Los inviernos son fríos. Bastantes fríos.

Y aunque no fuera ella un reptil precisamente, también sufría por el aumento de temperatura de aquellos meses.

Pero, ahora que yacía tiempo saliendo con aquel tigre de Bengala, Bill, los inviernos eran más agradables.

Siendo honesta consigo, nunca creyó salir y tener una relación con un carnívoro grande como lo era un tigre. Y aún si no fuese un carnívoro grande, tampoco imaginó que el animal al cual amaría o por quien tendría sentimientos, sería por Bill.

No obstante, había notado cómo Bill había cambiado en ciertos aspectos. El cómo estaba evolucionando cómo persona y sobre todo, el esfuerzo que estaba haciendo al tener una relación interespecie con ella.

Y aunque la relación que tenían antes era de compañeros y amigos, queda claro que no volverían a tener la misma relación de antes si todo terminaba.

Sin embargo, Els estaba lejos de querer que lo suyo con Bill acabara. Y al parecer, no era la única.

Pues, poder dormir juntos en el invierno, se había tornado lentamente en una costumbre y ritual para ambos. Era como una manera de profundizar más su lazo.

El sentir su calor, su pelaje y algunas veces, escuchar sus ronroneos, era totalmente increíble y agradable.

Y ella, no quería cambiar eso nunca.

-Traumada Taisho