Capítulo 3.- Derrumbe

Dawon observaba divertido a los dos únicos héroes que habían entrado a su territorio.

—Parece que se han perdido, par de corderitos, y han entrado directo a la boca del lobo —dijo burlón, mientras sus ojos se tornaban de color amarillo como el animal mencionado.

Podía sentir ya como la euforia comenzaba a bullir en su cerebro, lo cual alimentaba la fuerza de sus músculos.

Jaeyoon se colocó un poco delante de su compañero, Inseong, mientras llamaba su poder algunas gotitas de agua comenzaron a fluir por el suelo y a elevarse hacia sus manos. Ninguno de los dos era demasiado partidario de pelear, y en aquel momento pensó que hubiera sido buena idea traer consigo a Rowoon (lo pensaba más de dos veces para inmiscuir a Zuho en alguna pelea).

Pero luego del secuestro de Taeyang, estaban más que decididos a proteger a sus dongsaeng.

Antes siquiera de que pudieran preguntar dónde estaba Taeyang, Dawon se lanzó contra ellos, comenzando un ataque frenético que Jaeyoon apenas podía repeler con su agua. Él estaba más dedicado a la sanación que al ataque, pero al menos podía hacer algo de tiempo: detrás de él, Inseong había comenzado con un tarareo bajo que poco a poco iba creciendo en volumen y en poder.

Para cuando los otros dos villanos aparecieron, Inseong ya estaba preparado y su voz subió de nivel hasta alcanzarlos a todos, una nota alta que paralizó a los dos recién llegados. Sin embargo, el frenesí de Dawon estaba ya tan avanzado que el sonido apenas ralentizó un poco sus movimientos, nada más.

Aquello preocupó un poco a ambos héroes, aunque su velocidad había disminuido parecía que su fuerza seguía incrementando a cada segundo, el agua de Jaeyoon salpicaba ante cada golpe y él ya comenzaba a sentir el impacto de los mismos, si las cosas seguían así se pondrían bastante difíciles.

E Inseong comenzaba a quedarse sin aliento, incluso podía ver que los otros dos villanos comenzaban a moverse con esfuerzos.

De pronto hubo una ondulación en el aire, un poder que viajó hasta chocar contra Dawon sin una fuente específica. Pronto Dawon se quedó inmóvil, y se llevó las manos al cuello, como si algo lo estuviera asfixiando, a su alrededor el aire tenía el aspecto vaporoso de una tarde demasiado soleada.

La distracción fue suficiente, el poder de Inseong logró adentrarse en la mente de Dawon y tranquilizarlo lo suficiente, su estado de frenesí se rompió por completo, aún cuando el extraño poder de aire desapareció.

Aún así Dawon se negaba a rendirse tan fácil, a perder así como así, por lo que juntó todo lo que le restaba de fuerzas y golpeó con fuerza el suelo; conocía bien aquel terreno y, tal como esperaba, el suelo terminó por resquebrajarse, dejando caer a las cuatro personas presentes hasta una cueva interior.

Hwiyoung ya había logrado soltarse de la limitación de Inseong, aunque al caer en la oscuridad su preocupación fue, más bien, si es que aquel daño en la infraestructura de las cuevas podía perjudicar a su Taeyang, por lo que dejó a los otros ahí para ir a revisarlo.

Ni Chani ni Dawon tuvieron tanta rapidez y ambos cayeron dolorosamente contra las rocas. Una ráfaga de aire tibio evitó que Jaeyoon e Inseong sufrieran el mismo destino.

—Maldición, uno escapó... Inseong, mantén a este dormido —ordenó Jaeyoon—, iré a ver al otro.

Jaeyoon lo esposó antes de moverse entre los escombros de roca para acercarse al cuerpo lastimado, era más un chiquillo que un hombre, Jaeyoon se tuvo que recordar que era un villano. Chani lo miró con ojos azules helados, al parecer se había lastimado la espalda.

—No te muevas —ordenó el héroe.

Recopiló algo del agua congelada de la cueva y la imbuyó con energía sanadora. Villano o no, el chico parecía dolorido por lo que pensó en sanarlo antes de esposarlo también.

Chani se removió un poco, pero el dolor le impedía moverse demasiado, Jaeyoon se arrodilló a su lado y tomó su cabeza para que la levantara un poco.

—No, me, toques... —balbuceó Chani como pudo.

—Solo cállate y bebe esto, ¿de acuerdo? Te hará sentir mejor.

Jaeyoon acercó su mano con una pequeña esfera de agua, que para ese momento tenía una ligera iridiscencia verde. Chani soltó un suspiro de resignación, para su estado actual era poco lo que podía hacer para defenderse, así que solo se rindió y abrió la boca.

El agua tenía un sabor fresco y pasó casi por sí sola por su garganta; una vez vacía, la mano de Jaeyoon se movió por su cuerpo, siguiendo el camino que había tomado su líquido, potenciando la cualidad regenerativa de su poder allí donde más hacía falta.

Pasaron solo algunos instantes así, Chani tenía los ojos cerrados y suspiró de alivio al sentir cómo el dolor iba disminuyendo. En cuanto sintió que podía moverse mejor, Chani desplegó su poder con fuerza, creando una barrera de hielo que lo separó de su sanador y enemigo.

Como pudo, Chani se puso de pie para huir por entre los escombros, podía presentir cómo Jaeyoon utilizaba su propio don de agua para deshacer su hielo, y sabía que no tenía demasiado antes de que lo alcanzara.

De pronto chocó con otro cuerpo, y estaba a punto de congelarlo cuando se percató de que se trataba de Youngbin.

—¿Qué mierda haces aquí? —preguntó el menor, molesto.

—Al parecer, lo mismo que tú: escapar de todo este caos.

Chani soltó una maldición y ambos echaron a correr juntos.

—Malditos héroes, ¿cómo nos encontraron?

—Bueno, dado que atrajeron al "héroe del sol", era cuestión de tiempo para que los otros siguieran sus pasos.

Sus palabras lograron que Chani se detuviera.

—Cierto, Hwiyoung... —comenzó, volteando hacia atrás, pero Youngbin lo tomó del brazo.

—Es inútil, en cuanto comenzó el derrumbe tomó a su prisionero y huyó.

—¡Maldito! Todavía que esto es su culpa... como sea, mejor larguémonos de aquí.

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