007. UNA MARIONETA LLAMADA IZUKU

Keh keh keh...

Aquella risa maliciosa resonó por el mundo, rodeando a Izuku.

Este abrió sus ojos con impacto. ―¿Donde...? hasta hace uno segundos él sujetó la espada y...

―Bienvenido ―habló una voz detrás suya―. Creo que ya es el momento, ¿No?

Izuku no pudo voltearse. Al ser ajeno a este mundo, simplemente su cuerpo no podía procesar el estar rodeado de semejante presencia.

La presencia de un diablo.

No solo eso. Se sentía invadido. Como si su mente fuera invadida por una segunda conciencia.

―¿D-De que hablas...?

―Te desangraras. Apenas puedes moverte por el shock. Necesitas poder. Yo puedo solucionar todos esos problemas ―Izuku sintió un gran dedo apoyarse en su nuca, insistente―. Solo necesito que pierdas la conciencia.

Izuku solo podía sentir su cuerpo tenso. Era casi como flotar en un lago helado. Un escalofrío rodeaba su alma, haciéndole sentir demasiado extraño.

De alguna manera había terminado así. Solo sujetó la espada y...

«Eres demasiado débil.»

El peliverde conecto los cables, reaccionando. Espera... ¿Tu eres... esa voz? ¡¿Por que suenas igual a Kacchan?!

―No tienes tiempo para hablar, ¿O si, pequeño renacuajo?

Aquello impactó al peliverde.

Ciertamente... Él no tenia tiempo para nada.

Asta... El viejo Fanzell...

Aunque sabia que eran perfectamente capaces de defenderse ellos mismos... no quería ser solo un peso muerto.

Y como antes había dicho al sujetar la Matademonios...

―No lo entiendo. No entiendo este mundo, pero... ―tragó saliva, sabiendo que esto era demasiado arriesgado. Pero estando en esta situación...― ¿Si pierdo la conciencia... ganaré mas poder?

―Keh keh... ―el diablo sonrió ampliamente―. Así es.

―... ―solo volvió a tragar saliva. No era estúpido. Claramente caer inconsciente era lo que era. Eso significaba que él...

El nerviosismo llegaba hasta el ultimo rincón de su alma.

La presión en su pecho gritaba que no debía hacer caso, pero este frio en su alma causada por la antimagia no le permitía percibirlo. Y siendo que están hablando de él... sabia que en este pacto no tenia ninguna opcion mas que aceptar.

Quería salvarlos. Aunque no fuera él mismo, debía de ayudarlos.

Y siendo movido solo por ello, comenzó a cerrar sus ojos lentamente.

―Deja de flotar. Húndete y relájate. Húndete y duerme.

Izuku apretó los labios al escuchar aquello. ¡Esa voz era demasiado tenebrosa! ―N-No ayudas...

El diablo rio con su manera peculiar mientras rodeaba a Izuku con sus manos, atrapándolo casi por completo. ―Ahora yo me encargaré.

Aquello hizo a Izuku abrir sus ojos de repente. ¡Espera! ¡Esto no era tan buena idea! ¡¿Que tanto puede confiar en una voz misteriosa?!

Se dio cuenta que cometió un error. ―¡¡Espera!!

Y el diablo lo atrapó. ―¡Muy tarde!

[...]

―Magia espacial: Entrada a la Sala Roja.

Asta se sorprendió al estar en un gran cubo rojo. ―¡¿Ah?! ¡¿Donde estoy?!

Galleo rio levemente por encima del hombro. ―No tendré que utilizar los hombres del abismo contigo.

―¡¡No me subestimes!! ―Asta expuso su grimorio, viendo que esto seria un 1 vs. 1―. ¡¡Yo seré el Rey Mago!!

Ante esto, el soldado se preparó, desvainando un pequeño cuchillo. ―Entonces muere peleando por tu sueño, mocoso.

―...

Asta estaba en silencio, viajando entre las páginas en blanco de su grimorio.

Rápidamente lo tomó en sus manos y comenzó a buscar con mas fuerza e insistencia.

Se exaltó. ―¡Todas las hojas están en blanco!

Tras decir aquellas palabras, recordó dos detalles. La Matademonios estaba fuera de su grimorio, y él estaba en otra dimensión.

Su única arma...

Bajó los brazos. Su única arma estaba en manos de Izuku...

Sin la Matademonios... ¿Cómo vendería a ese tipo? ¿Cómo cortaría esta dimensión...?

Usando su magia espacial, aquel soldado apareció detrás de Izuku. ―Solo muere.

Pero lejos atravesar la carne, recibió un golpe en el mentón que nunca imaginó que recibiría en la vida.

¡¿Este mocoso... le tomó por sorpresa?!

Saliendo disparado, aterrizó en el suelo con brusquedad y observó al chico con sorpresa e irá.

Él solo apretó sus puños. ―¡¡Aun tengo mi cuerpo!!

Ante la sorpresa por aquella declaración, solo pudo exclamar: ―¡¿Tu... cuerpo?!

―¡No será la única vez que no cuente con mi espada! ―Asta se lanzó a puño limpio contra el asesino―. ¡¡El camino que decidí para mi es compartir mi poder con mi amigo!!

Aquel hombre apoyo su mano en el suelo. ―¡Magia Espacial: Hombres del Abismo!

Asta tuvo que retroceder rápidamente al casi pisar una cosa extraña que sobresalía del suelo.

Y esas cosas comenzaron a crecer y tomar forma humana, sorprendiendo a Asta. ¡¿Eso era...?!

―¡¡Mátenlo!!

Aquellas figuras obedecieron al instante, intentando embestir a Asta.

Él apretó sus puños nuevamente y se preparó. ¡Esta batalla no seria nada fácil!

[...]

Izuku estiró sus brazos con libertad. ―A pasado tiempo desde la ultima vez que vine al mundo físico ―observó su mano izquierda envuelta en antimagia―. ¡Lo sabia! ¡Este era definitivamente un completo idiota!

¡Fueron años y años comiéndose en su propio odio y planes de venganza hasta que lo logró!

¡Por fin podría vénganse! ¡Por fin podría asesinar a toda esa escoria que eran los demonios!

Comenzó a reír. Risa que ya no mantenía el timbre de este cuerpo. Como antes mencionó Izuku, el diablo sonaba demasiado parecido a Bakugo.

Extendió su ala de antimagia, la cual brotaba con inmensa fuerza. ―¡Ahora...!

Oh...

Aquello sonrisa puntiaguda se volvió en un rostro confundido. ―¿Ahora que demonios hago?

Lucifero, ese maldito diablo estaba en el inframundo.

Mucho antes de ser lanzado al mundo de los humanos, había escuchado de que un diablo de rango alto había logrado abandonar su cuerpo gracias a su magia y vagar como sombra por el mundo.

Ese diablo se llamaba Zagred. Pero había sido sellado en un Limbo por una hechicera hace cientos de años...

Oh. Espera. Ese sello ya debería de estar roto o estar a punto de romperse.

Sonrió nuevamente. Entonces ese era su objetivo. Con su poder que anula toda la magia, ni siquiera debería de salvarse siendo un alma.

Todos los demonios eran basura. ¡Los acabaría a todos! ¡Era tanta su rabia que apenas y podía contenerla!

Pero... debía de hacer el esfuerzo.

Hasta ese momento...

Suspiró. «Ese tipo muy seguramente peleará por recobrar su cuerpo. Además... si suelto la espada mi energía dejará de fluir y perderé el control de este cuerpo. Si esto pasara con ese idiota del grimorio de 5 hojas seria muy diferente. Entonces...»

Aquella versión distorsionada del cuerpo de Izuku, con la una larga cola de diablo y rostro parcialmente cubierto por antimagia, observó el techo de la casa de Fanzell.

Debido a que el diablo le estaba controlando, estaba en algo que nosotros llamamos Modo Berserker. En este estado fácilmente podría acabar con esos asesinos si no fuera por la herida en su estómago.

Aunque, claro, el diablo apenas y sabia moverse. Ciertamente la fuerza bruta no lo era todo en un combate.

Pero ignoraba aquello. Ahora lo que nos importa... ¿Por qué pensaba en enfrentarlos?

Por supuesto que no era para ayudar. Él era un diablo como los demás. Una escoria andante. No tenia sentimientos y ni principios. No...

―¡Solo por que seas un demonio no significa que seas un tipo malo!

―... ―mientras mantenía sujetada su herida con la izquierda, avanzó hacia la casa―. Seria malo si este humano no volviera a sujetar la espada por temerme.

Una simple escusa para poder ayudar.

Despues de todo, aquel llamado Liebe era un diablo... y una perdona extraña.

Pero al final... la malicia en su corazón siempre ganaba.

Hoy era por este humano... pero el día que se encuentre con un demonio frente a frente, no dudará en robar a la fuerza este cuerpo o el de ese otro idiota.

Su ira silenciosa inundaba su corazón. Iba a matarlos a todos. Ese era su único objetivo. Incluso si para ello debía de arrebatarle el cuerpo a alguien mas. Incluso si así se convertía en una escoria como los demás demonios.

Matar...

Blandió la espada Matademonios, la cual estaba sumergida en oscuridad.

Mataría a cualquiera que se interponga en su camino. Y estos asesinos... amenazaban a única manera de regresar al mundo material.

―El edificio esta rodeado. No hay forma de escapar, maestro.

Fanzell solo mantuvo la mirada baja. ―Izuku y Asta... ¿Dónde están?

―Eso no importa. Ahora debería de estar dando sus consejos para el nuevo guerrero mágico, no entrenando a niños.

―La sangre de tu cuchillo no es solo mía, ¿No? ―Fanzell apretó la mirada―. Mariella...

―Sabe mejor que nadie que esta es la única manera de hacer este trabajo. Si el chico verde se acerca, ¿Podría hacer que se entregue? No soportará el regreso al Reino Diamante si llega a pelear.

―A si que es de él... ―Fanzell se vio aun mas deprimido, conectando los puntos―. Si solo él presenta una amenaza... Domina... Asta...

Mariella solo guardó el silencio.

Claro que nada de esto no le gustaba... pero como bien lo dijo, era la única manera de hacer este trabajo.

Sin embargo... y siendo casi todo el escuadrón de asesinos con el que disponía el Reino Diamante, claro que era idóneo poder masacrarlos a todos ahora.

Si... Mariella tenia ciertos sentimientos traicioneros en su corazón. Despues de todo, Fanzell era el hombre al que mas admira, pero estaba atada a un Reino que rechazaba y a un hombre que le perdonó la vida.

Además, ya tenia las manos empapadas de sangre. El único castigo acorde para alguien como ella era la ejecución en manos del Reino Trébol.

Y siguiendo ese hilo, el único final para ella era salvar a su maestro camino al Reino Diamante, costándole la vida en el proceso.

Estaba preparada mentalmente para ello. Despues de todo, si continuaba viviendo, tarde o temprano le sacarían a la fuerza que Domina continuaba con vida.

Aunque era una lástima. Quería vengarse de todos estos desgraciados. ¿Pero qué podría hacer? Eran unos 70. Era prácticamente imposible-

―¡¡Divisor Negro!! ―tras escuchar aquel gritó, nadie pudo reaccionar hasta que sintieron un borde filoso enterrarse en sus cuerpos, atravesando el edificio y arrastrándolos con él.

Cuando el tajo terminó, la casa se derrumbó casi por completo y todos salieron disparados por la inercia del borde de la gran espada la cual se detuvo.

Así Mariella terminó en el suelo, y Fanzell contra un árbol. Si el viejo hubiera estado arrodillado sin dudas hubiera muerto...

Ambos tenían una herida en el área del estómago, la cual sangraba. Había atravesando la piel como si se tratase de un navajazo...

Levantaron la vista, quedando impactados al ver la figura oscurecida de Izuku entre el polvo. Su ojo izquierdo brillaba con un fuerte rojo, intimidante.

Retrajo aquella masa negra que funcionaba como un filo extra al de la Matademonios. ―Solo los de adentro... ―murmuró, viéndose rápidamente rodeado por 20 magos.

Sin contar los que no tardarían en levantarse...

Ese tajo fue todo menos efectivo. Continuaba siendo un 1 vs. 70.

Casqueo la lengua con fastidio, preparándose.

Ante esto, Fanzell solo tuvo una reacción.

No importaba la apariencia de Izuku, su tono de voz cambiado y esos tres cuernos que sobresalían de su cabeza...

Asta... Domina... Si ambos realmente habían muerto, ¡¡Izuku era lo único que le quedaba!! ¡¡Tenia que ayudarle!!

Ante la sorprendida Mariella, Fanzell se puso de pie pese a sus dos graves heridas y robo de sus propias manos el cuchillo de hielo que empuñaba, desatando su magia. ―¡Magia de Viento: Vendaval Cortante del Emperador!

―Viejo...

―¡Luego me encargaré de ti, Mariella! ―Fanzell apuntó a los atacantes de Izuku―. ¡¡Magia de Viento: Viento Invernal!!

Con ello, disparó varias espadas de viento.

Ante el impacto en la espalda que generó a varios asesinos, Liebe apretó el mango de su espalda. ―Divisor Negro...

―¡Lo hará otra vez! ¡Atáquenlo!

―¡¡Apártense de mi caminó!! ―gritó con rabia, lanzando nuevamente aquel tajo que, sorpresa, no impacto a nadie.

Ante el ataque Liebe quedo con la guardia expuesta, y eso...

Todos los magos arrojaron hechizos contra Liebe, quien los observó con impacto. ―No puede-

―¡¡Vendaval Cortante del Emperador: Destemple!!

Sorpresivas y rápidas corrientes de viento impactaron contra los magos restantes, enviándolos a volar.

Esto Liebe lo observó con sorpresa.

El cansado Fanzell jadeaba al abusar de su magia en su estado actual. Mientras la sangre se escurría por su boca, dio un paso adelante. ―¡¡Estas dando vergüenza, Izuku!! ¡¡Aplica lo que te enseñe o huye!!

―¿Lo que... ―Liebe se ergio― le enseñaste...?

Él ciertamente no había prestado atención.

Él no tenia la disciplina y practica que Izuku tenia. Y hasta ahora, como dijo ese viejo, estaba haciendo el ridículo. Si no fuera por él probablemente le hubieran matado.

―...

«¡¡Tengo que salvarlos... a cualquier costo!!»

―¡Ya es la segunda vez que nos ataca por la espalda!

―¡Parece que ella está incapacitada!

―¡Detengan a Fanzell!

Si no se volvía de utilidad, algo malo le sucedería a Fanzell, y aunque no le tenia aprecio a ese humano, simplemente no podría quedarse de brazos cruzados.

Despues de todo... ya experimentó una vez lo que era ser la causa de la muerte de alguien...

La imagen fugaz de cierta mujer se atravesó por su cabeza, lo que le hizo apretar los labios.

Solo había una manera de ser de utilidad en esta situación.

Y la verdad es que... fue agradable volver a este mundo una vez mas. ―Despierta.

La mirada de Liebe se perdió. Dio algunos pasos hacia atrás tambaleándose, para luego recuperarse y abrir los ojos enormemente.

Uno de sus cuernos se contrajo, la antimagia en su rostro bajó la intensidad y la Matademonios regreso a su color habitual, indicando que abandonó el estado Berserker.

Sin embargo... la antimagia continuaba fluyendo por su cuerpo.

Aunque perdido, los ojos de aquel chico vieron claramente a un asesino saltar con una daga de hierro tras las espaldas del viejo Zell, listo para dejarle inconsciente.

Y agrietando el suelo ante la fuerza que concentro, él se arrojó a inmensa velocidad contra aquel asesino.

Al ver esa acción, Zell rápidamente se agacho e Izuku encajo un golpe de lleno contra el asesino, estrellándolo contra el árbol detrás de él, lo que le dejó inconsciente.

Aunque la espada ya no tenia filo, era de mucha mas utilidad.

Zell sonrió, blandiendo su espada. ―¿Que te sucedió... Izuku?

Este blandió la espada Matademonios con seriedad, listo para todo. ―¡¡Estoy bien!! ¡¡Tenemos que rescatar a Asta!!

Fanzell observó de reojo y mas de cerca la apuñalada del peliverde. No se veía nada bien... Pero solo pudo asentir. Tampoco es que él estaba en perfectas condiciones, pero debían de ganar primero. ―Bien.

Aunque perdido, Izuku sabia donde estaba. Sabia lo que debía de hacer...

―¡¡Los salvaré a todos a cualquier costo!!

―¡No seas tan presumido!

Y así, ambos se prepararon para la batalla. Un 2 vs. 69.

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