Arco 1:Ascender.

¡Claankk!

¡Cllaannkk!

¡Boooom!

Varias explosiones y los sonidos de dos objetos se podían escuchar en estos momentos.

Cada golpe, cada ataque y cada toque hacía a los pájaros volar de los árboles en busca de sobrevivir debido a la "pelea" que se desarrollaba en el lugar.

Esto era acompañado de unos gritos de pelea de un hombre y una mujer, ambos con intenciones de pelear con la persona que tenían de rival.

El hombre veía con una sonrisa a la mujer rubia que ahora mismo era su rival, pero podía notar la respiración forzada que tenía la chica.

No era una sorpresa, habían estado luchando por dos horas seguidas sin descanso alguno. ¿Cómo pudo seguirle el ritmo de esta manera?

En su mano poseía una espada algo peculiar, tenía lo que parecía ser sangre impregnada en la misma y un brillo único.

La chica era lo contrario a él, sostenía una lanza única con algunas runas por el eje de la misma que parecían sellos mágicos que destacan con gran complejidad.

-¿Estás bien? ¿Quieres continuar?-. Preguntó el chico con una sonrisa mientras observaba más de cerca a la rubia, pudo notar el traje tan sensual que usaba a la hora de pelear... no mentiría, se estaba calentando un poco al notar su busto y la jugosidad de sus piernas sudadas. Agradecía ser el que estuviera viéndola con detalles en estos momentos, escuchando la respiración de la rubia que volvió a tomar la lanza en sus manos antes de apuntarle directamente al chico.- ¡U-uwaa! ¡Impresionante que aún sigas!-. Felicito a la chica una vez más con gran sorpresa en su tono de voz, esto dibujó una expresión de lucha en la rubia conocida como Artoria Pendragon.

-¡Claro, Issei!-. Exclamó con gran fervor antes de lanzarse una vez más al chico que le seguía el ritmo de forma un poco complicada.

No era que Artoria fuera más fuerte... Issei era malo usando la espada, pese a tener experiencia con Kiba en sus tiempos de lucha.. no era capaz de poder seguirle el paso a alguien muy experimentado.

Entendía que Artoria se estaba adaptando al manejo de está lanza tan extraña llamada Rhongomyniad.

Ambos siguieron luchando por varios minutos más, Artoria elogiando la capacidad de Issei por ser alguien capaz de luchar mano a mano con una Pendragon como lo era ella. Aún así, no le sorprendía que Issei pudiera hacer este tipo de cosas al recordar aquella batalla tan extraña con el ex-Sekiryuutei de esta época.

El castaño se distrajo por unos segundos antes de recibir una potente patada en su rostro que lo envió al suelo con gran velocidad.

-[¡Jajajaja! ¡Compañero te está humillando tu prometida por confiarte!]-. La risa de Ddraig hacía eco en el lugar al ver una gema brillante en la mano izquierda de Issei...

Artoria agradeció las palabras del dragón que "ahora" portaba Issei, su prometido, ya que no era usual que un dragón halagara tu esfuerzo en este tipo de batallas...

Al que no le estaba sentando bien para nada de esto era a Issei...

Él era un dragón, un ser lleno de poder que poseía un gran orgullo y estás palabras lo estaban motivando a ir cada vez más fuerte contra su amada al ver que era alguien fuerte y capaz de pelear mano a mano con él al menos en el uso de espadas y lanzas.

-Debo admitir que eres alguien impresionante a la hora de luchar, Artoria-. Issei menciono esto mientras miraba directamente a la hermosa rubia que pensó un poco sus palabras antes de asentir agradecida.- además de ese traje que resalta tus pechos de una forma que me distraen en la pelea-. Una sonrisa un poco descarada apareció en su rostro mientras la rubia soltó una risa un poco especial por lo dicho, mientras se arrimaba un poco hacia adelante para darle una mejor vista de su escote al castaño que agradeció profundamente está bendición del destino.

Maldita sea esas tetas no dejan de mirarme... eso debería estar prohibido en lo sobrenatural y en las peleas, no podía concentrarse cuando dos enormes y suaves montañas que conocía muy bien lo estaban amenazando de esta manera.

-Pero...no es suficiente aún-. El castaño se abrió de brazos mientras un aura rojiza lo empezaba a envolver...

Los segundos pasaban y aquel índice de energía y poder solo se hacía más grande y con una gran notoriedad en todo el lugar.

Unas partes de una armadura empezaban a pegarse al cuerpo de Issei con un sonido metálico bastante característico y llamativo para Artoria que veía esta demostración de poder algo impactada.

-~Issei~-. Susurró la chica de cabellos rubios completamente atrapada en el ambiente cálido que estaba liberando el castaño, la armadura del Sekiryuutei había aparecido frente a ella, preparada para un segundo asalto por parte de su chico. Ella, quien se mantenía en pose de pelea, se quedó extrañada al verlo quedarse quieto y sin ningún movimiento aparente.-¿Issei? ¿Sucede algo?-. Su preocupación apareció en su rostro mientras intentaba acercarse, pero la voz de Ddraig la interrumpió abruptamente.

-Es mejor que no te acerques aún...-. El tono del dragón era serio para la chica que se quedó a unos metros viendo al joven castaño en la armadura que se mantenía sin ninguna señal de movimiento aparente.

¿Qué estaba pasando? ¿Qué significaba esto?

.•°DxD°•.

Issei se encontraba en un espacio en blanco, su mirada descifraba con exactitud dónde estaba en estos momentos al saber perfectamente lo que significaba este lugar tanto para él como para su estancia siendo el Sekiryuutei.

Empezó a caminar sin dirección aparente, viendo a su alrededor con gran entusiasmo al saber que pasaría.

-Hacía tiempo que no estaba aquí-. Suspiro un poco abarrotado con todo lo que había experimentando en este lugar.

[Demuestra tu poder verdadero]

[La demostración es con el Juggernaut Drive]

Algunas voces algo siniestras empezaron a llegar a su audición, logrando visualizar en este blanquecino lugar unas figuras sentadas en diferentes espacios de color negro.

Estás mismas tenían un aura amenazante que daba algo de escalofríos si las mirabas demasiado tiempo.

[Muestra tu poder a la mocosa que estás enfrentando]

Issei solo veía esto en silencio, una sonrisa palpable mientras recordaba la vez que casi se deja llevar por estos sentimientos negativos y caía en la oscuridad... No sería la primera vez que le pasa.

-¿Hyoudou Issei?-. Escuchó una voz detrás de él, era una voz de una mujer que lo veía pacientemente.-¿Qué haces aquí?

-Elsha-san-. Issei estaba feliz de ver nuevamente a la Sekiryuutei más fuerte viniendo acompañada del Sekiryuutei más fuerte... Se mostraba contento de verlos nuevamente, había dejado de tener contactos cuando todos los portadores dieron sus restos para mantener su alma junto a Ddraig cuando murió en el ataque del inframundo por la sangre de Samael, aún tenía miedo de la sangre de Samael...

Ambos se sorprendieron un poco por el conocimiento de Issei sobre ellos, la felicidad que desbordaba el joven de verlos era algo que les causó cierta gracia.

-Es la primera vez que estás aquí, Hyoudou Issei-. La mujer veía al chico mientras la oscuridad del ambiente empezaba a tomar cada vez más protagonismo del ambiente blanco.-¿Qué haces aquí específicamente? ¿Buscas tu potencial?-. Preguntó totalmente curiosa de la facilidad del chico para acceder al interior de la Boosted Gear.

-Para nada...vengo a acabar con la maldición de los Sekiryuutei's-. Reveló el castaño dejando algo sorprendido a ambos portadores antiguos de Ddraig. Sin embargo, ambos sabían que lo dicho por el chico venía de un conocimiento previo, pero la duda de cómo hacerlo llamaba la atención de ambos que no se dejaron llevar por el odio.

-¿Sabes el peso de lo qué estás diciendo?-. Preguntó ahora el hombre mientras la seriedad en su voz dejaba algo de escalofríos en el chico una vez más, recordando todo con nostalgia como si fuera la primera vez.- No es fácil de lograr esto, Hyoudou Issei-. La convección del hombre tenía una alta estima en el chico frente a ellos.

-¡Lo sé, lo sé!-. Le respondió con una media sonrisa al hombre, él era Belzard, probablemente el Sekiryuutei hombre más fuerte...o el segundo en estos momentos.

[Únete aquí y se parte de nosotros]

[Este es el único camino]

Los tres portadores del Sekiryuutei, siendo uno el antiguo más fuerte junto a la chica más fuerte en portar a Ddraig...y el último el actual portador de este gran y enorme poder, siendo el más fuerte para desconocimiento de ambos.

Issei se dió vuelta antes de ver cómo la oscuridad quería alcanzarlo una vez más, esto se parecía a la oscuridad de Nyx solo que de manera más agresiva que la magia de la diosa primordial.

En su mano empezó a canalizar una energía oscura que fue en dirección a las almas en penas de los antiguos portadores.

-Los tiempos cambian, Sekiryuutei's-. Habló Issei con una voz llena de poder mientras aquella energía empezaba a rodear esas almas oscuras que se sorprendían por este suceso.- los portadores de los dragones celestiales siempre estuvimos condenados a la desgracia...pero esa desgracia era causada por nuestros propios deseos de poder-. Empezó a fruncir el ceño al ver cómo la oscuridad seguía avanzando por lo que ejerció mucha más presión, deteniendo levemente el avance agresivo.- Es momento de enseñarles un camino nuevo y un nuevo propósito a todos ustedes...las generaciones son muy poderosas y no lograrían nada llevando consigo más portadores que se dejan llevar por sus vicios y deseos egoístas.

Esto fue un golpe profundo para cada una de las almas en pena.

[¡Insolente!]

[¿¡Cómo te atreves a decir eso!?]

Toda aquella energía empezó a ser absorbida por Issei. El castaño empezaba a sentir un dolor en su pecho demasiado grande al sentir todas las cargas y penas de los antiguos portadores de la boosted gear.

-Es porque...sé muy bien que motivaba a cada uno de ustedes-. Habló una vez al notar como cada portador empezaba a tomar un poco de color en su piel, dando algo más natural.- Déjenme cargar con sus penas y permítanme presentarles un nuevo camino lleno de gloria...déjenme mostrarles un poder más allá de un dragón celestial en este recorrido-. La dificultad en su voz se estaba recuperando poco a poco, teniendo como indicio que su ritmo cardíaco empezaba a volver a la normalidad y ser rítmico una vez más junto a sus respiraciones.- No pienso ser igual que ustedes...soy diferente...Fui...seré y soy el Sekiryuutei más fuerte que habrá-. Reveló mientras finaliza de absorber toda aquella oscuridad que tenía un gran peso sobre todos los pecados convertidos por los antiguos anfitriones.

[¿Un nuevo camino?]

[¿Has arriesgado tu mentalidad solo por querer demostrar tu valía?]

-No lo hago para que me tengan en cuenta, lo hago para que vean que todo puede ser diferente...todo puede tener un camino nuevo una vez en la vida, ¿No es así, Gawain?-. Preguntó el chico con una ceja levantada mientras uno de los antiguos portadores se sacaba la capucha para mostrar al joven rubio que se había enfrentado a la persona frente a ellos.

El rubio solo les regalaba una sonrisa pero la forma de asentir confirmaba todo lo que había dicho el castaño.

-Puedes mostrarnos el nuevo camino... ¿Cuál es el nuevo camino?-. Preguntaron varios a la vez mientras se acercaban al chico y se arrodillaban frente a él...

-Las tetas...las tetas son el camino del poder real-. Más de uno se quedó en silencio al escuchar esto, la seriedad se había perdido con estas simples palabras del castaño que tenían en sus caras.

-¿Las tetas?-. Preguntó uno de ellos mientras se rascaba la frente con aparente curiosidad...- Bueno, a mí siempre me gustaron más los traseros...eran demasiados perfectos e incomprendidos en comparación a las tetas-. Dijo uno de los portadores antes de sentir como Issei aumentaba su poder repentinamente, enviando varios escalofríos por su espalda.

Belzard y Elsha solo veían esto con una gota de sudor bajando por su cien, pero ambos estaban riendo internamente por lo divertido que parecía ser el Sekiryuutei actual.

-Tu sugerencia será tomada en cuenta en nuestro camino...los traseros son bonitos. ¡Aún así, las tetas son mil veces superiores a los traseros!-. Gritó el chico a uno de los portadores con gran fervor y totalmente seguro de lo que decía.- ¡Las tetas son únicas! ¡No hay tetas iguales ni mucho menos con la misma forma del pezón! ¡Tetas así de grandes, Sekiryuutei!-. Issei hacía la forma de dos grandes globos mientras los antiguos portadores se sorprendían por el tamaño tan descomunal que podían tener las tetas.

-¡N-nunca he visto unas tetas, Hyoudou Issei!-. Gritó uno de los antiguos portadores llorando mientras Issei soltaba una lágrima al sentir pena por esta alma tan oscura...no había disfrutado del paraíso verdadero.

-¡Entonces...déjenme mostrarles el camino de las tetas! ¡Permítanme enseñarles lo más hermoso de este mundo a todos ustedes...! Oh...y a ti también...pese a que te gustan los traseros-. Su emoción se perdió antes de ver al Sekiryuutei que le gustaban los traseros, le recordaba a su rival en cierta manera ya que después de cada pelea tocaba su trasero y lo felicitaba.

-¡Sí! ¡Muéstranos el camino de las tetas, por favor!-. Pedían todos los antiguos portadores de Ddraig al chico que abrió sus brazos.

-¡Les mostraré un futuro nuevo! ¡Vamos a verlos juntos! ~una vez más~ ¡Vamos Senpais! ¡Yo soy el Sekiryuutei! ¡El dragón de la dominación! ¡Yo...soy Hyoudou Issei!-. Todos gritaron en gran devoción al chico que empezaba a desaparecer poco a poco de este lugar...

.•°DxD°•.

Yo, aquel que despertará...

Artoria vio como Issei empezaba a decir un cántico, quedándose completamente perpleja al saber de la historia del Sekiryuutei por lo que quiso detenerlo de alguna manera.

-¡Issei!-. Gritó ella mientras intentaba acercarse pero el aura de Issei era demasiado fuerte para poder tener un adelanto a él.

Soy el Sekiryuutei que desechó la dominación...

Yo celebró la esperanza y los sueños irrompibles...camino por el sendero de la rectitud...

El aura de Issei había tomado más gratitud al decir estás palabras, sus sentimientos eran más fuertes que nunca mientras sentía aquellas liberación de poder bruto sin la restricción de las piezas demoníacas en su cuerpo.

Yo me convertiré en un dragón emperador carmesí, y los conduciré por el sendero del cielo con la luz profunda carmesí.

¡Cardinal Crimson Ascendance!

Issei se confundió con esta parte pero era un llamado que salió desde lo profundo de su corazón...junto a los antiguos portadores que acompañaron en este cántico al demostrarle que podía ascender mucho más de lo que se proponía.

El hecho de ascender en este mundo era algo que Issei sabía muy bien, había tenido un crecimiento brutal tanto en este mundo como a nivel personal.

La confianza que una vez perdió fue recuperada y aumentada, su poder siendo que desde que fue reencarnado tenía las reservas mágicas de un bebé... habían aumentado de forma brutal gracias a sus esfuerzos.

Su estatus como el Sekiryuutei fue reconocido por todo el mundo, tanto por su poder como por su...perversión.

Olvidemos eso por el momento.

Pero sí...él no solo era el Oppai dragón en estos tiempos, él era el Sekiryuutei más poderoso de todos.

Y esto solo era una pequeña demostración de su ascendencia.

-¡Artoria! ¡Soy yo!-. Gritó para calmar a la rubia que se encontraba con los ojos abiertos presenciando este evento nunca antes presenciado...no era la Juggernaut drive que todos hablaban de la profunda maldición de los Sekiryuutei. Una armadura capaz de acceder al poder de Ddraig pero que consumía tu vitalidad como precio.

Issei empezó a inspeccionarse de forma capciosa, notando grandes cambios en su armadura.

El color carmesí seguía presente en todo su esplendor, siendo incluso más vivo que la primera vez que fue activada durante su enfrentamiento con Sairaorg-san. Aún así, podía notar que por toda la armadura había algunas especies de Kanjis extraños que representaban cada antiguo portador junto a su unión por un nuevo camino lleno de gloria...el camino de las Oppais.

Podía notar estos Kanjis con bastante alegría al notar como se destacaban al brillar con un rojo profundo y brillante en la armadura carmesí que desbordaba poder de forma bruta. Pese a todo esto, la armadura se notaba más robusta y un poco más pesada que de costumbre, tal vez se debía a la limitación de la pieza de "caballero" la cual no estaba presente debido a que no estaba ligado a un demonio de clase alta.

Por todo lo demás no había grandes cambios más que algunas conexiones más profundas en lo que se refería ser el Sekiryuutei. No podía sentir alguna atadura a las piezas demoníacas.

-[Ascendencia, ¿Eh? Me gusta...me gusta eso, compañero]-. La voz de Ddraig hizo eco una vez más mientras Issei sonreía levemente nervioso, no mentiría que alguna vez pensó en un cántico referido a las tetas, pero eso lo dejaría para un futuro muy lejano.-[Nunca haremos un cántico con los senos, Issei]-. Eso deprimió a Issei al saber que nunca sería posible lograr tal hazaña.

Issei miró directamente a la hermosa mujer frente a él, una de sus amadas...

Ella había contemplado su ascendencia a esta armadura, no era la primera vez que la usaría pero si tendría que acostumbrarse a su nueva forma.

Una sonrisa se dibujó en su rostro, sabía perfectamente que sería acompañado por más personas en el futuro, pero de alguna manera...esto era suficiente por el momento para él.

Haría más fuerte a Artoria Pendragon...

Abrió sus alas de par a par antes de lanzarse una vez más a Artoria...

Ella preparó su lanza con una pequeña mueca al saber que debería estar atenta a todo movimiento de Issei desde ahora.

Aquella armadura llegó hasta Artoria que lanzó un corte con su lanza, ambos gritando antes de darse un gran impacto.

Ambos creciendo en poder...ambos entrenando con diferentes objetivos, pero que de alguna manera los unía a un único sendero.

Uno de estos objetivos era acompañar...el otro ser acompañado.

Dos deseos relacionados pero completamente diferentes para lo que significaba en cada uno de ellos.

De este modo...ambos iban a...

Ascender.

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