007

        El ruido del metal agresivamente estallando contra el compacto suelo fue desagradable y volvió en el segundo en el que pensé que había pasado. Sentí mis uñas clavarse aún más profundamente que antes en la espalda de Harry, pero seguía sin hacerle daño. Al menos no lo suficiente como para que se girara y protestara.

        Respiraba pesadamente, incapaz de mantenerme serena ante la situación.

        El flash de una luz pasó sobre nuestras cabezas, ambos agachándonos simultáneamente como resultado. Nos escondimos detrás de la cuesta de la colina, paciente y ansiosamente esperando más señales de presencias que no venían.

        El sonido y la escena de por sí solas eran extrañas. Jadeé cuando oí una voz.

        "¿Estás seguro de que no explotaron con la granada?" Un tono áspero preguntó, pareciendo molesto e impaciente. 

        Alguien se rió, sonando engreído cuando abrió la boca. "Sí. Pero, estoy seguro de que ni siquiera están en el desierto. Conociendo a Mr. Gates y su forma de hacer las cosas, la chica probablemente estará ya volando hacia otro estado." 

        "De todas maneras, dime por qué necesitamos a esa puta." El de antes con el tono áspero inquirió. Fruncí el ceño por la palabra que usó para referirse a mí.

        Harry se tensó, pero no se movió. Sentí los músculos de su espalda flexionarse bajo mis palmas. Su piel estaba caliente, quitando el frío aire que corría. Me obligué a concentrarme en escuchar, al final sabría por qué me buscan. 

        "¡Ella es de valor, Francis!" El número dos soltó amargamente. "Jasper quiere a la chica y la conseguimos para él. Mientras sea una Gates y ella tenga lo que necesitamos, está bien."

        "Bueno es evidente que no están aquí. Tal vez ella incluso murió aquí."  

        "¡No se ha muerto aquí! Había un rastro de productos químicos de granadas y otros explosivos. Styles es bueno con los explosivos." 

        Una amarga risa entre dientes hizo eco en la noche. "No puedo esperar a arrancar esa cabeza llena de rizos de su cuello. He estado esperando mucho tiempo para volvérmelo a encontrar por la cicatriz que dejó en mi cara. Él y su jefe. Estarán muertos una vez que encuentre a la chica." 

        "¡Dímelo a mí! Gates es un tío inteligente dejando a su hija en manos de ese chico. El chico es inteligente, pero es un psicópata." 

        Oí un bufido. "Es experimentado, gilipollas."

        Sus pasos comenzaron a quedar opacos por un espeso silencio que dejaban tras ellos. Me congelé, mi boca ligeramente abierta mientras miraba fijamente la parte de atrás de la camisa de atrás, sumida en mis pensamientos. ¿Soy de valor? ¿De qué manera me convierto en algo de importancia para alguna mafia en busca de venganza en contra de mi padre? Esto tiene que ser solo un jodido juego para desquitarse. Y solo porque estoy relacionada con el jefe, ya me meten a mí también.

        Harry suspiró profundamente, girándose y sentándose en el suelo. Yo seguía en cuclillas, mirando la tela de sus pantalones pitillos negros.

        "No hagas preguntas. Sabes que no las voy a contestar." 

        "Creo que merezco saberlas," Comenté sin perder tiempo. "Me están buscando. Esto es sobre mí, también. Necesito saber por qué me quieren."  

        Sus ojos se estrecharon, mirándome con el ceño fruncido. "Sigo órdenes, Catalina. Tu padre dijo--" 

        "¡Ya sé lo que dijo!" El interno yo tenía el control de mi cuerpo, y mi boca corría por su cuenta. Estaba enfadada, pero más que nada ansiosa por entender de qué estoy huyendo.

        Harry debe haber encontrado eso inaceptable, y se levantó en toda su espléndida altura. Su amenazante, dominante altura. Tragué saliva, mirándolo mientras lentamente me levantaba. Su mandíbula apretada y sus grandes manos hechas un puño hicieron que me diese cuenta de que abrir la boca y hablarle en el tono que normalmente él usaba contra mi no era lo más inteligente que pudiese hacer.

        "No lo diré otra vez. Cuanto menos sepas, mejor. No importa si necesitas agua, comida o dormir. Vamos a andar hasta que nos recojan," espetó lentamente. Su fija y dura mirada me hizo asentir en mi subconsciente y aparté la vista de sus ardientes ojos.

        -

        Me estaba rindiendo. Caminaba más lento y más lento cada minuto que pasaba. Incluso considerando que había llorando por lo cansada y lo incómoda que estaba. Harry es muy difícil de tolerar. Muy cruel y frío con todo, especialmente las emociones. Me ponia en mis límites y no creía que pudiese caminar más. 

        Justo cuando iba a interceder por él, mi falta de atención me jodió. Terminé tropezando con un arbusto excavado de la tierra con las malas hierbas cortantes y secas agarrando mi tobillo, rascado y arañando mi piel. Grité cuando sentí que mi pie se doblaba en un ángulo extraño.

        Immediatamente, empecé a llorar a moco tendido. Una cosa es tener huesos doloridos por todo mi cuerpo, el estómago gruñendo, la garganta seca, y alguien tan frío y determinado a mi lado. Pero haberme torcido o roto un hueso está derribando cualquier destino que tengo en el que salgo con vida.

        El shock camufló el dolor durante unos dos segundos. La adrenalina ayudó a calmar mi dolor, pero sabía que sólo empeoraría desde aquí. Di un grito ahogado, sollozando en el suelo cuando Harry se agachó junto a mí. Para mi sorpresa, él me ayudó a sentarme y empezó a examinarme el tobillo. Frunció el ceño en concentración, dirigiendo su mirada ardiente a mi hinchazón rápidamente.

        Seguí llorando y sollozando, haciendo una mueca cuando me tocó con su dedo sin cuidado. Con lágrimas calientes sobre mis mejillas, le miré para declarar. "Harry, me duele."

        No dijo nada, llevándose el pulgar y el dedo índice a la boca, jugando con su piercing del labio mientras pensaba. "Tendré que llevarte, supongo. No hay nada más que pueda hacer."

        "Está bien", sollocé.

        "Se está hinchando bastante rápido. Veo el enrojecimiento propagándose. Debes tener un esguince o algo así." Aunque estoy bastante adolorida y en una incomodidad absoluta, Harry todavía sigue sin sonar simpático. Tengo la suerte de que se esté ofreciendo para llevarme, incluso. Creo que esto es sólo porque es crucialmente necesario.

        Harry llevó un brazo debajo de mis piernas, la otra envolviéndola alrededor de mi torso. Se puso de pie como si no pesara mucho. No hubo ni un gruñido por la fuerza que requería. No le costó mucho trabajo ponerme en sus brazos. Llevarme es otra cosa que hace sin esfuerzo.

        Durante la noche, empecé a conciliar el sueño. Odiaba admitirlo, pero Harry estaba caliente y el hombro era un lugar tentador para poner mi cabeza. Me apoyé en él sin importarme lo que fuese a decir, o si él me decía que parase. Estaba cansada, y estaba segura de que cuando me despertase, el dolor en el tobillo sería insoportable. 

        Continuó el camino sin que pareciese que se cansaba. Es imposible tener tanta resistencia. Una vez más, Harry me sorprendió. Él era un luchador contra las necesidades de su cuerpo. Su resistencia al dolor estaba en un nivel alto. Era una locura. Harry podría sobrevivir a cualquier cosa con su motivación mental.

        "¿Te estás quedando dormida?" Preguntó cuidadosamente, en su ronco, áspero tono.

        Asentí con la cabeza contra él, sin molestarme en contestarle. Suspiró y me ajustó en sus brazos por lo que mi cabeza estaba en un mejor ángulo en su hombro. Sonreí para mis adentros. Estaba siendo amable conmigo.

        Hablé muy pronto.

        "Deja esa mierda de sonreír. Esto es temporal."

        -

        Me desperté cuando Harry comenzó a gritarme. "¡Catalina!"

        Con un sobresalto, grité y me di cuenta que estaba en el suelo. Me senté, gritando: "¡¿Qué?! ¡¿Qué?!"

        "Relax", ordenó a la ligera. "Hay un coche viniendo del sur. Está a un minuto." Me explicó. Me puse de pie, cruzando los brazos sobre mi pecho y frunciendo el ceño ante lo que Harry estaba haciendo. Si venía desde el sur, tenía que ser alguien que ya estuviese en México.

        Harry cargó su arma e hizo clic para ponerla en su sitio. Mis ojos se abrieron mientras se la escondía detrás de la espalda. Los dos nos quedamos en el lado de la carretera y mientras estaba allí, se hizo evidente para mí lo que Harry estaba haciendo. Ansiosamente dejé que mi pierna cargara más de mi peso en sí mismo, el otro tobillo estaba debilitado dolorosamente palpitante, pero decidí ignorarlo.

        "Harry," le dije. "No mates al conductor, ¿de acuerdo? Sólo... noquéalo."

        Por primera vez hasta el momento, Harry jodidamente se rio. Él se rio. Era una risa amarga, aunque, no era ni de lejos genuina. Pero incluso tan cruel como sonaba, era un sonido hermoso. Él inclinó la cabeza hacia un lado, mirándome con esos ojos de color verde pálido. Se convirtieron en rendijas cuando él se rio entre dientes.

        "Eres demasiado buena, ¿no?" Se burló, poniendo los ojos en blanco y se volvió hacia el coche que rápidamente se acercaba.

        Antes de que tuviera la oportunidad de responder, mi boca se abrió y mis cejas se fruncieron, Harry dejó su mano alzada en el aire, haciéndole una señal al conductor para que se detuviera. Me sentí terrible por la persona detrás del volante. Me quedé mirando el suelo todo el tiempo cuando el coche se detuvo, un hombre amable que llevaba una camiseta y una gorra de béisbol a cuadros detuvo su camioneta.

        "Sí, mi novia y yo--" 

        Cuando dijo eso, me miré fijamente a los pies con la cara ardiendo, del bochorno hirviendo. Pensé que tuvo que ser el rubor. Hay chicas que tendrían la mejor cara de póquer practicada y dominada por ahora. Pero sólo porque me enseñaron a disparar un arma no significa que sea buena en ocultar mis emociones. Era más de hospitalidad que alguien como Harry.

        La idea mehizo estremecer.

        Oí la pistola dispararse en un instante. Me estremecí en estado de shock, cerrando los ojos mientras escuchaba la conmoción. Harry tiró el cuerpo hacia abajo de la colina en la tierra, haciéndolo todo en un tiempo récord. Sentí que iba al infierno.

        "Ya puedes abrir los ojos." Dijo.

        Él estaba dentro del coche, atado en el asiento del conductor. Lo miré por un segundo, la preocupación y la culpa reflejadas en mi cara. Harry gimió con molestia. "Deja de hacer eso. No me vengas con esa mirada. Entra en el maldito coche."

        "¡Lo mataste! ¡Él tuvo la amabilidad de pararse por nosotros! ¡Podrías haberlo  dejado inconsciente, no disparar al pobre hombre!"

        Harry se movió en su asiento, con la mano apoyada en la puerta. "Voy a salir de este camión y meterte a la fuerza. Entra. Dentro. Ahora."

        "¡No pienso hacerlo! ¡Asesino!" Grité 

        Grité cuando la puerta del lado de Harry se abrió y él dio sólo cinco pasos hasta que estuvo frente a mí. Harry gruñó y me empujó contra el metal de la camioneta. Me estremecí y cerré los ojos, sintiendo su cuerpo presionarse en contra del mío propio en un intento de asustarme aún más.

        Nuestra distancia íntima mató lo que quedaba de mi respiración y aumentó los latidos de mi corazón.

        "Entra en el coche. No me hagas decírtelo una tercera vez, Catalina", espetó furiosamente. Lo sentí agarrar mi barbilla, sin piedad a mi miedo. "Abre los ojos". El tono de su voz era como una contraseña para mi impulso. Mis ojos se abrieron de golpe e inspiré profundamente a la vista de sus bonitos, y más terroríficos ojos de color verde pálido. Ojos fríos, crueles, intimidantes.

        Él me presionó con sus ojos. Los dos nos separamos. Me rendí ante él, refunfuñando por debajo de mi respiración. Me até mi cinturón de seguridad, cruzando los brazos sobre el pecho y con el ceño fruncido durante el camino que hubo por delante.

        Harry comenzó a conducir en silencio, sin ninguna palabra más compartiéndose entre nosotros.

        la virgen santísima, harry, oficialmente eres un capullo. 

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