Capítulo 7.- Roto
Taeyang despertó a duras penas, sintiendo la pesadez y el dolor en todo su cuerpo, principalmente en su cuello, y la debilidad que pesaba sobre sus ojos.
Se percató de que estaba recostado en una cama mullida, y algo helado detenía sus muñecas en alto, no le costó trabajo reconocer los mismos grilletes de tosco metal que lo habían detenido desde que toda su pesadilla comenzó.
Escuchó algunos movimientos a su alrededor y de pronto algo húmedo tocó sus labios, Taeyang abrió los labios con ansias para absorber esas pocas gotas de agua que le daban. Su estómago rugió a causa del hambre acumulada, aunque el dolor que ésta ocasionaba solo se sumaba al malestar general que lo atormentaba.
Entreabrió los ojos para ver a Hwiyoung a su lado, quien le tendía un vaso de agua cristalina. Taeyang se inclinó más y bebió con tal avidez que casi se ahoga, tuvo que hacer la cabeza hacia un lado con el poco espacio que le permitían sus ataduras y tosió con violencia.
Durante todo ese tiempo Hwiyoung se quedó a su lado, dándole palmaditas en el hombro.
—Ya, ya está bien, ya pasó, tranquilo —repetía, hasta que el acceso de tos terminó y Taeyang se dejó caer de nuevo contra la cama—. ¿Mejor?
Taeyang no contestó a aquellas palabras falsamente amables, en su lugar se dedicó a observar aquella curiosa habitación: no era la misma cueva en la que lo habían tenido los primeros días, aunque la humedad le decía que igual estaban bajo tierra, y tampoco había ventanas, sólo una puerta en una de las esquinas.
—¿Dónde estamos? —preguntó con la voz rasposa.
—No te preocupes, en este lugar esos metiches héroes no podrán encontrarnos.
Fue entonces que Taeyang recordó lo que había ocurrido antes de que cayera desmayado.
—¡Los otros! ¿Dónde están? ¿Qué les hicieron? Yo... —se vio silenciado por la carcajada que soltó Hwiyoung.
—¿En serio, aún te preocupas por ellos en tu estado actual? Deberías dejarlo, es inútil.
Taeyang abrió más los ojos, una ligera chispa dorada comenzó a brillar en ellos.
—¿A qué te refieres? ¿Qué les ocurrió?
De nuevo Hwiyoung se rio de manera cruel, antes de fingir una cara de tristeza.
—Dime, Taeyang, ¿qué podrías hacer si te dijera que cayeron en una trampa? ¿Que por buscar ayudarte resultaron heridos, o algo peor?
Taeyang sintió el peso de aquellas palabras como un golpe en su estómago vacío, sus ojos volvieron a apagarse.
—No, eso no es posible.
—¿Lo ves? Aunque eso fuera cierto, no podrías hacer nada, eres demasiado débil como para poder defenderlos, Taeyang. Al contrario, serías una carga para ellos, un peligro.
»Y estoy seguro que muy pronto ellos también se darán cuenta de eso, decidirán que no vales el riesgo y por fin nos dejarán en paz.
Taeyang sabía que eso era imposible, en la misma medida que era imposible que él mismo abandonara a alguno de sus amigos... pero en su estado mental, tampoco podía estar tan seguro, las palabras de Hwiyoung calaban demasiado hondo
—Tampoco hace ninguna diferencia que lo sepas, eres demasiado débil como para hacer algo.
Taeyang sintió cómo su voluntad terminaba por romperse, pues aquellas dolorosas palabras eran demasiado ciertas: él era tan débil que representaba un peligro para los otros, ya no hablar de protegerlos. Derrotado, cerró los ojos de nuevo, para evitar que unas lágrimas traicioneras escaparan.
—Pero tranquilo, ahora estás conmigo, eres mío así que puedes dejar de pensar en ellos... nadie vendrá a salvarte.
—¿Por qué no solo me matas, Hwiyoung? —pidió en un susurro—. Estoy demasiado cansado de todo esto.
De nuevo Hwiyoung rio.
—¿Por qué habría de romper mi juguete favorito?
—No soy, un juguete, ni soy tuyo.
—Vamos, Taeyang. Luego de todo lo que hemos pasado, luego de la manera en que te has entregado a mí, es obvio que eres mío y una vez que lo aceptes tu sufrimiento acabará, pues ya no tendrás nada por qué pelear.
La mano de Hwiyoung que se había mantenido acariciando de manera distraída su pecho (la misma que lo había golpeado en primer lugar) se movió para bajar por su abdomen, pasó a un lado de su sexo dormido y siguió hasta colarse entre sus piernas.
—¿Los ves? Ya está húmedo y delicioso para mí —sus dedos habían comenzado a juguetear alrededor de su entrada, en la que se introdujeron sin mucha resistencia gracias a todas las veces que ya había jugado con él—. Tu cuerpo sabe bien a quién pertenece, solo hace falta que tu mente lo acepte también.
Hwiyoung movió los dedos con insistencia hasta alcanzar la próstata de Taeyang, logrando que su cuerpo se arqueara por la intensa sensación, su sexo ya había despertado de nuevo.
Taeyang ladeó la cabeza y cerró los ojos con fuerza, podía escuchar a Hwiyoung moviéndose a su alrededor. No pasó mucho hasta que lo sintió entre sus piernas, obligándolo a abrirlas y a levantar sus rodillas.
Taeyang jaló con fuerza las cadenas que lo detenían, pero nada pudo hacer mientras sentía a Hwiyoung colándose en su interior, hasta que su cadera golpeó contra su trasero. Jadeó con fuerza, a pesar de ya estar bastante dilatado, aún así la sensación de ser estirado era intensa.
Además, Hwiyoung tenía razón, su propio cuerpo no reaccionaba de forma correcta a aquello, no cuando su erección se mantenía firme e incluso comenzaba a gotear mientras sentía como Hwiyoung se movía contra él, excitando todas las terminaciones nerviosas de su interior.
—Por favor... —intentó rogar, pero ya ni siquiera sabía por qué, y su ruego quedó interrumpido por un fuerte gemido.
—¿Ves? —dijo Hwiyoung entre jadeos—. Esto es lo que quería desde el principio, y tú también. Tu cuerpo, tu voluntad y tu placer, quiero que me entregues todo.
Insistió, aumentando cada vez más la fuerza de sus embistes. Todo el cuerpo de Taeyang temblaba a causa de los golpes y su cuerpo se mantenía tenso, como si quisiera escapar del placer que era introducido en su cuerpo a la fuerza.
Hwiyoung disfrutó del cuerpo de Taeyang a placer, no solo de las sensaciones que le creaban, también del saber que lo tenía sometido, que había roto su voluntad y, por fin, era completamente suyo.
—¡Hwiyoung! —gimió Taeyang de pronto, aquel sonido arrancó el orgasmo del menor.
Hwiyoung tomó el sexo de Taeyang, para obligarlo a caer consigo, en efecto logró que Taeyang se corriera también, con un lloriqueó que a él le sonó como el más dulce,
Taeyang quedó completamente desguazado luego de aquello, no se movió ni siquiera cuando sintió como Hwiyoung salía de su cuerpo seguido por su simiente. Ya no importaba nada, en esa ocasión Hwiyoung no lo asfixió, pero Taeyang casi hubiera querido que lo hiciera, solo para poder entregarse a la inconsciencia y olvidarse de todo lo demás.
Solo cerró los ojos y se sumió en un estado de duermevela, sintió a Hwiyoung acostarse a su lado, incluso bajó un poco su brazo para poder utilizarlo junto a su pecho como una almohada.
Apenas fue consciente de que escuchó hablar a Hwiyoung.
"No me importa, yo no mandé a ese idiota a que se dejara atrapar."
"Como sea, yo no pienso moverme de aquí, ya tengo lo que quería y no volveré a ponerlo en riesgo. Dawon puede arreglárselas él solo, como sea no me importa."
"Envía a ese niño, Chani, o a Youngbin, que por fin hagan algo por tu dichoso grupo."
Por fin Taeyang despertó lo suficiente como para abrir los ojos y girar la cabeza, pero no pudo ver a nadie más que a Hwiyoung.
—¿Qué...? —intentó preguntar, pero todo le dolía demasiado.
—No es nada. Volvamos a dormir.
***
Sí, la canción del inicio no es de SF9, pero es que la letra queda perfectamente con este capítulo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top