"¿Así que perdimos la mitad de nuestra fuerza efectiva y nuestro comandante es un loco obsesionado con el éxito? Podría ser peor. Podrían darse cuenta de que nuestra guerra aun no ha cambiado.
-General Maxwell, tras salir de su reunión con los comandantes alemán y japonés."

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Campamento del Regimiento "Japón"

El híbrido de demonio recién había desaparecido. Schmidt musitó un "tsk" antes de girar sobre sus talones, chaqueta gris oscura flameando ligeramente por la acción en lo que el oficial enfundaba su pistola. Encontrando su mirada, se encontraba el general japonés Yuu Kuroishi, siendo escoltado por 2 soldados con la banda de "Policía Militar" en el brazo. Algo más atrás, se encontraba Maxwell hablando con algunos oficiales de su división, enterándose de forma preliminar del estado de sus tropas.

-En un gusto tenerlo aquí... capitán-Lo saludó Kuroishi, tras dar un rápido vistazo a sus galones de oficial-Aunque lo esperábamos más temprano, su llegada a sido oportuna. No puedo negar el alivio que me provoca que haya estado a tiempo para encargarse de tamaña amenaza para nuestras tropas que-

-Su regimiento tiene más poder de fuego que el mío, sin embargo, una sola compañía de los nuestros hizo lo que un regimiento de los suyos no pudo ni intentó-Ignoró deliberadamente el hecho de que él mismo había dado el golpe de gracia.

-Tendrá que comprender que carecen de experiencia bélica como ustedes-Contraatacó el japonés.

-Tiene razón-Reconoció el alemán.

-Ahora bien, sobre la llegada del regimiento...-Empezó a hablar Kuroishi.

-No vendrán-Fue la cortante respuesta del mago-O al menos, no el regimiento completo. Vayamos a la sala de mando y podré informarle de que diantres pasa en el frente.

El ceño del general oriental se ensombreció notoriamente, pero aun así guio al oficial al edificio que hacía de cuartel. Maxwell, tras asegurarse de que los magos atenderían a sus heridos, siguió al dúo acompañado de un par de sus hombres.

Al llegar, el alemán sacó un mapa de Norteamérica en el inframundo demoniaco, en el cual se podían observar varias flechas y anotaciones hechas a mano. Luego, empezó a señalar lugares a medida que hablaba.

-Los demonios han lanzado una contraofensiva sobre los americanos. Los pobres diablos a los que les tocó la defensa eran los de la 29° de Infantería. Fueron arrasados. Les pasaron por encima y cedieron muchos kilómetros hasta que lograron recomponer sus líneas. Esto abrió una brecha en las líneas americanas que llega hasta el Río Caedes. Afortunadamente, los demonios tuvieron que retirarse de allí por falta de efectivos, en lo que la 4° y la 38° de Infantería cerraban el agujero. El SUFOG tuvo que desplegar una división de emergencia allí, y nosotros, que nos encontrábamos sobrevolando el país en aquel momento, fuimos redireccionados a combatir a los demonios-El capitán se dio un momento para maldecir en voz baja-Maldito Phenex y su inmortalidad-Murmuró en voz baja.

-Pero ya están aquí. ¿No quiere decir eso que vendrán? Ya se estabilizó el frente-Preguntó y señaló el comandante japonés.

-No. El mando sabe que volverán a atacar. Han dejado al regimiento allí, y dieron órdenes de desplegar también al VI de Magos Alemanes y al IX de Magos Austriacos. El SUFOG, por su parte, desplegó a la 7° División de Asalto en el lugar, fuerte en 6.000 hombres veteranos y altamente entrenados. Para ponerle la guinda al pastel, concentraron a la 1° Blindada en la zona, expectante a contraataques. Como puedes ver, el Alto Mando está asustado, y mucho.

-Eso quiere decir que... ¿nos dejarán sin apoyo? -Kuroishi se veía demacrado, su ceño ensombrecido y su expresión tosca, y eso que se observaba bien hace menos de una hora.

-No lo crea. Cuando escucharon del ataque nos enviaron como fuerza de reacción rápida, pero vendrá el total de un batallón a apoyarlos. El resto del IV vendrá cuando lleguen los otros magos al inframundo, sin embargo, podría tomar unos días.

-Por mi parte-Habló Maxwell-Ese tal Vali dejó cierta mella en mis tropas. Aunque varios están bien, muchos otros están heridos, y tenemos un par de muertos por allí. El cuarto regimiento de infantería del SUFOG estará inhabilitado por unos días hasta que sanen los heridos, que son mayoría.

-Un tercio de los magos y dos tercios de los americanos...-Murmuró uno de los ayudantes.

-Sugeriría que aplazáramos la operación hasta que reunamos suficientes hombres y poder de fuego...-Comenzó a hablar Maxwell, cuando de repente...

-¡NO! -Kuroishi plantó sus manos sobre la mesa, respirando agitadamente y agarrándose un mechón de pelo frente al rostro. Sin embargo, al poco rato se calmó ligeramente-Pensándolo mejor, la pospondremos solo unos días hasta que se recupere el SUFOG. Si llegan los magos mejor todavía. Sí, con estas circunstancias un atraso se puede permitir...-El resto de lo que dijo se perdió entre murmullos inentendibles. Ambos comandantes de distintas fuerzas extranjeras se miraron el uno al otro, antes de asentir y silenciosamente deslizarse fuera de la sala. Ya habría tiempo para discutir con el oficial japonés.

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Al salir ambos oficiales del centro de mando, fueron sorprendidos por la presencia de más magos alemanes. Tal como había indicado Schmidt al interior del War Room, había llegado el total de un batallón del regimiento, quienes serían los encargados de apoyar el ataque del SUFOG.

-Debo decir que no los esperaba tan pronto-Comentó el capitán germano mientras saludaba a sus pares del batallón.

-Si, bueno... ¿qué puedo decir? El SUFOG llegó al frente tan rápido que apenas tuvimos que permanecer allí un tiempo más. El resto llegará de aqu días-Comentó otro capitán-Lo que me recuerda: estás al mando.

-¿Eh?-Fue toda la respuesta del castaño claro.

-Verás, al pobre Freud le volaron la cabeza, y a su segundo lo asaron hasta la muerte. Paul apenas supo lo que le vino encima. Se confió cuando logro clavarle su espada en el estómago al Phenex después de que su superior muriera, y parece que se olvidó de que podía regenerarse. El resto te lo puedes imaginar tú.

Efectivamente, Schmidt podía imaginarse al mencionado Paul quemándose hasta la muerte. No sería la primera vez que caía en las llamas (al contrario, era bastante distraído con las parrillas), aunque ciertamente sería la última.

-Pues bueno, supongo que tendré que tomar el mando del batallón sin atraso. Sin embargo, deben enviar reemplazos para los espacios que quedarán en la cadena de mando y estado mayor.

-Vendrán con el resto del regimiento. Lo iban a hacer de igual forma por las bajas sufridas allá. Fue una suerte que el 4° de Infantería estuviera cerca o nos hubieran sobrepasado-El rubio capitán que hablaba con Schmidt lanzó una mirada al campamento-Cambiando de tema, ¿qué sucedió aquí? Pareciera que hubiera pasado un huracán.

-Podrías decir eso-Intervino Maxwell-Un híbrido demonio-humano apareció y atacó el campamento. Mi regimiento pudo detenerlo hasta que apareció a quien buscaba, con quien se entretuvo y luego llegaron ustedes-Señaló a los magos que llegaron primero-Buscaba al portador de la [Boosted Gear].

-¿Por qué?

-Era el portador del [Divine Dividing].

-¿Un humano contra un demonio portador de [Longinus]? Hablando de injusticias.

-Preparemos el campamento. La operación puede que se aplace "Hidden World," pero debemos estar preparados para lanzarla apenas se dé la orden-Comentó Maxwell a ambos, cambiando nuevamente el tema. Ambos alemanes lo tomaron como su señal para irse.

-Si señor-Tras un saludo militar, ambos se retiraron en dirección a sus hombres. Maxwell hizo lo mismo, reuniéndose con sus oficiales.

-Señor, ya han llegado-Informó uno, dejando libre el paso para que el general pudiera acercarse a un grupo de soldados que levaban encima ropas civiles.

-¿Cómo les fue?

-Logramos ubicar los lugares estratégicos y personajes importantes, al igual que algunas instalaciones secretas. Fue bastante sencillo. Se note que han estado en paz mucho tiempo-Informó el líder.

-Bien, anoten todo en un informe. En papel, una copia nada más. Quiero el original en mi escritorio para mañana.

-¡Sí, señor!

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Issei estaba siendo tratado de sus heridas en la enfermería establecida en el campamento. Kiyome Abe y Andrea lo habían llevado hasta allí tras la lucha, después de que Vali desapareciera de escena, y los tres se sorprendieron al ver que la enfermería estaba repleta de soldados estadounidenses con heridas leves. Los más afectados solamente tenían un hueso roto, pero todos presentaban alguna herida que les imposibilitaba combatir adecuadamente.

El médico a cargo de las tropas del SUFOG desestimó su importancia.

-Con la magia que tenemos estarán como nuevos en 2 días. Algunos tal vez demoren más-Les dijo. Luego ayudó al par de capitanas a acomodar a Issei en una cama para luego llamar a otro médico que se hiciera cargo del japonés.

-¿Cómo te sientes, Hyoudo?-Preguntó Kiyome mientras esperaban que llegara el médico.

-¿Golpeado como las fresas de un batido?-Llegó el débil intento de comparación.

-Si puedes decir chistes tan malos como ese es que estás bien-Comentó la rubia con un suspiro.

-Eso fue ofensivo-Respondió Issei por lo bajo.

-Así es. ¡Discúlpate con todos los que han hecho chistes malos en la historia! -Exigió Andrea. Kiyome decidió no pensar si era en serio o no, por lo que decidió ignorarla en favor del paramédico que llegó a revisar a Issei.

-De cualquier forma, Andrea-san, tengo una duda-Habló Issei en lo que era examinado por el personal local-¿Ya te habías enfrentado a Vali? Parecías conocerlo de antes...

-Así es. Nos enfrentamos en el pasado, hace unos... ¿3 o 4 años? Bueno, ese no es el punto. La cosa es que nos encontramos en el inframundo, en uno de mis viajes allí. Digamos que no entramos en buenos términos, e intentó echarme de donde estaba. Como es lógico, me negué, llevándonos a una pelea que logré ganar básicamente porque no esperaba gran cosa de mi por ser humana-Una risa inocente se escapó de sus labios-Seguramente no esperaba caer en esas trampas~

-¿Qué trampas?-Preguntó Kiyome, interesada.

-Oh, ya sabes. Las típicas. Cómo cuando te caes por un agujero hecho previamente en la tierra, pero que a mitad de la caída tiene una sorpresa en forma de cuchillos con energía celestial siendo disparados a altas velocidades mientras que tu misma estas tapándole la salida con una inocente daga lista para ser clavada-Comentó como si nada. Aunque para ambos residentes de Kuoh, la perspectiva de estar en esa trampa siendo un demonio no sonaba muy tentadora.

-¿E instalaste esa trampa sabiendo que venía? Porque parece necesitar trabajo.

-No están difícil. Ocultas la entrada y caen fácilmente, luego es solo cosa de impulsar cuchillos con magia desde arriba o los costados. La magia de viento es muy útil en ese aspecto. Lo más complicado es hacer el agujero, pero generalmente hay un hoyo en la tierra en casi cualquier lugar. Además, con magia muchas cosas son posibles-Terminó su explicación alzando su mano hacia adelante, extendiendo el dedo índice. Issei sintió un toque en la parte posterior de su cabeza, girándose para no encontrar nada. Escuchando la risa de Andrea, volvió a girar la cabeza para encontrarse con la mano de la susodicha aun extendida, pese a que volvía a sentir un dedo tocándolo en la parte posterior de su cabeza.

-¿Curioso?-Preguntó la peliblanca, antes de chasquear los dedos de su otra mano. La mano alzada desapareció, apareciendo detrás de la cabeza de Issei con el dedo índice apuntándole-Nunca hubo una mano allí. Simplemente engañé tu vista. Cosas tan simples pueden hacer mucha diferencia si tu oponente no sabe lo que haces, y eso le sucedió a Vali.

-Ya veo-A diferencia de Issei, Kiyome parecía haber entendido todo-Bastante sorprendente lo que hiciste, Andrea-san. Alterar la reflexión y refracción de la luz para que alguien "vea" algo que no está. Bien pensado.

-Muchas gracias. Ahora, si me disculpan-Y tras decir eso, la capitana peliblanca se dio la vuelta y se encaminó para salir del lugar.

-Me pregunto cómo habrá sido el combate entre Andrea-san y Vali. Seguro que debió ser algo espectacular-Andrea escuchó hablar a Issei mientras se alejaba de allí.

-Mencionó trampas, Hyoudo. Seguramente no fue tan espectacular como dices. Yo apostaría más por algo como un gato y un ratón-Comentó a su vez Kiyome. Andrea solo se alejó de allí, ignorando a cualquiera en el camino mientras recordaba lo acontecido aquella vez...

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Flashback

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Zona Desconocida del Inframundo
Hace 3 años

Llovía. Eso fue lo único que Vali Lucifer podía procesar en su estado actual, echado sobre el suelo. Apenas podía levantarse, pero no se esforzó en hacerlo. Pensaba juntar algunas fuerzas antes de intentarlo. Cerca del descendiente de Lucifer se encontraba un grupo de gente conversando, cuya situación estaba en claro contraste con el golpeado hasta la casi inconsciencia peli plateado.

-Yo digo que lo matemos-Se escuchó a una de las personas del grupo.

-No creo que sea necesario. Ya está destrozado, y no representa una amenaza tampoco-Habló otra. Vali, imperceptible para el grupo, había empezado a temblar. Si era por temor a su vida o por el frío de la lluvia, no lo sabía.

-El resto de su equipo está allí, igual o más derrotado que él. No hay motivo para matarlo tampoco-Hablo un tercero. Vali vio aparecer una luz en la dirección general del grupo, la cual junto al sonido característico que hizo provocó que supiera de inmediato que era un círculo mágico de transporte.

-Tengo nuevas órdenes. La jefa quiere que los dejemos a todos vivos. Tendrá sus razones para eso, supongo-Habló el recién llegado.

-¿Y que hacemos con ellos ahora? No podemos dejarlos marchar simplemente después de lo que han visto y hecho-Comentó uno de los ya presentes.

-Les alteraré los recuerdos, y déjenlos donde estimen conveniente. Joaquín, te encargas de Vali; Chrystopher, te llevas a la nekomata. Carlos se encargará de los Pendragon-Habló nuevamente-Ah, y, ¿Laila? Deshazte de ese montón de rocas inglesas. ¿O son irlandesas?

-¿Y que hacemos con el blanco en los recuerdos?

-Llénenlo como estimen conveniente.

Cuando el grupo se giró hacia el peli plateado, este ya se había arrastrado varios metros, tratando de escapar de aquellos que escuchó le borrarían la memoria. Suspirando, la única chica del grupo se acercó al golpeado descendiente de Lucifer, sorprendiéndolo cuando apareció frente a su campo de visión prácticamente de la nada. Intentó retroceder, pero al cambiar de dirección chocó con el tronco de un árbol cercano y quedo atrapado entre este y ella.

-¿Laila? Apresúrate. No tenemos todo el día-Le apresuró una voz. Suspirando de nuevo, la chica colocó su mano frente a la cara del portador del [Divine Divding], emanando una luz de esta a la vez que le decía unas últimas palabras a este Vali:

-"Esto te pasó por meterte con la [Khaos Brigade]

Y con eso, el mundo de Vali se fue a negro.

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Flashback end.

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Grigori. Horas más tarde.

-¿Para que me llamaste, Azazel?-Preguntó el Cadre de Grigori conocido como Kokabiel. Su rostro no disimulaba la molestia de estar frente a su líder-Mis legiones están listas, tal como pediste.

-Primero, solo te pedí una parte-Le contestó Azazel, mientras bebía de un vaso que contenía un licor fino-Segundo, habrá un cambio de planes. Tendrás que esperar algunos días.

-¿Por qué?-De nuevo, una molestia no disimulada se enfrentaba al calmado carácter de Azazel.

-Debido al ataque de Vali, los humanos atrasarán su ataque unos días. Les dejaremos ganar fuerzas y atacar, y cuando sea el momento, intervendremos.

-No esperes mucho de ellos, son unos simples humanos. Lo que me lleva a preguntar, ¿a quién piensan atacar?

-Inteligencia cree que a los Youkai de Kyoto.

-No les harán casi nada. Salvo el SUFOG y algunos magos.

-Esos mismos magos derribaron a Vali con una compañía. Y vendrá un batallón completo. Tal vez un regimiento. Apoyados por el SUFOG y con mucha carne de cañón, podrían imponerse sobre los Youkai con el tiempo.

-Entonces, ¿quieres que vaya a auxiliarlos?

-No, eso sería demasiado amable. Esto es una guerra, y como tal hay que sacar provecho y ganancias-Azazel se volvió de la ventana para encarar a Kokabiel-Lo que harás será lo siguiente. Cuando el fuego cruzado comience, infiltrarás a tus hombres y secuestrarás a la hija de Yasaka, Kunou, o la desviarás a ella y su guardia hasta las posiciones humanas. El punto es que la capturen y la usen como rehén contra Yasaka. Luego, tus hombres tendrán que ayudar sutilmente a la derrota Youkai, ya sea eliminando a sus tropas o evitando que Yasaka salga al campo de batalla. Cuando se deban retirar, aparece como salvador y ayúdalos a evacuar hasta aquí. De esta forma, nos deberán un gran favor y tendremos a los Youkai dependiendo de nosotros. También elevará la confianza humana, y los hará fracasar más estrepitosamente en la siguiente ocasión.

-Ya veo...

-Y debido a que casi lograste tu intento oculto de reiniciar la guerra hace algunas décadas, que mejor persona que tú para el trabajo, ¿no?-Azazel ocultó su sonrisa al ver la mirada de sorpresa que le dio Kokabiel-Claro, puede que Michael y Serafall se lo hayan comprado como un accidente producto de consecuencias, pero... ¿esperabas que yo lo hiciera?

-Entiendo-Murmuró el Cadre-Entonces, iré a preparar a mis hombres y el plan a seguir-Dicho eso, Kokabiel se retiró. Azazel solo dejó su sonrisa en su cara un tiempo más, acabándose el licor en su vaso, antes de salir camino a la prisión.

-Supongo que le haré una visita a nuestros huéspedes.

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Hamburg, Alemania, Imperio de Europa. Un día después.

Para el Major Schmitt, hacer de recadero del Estado Mayor había pasado de ser una molestia a mera rutina a este punto. Claro, varias tareas eran mundanas, pero siempre había cosas interesantes entremedio, sobre todo con la situación actual en desarrollo. Venía del cuartel, donde había recibido la noticia del virtual aniquilamiento de la 29° de Infantería americana, siendo esa la principal razón de su presencia allí. Obviamente, no venía solo. Al estar todos los magos militares con movilización acelerada por la crisis momentánea al otro lado del continente, le prestaron como ayudante a un oficial de la rama de magos de la 3SP.

Actualmente, la pareja de oficiales se encontraba en un pequeño edificio en la ciudad-puerto, cerca del centro. Pese a que en el exterior era totalmente normal (era un edificio de oficinas, y de hecho todavía había gente entrando y saliendo de los otros pisos con oficinas), en el interior del sexto piso había una extraña calma.

Esto se debía a la pertenencia de aquel piso.

Aquel nivel del edificio de oficinas pertenecía a la cábala mágica de Rosenkereuser, reconocida ya mundialmente como una de las mayores y más eficaces. Teniendo su origen en alguna parte germanoparlante, desde su fundación hacía siglos se había extendido y afirmado en la parte continental europea, saliendo a la luz su existencia algunos meses después de la revelación sobrenatural al mundo. Pese a eso, pocos conocían la especialidad de la cábala cuyos orígenes seguían siendo un misterio para varios.

Información.

Sentados en unas sillas frente a un escritorio en una sala de negocios, dentro de un edificio de oficinas, Heins Schmitt pensó sobre lo anticlimático que sería para cualquier historia futura sobre la reunión, si es que la hubiera. Reenfocando su atención a la chica frente a él, desplegó la pequeña lista cuya primera palabra escrita era "Prioridad," antes de empezar a preguntar por la información por la que fue enviado. Su acompañante se relajó en su asiento y empezó a escuchar música con un solo audífono, el otro oído escuchando flojamente el intercambio de palabras.

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Le había costado una infinidad convencer a su hermano que le dejara hacer esa misión. Pero alguien tenía que hacerlo, y nadie parecía poder estar disponible. Cualquier diablo poderoso hubiera sido notado por los sensores colocados, por lo que era necesario que uno sin demasiado poder, pero suficiente para defenderse por su cuenta. Después de todo, ¿Cómo no pasar desapercibida cuando todos la veían como una hermosa muchacha?

Actualmente, el grupo de 4 demonios que llamaban la atención se encontraba en un edificio de Hamburg, Alemania. ¿La razón? Un contrato para recibir información. No tenían problema para moverse debajo del radar, y el esfuerzo de algunos demonios de notable poder pudieron formar una brecha en la barrera mágica humana que prevenía el teletransporte. Y todas esas molestias se debieron tomar debido a que la orden de Rosenkreuzer había retirado sus escasos cuarteles del inframundo al estallar la guerra.

Rías tampoco admitiría que tuvo que dejarse mimar por su hermano para conseguir que le dejara salir de su mansión al mundo humano.

Su misión era simple. Llegar, intercambiar el pago por la información que se necesitaba, y volver al punto de salida a algunas calles de distancia. No se suponía que hubiera ninguna complicación. Con su caballero Yuuto Kiba protegiendo la puerta por afuera junto a su torre, la nekoshu Koneko Toujou, se sentó junto a su reina, la sacerdotisa del rayo Akeno Himejima, para iniciar las conversaciones con la representante local de la cábala mágica que se especializaba en información.

Rías Gremory estaba lista.

XXXXX

Ambos grupos salieron a la vez. Fue algo tan casual que nadie lo pudo evitar. Ambos se miraron por unos segundos antes de dirigirse cada uno por su propio camino, pensando que era simplemente otro grupo que venía a lo mismo o algo similar a lo del propio. Eso, hasta que Schmitt recordó las descripciones de una de las personas con las cuales había que tenerse cuidado del inframundo. No ayudó tampoco que la encargada que atendió a al pelirroja se despidiera con un "Fue un gusto. Hasta pronto, señorita Gremory."

Definitivamente era ella.

Lentamente, aparentemente sin hacer el mayor ruido, le indicó el grupo al mago que le acompañaba, para luego desenfundar silenciosamente su arma y acercarse al grupo de gente apuesta. Aunque la pequeña peliblanca se dio la vuelta abruptamente e intentó golpearlo, dejando un agujero en el suelo, logro moverse tras de ella y colocar el cañón de su arma frente a la cara de la ahora dada vuelta y sorprendida heredera Gremory.

-Rías Gremory. Heredera del Clan Gremory, hermana del actual Lucifer, figura prominente en los denominados "Jóvenes Demonios" y poseedora de su propia nobleza con humanos reencarnados. Por la autoridad que me confiere el Alto Mando del Ejército Imperial del Imperio Europa, quedas bajo arresto con efecto inmediato.