19. Culpabilidad

Narra Luzu:

En estos últimos días, Frank se ha estado comportando un tanto extraño. No es que me molestase, de hecho, era genial. Se comporta como si fuéramos una pareja. Es cariñoso conmigo y salimos casi a diario. Pero, como de costumbre, sentía una extraña necesidad de tener el control.

—Frank, despierta, cariño. —dije, mientras besaba su mejilla.

—Mmmrg. —Se quejó—. Déjame dormir un poco más. Me dejaste muy cansado anoche. —Mis mejillas se tornaron rojo carmesí al oír esas palabras saliendo, con dificultad, de su boca—. No, levántate ahora. —Mi voz sonaba amenazante.

Frank abrió los ojos como platos, bastante asustado, pero intenté ignorarlo.

—¿Luzu? —Se sentó en la cama, cubriendo su cuerpo desnudo con la manta—. Voy a hacértelo aquí y ahora.

—Déjame dormir un rato más, por favor. —dijo riendo, mientras se escondía bajo las sábanas como un niño pequeño. Me pareció muy tierno, pero mi plan ahora era volver a tener el control—. No. Sal. Ahora. —articulé intentando sonar serio.

—De verdad, haremos algo cuando vuelvas del trabajo. Llegarás tarde.

—¿Qué? No, estoy diciéndote que te lo haré aquí, ahora y rápido. Haz esto mas fácil y sal de ahí.

—Me estás asustado. —vocalizó.

—Vamos, no me tengas miedo. —Sonreí lascivamente.

—D-de verdad, n-no quiero.

—Sí, sé que quieres.

—Luzu, n-no.

Me quité mis bóxers, quedando completamente desnudo y lo hice. Escuché sus gemidos de dolor, mezclados de placer, viendo cómo lágrimas caían de sus ojos.

—Luzu... —Escuché que articuló mi nombre. No voltearía a verlo, no podría soportar verlo llorar. Terminé de vestirme y rápidamente fui hacia la cocina.

—Hey! Luzu, good morning! —saludó Lanita animada.

—Hola Lana. —dije sin siquiera voltear a verla.

—¿Algo anda mal?

—No, Lana, estoy bien. —Cogí unas tostadas y las comí de camino al trabajo. No estaba de humor cómo para hablar con ella.

—Borja, ¿estás bien? Has estado toda la semana muy animado, pero hoy te he notado un poco extraño. —preguntó mi jefe, antes de que me largase de allí.

—Sí, no se preocupe. Sólo un par de problemas tontos con mis compañeros de piso. Lo normal, supongo.

—De acuerdo, no dejes que eso influya en tu trabajo. Nos vemos mañana, intenta no llegar tarde.

—Lo siento, lo haré. Adiós. —Me despedí intentando sonreír. Encendí mi móvil y escuché música de camino a casa, lo cual hizo que me relajase bastante.

—Hola Lanita. —dije sonriendo. Para mi sorpresa la sonrisa de Lana se había esfumado cuando entré en la sala.

—Voy a salir, piensa lo que haces. —No entendí porqué me dijo eso. La ignoré y fui a mi habitación, dónde estaba Frank tumbado en la cama dándome la espalda.

—¿Frank? —Se volteó y me miró a modo de respuesta.

—Estoy aburrido. —Suspiré. Y me tumbé a su lado. —¿Qué quieres hacer?

—¿Por qué preguntas? Si de todas formas harás lo que te apetezca. —Me dolió escuchar eso, pero lo que más me dolió era que fuese verdad.

—Bien, tal vez tengas razón. Quiero que vengas al baño, sin ropa, en diez minutos.

—¿Puedo ir con ropa interior?

—¿Es que acaso tú no escuchas cuando te hablo?

—S-sí, lo siento.

Salí de la habitación y fui hasta el baño para preparar algo especial para Frank.

Abrí el grifo de agua caliente y fui a la cocina para buscar unas velas y copas.

Al regresar al baño, coloqué las velas y el baño se inundó de un delicioso olor a vainilla.

—¿Puedo pasar? —preguntó una vocesita desde el otro lado de la puerta.

—Sí, pasa. —Me quité la camiseta y le hice una señal para que me quitase los pantalones. Los bajó de un tirón, y para su sorpresa yo no llevaba ropa interior.

—¿Vienes? —lo invité, tendiéndole la mano para que entrara en la tina.

El sonrió y cogió mi mano, para después entrar en el agua.

Me puse detrás de él, dejándolo entre mis piernas, y acomodó su cabeza en mi pecho.

—¿Quieres beber? —Señalé las copas.

—Sí. Sí quiero. —Me sonrió y yo extendí un brazo para coger una de las copas y tendérsela. Luego cogí una para mí.

—Gracias. ¿Puedo preguntarte algo?

—Después de que haga lo que quiero hacer contigo. —dije besándolo salvajemente.

—Luzu, espera. —dijo él, empujándome suavemente y separando nuestros labios.

—¿Qué te pasa? ¿Por qué has cambiado tanto? Anoche, antes de dormir dijiste que me amabas. Esta mañana me has... follado en contra de mi voluntad —dijo bajando un poco la voz al pronunciar cierta palabra—. y estás a punto de hacerlo de nuevo. Sé que no has tenido la mejor vida, pero no es mi culpa... Yo confié en ti, accedí a hacer cosas que no había hecho antes, incluso llegué a quererte. —Hizo una pausa para limpiar una lágrima que rodaba por su mejilla derecha—. Y tú lo único que haces es arruinarlo. Cada vez que estamos felices haces cosas extrañas. Siento que no te conozco.

Mis ojos se llenaron de lágrimas al oír esas duras, pero ciertas, palabras.

Salí del baño sin pensarlo dos veces, me vestí, fui a la habitación y comencé a jugar con mi móvil, intentando olvidar lo que había sucedido con Frank.

—Luzu, escúchame bien. —Al cabo de un rato, Lana entró donde me encontraba y se sentó a mi lado—. Frank me ha contado lo de esta mañana. —Hizo una pausa y yo bajé la cabeza—. Borja, lo que estás haciendo está mal. Tal vez no sea asunto mío, pero no puedo oír cómo Frank me cuenta lo que le haces y quedarme sin hacer nada. Sé que lo pasaste mal, pero Frank no es el culpable. Además... yo estuve del otro lado.

—¿Eh? ¿Del otro lado? ¿Qué quieres decir con eso?

—Cuando yo tenía trece años, había un chico, un par de años mayor, que me decía cosas bonitas. Me confundía. Yo creía que lo amaba. En ese tiempo a mí y a mis amigas sólo nos importaba salir con alguien. Pero me apresuré y él... él, básicamente, hacía cosas que no me gustaban. Incluso llegó a golpearme por decirle que no quería que me tocase. —Hizo otra pausa, suspiró y añadió—: Debes alejarte de Frank. Tu pasado te está impidiendo tener una relación normal. Tómate un tiempo.

—L-Lanita, y-yo lo siento, no sabía nada.

—Dile eso a Frank. No dormirás con él.

—¿Disculpa?

—Luzu, es mi casa. Dejas a Frank o te vas. —Me molestaba que Lanita controlase mi relación con Frank, pero ella sabía como se sentía él.

—Vale, dormiré en la sala hasta que Frank y yo estemos bien. —Lanita desapareció de mi campo de visión y regresó con unas mantas. —Gracias. —Salí de la habitación, y me senté sobre el sofá. No tenía demasiada hambre, así que simplemente me tumbé y cerré los ojos. Escuché que Frank entró a la sala.

—Lanita, ¿sabes dónde está Luzu?

—Shh. Está durmiendo. —Decidí quedarme así para saber de qué hablaban. Ambos se acercaron y Frank dijo que me veía tierno cuando duermo.

—Frank, ¿de verdad estás enamorado de él? ¿Incluso después de lo que te ha hecho? —susurró Lanita.

—Es difícil de explicar, pero creo que lo amo. —Casi salté del sofá al oír eso.

—¿Lo crees o lo sabes? —preguntó la chica.

—Ahora no estoy seguro. —Sentí una punzada en mi pecho. Quería levantarme y decirle que lo sentía, pero mi orgullo me lo impidió.

—Vamos a cenar, Frank. —Se fueron a cocinar y me quedé dormido. Frank... me quiere, de verdad me quiere o al menos me quiso. Me sentía como un completo idiota.

(Autora: @aitak672)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top