Capítulo 6.- Escudo
Rowoon estaba solo en la sala de entrenamiento de nuevo, aunque la noche ya estaba bastante avanzada.
Las veces que había cerrado los ojos para poder dormir, el terror que había vivido al estar sin sentidos volvía su mente y alejaba su sueño, así que se rindió y prefirió ir a practicar a la sala.
Allí estaba solo moviendo algunas cajas pesadas con su poder, cuando escuchó que la puerta se abría.
—¿Rowoon-shi? —susurró Zuho, entrando a la sala.
De nuevo el cuerpo de Rowoon se tensó por completo, aunque hizo un esfuerzo no demostrarlo y actuar con normalidad.
—Ah, Zuho. ¿Qué haces aquí, por qué no estás dormido? Es tarde...
Zuho se acercó a él, aunque se quedó a una distancia prudente, un par de pasos lejos de él. Rowoon pudo notar la diferencia de cómo solía ser su amigo, un poco empalagoso en la normalidad.
—Podría preguntar lo mismo, pero puedo imaginar lo que ocurre. —Esbozó una sonrisa apenada.
Traía una taza en cada mano y Rowoon fue vagamente consciente del olor dulce a chocolate que salía de ellas.
Rowoon lo miró por algunos momentos, queriendo fijar en su mente esa imagen de Zuho tranquilo, con su pijama holgada y su expresión entre preocupada y culpable, algo completamente distinto a la aterradora imagen que seguía teniendo de sus ojos bicolor cuando lo atacó.
—Lo siento, no puedo dormir, pero no importa, deberías ir a dormir primero, iré en cuanto me agote.
Zuho esbozó una mueca, pero no se movió de su lugar.
—Es por el accidente de la tarde, ¿no es así?
Rowoon se quedó en silencio algunos momentos, había estado a punto de negarlo, pero al ver los ojos honestos de su amigo pensó que no tenía mucho sentido. Al final, bajó la cabeza.
—Lo siento, Zuho-ah, sé que no lo hiciste a propósito, pero no he podido dejar de pensar en ello.
Por fin Zuho terminó de acercarse y le tendió una de las tazas con chocolate caliente. Rowoon la tomó y disfrutó del calor que transmitía.
—No te preocupes, lo entiendo bien, sé que es algo muy difícil de experimentar, lo sé bien.
Algo en la manera en que el gesto de Zuho se oscureció, hizo pensar a Rowoon.
—¿También lo has experimentado? —aunque, más que preguntaba, sonaba a una aseveración.
—Algo así —negó con la cabeza y la tristeza se borró de su rostro—. Pero sé que podría ayudarte.
—¿Ah sí? ¿A qué te refieres?
—Si estás seguro de que puedes defenderte, el miedo se desvanecerá.
Rowoon asintió, aquello tenía sentido.
—Pero, ¿cómo?
Zuho sonrió en respuesta.
—Sencillo, te enseñaré a defenderte. Si así lo quieres, podemos seguir practicando como hasta ahora, pero más bien te enseñaré cómo defenderte de los ataques psíquicos.
—Ah, ¿igual que lo haces tú?
De pronto Zuho esbozó una extraña sonrisa que Rowoon no pudo interpretar.
—Podría ser, pero no pronto, esa es una habilidad mucho más... desarrollada. Lo que haremos será más bien una especie de escudo, para protegerte.
Aun mientras hablaba, Zuho había ido caminando hacia uno de los tapetes mullidos en el que solían practicar combate cuerpo a cuerpo. Se sentó allí con las piernas cruzadas, y Rowoon no tardó en seguirlo, se sentó enfrente de él, sujetando con fuerza su taza caliente.
—No será tan difícil en realidad. Por lo que me has contado, tú ya utilizas la proyección mental para mover tu poder, desde tu mente hasta tus manos y así poder controlarlo, ¿no es así?
Rowoon asintió.
—Bien, te repito esto porque es lo mismo que tendrás que hacer, pero esta vez, en lugar de mover el poder a tus manos, deberás concentrarlo en tu cabeza, o más bien alrededor de ella, puedes imaginar que es un casco.
—Entiendo, en realidad tiene lógica, no se me había ocurrido.
Zuho esbozó entonces una sonrisa melancólica.
—No es algo muy común, además aunque sirve para defenderse de ataques psíquicos, no sirve para mucho más. En mi caso, fue Jaejin hyung quien me lo enseñó.
Rowoon se quedó solo mirando su taza, sin estar muy seguro de qué decir, aunque conocía la historia: Jaejin había sido un héroe perteneciente a la generación anterior, por así decirlo, y había sido el mentor de Youngbin e Inseong cuando estos eran muy jóvenes. Cuando Zuho llegó a la base, atormentado por sus propios poderes, Jaejin y el resto de héroes lo acogieron y lo ayudaron.
Pero Jaejin había muerto en una misión, cosa en realidad usual entre los héroes, fue asesinado por un villano justo enfrente de Zuho.
—Está bien —dijo Zuho, notando la expresión entristecida de Rowoon—. Anda, deberías comenzar primero con la visualización, proyecta tu energía hasta tu mente, después podremos ir viendo y entrenando su resistencia.
—De acuerdo.
Rowoon despertó su poder y lo movió como siempre hacia sus manos, concentrado en aquel tibio cosquilleo, era como si tuviera electricidad recorriendo sus extremidades.
Tenía los ojos cerrados para poder concentrarse mejor. Lentamente fue moviendo aquella energía, sintiendo cómo subía por sus brazos, hasta sus hombros.
—Muy bien, sigue así —susurró Zuho, aunque Rowoon apenas lo escuchó.
Rowoon siguió practicando, aún cuando lograba que la sensación electrizante cosquilleara dentro de su cabeza, solo podía mantenerla allí unos instantes antes de que se desvaneciera, y entonces debía empezar de nuevo.
Luego de varios intentos, Rowoon por fin logró mantener su energía de manera estable en su cabeza, imaginándola como si fuera un casco, tal como le había aconsejado Zuho.
—Eso es, ahora voy a acercarme... —dijo este último cuando Rowoon logró mantener su escudo por varios minutos seguidos.
Aunque no entendió a qué se refería, Rowoon no dijo nada, esperaba sentir a su compañero moverse en el colchón o algo parecido, por lo que cuando sintió de pronto el contacto del poder de Zuho contra su mente, aunque fue tan sutil como una caricia, el terror volvió y lo desconcentró por completo. Dio un respingo y tiró la taza vacía, antes de mirar a Zuho con los ojos agrandados por el temor.
—Lo siento. ¿Estás bien? ¿Quieres que nos detengamos? —preguntó con suavidad.
Rowoon respiró profundo, obligando a su corazón a volver a la normalidad. Una vez que se recuperó, negó no con la cabeza.
—No, sigamos, por favor.
Zuho sonrió y asintió, a lo que el más alto volvió a comenzar. El ejercicio se repitió varias veces, Rowoon se esforzaba por utilizar su poder para protegerse y, una vez que se sentía listo, avisaba al otro para que utilizara su don e intentara alcanzarlo.
Las últimas veces, el escudo de Rowoon incluso ofrecía una pequeña resistencia antes de que el poder de Zuho lo traspasara.
Rowoon estaba tan concentrado, tan emocionado por las pequeñas victorias, que no se percató del tiempo que había pasado.
—Listo, hazlo—dijo, luego de mantener su escudo por varios minutos, pero no sintió el poder de Zuho—. ¿Zuho-ah?
En lugar del poder de Zuho, Rowoon percibió de pronto un golpecito en su hombro. Abrió los ojos sorprendido para descubrir que se trataba de la cabeza de Zuho, que se había quedado dormido.
Por algunos momentos Rowoon lo observó, allí dormido y completamente vulnerable ante él, Zuho confiaba lo suficiente en él como para poder dormir así a su lado. Rowoon suspiró antes de mover su brazo con cierta insistencia hasta que logró despertarlo.
—Ah, Rowoon-shi, lo siento.
—Está bien, Zuho-ah, creo que ha sido suficiente, vayamos a dormir.
Zuho sonrió entonces, y por primera vez desde el "accidente" de aquella tarde, Rowoon pudo percibir esa misma sonrisa alegre que solía tener su amigo, y por primera vez también pudo contestarle con una igual.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top