Capítulo 6: Juntando las Piezas

"Deja que tus planes seas oscuros e impenetrables como la noche, y cuando hagas tu movimiento, golpea como el rayo."
-Sun tzu.

.

.

.

Campamento del Regimiento "Japón," afueras de Kyoto.
Unos minutos después de la llegada de Issei y Le Fay.

Issei y Le Fay llegaron con el trío de oficiales, para que luego cada uno se fuera por su propio camino (Wayne se tomó la molestia de enseñarles las tiendas de campaña que usarían para alojarse antes de desaparecer. Kuroishi se había ido al centro de mando en lo que Schmidt se desvanecía nuevamente). Las tiendas eran compartidas, pero las tropas se encontraban en ejercicios, por lo que ambos tendrían que esperar para encontrarse con sus compañeros de equipo. Nervioso ante la perspectiva de gente desconocida, Issei salió a caminar por el borde del campamento.

En su camino analizó las instalaciones. Por el borde pasaban corriendo ocasionalmente grupos de soldados de diversas características y edades, casi lo único en común siendo sus ropas. Las entradas estaban cerradas y vigiladas, y de vez en cuando se veían por la alambrada que delimitaba el campamento a patrullas que mantenían adentro o afuera a la gente. La oficialidad tenía tiendas individuales, logro ver, más los únicos edificios eran utilizados para el cuartel general y almacenes.

El campamento era grande, lo que le hizo preguntarse como habían logrado tener semejante terreno para una tropa que seguramente no excedía las 3.000 personas. También logro ver que se dividía por batallones, y que él estaba en el batallón "Kuoh" (lo que pudo deducir gracias a la ubicación de su tienda, además de por el nombre). Estaba por terminar de dar la vuelta al perímetro cuando chocó con alguien. Levantándose del suelo, extendió una mano a la otra persona, analizándola con la mirada rápidamente.

Era una chica alta para sus estándares, alrededor de un metro setenta de altura. Tenía el pelo blanco atado en una cola de caballo y, cuando abrió los ojos, Issei pudo ver que eran heterocromáticos: el izquierdo era verde y el derecho era rojo (que, aunque nunca lo admitiría, le dio miedo la primera vez que lo vio). Llevaba el uniforme de combate del regimiento, que era ropa de camuflaje digital de distintas tonalidades de gris acompañado de botas de combate. No llevaba casco.

-L-lo siento-Se disculpó Issei.

-No te preocupes. Es mi culpa por no fijarme donde iba-Se disculpó ella a su vez, aceptando la mano ofrecida para levantarse. Se le quedó viendo unos segundos-¿Eres nuevo?

-¿Eh?-Issei quedó sorprendido por la pregunta-Sí, supongo que sí... O sea, ya estaba inscrito, si es lo que preguntas, pero acabo de llegar. Estaba en otra parte.

-¿Sí? Curioso-Comentó mientras lo analizaba de pies a cabeza-Soy Andrea. Sí, lo sé. Es bastante occidental, no lo menciones-Se adelantó al comentario que iba a dar Issei.

-Pues me quitaste las palabras de la lengua... ¿por qué el nombre, si puedo preguntar?

-No soy precisamente japonesa, simplemente vivo aquí. O más bien vivía, porque no sé si estaremos de vuelta pronto-Le restó importancia con un encogimiento de hombros-¿Y tu eres...?

-Issei. Hyoudo Issei-Se presentó a su vez.

-Ya veo. Un placer conocerte. Nos vemos luego-Y con un gesto de su mano, la peliblanca se despidió y se perdió en el laberinto de tiendas y soldados. Revisando la hora en su teléfono (que tuvo la suerte de tener consigo cuando Wayne lo arrastró), Issei se dio cuenta de que el entrenamiento de la mañana había terminado y que era mejor que volviera a su propia tienda.

Tras luchar unos minutos tratando de encontrar la dirección correcta, Issei logró llegar nuevamente a lo que sería su alojamiento por el tiempo próximo. Al llegar al exterior de la tiendo escuchó voces dentro, alarmándose hasta que recordó que era una tienda compartida.

-"Bueno, aquí voy"-Se dijo a si mismo antes de entrar.

Lo primero que lo recibió fue una cabeza calva que le daba la espalda ("¿o sería la nuca?" se preguntó el castaño), seguida de una figura con el pelo negro. Moviéndose para tener una mejor vista, Issei no pudo evitar alegrarse por ver quienes eran sus compañeros de tienda.

-¡Matuda! ¡Motohama!-Ambos se giraron al escuchar sus nombres, sus ojos iluminándose al ver quien los llamaba.

-¡Issei!-Dijeron ambos, saludando al recién llegado con apretones de manos y abrazos cortos. El trío de pervertidos estaba reunido una vez más, y no perdieron tiempo en ponerse al día de que había pasado.

-...y así fue como terminé llegando aquí de vuelta-Relató Issei su aventura a sus amigos. Ambos hicieron varias preguntas durante el relato, pero al final ambos terminaron satisfechos. Por parte de ambos, casi todo se resumía al monótono entrenamiento que recibieron en el regimiento.

-Los militares dicen que no se pueden privar de muchos instructores-Contó el calvo del grupo-Por lo que el SUFOG lo solucionó contratando mercenarios conocedores del mundo sobrenatural como instructores.

-Y debo decir-Siguió Motohama-Que ambos son unos verdaderos monstruos sin corazón. Apenas podemos seguirles el ritmo, y eso que estamos entrenados de tanto escapar de las chicas que nos descubren-Issei pensó seriamente si eso lo incluía a él y si debería sentirse mal por sus amigos. Decidió que no en ambos casos-No sé cómo lo hará el resto.

-Como sea-Interrumpió Matsuda-Es hora de comer. Vamos a buscar la comida-Ante la mirada de confusión de Issei, Matsuda entendió que él no tenía idea de lo que estaba hablando-Es mediodía Issei. Hay que ir a buscar nuestra comida. Ven, te explicaremos.

Issei prefirió guardarse el comentario de que era más bien porque venía de un lugar con 12 horas de diferencia y siguió a sus amigos, quienes le explicaban cómo funcionaba el campamento en el camino. Tras la comida, Issei se echó a dormir, y posteriormente se sorprendería al saber que logró dormir hasta la mañana siguiente, lo que le determinó en el futuro a no sobrecargar la [Boosted Gear] a menos que fuera necesario.

XXXXXXXXXX

Día siguiente. Cuartel general.

En la sala principal del edificio que hiciera de cuartel general del regimiento, los comandantes de compañía y batallón se reunieron con la plana mayor para recibir instrucciones.

-Como varios saben, hace una semana que la JSDF terminó de evacuar los sectores cercanos a la operación en Kyoto-Comenzó a explicar el general Kuroishi-Igualmente, ya han determinado que tropas nos acompañarán. Nos prestarán a la 4° y 6° divisiones de infantería para uso inmediato, y de reserva tendremos a la 9° división y un batallón de fuerzas especiales. Esto totaliza alrededor de 35.000 efectivos japoneses, a los que nos sumamos nosotros y los que llegarán pronto.

-¿Y el SUFOG y los europeos?-Preguntó uno de los capitanes.

-La Tercera División Estática del SUFOG llegó ayer. Son 5.000 tropas frescas y profesionales que se nos unirán en la ofensiva, y actuarán como punta de lanza-Informó un coronel ayudante del general japonés.

-¿Y los europeos?-Preguntó otro oficial.

-Nos costó, pero logramos convencerlos de que despacharan algunas tropas que vienen en camino. Se nos unirá el IV Regimiento de Magos Alemanes, o 4° DZK según su sigla en alemán-Respondió el oficial-Llegarán mañana. Vienen comandados por el coronel Hauller von Bock, y serán el apoyo del SUFOG.

-Son apenas 250, pero deben tener el mismo poder de fuego que el regimiento completo-La que había hablado era una oficial peliblanca en un costado de la habitación. Aunque varios la miraron a menos por su comentario, la tímida sonrisa dejaba entrever la diversión que le causaba lo dicho.

Kuroishi, por más que intentó, no pudo encontrar con qué contradecirla.

-Aunque dudo que tengan más poder de fuego-Empezó-Es cierto que están mucho mejor entrenados y preparados que nuestras tropas. Son pocos, incluso en esta sala, los que podrían oponérseles. Supongo que usted es una de ellos, ¿no es así señorita Andrea?

La aludida solo amplió su sonrisa antes de decir-Si eso es todo, permítame retirarme-Y, acto seguido, desapareció entre las sombras, asustando a algunos de los oficiales. Kuroishi le restó importancia y siguió explicando los detalles técnicos de la operación "Hidden World."

XXXXXXXXXX

Día Siguiente.

Issei observó con incredulidad a la ex presidenta del Consejo Estudiantil de la Academia Kuoh, mientras esta esperaba a que reaccionara de alguna manera.

-¿Perdón?-Dijo Issei, creyendo (y esperando) haber oído mal.

-Lo que dije, Hyoudo. Debido a tu experiencia de combate y al entrenamiento especializado que tuviste, el mando a determinado darte el rango de sargento. Estarás a cargo de un escuadrón de 8 personas contándote a ti. Felicidades-Kiyome Abe, pese a la seriedad que tenía en el rostro, deslizó una pequeña sonrisa de orgullo-Muchos vieron lo que hiciste en Kuoh, Hyoudo. Algunos te ven como un modelo a seguir. Otros, como un líder. El punto es, tienes influencia que no conocías, y como sargento puedes usarla para que el resto avance -El tono comprensivo y amable con el que dijo esas palabras contrastaba fuertemente con el frío y serio que utilizó hasta ese momento, pero Issei apreció el gesto sutil que eso demostraba.

-...entiendo. En ese caso, muchas gracias por el cargo -Hizo un saludo militar algo torpe, estallando ambos en risas un momento después.

-Veo que aun no tienes tu uniforme del regimiento -Comentó la rubia, revisando las ropas del castaño.

-No, aun no he podido conseguirlo. He estado... ocupado-Issei nunca diría que se pasó el día de ayer huyendo del mercenario que tenían como instructor. Debido a su reciente llegada, aun podía escaparse sin muchas consecuencias.

-Ya veo. Sígueme -La rubia le indicó que la siguiera, atravesando ambos el campamento y llegando a un edificio de 3 pisos que tenía como nombre "Bagaje."

-Necesita un uniforme. Galones de sargento, insignia de [Sacred Gear]-Le indicó al dependiente, quien anotó algunas cosas antes de mirar a Issei unos segundos y desaparecer en el interior.

-Ahora que la pienso, Abe-san, ¿Qué rango tienes tú? -Issei preguntó de mera curiosidad.

-¿Yo? -Confirmó, girándose hacia él-Capitán. Estoy a cargo de tu compañía. Ya que era presidenta del consejo, aunque provisional, consideraron que ya sabá como mandar y organizar cosas, por lo que me dieron este cargo prácticamente apenas me inscribí. Ugh, y yo pensé que el papeleo de la academia era mucho... -Dirigió una pequeña mirada de derrota y abatimiento sobre un costado de la sala.

-Y-ya veo...-Mientras que Issei no era un experto militar, gracias a Mikel sabía algunas cosas básicas que, según el mercenario, "Harán que dures más de 5 minutos con la cabeza completa, asumiendo que aun mantengas tu casco." Pensándolo bien, Issei dudaba de la habilidad de Mikel como apoyo moral en cualquiera fuera la situación en la que se encontrara.

-Pero basta de mí. ¿Dónde estuviste durante cerca de 1 mes?-Aunque intentaba parecer despreocupada, Issei pudo notar la mirada de preocupación de su antigua presidenta.

-"Sí que se preocupa por sus alumnos"-Pensó-Estuve en un entrenamiento intensivo con un mercenario contratado por el SUFOG. Pese a que los que están aquí son duros, dudo que puedan compararse con ese cubo de hielo que era él. No llegarían a su nivel de maldad ni aunque les fuera la vida en ello-Comentó con una risa honesta.

Mientras, en un destructor oxidado frente a Barcelona, Mikel sintió la repentina necesidad de lanzar a Issei al mar de nuevo.

-¿Y qué estuviste haciendo allí? -Siguió preguntando la rubia.

-Entrenamiento físico, entrenamiento de [Sacred Gear] y entrenamiento militar. Bastante agotador, debo decir. Pero, aunque sea, dio sus frutos. O al menos eso espero. No puede haber sido tan mal entrenador, ¿verdad?

Mientras, en un destructor oxidado frente a Barcelona, Mikel tuvo unas inexplicables ganas de hacer correr a Issei por el desierto africano siendo perseguido por Graciela en lo que el lo arrastraba cada vez que se tirara al piso.

-Ya veo. Bastante típico la verdad -Respondió Kiyome. El encargado regresó con el uniforme pedido en sus versiones de servicio y de parada, las charreteras de sargento cosidas y cuatro parches en los brazos: dos en el brazo izquierdo y los otros dos en el derecho.

Issei los revisó: Mismo camuflaje digital gris que todos, los parches en el brazo izquierdo eran una bandera japonesa y un rectángulo con el número y nombre del regimiento. Los dos parches del lado derecho eran otra bandera de Japón y un círculo con la sigla SG, lo cual, según le explicó Kiyome, era para señalar su estatus como usuario de [Sacred Gear].

-Bueno, eso sería todo. Ve al campo de entrenamiento después de la comida, nos juntaremos como batallón para que sepan sus unidades y los oficiales. Allí podrás conocer a tu escuadrón -Con esas palabras, la rubia se despidió de Issei, quien se quedó atrás terminando de revisar su uniforme.

-¿Que diría mi madre si me viera ahora? -Comentó con una sonrisa triste, antes de cambiar su expresión a una mirada determinada-No se preocupen, mamá, papá. Los sacaré de donde sea que estén. Solo espérenme un poco más.

XXXXXXXXXX

Oficina de Azazel, Grigori. En esos instantes.

Azazel acababa de terminar una reunión con algunos de sus lugartenientes, evaluando las medidas defensivas que podrían emplear en caso de que llegaran los humanos y evaluando las acciones y reacciones de los demonios durante los cambates. Terminaba de organizar los documentos de dicha reunión (lo que significaba, apilarlos y dejárselos a Shemhazai para que lo hiciera él en su lugar) cuando un círculo mágico apareció frente a él. De este salió un caído que reconoció enseguida: era uno de los pocos espías que mantenía en el mundo humano, y este en particular vigilaba a Hyoudo Issei.

-Dime, ¿Qué sucede? -Preguntó sin demoras al agente.

-Hyoudo Issei ha llegado junto a su regimiento. Lamento haberle perdido el rastro durante tanto tiempo, pero parecía estar dentro de una barrera que lo borró de la faz de la tierra. Lo hemos vuelto a encontrar, pero parece entrenado y mucho más seguro de si mismo que antes. No sería de extrañar que haya practicado con la [Longinus] [Boosted Gear] en este periodo.

-Un mes no es mucho tiempo -Desestimó Azazel.

-Si lograron entrenarlo sin que pudiéramos detectarlos, entonces no hay que descartar la habilidad de quien lo entreno -Refutó el espía.

Mientras, en un destructor oxidado frente a Barcelona, Mikel sintió una repentina ola de orgullo en lo que Graciela lo veía como un bicho raro por sus reacciones durante los últimos minutos.

-Eso es cierto...-Murmuró Azazel, analizando sus opciones-Probaremos su habilidad. Llama a Vali y sigue con tus labores de vigilancia. Repórtame cualquier cosa que veas.

-Si señor -El caído se retiró de la sala, yendo a buscar al mencionado híbrido humano-demonio, en lo que Azazel pensaba sus opciones.

-Puede que lo mate, pero hay un regimiento detrás. Dudo que Vali quiera matar a tanta gente. Solo le interesa pelear después de todo... De todas formas, dudo que haya semejante concentración de efectivos valiosos sin una guardia importante. Máxime si es el [Dragón Emperador Rojo]. ¿No es así...-Abrió un cajón en su escritorio, donde se veía un folder con un nombre de 5 letras escrito-...Ophis?

XXXXXXXXXX

Campamento. Esa tarde.

La llegada del Mayor General Maxwell, junto a la III División Estática del SUFOG, provocó una autentica reorganización del campamento y sus reglas, a la vez que dejaba en manifiesto la escasa preparación del personal japonés en materias de tiempos de guerra (algo que debieron reconocer a regañadientes los oficiales superiores del país del sol naciente). La mera economización de espacio en los almacenes y alojamiento de las tropas, así como el reordenamiento de los campos de ejercicios, lo dejó en claro desde el más alto oficial hasta el más pequeño soldado raso. Tanto Maxwell como su plana mayor eran veteranos del frente del Sudeste Asiático, por lo que estaban ya versados en enfrentamientos en diversidad de condiciones. Acompañándolos se encontraba el mayor Hooks, del Ejército Real Oceánico, quien estaba como observador militar de su país.

Parte de esa reorganización se vio cuando llamaron a todo el regimiento sobrenatural y le hicieron ordenarse por unidades. Al ver que en 5 minutos no había aún un orden general, Maxwell y sus ayudantes tomaron las listas con nombres y se mezclaron entre la soldadesca. En 15 minutos, los únicos que no estaban en las formaciones eran lo que estaban al otro lado del campo, y aun así eran pocos.

-Los japoneses se han vuelto pacíficos. Me pregunto que le pasó a aquella nación que frustró 4 desembarcos orientales en sus costas antes de caer -Comentaba el general norteamericano, observando el caos administrativo que había en el lugar-No es sorpresa que haya pedido tantos refuerzos. Esto no sería una fuerza de combate efectiva ni aunque les fuera la vida en ello.

El general Kuroishi, otrora uno de los pocos generales que había hecho de su unidad algo efectivo, se mantuvo en silencio ante las palabras despectivas de su contraparte. Pese a tener un rango inferior al propio (Kuroishi era un Teniente General) y comandar a todas las unidades que había en el lugar, el japonés vio su posición y prestigio desplazados por su subordinado en tiempo récord. Esperó, en silencio, que cuando llegaran los europeos le pasara algo similar al norteamericano, aunque sabía que era poco probable.

Lejos de los altos cargos, en el campo de entrenamiento lleno de hombres y mujeres cuyo promedio de edad no era superior a los 25 años, Issei se encontraba viendo a su escuadrón con una mezcla de alivio y temor. Alivio, porque varios de sus amigos estaban allí con él (Matsuda y Motohama fueron los primeros en llegar a su lado, seguidos por Murayama y Katase, con quienes Issei se reencontró animadamente). Temor, porque los otros tres miembros eran totales desconocidos para él. Creyó distinguirlos de alguna tarde por Kuoh, pero nada que le sirviera como una señal de identificación o confianza. Sin embargo, como le indicara Mikel tiempo atrás, solo debía atenerse a las órdenes y esperar lo mejor.

Issei, por otro lado, no podía dejar de sorprenderse ante la acumulación de gente. Pese a que sabía que solo era responsable de su propio grupo, que estaba formado en una fila hacia su derecha, delante y detrás de él había más filas de soldados. 5 en total, si contaba la suya. Y eso solo eran uno de los 5 pelotones que conformaban su compañía, comandada por Kiyome Abe. Y las ramificaciones seguían subiendo, hasta llegar al regimiento. Era algo complejo para el torpe Issei entender todo de inmediato, pero esperó que todo fuera bien. Le alegró de cierta manera reconocer a varios habitantes de Kuoh entre las filas, dándole un sentimiento de pertenencia que hizo su estancia allí más llevadera.

-Bien, escuchen todos -Le había llamado la atención el teniente a cargo de su grupo, cuyo nombre ya había olvidado, a los sargentos bajo su mando. Y, honestamente, no le preocupaba mucho recordar su nombre-Somos el primer pelotón de la primera compañía -Issei estaba seguro de no recordar eso-Y nuestra comandante es Kiyome Abe. Aunque debemos mantenernos bajo su mando, espero libertad de acción de parte de ustedes en el campo de batalla. Mañana o pasado atacaremos, los detalles les serán dados esta noche después de la comida. Eso es todo. Pueden dispersarse –Y con esas palabras, el teniente se desvaneció entre la soldadesca.

Issei decidió quedarse junto a sus amigos.

XXXXXXXXXX

Varios minutos habían pasado desde entonces. Era media tarde, el aletargamiento típico de después de la comida se hacía sentir en el aire sobre sus cabezas, y eran varios los que se habían retirado a sus tiendas para descansar. Muchos de ellos, sin embargo, se quedaban en el campo de entrenamiento o dispersos en grupos por allí, compartiendo con sus nuevos camaradas de sus recién encontradas unidades (para su crédito, Issei todavía no creía que pudiera haber habido tal nivel de desorganización en el campamento).

Los ejercicios o actividades de la tarde fueron canceladas debido a la nueva organización reinante, ya que los oficiales debían estar ocupados por ahí o par allá ordenando todo. Las tropas americanas se instalaron en su propio campamento, armado por ellos, vecino al de los japoneses, en lo que las tropas de la JSDF tenían sus cuarteles a cierta distancia. Aun no había señal de los magos alemanes.

Por supuesto, como para Issei nada puede ir bien, tenía que suceder un incidente que, al igual que a varios jóvenes allí, le hizo cuestionarse si no estaba viviendo una vida de protagonista de novela ligera.

Un círculo mágico plateado estaba flotando en el cielo. Aunque al principio nadie sabia su procedencia o función, no atrajo nada más que miradas ocasionales y curiosas, unos pocos magos tratando de comprobarlo, pero sin acercarse demasiado debido a la altura. Luego, con el movimiento de este y la aparición de un joven peli plateado, es cuando empezó a surgir el pánico que siempre se genera cuando la gente sabe que algo anda mal. Máxime, se debe decir, cuando aquel joven desplegó unas alas de apariencia cristalina celeste de su espalda.

El portador del [Divine Dividing] había llegado a escena.

XXXXXXXXXX

Vali escaneó el campamento. Le habían indicado que el portador de la [Boosted Gear] estaba allí, al igual que varios posibles enemigos. Sin embargo, debía de encontrarlo primero. Sin saber como (nunca se molestó en pensar como lo hallaría una vez llegara), lo único que se le ocurrió fue lanzar un ataque poderoso y esperar a que surgiera de entre la gente.

El caos comenzó de inmediato. Algunos magos intentaron oponérsele, algunos usuarios de [Sacred Gear] de frenarlo, pero ninguno pudo hacer gran cosa. Pese a que intentaba no matarlos (más que nada porque no le interesaba mayormente), siempre estaba la herida fatal aquí y allá, que estaba seguro menguaría sus filas en tiempo récord. Lo que sí diría que le sorprendió, fue la velocidad con al que se evacuó el lugar: nadie, salvo los que intentaron detenerlo, quedaba en el borde del campamento donde había aparecido. Apenas unos pocos minutos habían pasado y el lugar estaba desierto en su totalidad.

O eso pensó.

Solo sus reflejos y los escudos de magia demoniaca que levantó a tiempo le salvaron de morir como queso suizo. Sin terminar de comprender, a su alrededor se encontraban docenas de soldados, todos apuntando sus armas y algunos de ellos disparando hacia su figura. No eran como los anteriores, sino que estos demostraban saber lo que hacían. Y lo hacían bastante bien.

-"¿Cómo? ¿Cuándo?" -Se preguntó Vali, acomplejado. Analizando a sus oponentes (siempre con sus defensas activas), logró ver que todos llevaban la bandera norteamericana en el brazo- "¿El SUFOG? ¿Qué hacen aquí?"

Sin dejar que le atraparan, empezó a moverse entre las distintas posiciones. Atacando con patadas, puños y sus alas, a la vez que usando varias veces la función primaria de su [Sacred Gear], logro ir eliminando poco a poco la resistencia. El hecho de que le tomará más de veinte minutos acabar con un regimiento de humanos hablaba mucho de su capacidad, dentro de lo cual encontró que eran altamente coordinados pese a carecer del poder de fuego de un mago.

Por supuesto, Vali apenas sufrió daños en la lucha. Pero era de esperarse. Era el descendiente del Lucifer original después de todo. Por muy coordinados que estuvieran, poco podían hacer unos simples humanos.

El peli plata se quitó un poco de sangre de un rasgón de bala en su mejilla, observando el trabajo. La mayoría de ellos se había retirado o yacía herido en el suelo. Unos pocos estaban muertos, pero no en un número destacable. Fue entonces cuando se giró y se dio cuenta de que había muchos más humanos convergiendo sobre él, todos con la bandera americana en su brazo.

-"¿Cuántos de ellos hay aquí?" -Se preguntó el descendiente del Lucifer original. Ya se estaba cansando de todo eso. Disponiéndose a luchar (no es que se quejara mucho, para ser humanos podían dar buena pelea si se lo proponían), decidió utilizar un último recurso, para lo cual se elevó en el cielo y, usando magia para amplificar su voz, llamó a los soldados que venían por él.

-¡Atención! ¡Soldados humanos, aguarden unos segundos! ¡Vengo simplemente a ver al [Dragón Emperador Rojo], no a luchar contra ustedes! ¡Si me lo traen, cesaré la lucha!

Los soldados discutieron lo dicho por el demonio (rodeándolo en el proceso, aunque a Vali no le importó), antes de decidir que lo más razonable era hacerle caso. Tras varios minutos de espera (en los que Vali casi destroza el campamento de aburrimiento), un castaño de apariencia bastante normal se hallaba frente al híbrido. Este, por su parte, se veía... decepcionado.

-¿Así que tu eres mi rival? -Le preguntó al castaño. Este solo asintió, medio confundido. Los soldados a su alrededor se mantenían alertas, pero habían bajado sus armas.

-Eso creo. Soy Hyoudo Issei. ¿Tú eres...?

-Vali. Vali Lucifer-Vali no dejó de disfrutar la expresión de miedo que apareció en el rostro de Issei.

-Y... ¿por qué me quieres a mí? -Preguntó con voz temblorosa el castaño. Vali se preguntó internamente si era estúpido.

-Quería ver a mi rival predestinado. Eso era todo-Respondió simplemente.

-¿En serio quieres que luchemos? Digo, ya hay una guerra, no necesito rivalidades ancestrales ni anda de eso...

Vali no sabía ya en este punto si era ignorante o estúpido.

-Veo que no tienes deseos de luchar.

-No los tengo. Solo lo hago para salvar a mis padres, y aun así es algo complicado. La idea de quitarle la vida a otro ser vivo... es complicado, ¿sabes?

-¿Qué tiene? Pasa todo el tiempo. Es tan fácil matar a un ser vivo... Es tan fácil matar a alguien aquí, como tú por ejemplo... -Se preparó para ver la reacción del castaño, que apenas se había inmutado con el comentario-... como lo es matar a tus padres, es el calabozo de Grigori.

La expresión de terror y miedo puros que apareció en el rostro de Issei quedaría grabado en su memoria. Pero fue allí donde notó que el poder de este subía de golpe, y la rabia se asomaba por sus ojos.

-No te atrevas... a tocar a mis padres-Murmuró, apenas lo suficientemente alto como para que Vali lo escuchara.

-¿Y qué harás para impedirlo? ¿Matarme?

-Si debo vencerte para lograrlo... ¡que así sea! -Dicho eso, invocó la [Boosted Gear], abalanzándose sobre Vali.

Este solo le salió al encuentro, divertido.

XXXXXXXXXX

[Boost]

Issei estaba cegado por la rabia. Así lo pudo ver Le Fay desde detrás del perímetro hecho por los soldados de SUFOG. Atacaba directamente con puños y patadas, sin ninguna estrategia y sin orden aparente. Su oponente mantenía una sonrisa de superioridad mientras esquivaba golpe tras golpe, deteniendo o desviando unos cuantos para darle más rabia al castaño. Estaba dominando la pelea.

[Boost]

Sin embargo, a los pocos minutos pareció aburrirse, por lo que le dio un rodillazo a Issei en el estómago para luego, de un puñetazo, arrojarlo a un costado. Cuando intento levantarse, una nueva patada lo dejó en el suelo. Su oponente llevaba una mirada aburrida en el rostro, mas ninguno de los soldados pareció moverse para ayudarlo.

-¿No harán nada? ¡Lo va a matar! -Preguntó la maga a un oficial cercano.

-Las órdenes son de no intervenir. No tenemos forma de pararlo si decide atacarnos -Le explicaron de vuelta. Le Fay solo pudo ver, impotente, como Issei recibía una golpiza que no merecía.

-¡Vamos! ¿No ibas a salvar a tus padres? Todavía no entiendo como mataste a Raynare, si eres así de patético. Ya entiendo porque Azazel nos dijo que no esperáramos nada de ti. ¡Si apenas puedes levantarte! ¡O tal vez ni siquiera eso! ¡¿Y así querías llegar a Grigori?! ¡No llegarás ni al borde!

Por cada burla del peli plata, una nueva patada aterrizaba en el castaño. Varios soldados miraban impotentes, mas no hicieron nada. Las órdenes eran de no intervenir, y las seguirían como soldados que eran.

Issei gritó y se levantó, volviendo a la ofensiva. Intentó aterrizar varios golpes en Vali, quien solo esquivaba sin problemas.

[Explosion]

Los movimientos de Issei empezaron a ser más rápidos, más potentes. Logró darle a Vali, sacándole una sonrisa que se borró al aterrizar este uno propio sobre el dañado castaño. Este solo se desplomó, recibiendo más golpes y burlas de su oponente. Los soldados seguían sin reaccionar.

Pero alguien se movió. Vali estaba tan concentrado en golpear a Issei, tratando de que reaccionara de alguna forma por el odio, que casi recibe la lluvia de balas directamente. Cubriéndose con sus alas, el peli plateado se alzó en el cielo a tiempo para que dos personas llegaran junto a Issei. Eran sus dos amigos: Matsuda y Motohama.

-¡Issei! ¡Levántate hombre! -Le gritó el calvo. Issei reaccionó ligeramente, apenas lo suficiente como para hacer notar que aun seguía consiente y sintiente. Parándose con la ayuda de sus amigos, enfocó su mirada sobre el demonio en el cielo.

-¡Aléjate! ¡Nosotras lo mantendremos aquí! -Llegó un grito femenino. Murayama y Katase llegaron y se colocaron frente a su líder de escuadrón y amigo, dispuestas a protegerlo

-N-no... pueden... ganar... -Murmuró Issei, viendo a sus amigos dispuestos a protegerlo.

-No, pero podemos conseguir tiempo. Quiero que te alejes. Y es una orden-Llegó la voz de Kiyome Abe, quien venía seguida de algunos de sus hombres. Todos ex alumnos de la Academia Kuoh-Te debemos mucho, Hyoudo, y es justo devolverte el favor.

-Yo iré también -Le Fay apareció de la nada, colocándose junto a la comandante de los alumnos de Kuoh-También le debo algo a Issei, y no puedo dejar que mueras aquí. Aun debes ayudarme a encontrar a mi hermano -Terminó con una sonrisa tímida.

Issei intentó detenerlos, pero apenas podía moverse. La paliza dada por el híbrido fue demasiado bien colocada, dejándolo en un estado lamentable. Sin poder detenerlos ni ayudarlos, solo pudo murmurar:

-Solo... no mueran...

-Tienes nuestra palabra -Le respondió Kiyome, en lo que Le Fay se subía a su escoba y los soldados de Kuoh se disponían a luchar, con todas las posibilidades en contra, para sorpresa y admiración de los americanos-Ahora vete. Vete, y vive para otro día.

Issei sintió un calor surgir en su interior. De verdad, le agradaba tener amigos y camaradas así. Con un asentimiento final, decidió que su papel en esa lucha se había acabado, y que se lo dejaría todo a sus amigos.

-¿Ya terminaron? -Llegó la voz del portador del [Divine Dividing] desde el cielo-Saben que lo digo porque, siendo honestos, ninguno de ustedes tiene una posibilidad real contra mí. No tienen la coordinación del SUFOG, ni el armamento de los caídos, ni la resistencia de los demonios ni la perfección de los ángeles. Son humanos normales. Niños que juegan a ser soldados. Ni siquiera con mil de ustedes podrían-

-¿Y si me uno yo? -Comentó una voz.

Todos giraron sobre sus talones para encontrar a una chica con el uniforme del SUFOG. Era una peliblanca que llevaba el uniforme de oficina del Regimiento "Japón," y que salvo eso no tenía ninguna peculiaridad, salvo, claro está, sus ojos heterocromáticos.

Issei la reconoció como Andrea.

-Después de todo, ha sido un tiempo desde la última vez que luchamos-Siguió hablando la peliblanca como si nada-Habrán sido, quizás, ¿3 o 4 años? -Durante todo su monólogo estuvo parada en el borde del perímetro americano, con los brazos cruzados bajo el pecho y con una mirada divertida.

-...

-¿Qué pasó? ¿Te comió la lengua el gato?

-¿Quién eres? -Preguntó el peli plata.

De fondo se escucharon varias palmadas en la cara. Si fueron a propósito o no, no se sabrá.

-¿No me recuerdas? Eso me duele-Fingió un dolor en el pecho a la altura del corazón. Luego de unos segundos se revisó a sí misma, dándose cuenta de algo-Aunque claro, la última vez no me veía así. ¿No recordarás a una joven delgada de cabello negro corto y ojos negro blanco?

-Tendrás que ser más específica si quieres que-

-¿Y que iba por el nombre de Laila?

Vali se calló, sus ojos abriéndose de par en par antes de que una sonrisa surcara su rostro, tronándose los dedos mientras miraba con ansiedad a la peliblanca.

-Tomaré eso como que recordaste-Comentó la chica, girando los ojos.

-Por supuesto. Fuiste una buena oponente, sin duda. Esperaba luchar contigo de nuevo... aunque dudo que tengas la suerte de esa vez.

-¿Por qué lo dices?

-No pienso subestimarte esta vez. Soy mucho más fuerte que hace 3 años.

-¿Hmm? Ya veo... entonces...

-El [Emperador Rojo] puede esperar. ¡Te acabaré aquí y ahora! -Y dicho esto, se lanzó contra la chica con tal fuerza que dejó una onda expansiva, cuya fuerza fue suficiente para empujar y levantar del suelo a varios de los presentes alrededor. Andrea simplemente desapareció, apareciendo al costado, provocando que el peli plata chocara con el suelo de tierra y creando un cráter en el proceso.

-¿Sabes? Fue una buena charla, pero creo que la batala tendrá que esperar para otro día-Comentó divertida la joven.

-¿Sí? ¿Por qué lo dices? -Preguntó Vali como quien no se cree la cosa.

-Porque... -Andrea señaló el cielo a su alrededor, donde varios miraron, pero no vieron nada-La caballería ya está aquí.

De un momento a otro, el cielo en toda la extensión del área donde se encontraban se llenó de círculos mágicos de transporte, de donde aparecieron en cuestión de segundos numerosos magos, llevando todos el mismo uniforme gris y todos llevando sus armas desenfundadas. Decir que llevaban una expresión amistosa sería la equivocación del siglo.

Los ojos de Vali se abrieron como platos.

-Diablos... -Murmuró irónicamente, antes de prepararse para salir de allí.

Sin embargo, sus oponentes fueron más rápidos. En un abrir y cerrar de ojos, Vali se encontró arrinconado por diez magos alemanes, quienes llevaban todos espadas cortas desenvainadas y en guardia. Detrás de ellos y en el aire, algunos magos apuntaban sin disimulo ni pudor sus pistolas sobre la figura del heredero de Lucifer.

-Vali Lucifer-Habló uno que Issei logró reconocer como Schmidt, el capitán mago que los había llevado hasta allí-En nombre de la III Compañía del I Batallón, IV Regimiento de Magos Alemanes, quedas bajo arresto. Entrégate ahora y ahórranos la pelea y las vidas.

-¿En serio me pides que me rinda? ¿A mí? -La pregunta de Vali sonaba llena de incredulidad.

-Tomaré eso como un no-A un gesto suyo, los que iban armados con espadas se lanzaron contra el demonio quien alzó el vuelo, comenzando de esta forma el combate aéreo.

Para muchos de los soldados japoneses, aquella fue una experiencia nueva. Los magos luchaban en formaciones coordinadas de 6 personas, turnándose el ataque y la defensa con oleadas de hechizos y barreras, mientras que Vali, notoriamente más poderoso, se defendía de la forma que pudiera de las oleadas de ataques.

-¡No tengo tiempo para eso! -Exclamó el peli plata.

[Divide] [Divide] [Divide] [Divide] [Divide] [Divide]

Con cada grito proveniente de la [Sacred Gear], uno de los magos perdía parte de su poder y se veía forzado a aterrizar, mientras que Vali ganaba poder y empezaba a contrarrestar mejor los ataques que le llegaban de los magos restantes. Viendo esto, los magos que quedaban en el aire tomaron distancia, tratando de reagruparse. Vali lo notó e intentó acercarse, nuevamente dejando una potente onda expansiva, pero no contaba conque el oficial a cargo de los magos se le colocara enfrente. Y definitivamente, no esperaba lo que vino después.

El oficial castaño murmuró unas palabras, demasiado rápido para que cualquiera que estuviera escuchando las procesara, y Vali, a mitad de su vuelo, se precipitó al suelo. Aunque más bien, para algunos de los presentes allí, fue más parecido a que alguien le hubiera puesto una pesa de cientos de toneladas encima de sorpresa, ya que literalmente cayó en la misma posición en la que estaba volando hacia meros momentos.

[Divide]

El poder característico del [Divine Dividing] entró en efecto, pero para su sorpresa, Vali no notó ningún cambio. No se redujo el poder que lo mantenía atado, y no ganó nada de energía. Poco a poco sintió miedo, miedo de ser no solo derrotado, sino que humillado sin mayor esfuerzo. Pocas veces se había sentido en su vida así, siendo la última vez cuando se enfrentó a aquella que se hacía llamar Laila hace 3 años...

¡NO! ¡No iba a ser humillado así otra vez! ¡Por su apellido y la sangre que corría por sus venas que no sería derrotado así otra vez!

-¡RRRRRAAAAAAAAGGGGGHHHHH!

Haciendo un esfuerzo que provocó que sus ojos se inyectaran de sangre y sus venas se marcaran en sus brazos y piernas, Vali logró escapar de la trampa en la que estaba. Decir que el mago enfrente suyo, con su espada corta en mano, no se alteró, sería una mentira. Aunque también lo sería decir que saltó de la impresión.

-Odio admitirlo, pero ganaste esta vez-Dijo pesadamente el heredero Lucifer.

-¿Qué te hace pensar que te dejaremos escapar? -Preguntó el uniformado gris.

-Que ya lo hice-Un círculo mágico apareció a los pies del demonio, arrancando una maldición por parte del alemán-Te veré de nuevo en el futuro. Hasta entonces.

Y con esas palabras, desapareció.

XXXXXXXXXX

Cuartel General de Grigori. Instituto Grigori.

Azazel sabía que algo salió mal cuando Vali apareció en un círculo mágico sucio y maltratado. Después, simplemente se desplomó en el suelo.

-Eso... no era magia...-Alcanzó a murmurar antes de quedar tirado en el suelo. Azazel lo mandó al ala médica mientras lo seguía interrogando.

-¿A qué te refieres?

-Eso que hizo... si hubiera sido magia, hubiera podido dividir su poder a la mitad... pero no pude... eso era otra cosa...

-Hmm... entiendo... por ahora ve y descansa.

Azazel luego subió a su despacho, donde sintió que le necesitarían. Efectivamente, había dos cosas esperándole. Más concretamente, dos caídos de distintos servicios: comunicaciones y espionaje.

-Sean breves-Les ordenó a ambos, a lo que asintieron. El primero en hablar fue el encargado de comunicaciones.

-Los guardias Phenex, liderados por el demonio de clase alta Raiser Phenex, han lanzado un exitoso contraataque contra las posiciones humanas. Han utilizado a las guardias de la casa Phenex y Gremory, y lograron llegar al Río Caedes antes de tener que retroceder por la falta de efectivos. Sin embargo, planean atacar de nuevo con las legiones de ambas casas pronto, en un intento de hacer retroceder a los humanos hasta su portal.

-Entendido. Retírate-Haciendo una venia, el caído correspondiente se retiró. Azazel se dirigió al otro-¿Qué noticias traes?

-Me encargó vigilar a Ophis, esperando encontrar algo. Logré saber algo, pero casi pierdo la vida por eso.

-Continúa.

-Esto fue lo que paso...

Flashback

Mundo Humano, Ubicación Desconocida. Hace una hora.

Ya llevaba siguiendo a Ophis por un largo trecho. La diosa dragona del infinito no había hecho más que perder el tiempo, sin nada mejor que hacer que ver el paisaje que tuviera enfrente o hablar incoherencias sin sentido para el caído. Ya estaba por retirarse, cuando sintió otra presencia acercarse a la abrumadora que era la de la dragona. Sin embargo, esta era de alguna forma similar a la primera.

Un joven pelinegro de alrededor de 20 años vestido con una trenca se acercó a la diosa. Intercambiaron un quedo saludo, antes de iniciar la conversación.

-Ya hay algunos que sospechan, sin embargo, nada concreto aún.

-¿Y, los candidatos? -Preguntó la dragona.

-Los [Dragones Emperadores Rojo] y [Blanco] de esta generación son prometedores. También hay algunas gemas por ahí, principalmente humanos. Sin embargo, dudo que la mayoría sobreviva cuerdo sus primeras batallas.

-Yo, ya veo.

Ambos permanecieron en silencio unos segundos.

-Creo que los Maou sospechan de tu envolvimiento en esta guerra, pero dudo que le presten atención. Están más preocupados por la guerra contra los humanos y contra lo que queda de la [Brigada del Khaos]. Sin embargo, creo que Odín tiene una fuerte sospecha. Me sorprende que no haya usado aún ese ojo suyo-Comentó el pelinegro.

-Yo, ya veo-Fue la respuesta de la diosa.

-¿Sabes que nos observan, verdad?

-Tu, puedes encargarte.

-Como digas.

En ese momento, el pelinegro se giró sobre sus talones hasta mirarme directamente. Pocas veces había sentido tanto miedo en mi vida. Luego levantó una mano, apuntó en mi dirección y llamas se empezaron a formar en mi dirección. Solo atiné a extender mis alas y largarme lo antes posible de allí.

Flashback end.

-...tras eso, volé un trecho entre unas rocas cercanas antes de teletransportarme hasta aquí-Terminó su reporte el caído.

-Ya veo-Azazel observó que, pese a mantenerse firme, el informante temblaba-Tomate la tarde libre y vuelve mañana. Tendré otra misión lista para ti.

-Si señor. Gracias-Y dicho esto, el caído se retiró dejando a Azazel solo.

-Esto es más complicado de lo que debería. Necesito un trago-Murmuró para si mismo antes de pararse e ir a su bar privado. Mientras se servía un vaso de licor, abrió un círculo mágico de comunicación y dijo-Kokabiel, necesito que prepares una parte de tus tropas. Tendremos acción pronto.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top