1-4
|| [3 MESES ANTES] ||
R A F A E L L A
-Ya le he dicho yo que es mala idea tía, pero este tiene la cabeza más dura que el mismo acero. - mire a Rebeka.
Definitivamente el plan de Samuel para acercarse a Carla era toda una estupidez, este muchacho aún creía en los cuentos de hadas.
- Necesitamos hacerlo entrar en razón. - mencione mientras abría mi casillero.
- Pues suerte con eso princesa, yo me rindo. - also sus manos. - Hablando del Rey de roma. - mire a mi costado y Samuel venía hacia nosotras.
Pero cambió su dirección cuando Lucrecia se posicionó a mi lado.
- Me acaba de dar follow. - exclamo la castaña indignada mirando la pantalla de su celular.
Rebeka aprovechó ese momento para seguir a Samuel y ambos se despidieron con la mano, suspiré con pesar.
- ¿Quien te dio follow?. - cerré mi casillero y afirmé los libros de la siguiente clase en mi pecho.
- Cayetana. - le mire interrogante. - La nueva. - yo seguía sin comprender nada. - Honey actualízate, mira.
Me comenzó a mostrar el feed de Instagram de una chica rubia de vida demasiado ostentosa para mi gusto.
- Cayetana Grajera. - repetí su nombre para memorizarlo levemente, mas tarde averiguaría sobre ella.
- Así es, pero que no crea que le voy a dar follow back, ¿Quien se cree?. - Lucrecia me miro ofendida. - Además se ha hecho siete selfies desde que llegó al colegio, ¡Que oso!.
Para ese momento Carla se unió a nosotros, la mire despectiva, no me agradaba para nada que Samuel quisiera acercarse a ella de esa forma, tendría que hablar con el muy en serio.
Lu había entablado una conversación con Carla acerca de Christian, donde no tenía algo que aportar.
Me limité a tomar mi celular, entre a la conversación con Samuel y le escribí pidiéndole hablar urgentemente con el.
No recibí respuesta al instante, solo bloque la pantalla, en cambio el móvil de Carla anunció una notificación que Lucrecia al instante acaparó.
- ¿También te dio follow?.
- No, es la madre de Guzmán, por lo de la misa de Marina. - la rubia respondió, ambas chicas me miraron ante eso.
- Pasare a recogerte para ir juntas. - Lucrecia mencionó con una sonrisa inocente.
- No te molestes Lu, a mi no me ha llegado ningún mensaje, pero le envían mis condolencias a la familia.
- Era obvio, esto es solo para personas cercanas. - soltó Carla, causando una risa de mi parte.
- Espero que te sirva y de verdad escuches la palabra del señor, porque se ve que te hace falta en tu vida neni. - pellizque levemente la mejilla de la rubia. - ¿Vamos Lu?.
La castaña que ocultaba una sonrisa al instante enganchó su brazo con el mío.
Ambas fuimos directo al salón, al entrar Lucrecia me pidió que tomara asiento junto a ella, no me pude negar.
Mientras ella arreglaba su maquillaje, volví a revisar mi celular pero seguía sin señales del pelinegro, salí de mi trance cuando Valerio se recargó de manera brusca en nuestra mesa.
- Pues, tan retrasada no parece. - ambos hermanos miraban a la chica nueva causando que hiciera lo mismo. - No hay nada más interesante que una mujer leyendo.
- No está leyendo Valerio, está posando. - soltó Lucrecia, yo reí.
- Bueno tú di lo que quieras pero te acaba de descolocar, y hasta, te dejo un pelin intrigada. - suspiré.
- Val, ¿Por qué mejor no dejas de molestar a tu hermana y vas a conocerla por nosotros?. - le sonreí al de rulos.
- Justo eso estaba por hacer, y recuerda, media hermana. - me guiño y se retiró con rumbo hacia la nueva.
- Gracias por eso Ella. - agradeció Lucrecia.
- No te preocupes, comprendo perfectamente lo que es tener un hermano castrante. - ambas reímos.
Seguimos platicando hasta que llegó Guzmán, saludo a la chica con un beso y a mi con un simple asentimiento de cabeza que respondí de la misma forma.
Mientras los novios conversaban y el profesor llegaba me limité a pensar una forma de ayudar a Samu que no fuera la que tenía planeada.
Cuando llegó el profesor la clase transcurrió con normalidad, a excepción de un trabajo en parejas, mi plan era hacer equipo con Nathaniel como siempre pero el idiota termino cambiándome por Guzmán, así que Lucrecia vio como alternativa hacerlo juntas, no me podía quejar.
Ahora me encontraba con Rebeka en el pasillo, admirando de lejos como Samuel trataba de acercarse a Carla, cosa que había sido un fracaso, la marquesita lo había ignorado por completo, causando que mi amiga y yo estalláramos en carcajadas.
El chico venía con una cara poco amigable hacia nosotros.
- La tienes en el bote, ¿eh, chaval?.
━━━━━━━━❪❂❫━━━━━━━━
|| [ÉPOCA ACTUAL] ||
36 HORAS DESAPARECIDO
Rafaella miro atenta el asiento vacío frente a ella, aún seguía sin creer que todo esto estuviera ocurriendo.
- Vosotros sois los que más tiempo pasáis con Samuel, sus compañeros de clase, sus amigos. Estoy segura de que alguno de vosotros debe saber lo que le ha ocurrido.
La castaña regresó la vista al asiento que se encontraba a su lado y observó a Guzmán quien sin pena alguna comía una manzana, no entendía como este chico podía estar tan tranquilo ante tal suceso.
- Y mi trabajo es averiguarlo. - la chica trago en seco al escuchar las ultimas palabras de la mujer encargada de la investigación.
Sin duda se les venía una grande encima...
━━━━━━━━❪❂❫━━━━━━━━
|| [3 MESES ANTES] ||
R A F A E L L A
- En el poco tiempo que llevo aquí me he dado cuenta que esos dos se traen algo grande. - levante la vista de mi celular ante las palabras de Nathaniel.
Carla y Polo se notaban tensos mientras se susurraban cosas en los casilleros.
- Pensé que era la única que lo había notado. - ambos nos miramos cómplices y chocamos puños.
- Me encargo yo de eso. - dijo Nate, solo asentí. - Mama y papá quieren que vayamos a una de sus reuniones esta tarde.
- Tenemos el trabajo con Guzmán y Lucrecia, podemos sacarnos con esa.
- Eres una genio. - reí. - Por cierto estaba pensando en una pequeña reunión de bienvenida este fin de semana en la villa de la familia, ¿Que dices?. - rodé los ojos y comencé a caminar sintiendo los pasos de Nathaniel a mis espaldas.
- De ser por mi no tengo ánimos para fiestas, pero se que tú no aceptarás una negativa como respuesta. - Nate me abrazo por la espalda, rodeando con sus brazos mi cintura.
- Me conoces bien nena, así que de ahora en adelante dedícate a invitar a quien tú quieras. - reí.
- Como si tuviera mucho de donde elegir. - mi hermano carcajeó ante mis palabras.
Llegamos a la cafetería de la escuela, no habíamos llevado esta mañana desayuno así que nos tocaba comprar de la máquina, justo en la entrada nos topamos a la nueva, Nathaniel no despegó su mirada de ella hasta que se perdió por el pasillo.
Rodé los ojos al observar el séquito de chicas que acosaban a la nueva yendo tras de ella, demasiado básicas para mi gusto, en una esquina Lucrecia compartía la misma expresión que yo, sin dudar me encamine hacia ella.
- Cuánta bulla.
- Ni que lo digas, ahora resulta que hasta vive sola. - Lucrecia parecía pensar durante unos segundos y después me miro sonriendo con malicia. - Te necesito para esto.
Y así fue como me arrastró hacia una quedada con Cayetana Grajera.
●●●●●●
A la salida de la escuela mientras esperaba a Roman en la entrada me sorprendió Samuel.
- Aquí estoy para hablar de lo que quieras. - soltó mientras se plantaba frente a mi.
- Pensé que seguirías ignorando mis mensajes. - exclame sin expresión alguna.
- No te ignoraba Ella, solo, no quiero escuchar un reclamo o regaño más sobre cómo planeo hacer las cosas, ya fue suficiente con Rebe como para que tú también lo hagas. - sus palabras se escuchaban sinceras.
- Planeaba hacerlo. - el iba a hablar de nuevo pero me adelanté. - Entiendo que ya tienes tu plan ideado y no habrá poder humano que te haga cambiar de opinión, solo ándate con cuidado, tu mismo me dijiste que esa gente puede ser peligrosa Samu. - el chico sonrió y se acercó más a mi.
- Te prometo que todo será con cautela, aparte estarás al tanto de todo, y me podrás dar alguna piña siempre que me equivoque. - sus palabras me hicieron sonreír.
- Esta bien, ahora dime, ¿Como van las clases de Box?.
- Todo bien, ya casi estoy listo para controlar a los tíos matones. - ambos reímos.
El iba a agregar otra cosa pero un claxon nos interrumpió, era Roman.
- Tengo que irme. - mire al pelinegro.
- Vale, te mensajeo por la tarde. - me acerqué a el con el fin de dejar un beso en su mejilla.
Pero me sorprendió cuando el me acercó a su cuerpo con el fin de abrazarme, sonreí al sentir sus brazos rodearme y sin pensarlo correspondí su acto.
- Cuídate Ella. - susurró en mi oído, causando un escalofrío en mi piel.
Se separó levemente de mi y me miro a los ojos.
- Lo prometo, tú también cuídate.
Antes de separarnos Samu dejó un beso en mi frente, y yo dejé un beso en su mejilla.
Comencé a caminar hacia la camioneta sintiendo su mirada sobre mi espalda y con mi corazón latiendo a un ritmo demasiado acelerado.
●●●●●●
Mis ojos vagaban de un lado a otro, la casa estaba más que impecable, aunque demasiado seca para mi gusto.
- Bueno, y por allá la cocina territorio de Imelda. - me detuve frente al ventanal que daba vista hacia la piscina. - No se lo que haría sin ella. - sonreí falsamente hacia Cayetana.
Mire a Lucrecia y tenía la misma sonrisa en su rostro.
- Miren lo que nos ha preparado. - suspiro la rubia. - Que le digo "Imelda que estoy a dieta", pero ni caso. - la chica pasó a mis espaldas. - Aqui el living y fuera un pequeño jardín con una piscina.
Una leve jaqueca comenzaba a azotar mi cabeza, la fluida labia de Grajera sobre "mi casa es más grande que la tuya", comenzaba a desesperarme.
- Y por ahí cinco habitaciones, la mía con tremendo vestidor. - nos dio una mirada superior.
- ¿No es demasiado como para que vivas sola?. - cuestione acercándome levemente a ella.
- Mi madre no quiso escatimar en gastos, aparte solo es una casa de campo, donde la familia pasa las navidades. - sonrió. - ¿Enfrió la botella?.
Yo asentí, Cayetana al instante se dirigió hacia la cocina, planeaba acercarme a Lu para comentarle por lo bajo un par de cosas que me resultaban demasiado sospechosas de esta chica, pero el timbre del intercomunicador sonó.
- ¿Esperas a alguien?. - cuestionó Lu.
La rubia ignoró su pregunta y fue directo hacia la puerta.
- Hola, hola, ¿Que tal?. - mire a la morena en cuanto su medio hermano ingresó al lugar.
- ¿Que haces aquí?. - cuestionó la castaña molesta.
Aquí se venía un show más de los encineros.
- ¡No hay fiesta sin nosotros!. - soltó Valerio.
- Esto no es una fiesta Valerio, era una merienda. - Lucrecia comenzaba a salirse de sus casillas.
- Bueno merienda, fiesta, da lo mismo. - expresó el de rulos con su remarcado acento.
La situación me parecía de lo más graciosa hasta que vi entrar a un moreno por esa puerta, no podía ser posible.
Con rapidez me acerqué a él y tome su brazo.
- ¿Que diablos haces aquí?. - lo mire.
- Lo mismo que tu nena, solo vine a divertirme.
Nathaniel me esquivo y continuó su camino al lado de Valerio.
- ¿Es enserio?. - volvi mi vista hacia Lucrecia, que le reprochaba a Guzmán el que fumara un porro.
- ¿Que traes ahí?. - chillo emocionada Grajera.
- Lo mejor está aquí adentro. - mire a Valerio que agitaba dos pequeñas bolsas con polvo blanco dentro.
Desde lejos pude notar como Nathaniel se tensó, sus ojos al instante se encontraron con los míos y me limité a formar con mis labios un "ni se te ocurra", mi hermano alzó sus manos en señal de inocencia y tomó asiento en uno de los sillones.
Guzman y Valerio se sentaron al rededor de la mesa, comenzaron a prepararse para aspirar.
Me acerqué a Lucrecia, ella me miro con pena.
- Siento mucho esta estupidez. - ella no podía quitar los ojos de su chico.
- Tranquila, no es culpa tuya tener que lidiar con un hermano adicto y un novio depresivo. - rodé sus hombros con mi brazo y ella recostó su cabeza en mi hombro.
Nathaniel me miro y me brindó una sonrisa triunfante, íbamos bien, pero esta tarde iba a ser una locura.
●●●●●●
Con el pasar de las horas se vaciaba botella tras botella, hace rato que deseaba irme pero no quería dejar a Lucrecia sola, y tampoco podía a abandonar a mi hermano sabiendo las tentaciones que podría tener aquí, no podía romper nuestra promesa.
Me sobresalte al sentir como destapaban una botella más.
- ¡Joder Nathaniel me quieres matar de un susto! ¡Deja eso ya por favor!. - me puse de pie acercándome a él.
Trate de quitar la botella de sus manos pero el la llevo de lleno a sus labios, vaciando su contenido en unos segundos, la lanzó al suelo logrando que se estrellara.
- Es todo nos vamos. - me iba a dirigir por mi bolso pero Nate me tomo por la cintura y me atrajo hacia el.
- No seas aburrida nena, es momento de divertirnos y olvidarnos de todo, anda que nos vendría bien aunque sea poquito. - junto su frente con la mia.
Al instante me aleje, era un imbécil.
Cayetana comenzó a desnudar a Valerio, menuda chica, estaba comenzando a hartarme de la situación y no era bueno que colmarán mi paciencia.
De un momento a otro todos se lanzaron a la alberca, Cayetana, Valerio, Nathaniel y Guzmán habían llegado a mi limite.
Tome mi móvil y llame a la única persona que sabía lidiar con Nate en estas situaciones, sólo esperaba que llegara con rapidez.
━━━━━━━━❪❂❫━━━━━━━━
|| [ÉPOCA ACTUAL] ||
36 HORAS DESAPARECIDO
La chica analizaba atenta a la detective frente a ella, sin tener aún idea del porqué era sospechosa, y mucho menos porque su interrogatorio tenía que ser compartido con el de Guzmán.
- ¿Sabes que puede haberle pasado para no dar señales de vida?. - procesó la pregunta de la pelirroja.
- ¿Que más?. Se canso de que todo mundo en este jodido colegio quisiera acabar con el. - la respuesta de Rafaella sorprendió a la detective.
La castaña regresó la vista al rubio que se encontraba a su lado, la detective repitió la misma pregunta hacia el.
Pero este solo negó con la cabeza mientras una sonrisa se extendía en su rostro.
Menudos locos eran todos.
━━━━━━━━❪❂❫━━━━━━━━
|| [3 MESES ANTES] ||
R A F A E L L A
- ¡Que locos que están estos tíos!. ¡No se deben de aburrir un poquito!. - las dos chicas se miraron. - Sobre todo con este, qué es un liante.
Rafaella apretó los dientes cuando Cayetana acercó su cuerpo al de su hermano.
- Si todavía no te convenzo de nada. - arrastró las palabras Nate.
Rafaella bufo, Lucrecia no hizo más que tomar un plato de bocadillos y dejarlo en las manos de la chica, quien gustosa lo aceptó con tal de entretenerse y no partirle la cara a la rubia.
- Lu, ven aquí, deja de comer y vamos a bailar. - el chico de las pecas tomó a su novia a la fuerza.
Llevándola hacia el borde de la piscina, cosa que incomodó a Ella.
- ¿Que?.
- Que dejes de comer y vamos a bailar.
- ¿Que te pasa?. - exclamo la morena alejándose de el chico que trato de besarla por la fuerza.
- ¡Joder!, ¡Cuando te beso porque te beso y cuando no te beso porque no te beso!.
Me puse de pie al instante y seguí a Lucrecia, esto era sobrepasarse.
- Te mato si derramas una lágrima. - solte a las espaldas de la castaña, quien solo suspiró, levantó la cara y me miro.
- Podrá ofenderme todo lo que quiera cariño, pero estos diamantes nunca derramarán una lagrima por el. - dijo Lu mientras señalaba sus propios ojos.
- ¿Que pasa?. - cuestionó Valerio acercándose a ellas.
- ¿Ya estás contento no?. - respondió su media hermana. - Ya tienes a la nueva entre tus redes, y tienen una casa muy guay en la que poder liarse sin padres que los molesten.
Sonreí al comprender la situación, un dato más sobre aquel grupo malicioso de encineros, pero al mismo tiempo sentí una opresión en el pecho porque lo que Lucrecia sentía yo llegue a vivirlo en algún momento.
Regrese a la realidad cuando escuche los gritos de Guzmán.
- ¡Llegan los refuerzos!. - exclamo con emoción Guzmán, suspire aliviada. - ¡¿Donde están mis amigos?!.
- ¡Vengan a la fiesta chicos solo faltaban estos nenes!. - gritó edificó Nathaniel mientras corría hacia Ander y Polo.
- ¿Qué hacen aqui?. - pregunto Lu alarmada.
- Yo los llame. - hable.
Ambos chicos subían las escaleras sorprendidos por la actitud de sus amigos.
Guzmán los abrazo, inmediatamente Nathaniel les salto encima, por poco logra que los cuatro salieran rodando escaleras abajo.
En cuanto logro quitarse a Guzmán y Nate de encima, Ander vino hacia mi, su mirada me analizó de arriba abajo, maldito porte se cargaba.
- ¿Que coño es todo esto?. - levante los hombro desinteresada.
- Una estupidez, necesito que me ayudes a sacar a Nate de aquí. - lo mire. - No creo que resista mas esto.
Ambos miramos hacia donde se encontraba mi hermano acompañado de Valerio, el moreno insistía en mostrarle las bolsas con el ansiado polvo blanco, y sabía que seria cuestión de tiempo para que Nathaniel sucumbiera.
●●●●●●
- Que mi hermana no está muerta, a ella la mataron Polito. - susurraba Guzmán mientras Polo y Ander lo llevaban hasta una de las habitaciones.
Lucrecia abandonó a su novio y hermano enfadada, pero la comprendía, al no saber su dirección y ante la insistencia de sus amigos de que sus padres no podían verlo así, no me quedó de otra más que traer a Guzmán a casa.
Roman y otro de los trabajadores del servicio se encargaron de subir a Nate a su habitación, yo ahora me encontraba dirigiendo al trío de amigos hacia uno de los cuartos de invitados.
Al ingresar a este Polo y Ander dejaron a Guzmán sobre la cama.
- Porque me sacaron de la fiesta, joder. - el chico de las pecas se dejó caer en el colchón y cayó en trance.
Por cortesía trate de quitarle la chaqueta pero este se comenzó a remover.
- Es todo, me rindo, encárguense de el. - salí de la habitación con dirección a la mía.
Me adentré a esta y cerré la puerta tras de mi, lancé un grito de frustración, mañana hablaría seriamente con Nathaniel, esto no se podía repetir.
Quite el cinturón de mi cuerpo, me despojé de los botines que portaba y los lancé a alguna de las esquinas del cuarto.
Estaba de espaldas dando un leve masaje a mis sienes hasta que la puerta se abrió, no me gire porque sospechaba de quién se trataba.
Escuche como aseguraba la puerta y una sonrisa se formó en mis labios, en pocos segundos sentí como sus brazos rodeaban mi cintura.
De un momento a otro sus manos se posaron en mis muslos y comenzó a subir con cautela mi vestido, antes de que lograra su cometido me gire y lo mire.
Podía notar como su respiración estaba acelerada y sus ojos me mostraban todo lo que deseaba.
- Ya me lo debías.
Sin esperar respuesta junto sus labios con los míos, al instante le respondí, por instinto enredé mis piernas en sus caderas, el me cargo entre sus brazos, llevó sus manos a mi trasero y lo apretó con sus dedos.
Sin previo aviso me lanzo a la cama, se metió entre mis piernas alzando mi vestido hasta mi cintura y comenzando a desabrochar su pantalón, definitivamente sería una noche larga.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top