Siete
Taehyung hizo presencia en el instituto con una emoción más grande que cualquier otra ballena, a tan solo las siete de la mañana llevaba una paleta en su boca. Se sentía demasiado feliz, nadie podía quitarle el sentimiento.
Por otra parte, Soyeon llegaba sin ánimos, como todos los días. Ya era normal que la chica tuviera una gran pereza por ir a clases. Algunos chicos la saludaban pero ella prefería ignorarlos, no le importaba recibirlos. Como cada día desde que había llegado, Taehyung la miro con emoción, con ilusión de algún día conversar por un buen tiempo con ella.
— ¡Soyeon! — Saludó alegremente, agitando su mano derecha. La chica lo miró con seriedad por algunos segundos, no pensaba detenerse hasta que vio a Kim extendiéndole una paleta de sabor uva. Resopló y se acercó.
— ¿Que? — Se cruzó de brazos, a su lado se encontraba Jimin quien la miraba de mala manera y luego estaba Jungkook, pero a este parecía no importarle.
— Te obsequio una paletita, es de sabor uva — Volvió a extenderla, la chica la miro y realizó una pequeña mueca con sus labios. No era amante de aquel sabor en dulces, pero aún así la tomó de forma brusca y se dio la vuelta sin darle las gracias a Taehyung.
— Que chica tan pesada, te he dicho que no le hables más — Reprochó Jimin con evidente molestia y de brazos cruzados.
— Ella es muy bonita, Jimin. Se que no es mala.
— Si, si lo es. Y hasta que ella te lastime o algo parecido, será cuando entenderás.
Taehyung se encogió de hombros y siguió los pasos de sus mejores amigos que se habían adelantado un poco. Al mismo tiempo que Kim caminaba por los pasillos, todos los demás estudiantes lo saludaban. Era como la alegría del instituto que nunca podría faltar. Y sabían que el peli negro nunca estaría triste.
Soyeon cerró su casillero de golpe causando que dos chicas que se encontraban a su lado soltaran un brinco. Odiaba que Hoseok fuera tan celoso con ella, al principio no era así. Para nada pero las cosas cambiaron y con tan solo un saludo de algún hombre desconocido, le costaba una reprimenda horrible por parte de Jung. Justo en ese momento le llamó para decirle que todos los días iría por ella después de sus clases debido a que cierta persona le había contado que Taehyung estaba detrás de ella y demás. Soyeon debía descubrir de quien se trata.
Golpeó el casillero y se dio la vuelta bruscamente, sacó un cigarillo de su mochila junto al encendedor. Le daba igual que no estuviera permitido, lo necesitaba.
— Señorita Min — La voz de un profesor se hizo presente detrás de ella, colocó los ojos en blanco y siguió su camino, llevando el material tóxico a sus labios para darle una buena calada. El profesor soltó un suspiro cansado y por obediencia a su autoridad, la siguió. — Señorita Min, le he hablado.
— No estoy sorda — Respondió ella.
El profesor Kang debía pararla pronto y sancionarla o en vez de que sea así, el castigo le caerá a él por no haber hecho algo. Pero era muy complicado tratar con aquella chica, lo escuchaba a nadie y mucho menos cuando se encontraba furiosa. Todos los días llevaba mal humor pero esta vez de mezclaba con el enojo, la furia que sentía por dentro. Soyeon no había permitido que Hoseok la tratara de esa manera, hasta el punto de gritarle. De verdad que no, sin embargo, todo cambio. Y los roles cambiaron.
— El profesor Kang la ha llamado, señorita. ¿Porque no obedece? — Haneul, profesora que se encargaba de mantener todo el calma por los pasillos del instituto. Soyeon la miró, su rostro era serio pero por dentro, se burlaba de ella. Cejas mal maquilladas, labial corrido señal de que algo estaba haciendo con otra persona.
Soyeon dejó salir el humo grisáceo que inundó el rostro de la profesora Kang, lo cual cerró los ojos con evidente molestia. Mientras tanto Min soltaba una pequeña carcajada, lanzó el cigarillo al suelo y lo aplastó con el pie derecho con la decisión de perderse por los pasillos. Escuchó el grito de los dos profesores avisándole que debía quedarse por la tarde para recibir su castigo. Tal cosa que Soyeon ni de chiste hará.
Al pasar por el pasillo donde se encontraba su primer salón de clases, Taehyung estaba fuera de tal con un aura sorprendida por lo que la chica había hecho sin importarle las sanciones. Él nunca había tenido una y no quería tenerla porque su madre se molestaría. Soyeon lo miro con desprecio y se adentró al salón de clases empujándolo hacía un lado para que le dejara el camino libre. Lanzó la mochila al mesa banco de madera pero esta cayó al suelo, importándole poco lo qué pasó, se desplomó en el asiento. Su mirada estaba perdida, movía incontroladamente su pierna derecha como si tuviera ansiedad y sus dedos golpeaban la paleta de la mesa. Estaba que echaba chispas por todos lados, ahora mismo deseaba irse del asqueroso instituto y perderse por las calles por un buen momento.
— ¿Estará bien? — Preguntó Taehyung entrando al salón, llevaba diversas pegatinas en su rostro sobre animalitos, caritas felices, corazones y demás cosas tiernas que le gustaban llevar con él. Jimin se encogió de hombros restándole importancia el bienestar de Soyeon.
— ¡Lárgate! ¡No me interesa salir contigo! — Exclamó la chica de manera fuerte hacía otro chico que se le había acercado. Kim realizó una pequeña mueca con sus delgados labios y prefirió no acercarse.
— Deberías calmarte, ¿no crees? — Susurró otro chico, Soyeon soltó una carcajada y se dio la vuelta para encontrarse con Namjoon. ¿Como olvidar aquel chico? Siempre le seguía en sus travesuras junto a su hermano, todo el tiempo juntos. Hasta que le dieron una buena lección por robar una casa.
— Ni siquiera me había dado cuenta que llegaste, ¿porque no entraste al instituto donde acude Yoongi? — Nam frunció sus labios y negó con la cabeza, las cosas no iban muy bien desde que tuvo una gran pelea con Min, eran mejores amigos desde muy chicos pero así eran las cosas.
— Tuvimos una gran pelea cuando me agarro la policía, el muy... — Soltó un suspiro y pasó su lengua por sus labios repetidas veces, inconscientemente la mirada de aquel chico alto fue a parar a Taehyung quien lo miraba con los ojos entre cerrados. — ¿Por que me mira tanto?
Soyeon volteó su cabeza hacia la dirección que apuntaba Namjoon.
— No lo sé, es raro. No le prestes atención. Por culpa de él, Hoseok me armó una escena de celos y desde entonces me dijo que me acompañaría a todos los lugares y vendría por mí. ¿Sabes lo desesperante que es eso? — Colocó los ojos en blanco, fastidiada de la situación. Namjoon sonrió de forma burlona.
— La mismísima Min Soyeon siendo manipulada por un hombre. ¿Quien lo diría? Recuerdo que eras la que mandaba en las relaciones y bueno, tú sabes.
— Jung es un dolor de cabeza cuando se lo propone, al principio trate de que me obedeciera y demás. Pero termino siendo al revés.
— Recuerda lo que te dije cuando comenzaste a ser novia de ese tipo. Es un hombre de veintiséis años, mayor que tú y que sabes que no está metido en cosas muy buenas, Soyeon.
— Yo y mi hermano tampoco somos buenos, te lo recuerdo. Vivimos en un lugar miserable por culpa de nuestros padres, ¡Yoongi vende sustancias tóxicas, de todo tipo! ¿Y yo? Hago lo mismo, no podemos salir de ese mundo, Namjoon. Hoseok de igual manera, se que es un jefe pero... — Kim la interrumpió.
— Pero podría hacerte algo muy malo. Se que te encanta que todos te respeten Soyeon, te gusta mandar, todo esto porque Hoseok te hizo sentir así desde un principio. ¿Acaso no entiendes que hablamos de negocios y palabras mayores? No es solo vender esas sustancias, es un jefe. Uno el cual tiene muchas personas a su disposición para acabar con cualquier persona que él diga, tiene miles de enemigos. Y ¿que si algún día se van contra él? ¿Quienes van a pagar eso? Si, tú y él.
Aquella discusión era por medio de susurros, nadie debía salir a la luz o las cosas de verdad estarían muy mal. Soyeon miró a Namjoon fijamente, pensando las cosas. Recordando lo bien que se sentía el llegar a lado de Hoseok donde la presentaba como el amor de su vida, ¿porque le gustaba esa vida? ¿Porque se sentía bien? Sabía que estaba mal. Jung no era para nada bueno.
— Se que no he hecho las cosas bien.
— No, no las hecho bien. Desde que tienes dieciséis años has comenzando en esta vida y parece que a Yoongi no le interesa tu vida.
— A nadie le interesa lo que me suceda, ni siquiera a mí. ¿Que puedo hacer Namjoon? ¡Nada! No puedo salir de este mundo ni saldré, lo siento pero no es una opción.
Kim asintió entendiendo que era cierto, después de todo. Miro a Soyeon, le tenia un poco de lástima, solo un poco. La chica sabía lo que hacía, y le encantaba ser el centro de atención así como también disfrutaba de lujos. Todo esto por Hoseok, él es el causante de que Min se interesara por las cosas materiales y la atención.
— Ella es tan bonita — Taehyung soltó un suspiro, mirándola como si fuera lo más bonito que había en todo el mundo. Le gustaba que fuera diferente a las demás chicas, a pesar de que siempre vestía con ropa negra y pegada a su cuerpo, le hacía resaltar su piel blanquecina y su cabello. Que ahora lo mantenía en color rojizo, le gustaba. No, le encantaba.
El chico tierno se hacía ilusiones, al llegar a casa, se acostaba mirando su techo e imaginando historias con Soyeon. Tan bonito, tan magnífico. ¿Lo malo? Ella no era para nada buena, era mejor que se alejara.
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