Capítulo 4.- Miedo

Zuho y Rowoon estaban en el comedor, solos y en un tenso silencio apenas roto por el sonido de los cubiertos. Rowoon no había comido casi nada, solo revolvía los fideos con sus palillos.

De pronto Zuho levantó la mirada mientras su ojo derecho se tornaba blanco; todo el cuerpo de Rowoon se tensó en respuesta y miró a su compañero con inquietud. Pero la mirada de Zuho parecía perdida a lo lejos. Luego de varios minutos así, su vista volvió a enfocarse en Rowoon y sus ojos volvieron a la normalidad.

—¿Qué ocurre? —preguntó por fin el más alto.

—Son Jaeyoon e Inseong hyung, ya vienen de regreso. No encontraron a Tae, pero atraparon a uno de los villanos que podría decirnos a dónde se fueron.

Rowoon solo asintió, pensativo.

—Por cierto, Rowoon-shi, donde sigas así vas a terminar comiendo papilla en lugar de fideos.

Rowoon lo miró por algunos momentos, sin entender, por lo que Zuho señaló a su plato: luego de tanto revolverlo, los fideos se habían ablandado demasiado.

—Lo siento, pero creo que no tengo hambre.

Zuho esbozó una sonrisa comprensiva.

—Entiendo, en ese caso, mejor vayamos a preparar todo para la llegada de los chicos.

Ambos dejaron los platos sucios en el lavadero y fueron a las salas de contención. Zuho encendió una de las salas en específico, creada con materiales bastante resistentes y una cápsula empotrada en una de las paredes creada específicamente para inmovilizar por completo todo el cuerpo del prisionero.

Rowoon se quedó pensando mientras veía a su compañero trabajar.

—Atraparon a Dawon, ¿no es así? —preguntó, a lo que Zuho asintió—. ¿Cómo lo sabes?

Zuho se giró para mirarlo, algo sorprendido por su pregunta, estaba demasiado acostumbrado a su poder y creía que los demás también. Se dio algunos golpecitos en la cien.

—Cada persona tiene ciertas ondas mentales, principalmente aquellos que tenemos poderes, con el tiempo aprendes a identificarlos, —se quedó pensando algunos momentos—, es como con la voz normal, cada uno tiene un timbre, así puedes identificarlos. ¿Cómo crees que puedo comunicarme con Youngbin, aún a la distancia?

De pronto, los ojos de Rowoon cobraron un poco más de brillo.

—Entonces, ¿no podrías, encontrar a Tae? —preguntó esperanzado.

Zuho le dedicó una sonrisa triste y negó con la cabeza.

—Puedo escucharlo, pero apenas. Está muy débil, así que no puedo identificar de dónde proviene "su voz".

Rowoon suspiró, su mirada volvió a apagarse.

—Al menos sabemos que está vivo, y tenemos la oportunidad de rescatarlo —intentó animarlo Zuho.

Antes de que pudieran decir nada más, se oyó como el resto del grupo llegaba. Inseong y Jaeyoon cargaban con cierta dificultad a un Dawon maniatado e inconsciente.

Rowoon se apresuró a ayudarlo para poder colocarlo en la cápsula especial, con sus brazos y piernas fuertemente sujetos por gruesos grilletes que los inmovilizaban cubriéndolos por completo.

Una vez listo, los cuatro se alejaron un poco.

—Bien, Zuho, despiértalo —indicó Jaeyoon.

Zuho asintió, su ojo se tornó blanco mientras fijaba su mirada en Dawon, pronto él comenzó a fruncir el ceño y a mover la cabeza a los lados antes de despertar con un sobresalto. Intentó hacer fuerza contra sus ataduras sin el menor resultado, aún mientras analizaba a los héroes que lo habían atrapado.

El miedo asomó a sus rasgos en el momento en que su mirada se cruzó con la de Zuho.

—Acabemos rápido con esto —intervino Jaeyoon entonces—, dinos dónde está el resto, dónde tienen a Taeyang, y te entregaremos sin más al gobierno.

Dawon negó con la cabeza, sin despegar la mirada de Zuho.

—Yo no, no lo sé. El héroe del sol es el juguete de Hwiyoung, yo no me meto con eso.

—No pregunté eso, ¡dinos dónde se fue Hwiyoung con Taeyang!

—Ya te dije que no lo sé.

Jaeyoon suspiró con frustración y se giró.

—Zuho, ¿podrías obtener la información?

—Claro —dijo el menor con voz parca, sus ojos bicolor ya fijos en un Dawon claramente alterado, sin embargo en cuanto dio un paso hacia el villano otra voz los interrumpió.

—¡No! Espera —pidió Rowoon antes de pensarlo mejor.

Todo su cuerpo se tensó cuando Zuho volteó hacia él y le clavó la mirada, aunque esta parecía consternada por él, Rowoon no se podía quitar el escalofrío que recorría su espalda.

—¿Qué ocurre, Rowoon? —preguntó Inseong.

—Yo, bueno, pensé que, tal vez, sería mejor si Inseong hyung intentara conseguir la respuesta, con su voz —dijo, no muy convencido.

Zuho lo miró solo un instante más antes de suspirar, luego de un parpadeo sus ojos habían vuelto a la normalidad y se encogió de hombros.

—Por mí no hay ningún problema, el punto es encontrar a Taeyang lo más pronto posible.

Dawon soltó un suspiro, claramente aliviado.

—Lo mejor será que me dejen a solas con él, así podré utilizar mejor mi poder

—¿Estás seguro, hyung?

El mayor asintió, a lo que los otros tres salieron de la habitación. Rowoon dudó en el último momento, había reaccionado casi sin pensarlo, como si creyera que Zuho podría hacer algo horrible con el villano, y aunque sabía que su compañero no era así, no podía quitarse esa sensación.

Inseong le dedicó una sonrisa tranquila e incluso asintió una vez para indicarle que todo estaba bien, que no se preocupara, pudo escuchar cómo comenzaba a aclararse la garganta antes de cerrar la puerta.

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