005

        La habitación no daba la misma sensación de que nos acechaban en sus esquinas. Esta vez estaba puramente llena de seguridad y, mi seguridad. Todavía no estoy muy acostumbrada a la actitud de Harry, pero admiro su valentía y su decisión de arriesgar su propia vida tratando de evitar la pérdida de la mía.

Debería haber tomado esto más serio. Pero no puedo dejar de estar intrigada por él. Harry es un personaje tan misterioso, y todo en sí mismo tiene características particulares que me hacen preguntarme ciertas cosas.

Aun así, tengo que enfocarme. Mi vida está en juego aquí, y si no me equivoco, también lo está la de Harry. Este no es momento para tratar de llegar a conocerse entre sí. Me siento estúpida por mis intentos de llegar a conocerlo. Ya es bastante malo que destacara que no le importa.

Harry escribió en su móvil. Durante la última media hora he estado sentada en la cama mientras él estaba sentado en los pies de ésta. De vez en cuando miraba por encima del hombro y trataba de echar un vistazo a los mensajes de texto. No tenía ni idea de cómo estaba recibiendo señal de este "motel para perros".

"Tu padre está en Italia a partir de ahora. He sido informado de que--"

Le interrumpí por una buena razón. Vi que su localización estaba activada, igual que su GPS. En la pantalla de su Galaxy S4, arriba del todo a la derecha también lo estaba el bluetooth. Mi mente estaba acelerada por toda clase de pensamientos.

"Harry, ¿por qué tu localización, GPS, y bluetooth están encendidos?" Le pregunté dejando de lado la curiosidad. Se quedó quieto, sin siquiera gritarme por haberle interrumpido. Me incliné sobre su hombro, prácticamente respirando en su cuello. Pero mientras ambos mirábamos el teléfono, estábamos muy perdidos en nuestros pensamientos como para hacer frente a cualquier cosa sobre espacio personal.

Respiró hondo, deslizando hacia abajo la pantalla de notificaciones y apagando las tres cosas. "Ya está. Eso fue inteligente por tu parte, Catalina. Podrían rastrearnos fácilmente por mi teléfono."

Una leve sonrisa se enmarcó en mis labios mientras poco a poco me alejé de él. El ligero olor a colonia de su ropa desapareció de mis sentidos. Apoyé con cuidado la espalda contra la cabecera y crucé las piernas una sobre la otra.

Harry puso su móvil en su bolsillo, levantándose de la cama. Ya nos habíamos comido los aperitivos de la máquina expendedora que habíamos conseguido antes cuando finalmente me confrontó. No pienso mucho en lo que dijo. Esperemos que pronto llegásemos a algún lugar seguro.

Lo vi pasearse lentamente. "Creo que deberíamos salir ahora".

Eran solo las cuatro; dos horas antes de la que dijo en la que nos iríamos. Un ceño fruncido comenzó a cruzar mis labios, mis cejas frunciéndose también. "¿No duermes?"

Otra vez, un silencio nos rodeaba hasta que él decidió que debería contestar. Sé que hago muchas preguntas que le deben molestar, pero no puedo evitar sentir curiosidad. Se puso de pie en frente de la cama, con los brazos cruzados sobre el pecho.

"No puedo dormir sabiendo que nos siguen. Mis ojos tienen que estar en ti y nuestro entorno cada segundo." Harry me informó, sus ojos fijos en los míos y no casualmente. Como siempre, su mandíbula estaba apretada firmemente.

Eso era bastante obvio, pero todavía no pensaba que fuera una buena idea para él obligarse a sí mismo a permanecer despierto. Él necesita atención y concentración. Sin sueño esas dos cosas van a faltar.

"Sigo pensando que deberías dormir, al menos hasta la hora en la que planeamos irnos." Mi opinión nunca le convencería o algo, y fue evidente cuando negó con la cabeza.

"Bebí algunos Redbulls de la máquina expendedora. Estoy bien, Catalina. ¿Has dormido lo suficiente?" Harry preguntó casi burlonamente. Entiendo que le saque de sus casillas con facilidad, pero eso no quiere decir que tenga que ser tan grosero.

Jadeando suavemente, me defendí. "En realidad, sí. Gracias por tu preocupación."

Apretó su mandíbula, aun mirándome fijamente cuando aparté mis ojos de él hacia las sábanas. "No lo hagas. Te ofendes fácilmente. Evidentemente sensible. Odio a la gente sensible."

"Bueno, tú no tienes sentimientos. Si te digo gilipollas, estarías definitivamente de acuerdo en vez de ofendido. ¿Y qué si soy sensible? ¿Por qué debería importarte? Estás aquí para protegerme, no para hablarme de que me ofendo fácilmente." Comenté acaloradamente.

Creía que era inteligente y que sin duda le tenía. Harry era cruelmente inteligente y observador. Todo lo que hacía, lo veía y posiblemente pensaba para él que me tenía calada. Y tal vez me tenga calada. Soy transparente y un poco horrible ocultando sentimientos.

Harry pasó la lengua por los dientes. "¿Huh? Es interesante cómo particularmente querías conocerme. ¿No estamos confundiendo personalidades?" Se estaba burlando de mí, haciéndome sentir estúpida.

Prácticamente gruñendo, me puse sobre mis rodillas en la cama. "No me gustas. Y evidentemente no te gusto mucho a ti tampoco. Pero actúas todo grosero conmigo, ¡¿y esperas que confíe en ti?!

"¡Baja la voz!" Ladró. Fui sorprendida por su volumen. Nuestros ojos estaban bloqueados, los míos suaves e inocentes, sintiéndome regañada, y los suyos demandantes y agresivos. Me miró antes de mirar hacia la alfombra. Suspiró. "No me gustas para nada. Estoy obligada a mantenerme alejado de ti emocionalmente. Órdenes de tu padre. Así que siéntate, mantén la boca cerrada y a dormir."

Le miré fijamente, apretando mi mandíbula y descansando en mi lado, apartada del hombre alto y exasperante con los rizos marrones avellana. Lo odio por ser tan grosero conmigo. Me hace sentir estúpida y odio la sensación de estupidez.

Cuando me desperté, Harry estaba dormido cerca de la esquina de la habitación, la espalda apoyada contra la pared. Al principio me quedé sin aliento, pensando que algo debe haber sido un error con él. Pero la realidad pronto me abrió los ojos, y sabía que él estaba realmente cansado y su cuerpo no podía más.

Burlándome, me obligué a levantarme de la cama y ponerme en mis pies. Caminé hasta el pequeño espejo con manchas tenues salpicadas contra él. Examiné mi cara. Vi que mi pelo rubio estaba todavía en su lugar, pero terriblemente lleno de nudos y descuidado. Pasé mis dedos a través de él, tomándome un tiempo antes de que terminara de quitar los nudos.

Sin embargo, cuando terminé, oí débiles sonidos de gritos. Y para nuestra desgracia, el sonido de una bala siendo disparada de un arma. Harry aún no se había despertado, ni siquiera con el eco de una pistola siendo disparada.

Inhalé bruscamente, corriendo hacia Harry y arrodillándome entre sus piernas estiradas hacia fuera. "¡Harry! ¡Harry, por favor!" Tenía las manos sobre sus hombros, más o menos sacudiéndolo hasta que sus ojos se abrieron.

Examinó la habitación. Mi preocupación, mi cara horrorizada y el tono de pánico de mi voz. "¿Qué?" Él se quejó.

"Están aquí. Oí gritos y disparos. Harry, están aquí", me entró el pánico.

Los ojos de Harry se abrieron, maldiciones volando de su boca. "¡Maldita sea! ¡Puta mierda!" Él se puso de pie y lo seguí. Me miró rápidamente antes de apresurarse para coger la pistola de la mesilla de noche. "Muy bien," respiró con calma, su mano grande, ligeramente áspera agarrando mi mano. "No llores, no te asustes, no te dejes distraer por el miedo. Sólo lo hará peor. Necesito que trabajes conmigo. Vamos a salir de aquí a salvo."

Lo miré a los ojos verdes pálidos, con el ceño fruncido por la preocupación. Mi voz estaba atrapada entre las emociones y mis nervios por dentro. No contesté, así que dijo: "Te di mi palabra. Ahora vámonos."

Rápido. Todo se movía muy rápido, pero no tenía otra opción más que unirme a la carrera entre el tiempo y la muerte. Harry todavía tenía posesión de mi mano, su piel contra la mía de alguna manera me recordaba que había alguien llevándome a través del peligro.

Harry abrió rápidamente la ventana. Saltó a la escalera de incendios en primer lugar, mi cuerpo siguiendo sus acciones. Ambos estábamos bajando por la escalera en apenas segundos, yendo por la parte trasera del motel.

Mis muslos ardían de tanto correr, el cansancio corriendo en mis huesos cansándome y me era difícil mantener el ritmo. Harry estaba delante de mí, y mi voz no hacía acto de presencia, porque ya estaba respirando demasiado fuerte.

Grité cuando tropecé con mis pies. La gravedad me obligó a que mordiera el polvo, mi tobillo derecho doliendo por la posición extraña en la que había caído. No había dolor drástico, sólo un fuerte pinchazo de un pellizco doloroso.

Mi mente dio un par de vueltas antes de que mirase hacia arriba y viera a Harry corriendo hacia mí. El tiempo se estaba desacelerando y la muerte estaba a la vuelta de la esquina. Bueno, al menos la muerte para el caso de Harry. Ser capturada no es la pieza más brillante de la situación tampoco, sin embargo. "Vamos. Levántate." Ordenó sin aliento. Si no fuera por su rápida respiración, tal vez estaría gritándome para que dejara de caerme. Me estoy poniendo nerviosa y asustando. Dos cosas que Harry me advirtió que no hiciera.

Sentí que agarraba mi muñeca y ya estaba de pie. El tobillo con el que me caí, afortunadamente, no estaba tan sensible como pensé que estaría. Una pequeña mueca de dolor salió de mi boca, pero aparte de eso estaba corriendo con toda la velocidad que podía por la parte trasera del motel hacia el coche.

Mis ojos se movieron hacia el hombre que se encontraba detrás del mostrador con sus numerosas cicatrices. Él no estaba allí esta vez. Mi boca se secó, distraída por el charco de sangre que estaba salpicado contra el hormigón. Di un grito ahogado y cerré mi boca inmediatamente después. Dos hombres ya muertos debido a nosotros.

Me senté dentro y cerré la puerta. Otra bala sonó, y mientras miraba a todas partes con miedo, el espejo retrovisor del coche recibió un disparo justo en el medio, rompiendo el cristal. Horrorizada, me volví a ver a Harry ya retrocediendo desde el aparcamiento.

Tenía el ceño fruncido por la concentración. Volví la cabeza y vi que los hombres - o perseguidores - todavía estaban vestidos con los mismos trajes, prueba de su identidad. Se estaban metiendo en un camión blanco. Era grande, y mucho más alto que el coche negro de Harry.

Con los ojos muy abiertos, me di la vuelta para ver que Harry no tenía sus manos en el volante.

Absolutamente impresionada, grité, "¡¿Qué estás haciendo?!"

Harry permaneció en silencio. Empujó su asiento más atrás, quitando los dos pies de los pedales del coche mientras miraba, temporalmente encaprichado lo que estaba haciendo.

Me miró rápidamente. "Conducción automática."

Mientras retomaba lo que estaba haciendo, me decidí a ser útil y observar para avisarle cuando el camión blanco nos alcanzara en la calle. Afortunadamente, a la distancia que estábamos, sería difícil para ellos alcanzarnos. Estábamos en un coche deportivo, y me aterraba lo rápido que íbamos sin la seguridad de los cinturones de seguridad.

"¿Están cerca, Catalina?" Él preguntó sin aliento, con las rodillas en el asiento del coche. Entrecerré los ojos, haciendo mi mejor esfuerzo para obligarme a mí misma a seguir mirando. Pero, estábamos tan lejos que no podía ver nada, ni siquiera un coche.

Negué con la cabeza. "¡No!" Grité por encima del viento mientras que Harry bajaba la ventanilla. "¡No puedo ver mucho, pero no veo a nadie!"

"Bien. ¡Eso nos dará algo de tiempo!" Él respondió de nuevo, sacando la cabeza por la ventana como un perro. Mi mandíbula cayó abierta cuando la mitad de su cuerpo estaba fuera de la ventana, sólo sus piernas todavía dentro del coche.

"¿Tiempo para qué?" Grité con horror.

Harry colocó un objeto plano que se pegó al capó del coche. La ventana le revolvía el pelo hacia atrás, permitiéndome ver sus acciones mucho más claras. Tragué con dureza, aliviándome solo cuando metió su cuerpo dentro del coche.

Miré el objeto plano que todavía estaba en el capó. "¿Qué has puesto en el capó del coche, Harry?"

Subió la ventana, sentado de nuevo en su asiento y agarrando el volante. "Una granada."

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top