002.

        Me incliné sobre mi maletero bajo la luz de luna, sacando mi equipaje que había traído conmigo como siempre me instruye para llevar equipaje conmigo en caso de emergencia mientras refunfuñé para mí por debajo de mi respiración. Estoy molesta, sí, pero más preocupada de que estoy dejando México atrás.

Era divertido, vivir en las colinas ricas y el clima caliente. La piscina con amigos todos los días, estudiar bajo las estrellas. He vivido en sitios asombrosos, pero nunca duran. Algunos de mis sitios favoritos eran lujosos, y otros eran tranquilos y pequeños. Pero mientras me sintiera segura, no había problema.

Mi equipaje se convirtió rápidamente pesado para mí, tropezando con ellos y cayendo sobre mi trasero al hormigón. "Ow," Murmuré ahora muy irritada, jadeando y poniéndome de pie una vez más. Había un dolor leve en mi culo ahora, así que comencé a frotar la zona con mis manos para calmar el dolor.

Cuando me di la vuelta, una figura oscura estaba de pie a tres metros de mí. Di un grito ahogado, abriendo mucho los ojos antes de dejar que mi enfoque se fijara en un Harry sonriendo. Hubo apenas una sonrisa, para empezar, pero me di cuenta por la curva en la esquina de la boca. Él me debía de haber estado observando todo el tiempo. No se ofreció a ayudar, ni siquiera preguntó si estaba bien. En silencio se quedó allí, mirando fijamente mi cara como el hombre espeluznante que es. Me quedé pensando por qué mi padre piensa que este tipo es como ayuda para él.

Amarga y todavía un poco aturdida, comenté, "¿A qué le estás sonriendo?"

Pensé que iba a hablar por fin después de un día entero de protección en silencio. Él había aparecido detrás de la puerta del baño mientras me duchaba, se sentó en el sofá jugando con una navaja mientras bebía té, y se quedó contra la pared detrás de mí como yo hacía aviones de papel. Él incluso me miraba estudiando mientras jugaba con su anillo del labio. O cada vez que me movía, se ponía a seguirme. Lo único que me permitía hacer era rodar mis ojos y esperar que estos tres días pasen rápidamente.

Gimiendo y rodando los ojos, cogí mis maletas y me dirigí hacia el camión negro con –como había previsto– él siguiéndome. Me di la vuelta, frunciendo el ceño y con molestia pura, también. Harry se detuvo en seco, mirándome con su mirada aburrida. Sí, me alegro de que está tratando de protegerme, pero no hay necesidad de protegerme de aviones de papel o té caliente. "Jesús, ¡¿puedes dejar de seguirme?!" Grité.

Él no reaccionó. Estaba casi sin emoción. Cada vez que le decía que se fuera, se quedaba en su lugar. Le diría que se dispersara, y solo va a sonreír maliciosamente. O cada vez que le maldecía, me miraba con la mandíbula apretada. Las únicas emociones que mostró fueron las negativas, y me estaba cansando de él. Él era muy sexy, sí, pero mostraba poca o ninguna emoción con un silencio insoportable y me volvía loca.

Harry se quedó con los brazos cruzados, mirando la parte trasera del camión. A continuación, dio unos pasos, la abrió, y agarró las maletas. Sin cuidado, los arrojó en el maletero y lo cerró con fuerza. Grité y di un paso atrás por el sonido, abrumada por la fuerza que usó para cerrarla. Otra cosa era que él es muy abrupto. Hacía cosas de la nada.

Por ejemplo, esta mañana cuando jugaba con su navaja de bolsillo y yo estaba tomando el té con un libro delante de mí, tiró la navaja en el aire. A medida que disparó, grité y aterrizó en las paredes alrededor de cinco centímetros cerca de mi cabeza. Juro que creo que está tratando de matarme en lugar de protegerme. El hecho de que él tenía buena puntería era tan caliente, también. Tengo una mezcla de emociones. No me gusta su personalidad, pero sus apariencias son tan deliciosas. Aquí es donde la frase "lo importante es el interior" entra en juego.

"¡Sabes, las cosas frágiles estaban allí, Harry!" Le regañé después de unos segundos, siguiéndolo mientras se dirigía hacia dentro.

Me tomó unos cuantos segundos adaptarme a sus pasos. Tenía largas piernas que le permitían tomar grandes pasos y caminar bastante rápido. En cuanto a mí yo estaba en cuñas y soy un poco alta, pero nada comparado con Harry.

Estábamos dentro mientras caminaba en silencio, y me vi obligada a hacer que se disculpe conmigo. "Todo lo que tienes que hacer es pedir disculpas por ello. Eso es lo que un hombre de verdad haría."

Por primera vez, le oí burlarse. Se dio la vuelta a la esquina y abrió una puerta, y me apresuré detrás de él ya que ambos no podíamos pasar por la puerta. Una vez que lo hice, me arrepentí –bien no del todo. Harry llegó a los botones de su camisa, tirando de ella por los hombros, y quitándose su camisa. Todo lo que podía ver eran los músculos de su espalda contrayéndose de nuevo a cada uno de sus movimientos, los tatuajes que van desde los hombros a la parte posterior de su cuello. La piel suave, ligeramente bronceada allí estaba sin tocar por una aguja de tinta, dejando una piel perfecta a la vista.

Tragué saliva, los ojos muy abiertos antes de que él se diera la vuelta. Traté de huir, pero mis pies estaban pegados a la puerta. Harry me miró antes de quitarse el collar que tenía en el cuello. Tenía dos golondrinas en su duro pecho, pero eso era todo. Sus brazos eran preciosos. Tonificado y entintado con llamas o remolinos de formas y tales magníficos. Su estómago estaba duro y musculoso, y pude ver la línea de V profunda que lleva a sus pantalones.

Mis ojos miraron a los suyos, y vi la pequeña sonrisa en sus labios antes de que él señalara a la puerta, mandándome fuera de su habitación justo cuando iba a desabrochar sus pantalones. Cerré mi boca que yo no tenía ni idea estaba abierta, para empezar. Probablemente me vio desmayarme ante la visión de su cuerpo. Dios, él era perfecto. Pero un gilipollas, también.

Bufé, rodando mis ojos. ¿Él piensa que puede llegar y no hablar conmigo? Ya veremos eso. Con el tiempo, él tendrá que utilizar sus palabras. Cuando me senté la sala de estar, me dije a mí misma que ¿tal vez era mudo? Oh Dios, ¿y si él no habla y he estado enfadada con él todo este tiempo por algo que no puede controlar? Soy la idiota aquí si ese es el caso. Pero dudo que sea mudo. Mi padre me lo hubiera dicho.

Diez minutos pasaron y oí hablar a mis espaldas. Me volví un poco mientras estaba sentada en el sofá, viendo a Harry y mi padre murmurando acerca de cosas. Cuando vi los labios moverse de Harry, sonreí. Una ceja levantada en mi cara. Tuve que forzar mis oídos para oír, pero no pude. Estaban al final del pasillo. No podía oír lo que decían. Aunque podía oír los tonos profundos de cada una de sus voces.

Se quedaron en silencio, ya que se me acercaron. Los vi caminar, ganando dos miradas de ninguna emoción de mi padre y Harry. No sabía qué pasaba con la gente de aquí, y me da su atención sólo para mirarme y probablemente me juzgue en base a lo de "rubia típica con los ojos color avellana". No soy tan convencional. Mis raíces son de color oscuro, y me teñí el pelo de un color más claro. De todos modos, mi padre me conoce muy bien, y él puede ver cuándo estoy tramando algo. Ahora todo lo que quiero son algunas respuestas.

Me puse de pie, preparándome para otro sermón. Harry se quedó allí, pasándose una mano por el pelo seco.

"Bueno, es hora de que vayáis preparándonos para el camino." Él anunció. "Recuerda," él señaló con el dedo índice hacia mí, "Harry sabe lo que es mejor para ti. Le di permiso para utilizar la fuerza mínima contra ti si no escuchas sus instrucciones."

Mis labios ligeramente se separaron por eso. Harry podría arrastrarme por ahí con fuerza cada vez que quiera. Parece que mi padre le ha dado a Harry la tarjeta de "papá", y ahora él puede hacer lo que quiera. Él tiene demasiada confianza en un tipo que casi lanzó una navaja en mi cráneo, y sólo se quedó mirando antes de que él la sacara de la pared.

Asentí con la cabeza, dándole una leve sonrisa mientras me dio un abrazo. Mi padre se preocupa mucho por mí. Eso lo entiendo. Yo sólo lo odio por hacerme esto. A pesar de que es por mi seguridad, estoy cansada de verme obligada a cruzar todo el planeta cada dos semanas. Sin lugar a duda, todavía estoy haciéndolo por la paz de su mente.

Nos despedimos y pronto me quedé en el coche, esperando a que Harry se uniera al asiento del conductor. El interior era agradable. Asientos de cuero liso. No sabía qué tipo de coche que era porque, confía en mí, no soy una chica que mire los coches. Crecí en la ciudad y aunque mucha gente me etiquetaba de "malcriada, niña rica", yo no me llamaría así. He apreciado lo que tengo en mi vida.

En lugar de saber mis coches, sé la tabla periódica de los elementos científicos de memoria. Puedo nombrar cada metal, metaloide, o líquido en él si me preguntas. En lugar de saber cocinar, puedo hablar tres idiomas diferentes. Español, francés, e italiano. No sé cómo limpiar correctamente un cuarto de baño, pero sé cómo disparar una pistola. No sé cómo arreglar puertas de los armarios, pero te puedo demostrar que estoy decidida a aprender. Esa siempre he sido yo. He tenido la tentación de saber casi todo, y con ese impulso viene una cantidad peligrosa de curiosidad.

Harry se sentó, arrancando el coche con la llave cuando hice clic en el cinturón de seguridad. Vi como él envolvió con sus largos dedos el volante, dejando a un lado la palanca de cambio de marchas, y apoyando su codo en la consola central. Fruncí el ceño, un poco preocupada de que él no hacía lo que todo el mundo debe hacer primero cuando se meten en un coche.

"¿Por qué no te pones el cinturón de seguridad?" Pregunté en voz baja, volviéndome para mirarlo y tratar de conseguir una palabra de él. Él me hacía ser curiosa en cuanto a cómo su voz sonaba. Quería saber por qué no quería hablar conmigo. Él sólo miró al frente, una mano en el volante y sus ojos demasiado ocupados mirando a la carretera. Se sentía como si estuviera hablando con una estatua. "Por favor, ponte el cinturón de seguridad." Insté.

No me parecería sorprendente si pensaba que era molesta. Pero si pudiera conseguir sacarlo de quicio –creo– tal vez hablaría conmigo. "Sabes, podríamos tener un accidente de tráfico masivo y morirías porque te niegas a cumplir con la ley." Era irónico. Probablemente no trabaja para mi padre, de todos modos.

Harry siguió mirando al frente, sin diversión o ninguna reacción en absoluto hacia lo que acabo de decir. Estábamos en el medio del desierto en la noche. Hay una posibilidad entre cincuenta de que podríamos tener un accidente de tráfico si no tenía que ver con un animal.

Suspiré, mirando por la ventana antes de abrir la boca. "Me gustan tus ojos," Yo felicité cortésmente, "Tienen un bonito color."

Deslizó la lengua por los dientes, con aire aburrido ahora. Oh. Le estaba aburriendo a morir. ¡Él no está exactamente ayudando! Me mordí el labio inferior, diciendo lo primero que se me vino a la cabeza. "Me gusta el hip-hop de la vieja escuela. La música ahora simplemente no es tan buena como lo era antes, ¿sabes?" divagaba. Mi objetivo no era molestarlo más, yo seguía soltando cosas por mi boca por un sentimiento de interacción social.

"¿Y sabes lo que odio? Taxis. Siempre huelen a perro. ¿Lo has notado?"

Dos minutos más tarde estaba hablando sobre México.

"México fue muy divertido, al menos el tiempo que duró. Espero que Texas esté igual de bien o mejor."

Harry miró por la ventana, levantó una ceja y él inhaló profundamente y miró hacia adelante una vez más. Él movió un poco la mandíbula antes de apretarla como estaba antes. Me quedé mirando el lado de la cara, admirando lo terriblemente caliente que era. El piercing en la ceja trajo un sentimiento adormecido a mis rodillas, y deseé que me hablara por el tiempo que estuviésemos en este coche. Vamos a estar aquí por tres días, parando en lugares para conseguir comida y tal. Sólo quería hablar. No había nada malo en ello.

Me deslicé más abajo en mi asiento, echando mis piernas en el salpicadero, finalmente habiendo renunciado. No tenía teléfono, porque la última vez que lo tuve, me siguieron utilizando el GPS o cada vez que un un mensaje o una llamada me llegaba. Mi iPod se rompió en pedazos el día antes y mis auriculares no reproducían música. No tenía nada que usar para distraerme.

Sólo la compañía silenciosa de Harry.

"Me gustan tus piercings, Harry. Son muy agradables. Papá nunca me dejaría ninguno," Le informé, volviendo la cabeza para mirarlo, pero él todavía estaba conduciendo como si fuera el único en el coche. Cometí el error de llegar a más, utilizando el dedo índice para empujar el piercing. Risitas me dejaron cuando sentí en torno a su ceja, sintiendo su piel caliente bajo mis dedos.

Mis risas cesaron cuando se dio la vuelta para mirarme, su mirada nada excepto bastante alarmante. Él no tenía el ceño fruncido, pero cuanto más se me quedó mirando con esos ojos verdes intimidantes, más aterrorizada me volví. Con el ceño fruncido, saqué mi mano lentamente. Él no separó sus ojos de mí hasta que mi mano estaba en mi regazo de nuevo. Luego continuó -aún- conduciendo tranquilamente.

Empecé a hablar una vez más después de tres horas. "Por lo tanto, mi color favorito es el amarillo. ¿Supongo que el tuyo es el negro? Ya sabes, ya que lo usas mucho. No es que no-"

Harry se acercó a la radio, subiéndole el volumen hasta que mi voz se desvaneció. Una melodía que no reconocí estalló, y sentí mis labios separarse. Estoy un poco ofendida, pero debería haber esperado eso. Levantó la otra mano para rascarse la punta de su nariz y luego la puso en reposo en el volante de nuevo.

Resoplando, me acerqué y apagué la radio. "Eso es un poco grosero," yo cantaba en voz baja.

Ante esto, Harry no reaccionó bien. Él sólo condujo más lejos en la noche con él todavía sin haber dicho nada y han pasado tres horas. "Como estaba diciendo, creo que el negro realmente–"

Esta vez él se inclinó para el compartimiento de mi lado, abriéndolo y sacando una pistola. Mi respiración se enganchó e inmediatamente cerré la boca. Él cerró enérgicamente el pequeño compartimento y sostuvo la pistola en la mano libre. Sintiendo como si se tratara de una amenaza, resoplé. "¿Qué vas a hacer? ¿Dispararme?" Él no lo haría, sobre todo cuando se supone que debe estar protegiéndome.

Quitó la otra mano del volante también. Segundos después, escuché el clic, lo que significa que carga el arma. Tragando saliva, me quedé en silencio el resto de la noche.

A/N: en multimedia está básicamente la que es la canción de Catalina y Harry.

No soy una gran fan de Justin Bieber pero adoro esta versión de Take You. También una foto de cómo es Catalina, que está protagonizada por Nicola Peltz.

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