel-san, la pizza es más rica si está caliente -habló con una amable sonrisa Asia sacándose su delantal al igual que Aika.

-Te puedes sentar aquí Ravel -Aika señaló un lugar al lado suyo.

-Cla...claro -Ravel suspiró resignada, la verdad es que tenía hambre y la pizza de peperoni olía bastante bien.

Sin pensalo mucho se sentó entre Goku y Aika.

Fue entonces que comenzaron a comer, claramente Aika y Ravel se llevaron una gran sorpresa cuando vieron el mortal apetito de Goku.

Era impresionante como liquidaba pizza tras pizza sin descanso.

-¡Goku-kun sí que come mucho! -exclamó asombrada la castaña Aika y Ravel no pudo estar más de acuerdo con la humana.

-"Con razón tiene esa esponjosa figura" -pensó mirando la panza de Goku que lentamente parecía hincharse, le recordó a su peluche Foxy el cual había traido de su hogar entre todos los demás que tenía.

-Pero ya en serio Ravel, ¿cuál es tu copa? -preguntó cambiando radicalmente de tema Aika mirando fijamente los pechos de la Phenex que se ruborizó.

-¡E..eh! Pue...pues han estado en crecimiento últimamente y no estoy tan segura -respondio tímidamente mirando sus pechos y sin pensarlo mucho cosa de lo que se percató mirando rápidamente a Goku esperando verle intentando oír o fijando su atención en su escote.

-¡Esto está muy rico! -exclamó Goku extendiendo sus brazos sonriente.

Se asombró bastante al ver que estaba equivocada, Goku seguía en lo suyo comiendo e ignorando su charla. Esas pizzas eran lo más importante para Goku ahora.

-¡A... Aika-san no debería preguntar esas cosas! -Asia habló nerviosa y ruborizada.

-¡Hmpf! Pero es que, ¿quién no estaría interesado en los atributos de una extrajera de este calibre? ¡Rubia, ojos azules y figura espectacular! Cualquier hombre caería enamorado -habló enérgicamente Aika intentando explicar su interés.

Ravel claramente estaba sonrojada y bastante halagada por las palabras de la castaña.

-Cla... claramente alguien sabe de lo que habla aquí -habló cortando su pizza con un cuchillo y llevarlo a la boca con elegancia hasta su boca intentando ocultar su reacción a esos halagos- "Aunque Son Goku no parece interesado" -pensó mirando al saiyan de reojo.

Entonces siguieron la charla, Asia, Aika y Ravel. Las dos muchachas humanas le preguntaban cosas de su hogar a la rubia quien respondía animada, más cuando le preguntaron sobre su familia por lo que intentó explicar su importancia sin revelar mucho de su naturaleza sobrenatural.

Rápidamente se llevaron bien y eso fue notado por cierto azabache quien miraba toda la interacción con una pequeña sonrisa.

Emocionada Ravel explicaba lo grandioso que era su hermano mayor y que tenía su propio canal de televisión muy famoso hasta que notó que Goku le miraba.

-¿Qué ocurre Son Goku? -preguntó curiosa y nerviosa por la atención del chico.

-Es que es bueno ver como te llevas bien con las personas, es mejor así -respondió Goku con tranquilidad avergonzado a la rubia- Además prefiero verte sonreír que enojada -respondió riendo inocentemente.

Ravel abrió levemente los ojos por la sopresa que le causaron las palabras de Goku, un tinte carmesí se apoderó de sus mejillas.

"Prefiero verte sonreír"

-"¿Le gusta mi sonrisa?" -se preguntó curiosa, las palabras de Goku eran siempre muy ambiguas.

Goku no paraba de sorprenderla con sus acciones y palabras, de caerle horrible a lograr hacerla reaccionar de estas formas.

-"Goku es peligroso" -pensó Aika esbozando una pequeña sonrisa al oír la interacción del saiyan y Ravel con suma atención, no era chismosa, simplemente le interesaba.

Sorpresivamente para todos la castaña se puso de pie y caminó hasta Goku abrazándolo.

-Ara, Goku-kun, me siento olvidada por ti -le murmuró al oído Aika con un tono coqueto exaltando a las dos rubias.

La muchacha pasaba su mano por el pecho del chico hasta abajo de sus axilas acurrucando su cabeza en el cuello del saiyan.

En su rostro aparte de un tenue sonrojo había una sonrisa divertida.

-¡A... Aika-san! -Asia se puso de pie bruscamente y nerviosa intentando separar a su amiga del saiyan- No le hagas eso a Goku-san.

Goku estaba confundido, no entendía el actuar tan repentino de la muchacha de lentes.

-Yo no te olvidé, tú eres Aika, ¿verdad? -preguntó el saiyan confuso por la pregunta de la castaña de lentes no molestándole el contacto con la chica.

La muchacha reía ante la respuesta inocente de Goku, le gustaba esa parte suya.

Ravel miraba nerviosa y algo irritada, por alguna razón una molestia y cierta decepción surgió de ella. Apretó sus dientes, por un momento pensó que era diferente al resto de chicos que conocía.

-¡Eres un mujeriego Son Goku! -exclamó señalando acusadoramente al chico con un rubor en sus mejillas y enojada.

-¿Eh? ¿ya te volviste a enojar? -preguntó levantando una ceja Goku.

-"No te lo dejaré tan fácil, Ravel" -pensó divertida Aika.

Tras aquella escena y la cena Asia y Aika se econtraban limpiando los cubiertos sucios, obviamente Ravel no haría eso por lo cual se quedó con Goku en la mesa.

-Es hora de irme -la rubia se puso de pie suspirando.

No lo admitiría pero la había pasado bien junto a Goku y las chicas, fue bastante divertido pasar el tiempo junto a gente de su edad y normal.

La verdad es que desde que tenía memoría casi siempre se la pasaba con gente de alta clase, nobles inflados de ego donde no podía darse la libertad de perder su compostura.

Era normal y lo sabía, era el peso de su apellido, pero en el mundo humano era una joven más, no había rangos, no había apellidos.

Y aunque muchas veces ella misma se prevalecía de aquello, le gustó este pequeño momento y se lo debía al Son.

-¡Te acompaño! -exclamó de forma animada Goku llamando la atención de la Phenex.

-¿Por qué? N...no es necesario -habló la rubia nerviosa- Solo vivo al lado después de todo.

-No me molesta hacerlo, además servirá para bajar la comida -respondió el azabache sonriente y acariciando su barriga.

-Está bien -Ravel suspiró resignada, ya había aceptado lo insistente que era el saiyan.

-Vuelve pronto Goku-san, tenemos que lavar nuestros uniformes -habló la monjita sonriente.

-Está bien Astias -respondió Goku con simpleza caminando hasta la salida.

Los chicos salieron de la casa y comenzaron su corto recorrido.

-¿Te divertiste? -preguntó repentinamente el Son a Ravel.

-U...un poco, quizás -respondió desviando su mirada.

-Eso es suficiente para mí, no es bueno siempre estar enojado o molesto, eso no sirve en las peleas -explicó en saiyan confundiendo a la diablesa.

-¿Peleas? ¿eres algún tipo de luchador o algo? -preguntó incrédula, no veía al pequeño Goku luchando.

-Sí, yo practico artes marciales, me gusta entrenar y hacerme más fuerte en todo momento -respondió sonriente.

-Ya veo, aunque no creo que seas muy fuerte -afirmó ella sonriendo de forma burlesca.

-No me subestimes, Ravioles -Goku la miró algo molesto- Entrené desde muy pequeño con mi abuelito y luego también con el maestro Roshi -explicó recordando con cariño al duo de ancianos.

-¿Abuelito? ¿dónde está él? Me gustaría reclamarle por tu comportamiento -preguntó curiosa y buscando irritar al Son.

Se arrepintió por preguntar cuando notó como Goku bajo levemente la mirada.

-Él... ya no está aquí, hace tiempo que partió al otro mundo -explicó mirando el cielo con una pequeña sonrisa.

-Ya veo, l...lo siento -Ravel bajó su cabeza algo triste, de reojo miró a Goku notando su tristeza, de verdad que le habrá querido mucho- ¿Y tus padres? -preguntó nuevamente.

Goku le miró y se rascó la nuca.

-Nunca los conocí, siempre fuimos mi abuelito y yo, él fue quien mi crío y entrenó -respondió con nostalgia- Le estoy muy agradecido, gracias a él soy quien soy, soy fuerte por él y sus enseñanzas -habló con alegría.

-Debió ser alguien bueno para que hables así de él -mencionó Ravel.

Goku sin dudas le tenía mucho aprecio al fallecido Son, se le notaba bastante. Fue fácil para ella percibir su tristeza al mencionarlo.

Allí se dio cuenta de un pequeño detalle, ¿se preocupó por él? Sintió empatía por Goku, sin dudas ya no era un cualquiera en su vida.

Y lo sorprendente es que solo fue en un día siendo su primer encuentro tan la desastroso.

Ambos se detuvieron en frente de un gran portón que era la entrada de la casa de la rubia.

-¿Quién vive contigo? -preguntó Goku pues no sentía alguna energía dentro del hogar, ni en reposo siquiera.

-Vi...vivo sola -respondió nerviosa.

-Hmm, que mal, sé como se siente eso -murmuró Goku recordando el tiempo luego de que Gohan falleció, mucho tiempo estuvo solo hasta que Bulma llegó a su pequeña cabaña.

-No me molesta mucho -mintió, estaba acostumbrada a sus padres y hermanos, al afecto que ellos le brindaban.

-Si necesitas algo ven a mi casita, lo que necesites -habló animadamente Goku asombrando a la rubia.

-¿Por qué te preocupas tanto por mí? Fui muy mala contigo desde que te conocí, Son Goku -preguntó queriendo salir por fin de sus dudas.

¿Interés? ¿lujuria? ¿lastima? ¿cuál sería su respuesta? Estaba preparada para cada una de esas opciones y no había parado de tener esas dudas respecto al comportamiento de Goku.

-Es fácil, no siento que seas mala -comenzó a hablar Goku mirando directo a los ojos zafiro de la diablesa que oía con atención- Aunque por fuera muestres ser alguien enojona, sé que eres buena y también fuerte. Ahora que ya comimos dos veces juntos y nos reímos, nos divertimos uno al lado del otro te considero mi amiga más que nunca -explicó determinado el saiyan, la boca de Ravel estaba abierta levemente por las palabras de Goku- Y también creo que nunca es bueno estar solo, seguro tu también lo sabes -afirmó seguro, el entre muchos sabía eso.

Sus palabras no denotaban duda, no había mentiras. Eran solo su inocente sentir y pensamientos.

-Y solo dime Goku, mis amigos lo hacen -agregó el azabache sonriente y recostado contra sus propios brazos.

-Goku... -Ravel miraba fijamente al azabache, le dejó sin palabras.

El pensaba todo eso de ella, por más que le mostró todo lo malo de su personalidad él vio más profundo de todo eso. No es alguien superficial. Se preguntaba como alguien que parecía ser tan inocente lograba percibir todo eso.

-¿Iremos juntos mañana a la academia? -preguntó Goku curioso y expectante.

Ella lo pensó unos segundos, pero su respuesta era clara.

-¡Sí! -exclamó más animada la chica esbozando una pequeña sonrisa, una genuina.

Se despidieron y finalmente Ravel entró a su hogar, la tierna sonrisa no se le borraba del rostro. La había pasado muy bien junto al chico y lo que le dijo y pensaba de ella sin duda quedarán dentro suyo a partir de ahora.

Fue entonces que una idea se le vino a la cabeza.

-Eso... podría gustarle -murmuró con pequeño rubor en sus mejillas recordando la personalidad del saiyan.

_______________

Goku abría lentamente sus ojos azabaches, notó su cuerpo incómodo y limitado, pero no podía ver la razón pues su vista estaba siendo tapada por una par de masas suaves en su rostro.

-"Otra vez" -pensó tranquilo en saiyan ya acostumbrado a esta situación.

Intentó zafarse, pero era difícil por los brazos que se aferraban a su cuerpo fuertemente y por no querer lastimar a la persona que se sujetaba a su pequeño cuerpo.

Una alborada cabellera rubia se esparcía por la cama de Goku que aún se preguntaba por qué Asia actuaba así.

Desde que despertó luego de su pelea había tomado la costumbre de dormir junto a él, no le molestaba en realidad, gracias al ventilador el calor no era problema alguno y si no era suficiente pues estaba el aire acondicionado.

Aflojando sus músculos lo mejor posible logró escabullirse entre el cuerpo de la muchacha pasando de sus pechos, abdomen y finalmente pelvis para poder escapar.

-Ya es hora de despertar, Asmis -habló Goku agitando suavemente a la chica.

Sus ojos esmeraldas tardaron un poco en acostumbrarse a la luz artificial que Goku había encendido.

-¿Ya amaneció? -preguntó la rubia frotando sus ojos.

-Sí, es hora del desayuno -habló animadamente el chico a lo que Asia lo miró unos segundos con una pequeña sonrisa.

Le parecía tan tierno cuando se comportaba así.

-Así es, aunque me hubiera gustado estar más tiempo abrazando a Goku-san -murmuró sonrojada Asia rascando su mejilla.

-¿En serio? Pues a la noche dormiremos juntos otra vez así que no te preocupes -habló con tranquilidad Goku logrando avergonzar más a la monjita.

-¡A....ah! S...sí -la muchacha bajó su mirada nerviosa.

Algunos minutos después Goku ya estaba bañado y vestido para ir a la academia. Ambos jovenes desayunaron alegres, Goku por comer la rica comida de su amiga, y esta última por pasar tiempo con el pequeño Son.

Finalmente y tras limpiar todo salieron por fin para dirigirse al lugar de estudios, aunque se toparon con una agradable sorpresa al ver a cierta rubia de coletas esperando afuera sosteniendo entre sus manos un contenido el cual no sabía qué podría ser pues estaba en una caja plástico hermética.

-¡Buenos días Rabia! -Goku saludo con ánimos a la chica- Entoncess sí nos esperaste -habló sonriente.

-Pu...pues claro que lo haría, en eso quedamos -respondió desviando su mirada con un pequeño rubor.

-Es agradable ir con más amigos -Asia habló con amabilidad causando más nervios en la diablesa.

-¿Y eso qué es? -preguntó curioso el saiyan acercándose repentinamente a Ravel que se exaltó por ello.

"Sniff, sniff"

Goku empezó a olfatear al rededor de la rubia cuyo rostro se tornó más rojo que antes.

-¡¿Q....qué haces Goku?! -preguntó nerviosa.

Asia se percató que ya no se comportaba como ayer, era distinto. Incluso llamaba al chico por su nombre nada más, no percibía la hostilidad de cuando comieron todos juntos a la mañana.

Sin dudas algo que solo Goku podría lograr en tan poco tiempo.

-¡Huele bien! ¿es comida? -preguntó emocionado.

-¡S...sí! Es algo que preparé para la hora del receso -respondió cerrando sus ojos- ¡No para ahora! -exclamó apartando el paquete de las manos de Goku que estaba por tomarlo.

-Solo un poco, no seas mala, seguro que estará muy rico -Goku habló con un pequeño puchero en su rostro.

Aquello asombró a ambas chicas, pocas veces Goku se comportaba de esa forma tan caprichosa.

-Ya he dicho que no, n...no es que lo haya preparado solo para ti -habló sonrojada y nerviosa cerrando sus bellos ojos azules.

Goku suspiró resignado, entonces recordó algo.

-Ah, y tú también hueles bien, como a las flores que crecen en el monte Paoz -murmuró el saiyan rascando su mejilla.

-¡Heh! -eso fue sin duda un halago, no creyó que Goku fuera a percatarse del nuevo perfume que usaba, era uno bastante caro que logró conseguir en la capital de Lilith en el inframundo- "¡No me lo puse para él! ¡O... obviamente no fue así!" -se intentó decir a sí misma.

-Es hora de irnos, o sino nos vamos a atrasar -decidió hablar Asia, no lo admitiría pero le estaba dando celos la interacción de Goku y Ravel.

Así entre charlas el trío comenzó su andanza hasta la academia. Fue amena la conversación entre Asia y Ravel, la Phenex rápidamente se percató que ella era muy amable, aunque parecía apreciar mucho a Goku.

Rápidamente llegaron, Goku esbozó una gran sonrisa cuando vio llegar también a una de sus mejores amigas en este mundo.

-¡Koneko! -exclamó alegre el saiyan corriendo hasta la nekomata que miró algo asombrada al ver a su amigo llegar al mismo tiempo que ella.

Las coincidencias existían.

-¿Qué tal estás? -preguntó el Son curioso.

-Bien, ¿y tú? ¿no tienes hambre? -preguntó mientras sacaba un paquete de galletitas con chispas de chocolate que no dudó en ofrecer al saiyan que gustoso tomó unos cuantos entre sus pequeñas manos.

-¡Gracias Koneko! Eres muy buena -habló feliz Goku.

Koneko simplemente asintió con un pequeño rubor sus mejillas, le gustaba verle feliz y más aún compartir su comida con él, pocos podían decir eso

Aunque su felicidad cayó en picada cuando vio al pollo frito llegando poco después que Goku y por el mismo camino que él, acompañada además de Asia que le saludó alegre.

-Buenos dias Koneko-san -Asia saludó amablemente.

-Sí -fue lo único que dijo la albina pues miraba fijamente a Ravel, confusa pues parecía venir con ellos.

-¿Qué es lo que miras? -preguntó irritada Ravel al percatarse de la nekomata.

-¿Vienes con Goku? -decidió ser directa en el asunto, por alguna razón la monja sintió como la tensión aumentaba.

-¡Sí! No me lo creerás Koneko, ella vive al lado de mi casa, ¿no es eso genial? -Goku decidió hablar mientras le daba algunas palmadas a la espalda de la Phenex que se exaltó por el contacto tan repentino.

Los cabellos blancos de Koneko cubrieron su mirada, su expresión fue de total seriedad ante aquella revelación.

-Dime Goku, ¿anoche ella fue a tu casa? -preguntó con tono frío.

La Phenex se sonrojó por aquella pregunta y desvío su mirada, cosa que fue notada por la Tojo culla mano apretaba con fuerzas sus galletitas.

-Sí, por fin admitió que es mi amiga, nos encontramos en el lugar para comprar cosas y de ahí fuimos a casa para cenar cuando nos dimos cuenta que vivíamos cerca -explicó con inocencia el saiyan.

Por alguna razón Ravel disfrutaba las palabras de Goku y que fuera tan honesto con el asunto, pero sobre todo, la molestia que esto parecía causar en la siervo de Gremory.

Por unos momentos Koneko quedó quieta, pero el duo de rubias se exaltó y molestó cuando repentinamente Goku fue sostenido por los finos brazos de la nekomata.

La misma lo abrazaba de la espalda y lo cargaba comenzando a camianar.

-Vamos Goku, la clase esta por comenzar -fue lo que dijo con tono tranquilo y Goku simplemente se dejó, aunque estaba confuso.

-Pero puedo caminar -habló el chico curioso.

-No me molesta cargarte -fue lo que ella respondió restándole interés al asunto.

-¡E...espera! ¡Suelta a Goku! -Ravel habló sumamente molesta, aunque abrió sus ojos cuando se percató de sus palabras cubriendo su boca avergonzada.

-¡Go...Goku-san! -Asia comenzó a seguir al chico cargado.

-Nos vemos luego Astia, cuídate -fue lo único que dijo el saiyan sonriente pues recodaba que sus clases no eran las mismas.

Todos los alumnos que estaba allí miraban incrédulos como la mascota de la academia cargaba al enano Son Goku y caminaba con tranquilidad por el campus.

A la albina poco y nada le importaba lo que digan los demás, nunca le interesó y no creyó que comenzaría a hacerlo ahora.

Ravel los seguía molesta e irritada sosteniendo lo que había preparado hoy temprano.

-Go....Goku puede caminar solo, ¿lo sabes? -hablaba intentando que baje al chico.

-No es tu problema y tampoco parece molestarle -respondió Koneko sin mirar a la molesta Phenex.

Estaba molesta, supo que la pollo frito esa ahora parecía más cercana a Goku que ayer y eso no le gustaba para nada.

-Pe...pero, tch -Ravel estaba frustrada, no sabía que decir para que suelte a Goku.

Incluso ella desconocía por qué no le causaha gracia aquello cuando apenas ayer simplemente los hubiera visto con desprecio.

-Goku, estoy enojada contigo -murmuró Koneko para que solo Goku escuchara.

Este al oír aquello miró desde su posición los ojos avellana de su amiga.

-¿Pero por qué? -preguntó inocentemente y confundido.

La respuesta de Koneko fue un tenue rubor y que su abrazo en él fuera más intenso.

-Te lo diré luego, ella está aquí -fue lo que dijo mirando de reojo a Ravel que al oír aquello frunció el ceño.

-Está bien porque yo no quiero que te enojes conmigo, no me gustaría que dejáramos de hablar o algo así por eso -Goku explicó con inocencia y eso alegro de sobremanera a la nekomata.

-Eso nunca pasará -fue la corta, pero determinada respuesta de Koneko al pequeño Goku que se alegró por ello.

--Fin del capítulo--

Bien, espero que hayan disfrutado del capítulo. Seguimos desarrollando el Goku x Ravel, alto ship. No llegamos a la meta, pero igual, quizá fui muy duro con ustedes :).

Dejen sus comentarios, criticas, dudas o lo que sean. Me gustaría saber qué les pareció.

Para el próximo capítulo 260 votos y gracias por el apoyo de siempre, lo valoro muchísimo.

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