003

  Movimiento me revolvía en mi sueño. Sentía las vibraciones de un motor débilmente rugiendo debajo de mí. Abrí mis ojos rápidamente. Tendía a despertarme abruptamente, cuestionando mi paradero y mi entorno antes de empezar a recordar. 

Mi cuello se estiró hacia atrás, tumbado perezosamente contra los asientos de cuero de un coche. Me dolía por la posición extraña, pero no me importó mucho cuando levanté mi cabeza del asiento. 

Fuera a mi derecha era todo un pozo de oscuridad. En frente de mí estaban las luces brillantes conocidas como faros que nos guiaban a través de la noche. Mi cabeza se volvió cuando me froté los ojos por el sueño,echándole tranquilamente una mirada a la silueta de Harry. 

Su postura era recta, perfectamente situado y su posición la misma desde que me quedé dormida; una mano en la palanca, una enorme mano envuelta alrededor del volante. Por la mirada alerta en la cara apenas parecía cansado. Me parece que hemos estado conduciendo durante horas hoy. No lo entiendo. Tiene que haber alguna explicación robótica para él. 

En vez de preguntarle la hora que era --siendo más consciente ahora deque él no me iba a contestar-- miré la hora cerca de la radio del coche,resoplando cuando vi que eran las tres de la mañana. 

¿Se habría dado cuenta de que estaba despierta? 

¿Le importaba? 

Probablemente no. Habiendo despertado, me froté los ojos otra vez,bostezando en voz baja antes de mirar adelante en la carretera. Tengo curiosidad por su voz, la manera en la que sus labios se mueven cuando habla. Nadie sería capaz de sentarse ahí por horas en una coche con la silenciosa compañía de un extraño como Harry. Uno que habla con sus acciones más que sus palabras. 

Suspiré, poniendo mis manos en mi regazo. Mi lengua rozó mis labios,humedeciendo la piel ligeramente seca. Quería comer algo, pero estaba preocupada por preguntar. Además, eran las tres de la mañana. Comer tendría que esperar. Comí antes de irme, pero desafortunadamente me gusta comer mucho. 

Mis labios apretados en una línea firme, intentando evitar hacer incluso la más pequeña de las conversaciones. Sabía que la pistola que tenía cargada estaba probablemente guardada desde que me dormí y dejé de irritarlo frecuentemente. A pesar de que mi boca iba en contra de mi propio control,quería decir algunas cosas, pincharle hasta que me hablase. 

"¿No vamos a parar en un motel o algo?" Acabé preguntando, girando mi cabeza para mirarle. La luz de los faros se reflejaba ligeramente en nuestro coche, iluminando el área pequeña un poco. Todavía podía ver cada centímetro de su piel sin defectos. 

Harry no respondió –lo normal. Su única reacción fue dejar su cabeza recta. 

Más que preparada para gritarle, inhalé profundamente. Me estaba volviendo loca sin decir ni una palabra. Enfadada me mordí el labio, casi saboreando el metálico sabor de la sangre pero dejé de hacerlo. Buscando en mis bolsillos, saqué mi cacao de labios. 

Estos días se me han estado secando mucho los labios y es molesto. No sé cómo la gente puede soportar el cacao de labios. 

El olor frutal me hizo tener náuseas. Era un olor dulce, y tenía el estómago vacío. De alguna manera el olor convirtió el hambre que tenía, en dolor de estómago. 

"¿Vamos a parar alguna vez para comer algo?" Una vez más, soy la que está preguntando cosas. 

"Tengo mucha hambre. Y siento molestarte, pero sé que son las tres de la mañana y estoy--"  

"No me hagas dispararte." 

Mi boca se secó. No importa que tipo de cacao me ponga, se secó completamente y estoy segura de que mi estupefacción se notaba considerablemente junto con mi mandíbula caída. Su voz era tan...profunda,ronca, lisa como la mantequilla, pero rasposa como una superficie rugosa y todo a la vez. Su acento era grueso, británico, y obsesivo. Hizo que el corazón se me cayera al estómago, mis ojos se abrieron con horror, mayoritariamente estaba consumida por el shock. 

Su voz hizo realidad la amenaza, reemplazada por una reacción perpleja, y me quitó las palabras de la boca, tal y como su amenaza pretendía. No me hagas dispararte. Las primeras palabras que Harry me dirigió fueron en forma de amenaza; para nada sorprendente. Ahora sabía a ciencia cierta que no le gustaba. Sus acciones eran suficiente, pero esto me aseguró que él definitivamente no me encuentra con encanto. 

Quería discutir con él, así seguía hablando. Por lo menos satisfaría mi hambre de conversación. Soy una mujer. Por supuesto que quiero hablar. Él es sólo un hombre tratando de llevarme a casa y quitarme de encima. Soy un poco molesta, y debo admitir eso, pero de verdad que no quiero que esté callado todo el viaje. Como fuese, sabía que esas serían las únicas palabras que escucharía de él. Nada más salvo lo usual. 

Silencio. 

Me dormí por otras dos horas tal vez hasta que el sol empezó a salir. La sensibilidad de los ojos recién abiertos de horas de descanso causó una picazón el segundo en el que abrí los ojos. Entrecerré los ojos, parpadeando para librarme de la picadura repentina. Mi visión se aclaró mientras miraba por la ventana, dándome cuenta de que estábamos en una gasolinera en el medio de la nada. La puerta del conductor estaba cerrada, Harry desaparecido. 

Mis labios se curvaron en una mueca agria. Tenía un molesto sabor en la boca mientras miraba todo el perímetro. La gasolinera era pequeña, vieja de hecho. Si hubiéramos pasado de largo hubiera pensado que no estaba siquiera abierta al público. Cuando me giré a la izquierda, encontré a Harry llenando el depósito. 

Tenía sombras negras, cubriendo la parte baja de sus ojos verdes. Sus corazonados, rellenitos, y rosas labios estaban en la línea recta de enfadado que solían tener. El piercing de su labio era aún visible desde mi posición, el de su ceja siguiendo la forma de su rostro. 

Eché un vistazo a la tienda de concesión, inmediatamente me entró hambre de pensar en todos los bocadillos que debían de haber allí. Él no puede realmente hacerme de ir en este viaje hambrienta. O tal vez puede. 

Decidida y muy hambrienta, me escapé de los límites del coche. El aire era espeso y caliente, mis franela habiendo sido abandonada hace unas horas.Todo lo que quedaba era una blanca, camiseta un poco floja con mangas dela anchura de dos dedos. Caminé hacia el hombre alto, tranquilo. 

Me detuve cuando estábamos cara a cara, su cuerpo de un lado del coche llenando el depósito del coche y el mío por el otro. "¿Harry?" 

Una vez más, desvió su atención a la bomba que estaba usando. Su rostro estaba inclinado hacia abajo, así que sabía que no me estaba mirando.Este tipo de ambiente que irradia de él me hace irritar, pero no tengo más remedio que tolerarlo. Todavía podía recordar las pocas palabras que pronunció, y la forma en que su voz silenció cada pensamiento que había rebotando en mi cráneo.  

"¿Me puedes dar algo de dinero? Ya sabes, para conseguir algo de comer.Tengo mucha hambre y --" 

Su mano grande se estrelló contra la parte superior del coche, haciendo que mis ojos se agranden y un jadeo salga por mi garganta. Mis labios se abrieron mientras le miraba, ya que ya se estaba dando la vuelta. Luego miré en la parte superior del coche, al ver un billete de diez dólares puesto allí. Un silencio se puso sobre nosotros, mis labios fruncidos mientras tomaba el billete del techo y maldiciendo en voz baja me dirigí a la tienda de concesión. 

Inmediatamente, mis ojos recorrieron lo largo de los congeladores en la parte trasera de la tienda. Comía todo lo que quería y todavía tenía un tipo de metabolismo rápido. No todos los días me daba un festín de comida basura,pero estoy realmente de humor para eso ahora. 

Un anciano con un abrigo sin mangas gris y una camiseta blanca se sentó en el mostrador, hojeando una revista. Oyó la campana que parecía llenar el aire con una melodía. El anciano levantó la vista y me mandó una sonrisa. Sólo le devolví el gesto amable, sabiendo que debería conseguir mis cosas e irme antes de que Harry irrumpiera aquí diciéndome que me diese prisa. 

Los congeladores estaban llenos de cosas tentadoras, pero sólo cogí una lata de Coca Cola y supuse que Harry podría querer una también. Luego me fui a agarrar una bolsa de patatas fritas, pero fui bruscamente interrumpida el sonido de algo, ¿tal vez un trueno? 

Concentré mis oídos más, suspirando y preguntándome cómo podría estar fuera soleado cuando escuché el sonido de un trueno, mucho más cerca que antes, pero no tronaba. La bolsa de patatas fritas se arrugó por el puño que hice con mi mano derecha ya que sentí mi corazón deteniéndose. Harry estaba por ahí fuera, alguien tenía un arma, y yo estaba sola sin su protección como le prometió a mi padre. Aún así, tiré todo lo de mis manos, mirando al anciano en el cajero ahora totalmente en estado de alerta. 

"Señorita, ¡por favor agáchese!" Él me gritó con preocupación, las arrugas de su rostro le hicieron sabio y maduro. Me pareció que su preocupación por mí era amable y valiente, que me hizo escuchar ya que me agaché detrás del soporte de las patatas. Mi corazón se presentó en mi garganta del miedo repentino, especialmente sin Harry aquí para protegerme. 

¿Qué si ya le dispararon? ¿Está esta gente aquí por mi o solo para robar una pequeña tienda de una gasolinera? 

Mi boca se secó, mi corazón acelerado por el bombeo de sangre. Me agarré más fuerte a las barras metálicas de la estantería que contenían los alimentos enlatados. Escondí mi cuerpo detrás de ella, con la esperanza deque en un rato Harry estaría aquí, llevándome lejos de esta escena. Cerré los ojos con fuerza, consciente de que debería estar viendo lo que me rodea, pero no podía soportar ver a los hombres andando para llevarme lejos,posiblemente. 

Hubo un repentino silencio, hasta que se escuchó otra arma de fuego. Las múltiples balas volando por el aire, acaparando amenazadoramente las ondas de sonido alrededor de nuestro perímetro. La pistola tenía que ser una máquina; la velocidad del sonido vacilaba en mis oídos como recuerdos. Vi el miedo en el rostro del anciano como una figura, en cuclillas y con bastante rapidez, cerré la puerta. Las balas se dispararon a través de las ventanas de cristal de la tienda, y este anciano estaba agachado debajo de su mostrador. 

Las aldabas y alimentos estaban siendo penetrados, pero la piel todavía no. Un grito que hiela la sangre atravesó mi pecho, ya que me destrozó los músculos de la garganta. Agarré la barras de metal con más fuerza, respirando pesadamente mientras las manos de alguien agarraron mi cuerpo agachado por las caderas. Un jadeo alto se escapó de mi cuando me presionaron contra un duro pecho, inhalando profundamente.  

El cuerpo de Harry se volvió, protegiéndome lejos del horrible escenario.A la falta de palabras, sólo hice lo que pensé que quería que hiciese. Enterré mi cara en su pecho, usando su cuerpo como escudo humano para la protección. A una distancia de nuestros cuerpos considerable, uno pensaría que era íntimo. Sí, lo era, pero no la intimidad que uno señalaría inmediatamente. 

Las balas no paraban. Los sonidos eran penetrantes a través de mi pecho cada vez que lo oí, haciéndome temblar contra Harry. Su mano se apretó fuertemente contra mi espalda, el otro brazo en su objetivo de la entrada dela tienda de concesión. Tenía la pistola negra de su coche en la mano. 

"¿Qué está pasando?" Le pregunté sin aliento sobre las balas. 

Harry inmediatamente negó con la cabeza. "No hables. Escucha," ordenó severamente. Le miré para no ver ningún miedo, ninguna emoción, sólo un ceño enfadado asumiendo el control su rostro. La ira era su emoción constante, incluso en el momento de más temor. En el tiempo en que la muerte podría estar entre nosotros, Harry se mantuvo en calma y centrado.Un rasgo dado sólo al mejor de nosotros. 

"Esos hombres son de Black Pool Confederacy. Te están buscando. Me matarán, y a cualquiera en su camino. Así que si quieres estar segura, no te atrevas a dejar mis brazos. ¿Entendido?" Rápidamente me ladró, pálidos ojos verdes viendo la puerta. 

Asentí con la cabeza, deseando nada más que salir de esto lo más rápido posible. Hasta hace pocos minutos pensé que Harry era irritante y sólo influyó en una mala vibra para corromper nuestra atmósfera, mientras estábamos en la carretera. Sin embargo, cuando el paisaje cambia a tal cosa entre nosotros ahora, me veo obligada a sentirme segura en sus brazos. No me siento cómoda, pero sí segura como él estaba destinado a hacerme sentir. 

El segundo en el que la campana sonó, el arma de Harry bajó. Apreté la mandíbula, muy parecido a lo que Harry estaba haciendo con la suya, y enterré mi cara tan fuerte en él que sabía que sentía la respiración y cada centímetro de mi nariz. No veía nada, estaba demasiado ocupada con mi cara enterrada en su pecho. 

De nuevo, un silencio se interpuso entre nosotros. Miré a la puerta, no era capaz de ver mucho salvo un cuerpo vestido de negro, una máscara de ski sobre su cara, y una metralleta tirada en el suelo del impacto de la caída.Sangre fluía de la cabeza, el líquido pareciendo casi rojo oscuro cerca de su cabeza. La bala inmediatamente robó su último aliento, y en un instante ya estaba muerto. 

Harry quitó sus manos de la estantería del pasillo y las puso de vuelta alrededor de mi cuerpo. Le eché un vistazo al hombre mayor que estaba de pie ahora, delatándose estúpidamente y mirando al cuerpo muerto con horror. Quería decirle que se escondiera, que estaba seguro donde estaba escondido, pero era tarde y un grupo de tres hombres entraron por la puerta,vistiendo chalecos negros antibalas y mascaras de ski negras para no revelar su identidad. 

"¡Si queréis el dinero, podéis cogerlo! No hay nada más en esta tienda, de todas formas." El hombre mayor rápidamente, y nerviosamente, le tartamudeo a los criminales. 

Un hombre giró su cabeza para mirarle. "No queremos tu dinero." La voz era profunda y grave, disimulada un poco por la máscara. Levantó su brazo,apuntando con la pistola al hombre mayor. Las balas salieron disparadas muy rápido, mis latidos se detuvieron por un largo disparo. 

Me encogí contra el cuerpo caliente de Harry. Visiones del dulce, pobre hombre cayendo al suelo me hicieron querer gritar en alto por él, pero me quede en silencio para no delatarnos. Mis manos agarraron su camiseta en puños, aterrada de la compañía que nos ha venido encima. Si pudiera utilizar mi inteligencia para salvarnos, lo haría. Pero tener cabeza para estudiar tiene unos límites. 

Otra voz se elevó de los hoyos del infierno para burlarse de mi miedo y la tensión mayor. "Aw, Harry, ¡sé que estás protegiéndola! Sólo queremos pedir prestada a la chica", se burló, riendo entre dientes justo después. Esta voz era más aguda que la anterior, más juguetona, pero en las formas más oscuras que lo juguetón puede ser. 

Harry gruñó entre dientes, apretándome contra su cuerpo. La piel que quedaba al aire de su camisa que estaba recogida, tocó mi propia piel que quedó revelada cuando mi camiseta se levantó por el roce de nuestras ropas.Su piel era cálida contra la mía era todo lo que notaba antes de que él suavemente, ladeó lentamente su arma detrás de mi espalda. 

Una voz más enfadada estalló, casi sonando como un perro ladrando furiosamente enfermo."¡Sabemos que estás aquí! A menos que quieras hacer esto de la manera difícil, entrega a la chica!" 

"¡Prometemos que no vamos a tocarla! Al menos no por ahora",la mismavoz burlona se rió. 

Abrí aún más los ojos mientras los pasos se acercaban a nuestra dirección. Mi respiración aumentó, Harry pasando de pacífico a cabreado. Me preparé para ser capturada cuando Harry usó su pierna para tirar un recipiente de vidrio oculto con algunos alimentos. Esto provocó que un pasillo más se cayera, y para nuestro placer los hombres iban en esa dirección. 

Mientras se abrían camino por el pasillo, Harry literalmente cogió mi cuerpo desde el suelo. Con un brazo alrededor de mi cintura, echó a correr hacia la puerta. Mis labios se abrieron en estado de shock por los acontecimientos. Me puso abajo en el hormigón exterior, de nuevo en el aire espeso, caliente con casi instantánea transpiración superficial contra mi piel. 

Eché un vistazo al cuerpo en movimiento rápido de Harry. "¡Métete en el coche, ahora mismo!" Gritó, sus sombras ya no estaban en su cara, por lo que sus ojos verdes estaban mirándome hasta que me metí en el coche. 

Una vez dentro, él no dudó en ejercer presión contra el pedal del acelerador. Me quedé sin aliento con la velocidad repentina. Mis dedos temblando alcanzaron el cinturón de seguridad, buscando a tientas con la mano hasta que oí un chasquido cuando encajó en su lugar. 

Mientras conducía,con sus dos manos agarrando con fuerza el volante ahora, me quedé mirándolo con los ojos muy abiertos. Esperé a sólo cinco segundos para pedir una explicación, sabiendo que no iba a conseguirla. Si él hablaba o no, podía sentir que él entendía completamente lo que estaba pasando. Algo que mi padre había dejado claro por completo. 

"¿Qué está pasando, Harry? ¿Por qué me quieren los hombres?" Le pregunté rápidamente, mi lengua casi tropezando sobre sí misma con la velocidad y el pánico de mis palabras. Harry permaneció en silencio, cosa que me estaba irritando rápidamente. 

"Harry, por qué --"  

"¡¿Te callaras alguna vez!?" Gruñó. 

Aturdida por su volumen y su tono,sentí como si me sobrecogiera en mi asiento. No había una palabra que podría escapar de mi boca cuando volvió la cabeza para mirarme. Su piercing, ojos verdes pálidos me dieron ganas de ponerme cinta encima de mi propia boca.  

Para mi sorpresa, continuó. "¡Cierra la puta boca, Catalina! Mi trabajo es protegerte, no hacer una puta conversación, ¿¡Entiendes eso!? ¡No quiero conocerte, y me importa una mierda cuál sea tu color preferido! ¡Cuanto menos sepas ahora, mejor!" 

Una vena se hizo prominente en su cuello de la furia. Se pasó una mano por sus rizos gruesos con frustración, mostrando la más frecuente emoción que tiene hoy. Sus palabras golpearon algo dentro de mí, sin embargo. Estoy un poco entristecida y enfadada porque me tuviera que hablar de tal manera.Podía decirle fácilmente a mi padre lo gilipollas que era, y que él me maltrataba. Pero no soy tan estúpida. Estoy segura de que a mi padre no le importa siempre y cuando esté viva. 

Fruncí el ceño, sintiéndome ofendida y afectada por sus palabras."Un pobre viejo fue asesinado allí," me defendía un volumen normal. "Y creo que--" 

Harry me interrumpió una vez más, esta vez su voz se redujo aun volumen interior regular. Todavía estaba hablando con dureza.

"He visto a muchísima gente inocente morir, así que no cojas sobre ti la lástima por ese hombre viejo. No importa lo que le pase a alguien más. Estoy más preocupado de lo que le ocurre a tu bonita cara. Así que vamos a dejar a los demás fuera de ésto. ¿Entendido?" 

Abrí la boca para hablar, pero él ni siquiera me dejó airear una sílaba."Bien."   


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