Capitulo 9
Rossweisse estaba en un cuarto sanando las heridas que había tenido el pelinegro a lo largo de su batalla contra Tyr, el dios de la guerra, mientras le echaba un sermón pues le había tenido bastante preocupada.
Goku escuchaba con fastidio las palabras de su amiga, pero agradecía mentalmente por lo amable que era y lo bien que le estaba cuidando, sin duda le debía un gran favor a la valquiria de su padre Odin, el rey de Asgard.
-¿Acaso perdiste la cabeza al enfrentarte seriamente a Tyr-sama? Si hubieras llegado más lejos podría haberte matado, no por nada es uno de los dioses más fuertes de la mitología nórdica -Rossweisse sermoneó alzando el dedo índice de su mano derecha.
El ojinegro suspiró, si no estuviera herido se habría ido de allí mucho tiempo antes, aunque en cierta manera agradecía la preocupación de Rossweisse hacia él, sólo su abuelo Gohan llegó a estar tan preocupado por él.
Pero de cierta forma oyó analíticamente las palabras de Rossweisse, indagando acerca de un asunto en concreto.
"¿Entonces Tyr me estuvo subestimando todo el tiempo? Maldita sea" -el pelinegro apretó sus puños con fastidio y con cierta resignación, pues odiaba que sus adversarios o contendientes le subestimaran a la hora de un combate.
Incluso Thor lo estaba subestimando, pues todavía no le había entrenado a pesar de las palabras de su padre y Sif, su esposa, a la que le caía bien Goku.
Con un último retoque Rossweisse finalizó el tratamiento de las heridas del azabache, quien sonrió levemente en agradecimiento por la atención que le había dispensado.
Rossweisse se puso frente a Goku, mirándole fijamente mientras sus ojos destellaban luminosamente.
-En serio yo... estuve muy preocupada por ti, si te hubiera pasado algo en el combate... estaría muy triste de que ya no estés a mi lado -Rossweisse habló con la cabeza apuntando al suelo y el pelinegro frunció el ceño, tomándola de la barbilla, para sorpresa suya.
-No soy débil Rossweisse, cuando acepté los entrenamientos del dios de la guerra Tyr sabía las implicaciones que conllevarían, por lo que no debes preocuparte por mí, aparte de mi abuelo eres la única persona que se está preocupando por mí, en verdad te lo agradezco pero sé defenderme -Goku contestó a las palabras de Rossweisse, quien asintió con una sonrisa.
Inesperadamente Rossweisse entrelazó sus brazos al cuello del mestizo, formando un cálido abrazo.
Goku no se inmutó en los primeros segundos, pero sintiendo la verdadera preocupación de su amiga, se unió al abrazo. Hacía bastante tiempo que no sentía ese sentimiento cálido en su corazón.
De repente, la puerta del cuarto se abrió. Se trataba de Eva, la valquiria, quien al verlos unidos en un abrazo, sé sintió celosa e infló las mejillas cruzándose de brazos.
[Nota: es la apariencia de Eva]
"Esto no quedará así Rossweisse, Goku-sama será mío" -Eva inquirió viendo como ambos deshacían el abrazo lentamente y clavaban sus ojos en ella.
-¿Qué ocurre Eva? Estaba tratando las heridas que tuvo Goku-sama durante el combate contra Tyr-sama -Rossweisse sonrió mentalmente al sentir los celos de su amiga a flor de piel. Goku se levantó de la cama y Rossweisse, que estaba agachada, imitó la acción.
-Thor-sama reclama la presencia de Goku-sama urgentemente en su palacio -Eva se explicó claramente y el pelinegro se giró intercambiando una rápida mirada con Rossweisse, estaban asombrado por aquellas palabras.
"Seguramente está pensando en entrebarme después de haber visto mi combate contra Tyr, tks" -indagó el pelinegro sintiendo un deje de emoción, pues iba a ser entrenado por uno de los seres más fuertes del mundo.
-De acuerdo, enseguida iré ahí Eva, quizás necesite que me guíes hasta ahí -Eva se sonrojó ante aquellas palabras y el rostro de Rossweisse adquirió una tonalidad verde, seguramente por los celos que sentía.
-No hace falta Goku...-sama, puedo ir con usted si lo deseas, conozco el camino al palacio... -Rossweisse siguió hablando con el dedo alzado hasta que fue interrumpida por el pelinegro asgardiano.
-No te preocupes, has perdido mucho tiempo curando mis heridas, seguramente te necesiten en algún lugar, puedes irte tranquila -habló el ojinegro con una leve sonrisa y Rossweisse asintió bajando la cabeza.
Eva bailaba disimuladamente mientras le enseñaba la lengua a Rossweisse, quien juró vengarse pronto de ella.
-Entonces podemos partir ¿le parece Goku-sama? -Eva habló con una sonrisa y el pelinegro asintió. Ambos comenzaron a caminar en dirección a la puerta, pero antes el azabache se detuvo para decirle a Rossweisse un par de palabras en su oído.
Cuando Goku terminó de hablar, el rostro de Rossweisse se iluminó y un par de estrellas aparecieron en sus ojos.
Rossweisse comenzó a canturrear alegremente dando saltos mientras caminaba hacia Gladsheim, seguramente una gota de sudor les caería a los Einherjer que le viesen en ese estado cuando llegasen al Valhalla.
Eva, que no había visto la acción entre el hijo de Odin y la muchacha peliplata, se preguntaba que le estaba ocurriendo a su amiga de la infancia.
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Habían pasado unas horas desde el club de la investigación de lo oculto, junto con Irina, combatió en una fabrica contra los poseedores de Sacred Gear que había enviado la facción de los héroes, de la Khaos Brigade, liderada actualmente por Cao-Cao, el poseedor de la True Longinus, la lanza que "mató" a Cristo.
Rías y Akeno charlaban mientras bebían un té que había preparado la 'sacerdotisa del trueno' minutos antes.
Recientemente Rías supo que su hermano, el maŌ Sirzechs Lucifer, fue invitado al mundo nórdico por Odin, en honor al regreso de uno de sus hijos, son Goku.
Rías esperaba conocer a ese muchacho por cierto motivo, según decían él era actualmente la persona más importante del panteón nórdico aparte de Odin. Era el único mestizo asgardiano en todo el Yggdrasil.
-Azazel-sensei ha dicho que Odin-sama vendrá a Japón por motivos de negocios, tal vez le traiga con él -Rías habló dándole un sorbo a su té mientras Akeno asentía.
-Ara ara, será interesante conocer a ese muchacho tan importante ¿no crees? -Akeno inquirió con una sonrisa y Rías asintió esbozando una sonrisa radiante.
-Ufufu tal vez pueda convertirle en un demonio de mi séquito -dijo Rías riéndose. Ambas siguieron charlando, ignorando lo que estaba apunto de acontecer.
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Goku estaba frente al trono de Thor. Al lado estaba Sif, su esposa y sus dos hijos, Brúdr y Módi, quienes veían tranquilamente al pelinegro enfrente de ellos.
Durante el trayecto Eva y él habían intercambiado algunas palabras, pero mayoritariamente era la valquiria pelirroja quien tomaba la iniciativa, pese a su timidez.
Thor irradaba una gran presencia, que incluso llegaba a estremecer al mismo Goku, pero aún así se mantenía firme. No por nada había sido designado como dios del trueno. Entonces Thor comenzó a hablar:
-Te he llamado a mi palacio para hablarte de un importante asunto...-Thor habló mientras que el pelinegro permanecía de brazos cruzados escuchando.
Eva estaba sumamente nerviosa, esperando que todo se desarrollase sin el más mínimo percance o problema.
-Quiero entrenarte niño, siéntete orgulloso de que hayas sido seleccionado por el poderoso dios del trueno para ser su discípulo -dijo Thor sonriendo orgullosamente.
Sif sonrió, por lo menos su marido había considerado la decisión que tomó hace unas semanas. Entonces se giró hacia el pelinegro y se sorprendió al ver una expresión de absoluta molestia impregnada en sus facciones.
-No... -todos alzaron las cejas ante aquella palabras, incluido Thor.- no quiero que me entrenes y tampoco quiero ser tu discípulo -espetó Goku frunciendo el ceño, ante la mirada de sorpresa por parte de los presentes.
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Fin del capítulo
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