1-6
|| [3 MESES ANTES] ||
R A F A E L L A
Suspiré al sentir la tensión en el auto.
Esta mañana Ander me había pedido que pasáramos por el de camino al instituto, pero desde que subió no mencionó palabra alguna, por mas que Nate y yo tratábamos de hablarle el se negaba a responder.
Una vez afuera de las Encinas Ander abrió la puerta de el auto y bajo con prisa, mi hermano me miro.
- ¿Y a este que le picó?. - lanzó la pregunta al aire y bajo sin más adelantándose.
- No lo sé, pero lo averiguaré. - respondí para mi.
Baje de el auto después de agradecerle a Román y cerré la puerta.
Analice a todos los estudiantes esperando encontrar a Ander y así logre divisarlo a unos metros, iba caminando apurado, atiné a comenzar mi camino hacia el.
Iba a unos pasos de distancia cuando el tomó rumbo a un costado de el lago, se posicionó delante de unos arbustos y miró el instituto.
Decidí quedarme algo alejada, aproveché la vegetación de los arbustos para esconderme, la actitud de mi primo era desconcertante, el caminaba de un lado para otro nervioso, nunca lo había visto así.
Comenzaba a pensar que solo quería un momento para despejarse y decidí por dejarlo solo, pero abandoné mi idea cuando Polo apareció a su lado.
- Tu. - Ander se dejó ir hacia el ojiazul con rabia sorprendiéndome. - ¡Eres un gilipollas y un puto egoísta!. ¿Como te atreves a contarme algo así?.
Polo se notaba muy tenso, Ander parecía al borde de el colapso, me acerqué levemente para escuchar más claramente.
- Polo no puedo. - que confuso era todo esto.
- No me asustes, Ander. - mencionó Polo con un leve tartamudeo.
- Que yo no puedo seguir como si nada. - ambos comenzaron a moverse en círculos, la situación estaba llena de tensión y a este punto ya estaba preocupada por Ander. - Que no puedo mirar a Guzmán a la cara, que le has destrozado la vida. - una punzada apareció en mi cerebro al tratar de unir los cabos de sus palabras. - Y se lo vas a contar, ¿Me oyes?.
- No. - soltó Polo con la respiración agitada.
- Si Polo, tienes veinticuatro horas.
- ¡No!. - exclamo con miedo Leopoldo.
- O se lo dices tú, o se lo digo yo. - sin más Ander se retiró de el lugar sin importarle los gritos de súplica de su amigo.
Cerré mis ojos y comencé a procesar la información, tenía varios cabos sueltos, pero sabía que con la actitud adecuada podía descubrir que se traían estos dos entre manos, y así lo iba a hacer.
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Desde mi asiento procesaba la información sobre la platica entre Polo y Ander de la mañana, pero mi vista estaba centrada en la conversación que Guzmán intentaba entablar con Nadia, bien dicen es cierto que los polos apuestos se atraen, la única que me preocupaba era Lu, no merecía que Nunier la cambiara de esa forma.
Bufe al escuchar la llegada de el profesor y me sorprendí cuando Guzmán tomó asiento a mi lado.
- ¿Problemas en el paraíso?. - solté por lo bajo para el rubio.
- Cosa que no te incumbe. - reí.
- Alguien necesita que le bajen esos sumos. - ahora el que rio fue Guzmán.
- Y alguien necesita que cierres esa boca. - el chico y yo nos miramos.
Ya era normal que nos desafiáramos a la vista y entre palabras.
En esta última semana la amistad entre Nate y Guzmán se había reforzado bastante, era normal que el chico de las pecas pasara la tarde en casa, cosa que ocasionaba varios roces entre nosotros que terminaban poniendo a mi hermano en situaciones incómodas, pero que le podíamos hacer, a veces el rubio y yo no nos soportábamos pero otras bromeábamos como si fuéramos los mejores amigos de el mundo.
- Oblígame. - solté sin dejar de mirarlo.
Guzmán se acercó hacia mi, su rostro quedó considerablemente cerca de el mío.
- No te agradaría la forma en que lo quisiera hacer. - seguimos mirándonos por unos minutos y después ambos reímos.
Pero mi sonrisa se borró cuando sentí la mirada de Lucrecia sobre mi desde un extremo del salón.
Estaba dispuesta a tomar apuntes cuando observe cómo Ander se tomaba el cabello exasperado, después pasaba sus manos de arriba hacia abajo de su cara, lo conocía muy bien y estaba comenzando a colapsar, era el momento.
Levante la mano y el profesor centro su atención en mi.
- ¿Yes, miss Borgues?. (¿Si señorita Borgues?).
- A few minutes ago, Ander told me that he feels sick, so, Can I take him to the infirmary?. (Hace un momento, Ander me mencionó que se sentía mal, así que, ¿Puedo llevarlo a la enfermería?.) - mire al profesor y le brinde una sonrisa esperando que me concediera el permiso.
- Of course, Muñoz take your stuff and go. ( Claro, Muñoz toma tus cosas y sal). - Ander y yo asentimos, el tomo sus pertenencias a la par que yo.
Nate nos miro mientras salíamos del aula, solo atiné a susurrar un "luego te explico" que el asintió.
Una vez afuera Ander se plantó en el pasillo y me miro.
- ¿Que cojones quieres Ella?. - rodé los ojos y tomé su mano.
Lo lleve directo al vestidor de chicas, cuando ingresamos me asegure de que no hubiera nadie y después de ello asegure la puerta con pestillo.
Ander tomó asiento en una de las bancas y se dedicó a mirarme.
- A mi no me puedes mentir, ¿Que te sucede?. - me puse en cuclillas frente a el y tomé sus manos.
Sus ojos se fijaron en los míos, fue como pude notar que estos se rozaron, de un momento a otro las lágrimas comenzaron a salir de ellos.
- No puedo contarte. - con la voz entre cortada se abrazó a mi escondiendo su rostro en mi cuello, al instante correspondí su acto y comencé a acariciar su cabello para tranquilizarlo.
- Hey, estoy aquí. - bese con cautela su mejilla. - Sabes que puedes decirme lo que sea, somos Ander y Ella contra el mundo, ¿Lo recuerdas?.
Pude sentir como asintió.
- Solo promete que no te alejaras de mi después de esto. - su voz se escuchaba afligida.
- Siempre estaré contigo pase lo que pase.
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Caminaba por el pasillo tratando de colocarme la bata para la clase de química, pero era imposible, desde hace un rato mis manos no paraban de temblar y mi corazón latía a mil.
Iba tan sumida en mis pensamientos que no miraba donde iba y termine chocando con alguien.
- Hey pero fíjate por donde vas tía. - mis ojos se abrieron en sorpresa al verlo. - ¿Te encuentras bien Ella?. - el trato de tomar mi mano pero retrocedí.
- Si, todo bien, solo tengo que ir a clase. - trate de esquivarlo pero se plantó frente a mi.
- Que tenemos la misma clase, ¿Vamos juntos?. - su mano se posó en mi hombro y me tensé.
- Déjala Polo. - Samuel llegó a mi lado. - Ella no ha tenido un buen día.
- Yo, lo siento. - la cara de tristeza de Polo removió algo en mi, pero no podía tener consideración con alguien así. - Solo quería ayudar.
Sin más se dio media vuelta y se fue rumbo al laboratorio.
- Gracias. - atiné a susurrar hacia Samuel.
- ¿Te encuentras bien?. - el tomó mis mejillas, yo solo asentí.
En este momento mi cabeza tenía un torbellino de emociones y pensamientos dentro de esta, no sabía cómo reaccionar, simplemente lo abrace y el correspondió mi acto.
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Tomé con fuerza la taza de té entre mis manos, gracias a este comenzaba a relajarme un poco.
Samuel regreso de la cocina y tomó asiento a mi lado, nos encontrábamos en la sala de su casa, decidimos saltarnos las clases, aunque no me sentía nada cómoda a su lado.
- ¿Puedo saber que es lo que te pasa?.
- No he tenido mi mejor día, solo eso. - mire el líquido dentro de la taza.
- No me refiero a la escena de hoy Rafaella. - pausó. - Desde lo qué pasó en la disco no has cruzado palabra conmigo. - sentía su mirada sobre mi. - ¿Acaso te incomodan mis sentimientos hacia ti?.
Reí levemente, maldito hipócrita, al parecer ni siquiera se había percatado de que lo observe besarse con la marquesa y salir juntos, pero si el quería jugar así lo haríamos.
- ¿Porque me incomodarían?. - lo mire y suspiré. - Solo creo que tú me ves como una niña pija mas, y créeme que soy todo lo contrario.
- No te veo de esa forma Ella. - tomo mi mano. - Has demostrado ser diferente desde que pisaste las Encinas, y eso me tiene loco. - si claro. - Antes de conocerte quería salir corriendo de toda esa mierda pero, el soportar los insultos y agresiones es por ti, por que lo mejor de seguir en el cole. - se acercó más a mi. - Aguantar a los pijos y recibir hostias, resultas tú, la mejor parte de todo esto eres tú.
Sin preámbulos tomó mi mejilla con su mano y acercó su rostro al mío para besarme, termine correspondiendo su acto por que a pesar de que tratara de engañarme Samuel había removido sentimientos y sensaciones en mi desde que lo conocí.
Después de unos minutos me separé de el.
- No se si esto sea lo correcto. - me puse de pie, tomé mi bolso y comencé a caminar hacia la salida.
- ¿Porque?. - sentí como Samu venia tras de mi.
- Por que tú. - pause, tenía ganas de gritarle que sabía como se follaba a la marquesa pero no podía mostrarme débil. - Por que tú tienes otras prioridades ahora, no quiero ser un obstáculo para que encuentres al asesino de Marina y liberen a tu hermano. - la conversación que tuve con Ander regreso a mi mente y comencé a sentir como un hueco se formaba en mi pecho al recordar su confesión.
- No eres un obstáculo Ella. - se acercó a mi y tomó mi mano. - Eres todo menos eso, eres todo lo que necesito.
Nos observamos por unos minutos, y logró hacerme desistir, a la mierda todo, seguí mi impulso y tomé su rostro con mis manos para poder besar sus labios.
El al instante me correspondió, sus manos fueron bajo mi saco del uniforme para tocar mi cintura, me acercó más a él y solo atiné a enredar mis brazos sobre sus hombros.
Me separé de el y lo observé.
- ¿Que pasa?. - cuestiono con la sonrisa más linda que alguna vez me había mostrado.
- Ven. - tome su mano y lo dirigí hacia los sillones de la sala, logre que tomara asiento y me senté a horcajadas sobre sus muslos.
Volví a besarlo sin importar nada, necesitaba olvidarme de toda la mierda que comenzaba a cargar sobre mi, y si no tenía a mi solecito cerca, debía improvisar.
- ¿Está segura de esto?. - me cuestionó entre besos.
- Nunca había estado más segura de algo en mi vida. - Samu rio levemente.
Al instante llevó sus manos a mis muslos, colándolas bajo la falda y acariciandolos de arriba abajo.
Abandone sus labios para quitar con cautela el saco de su torso y afloje su corbata, así comencé a besar su cuello mientras una de mis manos rozaba levemente su miembro sobre la tela del pantalón, leves jadeos escaparon de sus labios ante mi acto.
En respuesta a eso el pelinegro apretó sus manos sobre mis caderas, causando que un escalofrío recorriera mi columna.
Los besos comenzaron a hacerse más intensos al igual que las caricias.
De un momento a otro mis manos fueron hacia la hebilla de su cinturón, como pude lo desabroché y de paso safe el botón de su pantalón bajando el cierre tras de este.
Samuel llevó sus manos hacia mi entre pierna, y con sus dedos removió mi panti para así poder acariciarme, logro que esbozara un suspiro, percibí una risa de su parte.
De un momento a otro sus pantalones ya estaban abajo y mi falda en la cintura, el estaba expuesto ante mi y yo ante el, ambos nos miramos.
Observe como removió por completo mi panti, tomó mis caderas y me alzó levemente, me abrace a su cuello y al sentir como me penetraba mordí su hombro.
Comencé a moverme levemente, el junto su frente con la mía y me observo.
- Este no es para nada el Samu que conozco. - exclamé y sonreí.
- ¿Pero a que te encanta?. - ambos reímos ante sus palabras.
El chico volvió a besarme, dando inicio a un rato de pasión descontrolada entre los dos, que vaya necesitaba.
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Estaba recostada sobre el pecho de Samuel y el acariciaba mi cabello, ambos nos encontrábamos ya vestidos, solo el sonido de nuestras respiraciones inundaban la habitación hasta que el decidió hablar.
- ¿Y ahora?. - menciono.
- ¿Ahora?. - cuestione.
- ¿Ahora que somos?. - sonreí ante sus palabras.
- Follamigos tal vez. - el rio ante mi respuesta.
- Buena respuesta, pero no me gustaría llegar solo a eso. - me levante de su pecho y lo mire. - Me gustas demasiado como para solo quedar en eso. - sonreí.
- ¿Entonces que sugieres?. - cuestione esperando su respuesta con curiosidad.
- Siendo sincero, me gustaría que me dieras una oportunidad de estar contigo. - extrañamente mi corazón se aceleró al escuchar sus palabras y notar como sus mejillas se sonrojaban.
Y podría ser estupido de mi parte, porque la noche anterior Samuel me demostró cosas que me harían dudar de sus sentimientos hacia mi, pero no podía engañarme, el chico me gustaba enserio, y debía confiar en que el acercamiento con Carla era solo para encontrar al asesino de Marina.
Iba a responderle pero mi móvil sonó, lo tomé de la mesa de centro y mire la pantalla, contesté sin pensar.
- ¿Que pasa?.
- Ella, te necesito, no puedo con esto. - su voz alcoholizada hizo encender mis alarmas.
- Mándame tu ubicación y ahora mismo voy, no te muevas de ahí. - colgué y tomé mis pertenencias. - Lo siento Ander me necesita. - Samuel se puso de pie y se acercó a mi.
- Entiendo, pero no te puedes ir sin darme una respuesta. - reí.
- Será para la próxima. - comencé a caminar hacia la salida.
- ¿Que?. Claro que no. - Samuel me atrapó entre su cuerpo y la puerta de su casa. - Será ahora, o no saldrás nunca de aquí.
- Anda déjame ir. - reí al sentir sus labios sobre los míos, por unos segundos le seguí el beso pero al recordar a Ander me separe. - Tengo que ir con Ander.
- Podrás irte en cuanto me des una respuesta. - me miro fijamente.
- Tendrás solo una oportunidad Samu, no la desperdicies. - tome sus mejillas y deje un corto beso en sus labios.
- Eso quiere decir que, ¿Eres mi novia?. - asentí sin demasiada importancia. - Joder, tengo a la chica de mis sueños. - reí ante sus palabras.
- No seas tan lambiscon, ahora si, tengo que irme.
El iba a hablar pero alguien llamó a la puerta.
El chico me liberó para tomar la perilla y recibir a la persona que estaba del otro lado, mis ojos se centraron en esa figura, los rodé al percatarme de quién era.
- ¿Que haces aquí?. - cuestiono el pelinegro mientras me abrazaba por la cintura.
- Necesitamos hablar, sobre lo qué pasó anoche. - la sonrisa de Carla se extendió al mencionar esas palabras, mi cuerpo se tensó pero no lo demostré.
- Los dejó. Te veo mañana en el cole, ¿Vale?. - Samuel asintió, tomó mis mejillas y plantó un beso en mis labios.
Por el rabillo de mi ojo pude observar como la sonrisa de la marquesa se esfumó al ver el acto de el moreno.
- Me avisas cuando llegues a lo de Ander, te quiero. - soltó Samuel.
- También te quiero. - sonreí y me separé de el, me acerqué a la marquesa y dejé un beso en su mejilla. - Hasta mañana neni.
Sin más me retire de ahí sintiendo la mirada de la marquesa sobre mi espalda y con una sonrisa triunfante en mi rostro.
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Después de pasar a darme una ducha rápida a casa y colocarme algo más cómodo, salí hacia donde me marcaba la ubicación de Ander.
Termine llegando al restaurant de uno de los hoteles de mi padre.
Deje el carro estacionado en la acera del frente, baje del auto y lo asegure, acomode mi cardigan y crucé la calle para poder ingresar al lugar, tomé mi móvil para mandarle un mensaje a Ander avisando mi llegada pero lo observé a lo lejos discutiendo con Guzmán.
Me acerqué a paso rápido hacia ellos
- Como sigas guardando tantos secretos se te van a acabar pudriendo. - escuche las palabras de Nunier cuando llegue a su lado.
- ¿Quieres que te cuente lo que me pasa? ¿Eh?. - Ander respondió y lo empujó por el pecho.
- Ander no. - me interpuse entre los dos, pero Guzmán tiro de mi brazo y me empujó tras de el.
- Lo que quiero es que todo vuelva a ser como antes, Polo, tú y yo.
Al escuchar sus palabras Ander me miro, negó y comenzó a caminar hacia la salida, Guzmán trato de tomar su brazo pero yo se lo impedí.
- Déjalo tranquilo, ahora tiene muchos problemas como para que tú vengas...- el chico me interrumpió.
- ¿Y tú quien cojones te crees que eres para decirme lo que tengo que hacer con mi amigo?. - Nunier me encaro.
- Solo una cosa te dire, no quiero que lo vuelvas a tratar así, y te repito, déjalo en paz. - si su mirada fueran balas en este momento estaría muerta, pero no dejaría que se metiera con alguien tan importante para mi.
Sin esperar respuesta salí hacia la calle a buscar a Ander, este se encontraba recargado sobre mi auto fumando un porro, camine hasta a él y lo mire.
- No quiero estar un minuto más aquí, necesito que me acompañes a hacer algo. - asentí ante sus palabras, sentí una mirada insistente sobre nosotros, al momento me percaté que el chico de mi primo nos miraba desde la entrada de el restaurante.
- Creo que primero tienes que arreglar las cosas con el. - Ander miro sobre mis espaldas y al instante negó.
- Por mi que todo se joda. - no podía cuestionar su decisión así que solo asentí.
Ambos subimos al auto, lo encendí para dar marcha hacia el plan que tenía Ander y juntos tratar de superar todo lo que se nos estaba viniendo encima.
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Ander y yo caminábamos por los pasillos de las Encinas, el abrazaba mis hombros y yo su torso, íbamos platicando entre risas hasta que la tía Azucena se plato frente a nosotros.
- ¿Me podéis explicar porque ninguno de vosotros me aviso que Ander se quedaría en tu casa?. Omar y yo hemos estado muertos de la preocupación toda la noche. - la pregunta iba más dirigida hacia mi.
- Lo siento tía, solo que este chico de aquí se fue de jerga con sus amigos, al final con trabajo me marcó y decidí ir por el para no dejarlo tomar un taxi en ese estado. - pause. - Y como el lugar donde estaba quedaba más cerca de mi casa pues decidí que lo mejor sería que pasara la noche conmigo, espero no te moleste.
- ¿Es cierto eso Ander?. Porque Omar me dijo otra cosa. - bufe al escuchar de nuevo el nombre del chico, comenzaba a caerme mal.
- Es cierto madre, discúlpame no volveré a quedarme en lo de Ella sin avisar.
- Vale no pasa nada, gracias por tener esa consideración hacia tu primo que no sienta cabeza. - reí ante el comentario para aligerar la situación.
- No te preocupes, que aquí estaré yo siempre que el necesite que le jalen las orejas. - ahora Ander río ante mis palabras y me dio un beso en la frente.
Observe como Samuel se encontraba en su casillero, con prisa me despedí de Ander y su madre para ir a su lado.
- Buenos días. - solté mientras me recargaba en el casillero de al lado.
- Buen día. - Samu dejó lo que estaba haciendo y se acercó hacia mi para dejar un pico en mis labios. - ¿Que tal todo anoche con Ander?.
- Todo bien, terminamos haciendo pijamada. - menti.
- Es fabulosa la relación que llevan, a mi ninguno de mis primos pueden verme desde lo de Nano.
- No hagas caso. - atiné a decir.
El chico termino de guardar sus cosas y cerró su casillero.
- ¿Vamos?. - tendió su mano frente a mi, la tomé al instante y el entrelazo nuestros dedos.
Así comenzamos a caminar hacia el salón donde teníamos que tomar clase.
Al llegar ahí la mayoría se sorprendieron al ver nuestras manos entrelazadas, pero poco me importaba.
Samuel me dirigió hasta la mesa donde se encontraba Rebecca.
- Mira los chonguis, que ninguno da señales de vida desde ayer, ¿La follada estuvo buena?. - los tres reímos ante su comentario, Samu sentó con ella, yo dejé mis cosas en la mesa de un lado y regresé con ellos.
- No adivinan lo que se perdieron ayer, miren. - Rebe nos mostró en su móvil una foto de Nadia y Guzmán demasiado cerca para mi gusto, esto no le agradaría a Lu.
- Rebe por dios. - solté.
El timbre sonó y tuve que ir a mi lugar, antes de eso Samuel me dio un beso, justo en ese momento Nate llego al salón y tomó asiento frente a mi.
- Vaya hermanita, que te gusta que te vean la cara de estupida. - el enojo en su voz era notorio.
- Pero si creo que es un gen que nos cargamos, ¿Te recuerdo a Nora?. - ante mis palabras Nathaniel solo se giró en su lugar y miró al frente.
Yo tomé asiento en mi banco y de nuevo Guzmán se sentó a mi lado, note como Nadia y el se miraban.
- Cuánta tensión se plasma en el aire. - comenté mientras encendía mi tableta.
- Ninguna de tus estupideces me arruinará este día. - el imito mi acto.
- Vaya, alguien la pasó bien anoche, ¿Me equivoco?. - sentí como se tensó a mi lado. - Solo te recuerdo, que no es de caballeros jugar con dos damas. - me acerqué y susurre en su oído.
Me aleje de el y sabía que me había contestado, pero dejé de escucharlo al notar quien estaba parado en la ventana que daba al pasillo, como reflejo tome el brazo de Guzmán, pero creo que fue un error por que gracias a mi acto se percató de lo que yo observaba.
Fue cuestión de segundos para que el chico saliera de sus cabales y tratara de alcanzar al presunto culpable del asesinato de su hermana, pero Ander, Valerio y Polo reaccionaron al momento tratando de detenerlo.
Y era aquí cuando hubiera deseado que mis estupideces le arruinarán el día, y no la presencia de Nano García.
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