006. ALTA PRIORIDAD

―¡Izuku! ¡No descanses entre golpe y tajo!

―¡Si! ―este rápidamente corrigió su forma de lucha, dejando de exponerse en aquellos pequeños descansos y logrando desequilibrar a su oponente de un golpe en su costado derecho.

Asta recuperó su estabilidad y apretó el mango de su espada, listo para contratacar. Sin embargo... ―¡Asta! ¡Emplea tu fuerza solo para sostener tu espada! ¡Deja que el filo y el peso haga el resto!

―¡Si! ―corrigiéndose, Asta se ahorró desgaste físico al confiar en el peso de la espada, concentrándose en su agilidad y movilidad.

Tras un tiempo de entrenamiento considerable, ¡Ambos realmente lo estaban haciendo genial! ¡Tanto que podían mantener un combate de entrenamiento entretenido!

Tal vez, con sus nociones básicas, ya estén listos para un combate de verdad.

―¡Izuku!

El peliverde afiló su mirada. ―¡Bien!

Ambos se detuvieron por breves instantes, arrojando sus espadas al otro a la vez. Apenas las sujetaron del mango, reanudaron su batalla.

Con una espada de madera, Asta ganó gran movilidad, lo que hizo que arrojase un tajo alto que se calvó al suelo al ser esquivado por Izuku, quien no pudo contraatacar, teniendo el filo de su espada en el suelo.

Fanzell observó esto con seriedad. «Izuku puede manejarse con la espada de Asta, pero primero tiene que levantarla del suelo para poder maniobrarla. En una batalla...»

Asta reanudó su ataque, lo que forzó a Izuku a soltar su espada para esquivarlo por poco.

En una batalla, la falta de fuerza simplemente podía ser fatal. Y, en este caso, le valió el desarme al peliverde.

Fanzell sonrió. ―Bien. Ya pueden detenerse.

Asta abandonó por completo su rostro serio y centrado, regresando al habitual y apoyando la espada de madera en su hombro. ―¿De nuevo?

―Estos ensayos son para darles experiencia y a la vez poner en situación a Izuku ―aclaró Fanzell―. Los dos repiten algunos errores de vez en cuando. Procuren tener siempre lo que les enseñe o aprendieron de otros en la cabeza mientras están en una batalla. Piensen en paralelo.

Asta asintió con fuerza.

Por otro lado, Izuku...

Este solo observó aquella espada oxidada. ―Necesito mas fuerza...

Fanzell sonrió levemente. Eso había sonado a algo que diría Mariella. ―Tiempo al tiempo. Procura tener la mente preparada cuando tu cuerpo lo esté.

Sin embargo, Asta, quien mas entendía la frustración de no poseer suficiente poder, y emocionado por ayudar, sujetó del hombro a Izuku y apretó su puño, observando al peliverde con sus brillantes ojos. ―¡Tenemos que esforzarnos mas para el examen de caballería! ¡Vamos a correr!

Izuku supo al instante que lo de "correr" era literal. Solo asintió, pero... ―E-Eso no me ayudará a ganar mas fuerza...

―¡Solo tenemos que acostumbrarnos a su peso! ―Asta soltó a Izuku y fue a cargarse leña a los hombros, dejando de piedra a Fanzell y a Izuku. ¿Pero qué...?

Bueno. Asta era realmente practico...

Izuku rápidamente utilizó todas sus fuerzas, alzando la Matademonios y apoyándola en su hombro derecho. ―¡E-Entiendo! ―gritó, no tan convencido. Sin embargo, lo que acostumbrarse al peso sonaba lógico, a decir verdad...

Tal vez, practicando de esta manera, su cuerpo se acostumbre a emplear la fuerza necesaria para empuñar esta espada.

Aun con sus ojos brillantes, Asta alzó su brazo izquierdo. ―¡Vamos!

Izuku rápidamente le siguió cuando Asta comenzó a trotar. El viejo Zell solo sonrió resignado. «Supongo que es todo por mi parte hoy...»

Se levantó, soltando la ramita el cual balanceaba levemente mientras observaba a sus nuevos discípulos entrenar. Suponía que debía de vestirse ahora. Estaba haciendo frio.

Además, Mariella debería de llegar en algún momento. Ya desde hace unas semanas que fue en busca de Dominante...

―¡Luego de esto hagamos ejercicios de velocidad! ¡Quiero retar a Yuno cuando regresemos a la aldea de Hage! ―gritó Asta.

Izuku comenzó a sentir que le faltaba el aliento y dolía el cuerpo, asintiendo.

5 largos minutos pasaron, en donde Izuku y Asta se adentraron al bosque, haciéndolo parte de su circuito.

Mientras Asta tenia un rostro centrado, manteniendo su respiración completamente controlada, ¡Izuku jadeaba como si estuviera en una maratón! ¡La Matademonios pesaba demasiado como para correr con ella al hombro!

Tal vez seguirle el paso a Asta no era buena idea. ¡All Might le había dicho que sobre exigirse solo le daría la mitad de los resultados que deseaba! Tal vez debería de detenerse y pensar en sus siguientes pasos.

Sin dudas, lograría acostumbrarse a su peso a este ritmo, ¡¿Pero su cuerpo soportaría el trayecto?! ¡¡Asta corría una barbaridad!! ¡Una verdadera barbaridad!

Y aquella pregunta se respondió.

Izuku tropezó con fuerza al no estar al tanto de su camino, cayendo con la espada al hombro.

Asta se detuvo. ―¡¿Izuku?! ¡¿Estas bien?!

―N-No... ―murmuró adolorido, sentándose en el suelo, dejando la espada Matademonios a un lado.

Asta se acercó rápidamente, dejando sus troncos atrás y extendiendo su mano con ánimos. ―¡Vamos! ¡Es normal caer las primeras veces!

Izuku observó aquella mano amiga con sorpresa.

¿Normal...?

Ante aquellas palabras, el peliverde no pudo evitar recordar aquel invierno junto a All Might. ―Oye, oye. ¿Cuál es tu problema? ¡Solo quedan 6 meses! ¡No hay forma de que llegues a tiempo, chico! ¡¿Quieres descansar?! ¡¿Quieres tomarte el día y dormir como la bella durmiente?!

Ciertamente no importar el mundo, se encontraba en la misma situación. El tiempo con el que contaba era ínfimo... y sus enemigos no le esperarían.

Lo sabia.

Lo estaba pensando demasiado, lo que le hacia no esforzarse lo suficiente. Observaba a Asta, y sabia que solo morirá intentando llegar a su estado físico en solo 5 meses.

Pero...

―Si no me esfuerzo 12 veces mas que los demás... ¡¡Caeré y fallaré!! ¡Quiero ser tan fuerte como tu...! ¡¡Quiero ser tan fuerte como el héroe mas fuerte!!

¿La Matademonios pesaba? ¡Claro que pesaba, y mucho!

¡Pero mas pesado era su deber! ¡¡Pesado era el camino del héroe!!

No tenia a All Might como su meta inalcanzable, pero...

Haciéndolo esperar lo suficiente, sujetó su mano. ¡¡Tenia a Asta!!

Ambos hicieron el esfuerzo por ponerle de pie, pero cuando Izuku apoyó su pie derecho soltó un fuerte quejido, soltando la mano de Asta y cayendo al suelo nuevamente.

Sospechando sobre el problema, ambos apuntaron al pantalón de peliverde, al área del tobillo.

Tras observar el obvio golpe, Izuku apretó levemente sus dientes. ―¿Un esguince?...

―¡¡Esto es malo!! ―gritó Asta con extrema obviedad―. ¡Tenemos que llevarte a la casa del viejo Zell antes de que empeore!

Izuku solo se vio sorprendido... ¡¿Cuantos esguinces sufrió Asta como para reaccionar tan rápido?! ¡Era preocupante! ¡Su madre se desmayo 3 veces cuando le vio con uno!

Mierda... ¡Mierda! ¡¿Un esguince?! ¡Justo en el momento menos oportuno!

¡¡Justo cuando se dio cuenta que debía de trabajar incluso mas duro que Asta...!!

Sin embargo...

Izuku nuevamente observó la mano amiga de Asta... aun manteniendo su rostro sorprendido. Esa sonrisa...

Todo este tiempo, tal vez por impulso y sus preocupaciones, dio por sentada la forma de ser de Asta.

Claro que este chico tenia muchos atributos recalcables, pero...

―Imagino lo que debes de estar pensando ―comentó bajo la sorpresa del peliverde―. Todo este tiempo tuve que entrenar por mi cuenta. Me lastimé muchas veces al hacer ejercicios mal o solo por descuidos como este. Tarde mucho tiempo en aprender a hacer las cosas, y en el camino me frustré demasiado por que Yuno me superaba, y envidiaba a las personas que tenían magia ―sonrió ampliamente―. No quiero que te pase lo mismo. Ahora que entrenamos juntos, ¡Prometo que esta será la ultima vez que sientas este dolor!

¿Acaso... le prometía que lo ayudaría en esto tambien?

Asta era... Izuku simplemente no pudo describirlo.

Mientras que él solo fue conformista cuando vio sus sueños truncados, Asta llevó su cuerpo hasta limites que nunca vio en alguien de su edad. Todo con el objetivo de cumplir sus sueños...

Asta, simple y llanamente, era digno de la admiración y el respeto de muchos.

Tal vez, cuando ingrese a una orden de caballería, mueva a mucha gente a mejorar.

Tomó su mano firmemente, dispuesto a no soltarla aunque duela.

Debia cambiar su actitud pesimista, debía de dejar de pensar en si fracasará. Debia de ser un poco mas como Asta, y superar sus limites.

Asta llevó el hombro de Izuku detrás de su cuello, y lo apoyó en él. ―¿Puedes caminar?

Este asintió con fuerza. ―¡Pero cuando regresemos, no des por acabado el entrenamiento ―declaró con decisión―. ¡Aunque tenga lastimada la pierna, aun puedo mover mis brazos! ¡¡No puedo quedarme atrás!!

Aquello provocó una sonrisa en Asta. ―¡Bien! ¡Te acompañaré!

Izuku se determinó. ¡Aunque sienta que valla a morir o romperse, se superará hasta el ultimo segundo antes del examen de caballería! ¡Volver a su hogar... Salvar a gente dependía de ello!

―Ahora.

Aquellas palabras retumbaron en el bosque, y Asta solo tuvo tiempo de voltearse.

Un agujero especial se abrió frente a él, y de allí salió una mano empuñando un cuchillo de hielo.

Izuku solo pudo observar esto de reojo y en un acto reflejo empujar a Asta...

Nuevamente el sonido desapareció de aquel bosque... hasta que una gota cayó al suelo.

Sangre.

―Apunté al corazón, pero lo cubriste con tu cuerpo mas alto ―la mano femenina soltó su puñal―. Aunque se clavó en tu estomago. Sigue siendo letal. Tu acto no tuvo nada de sentido.

Asta e Izuku se vieron rodeados por magos. En los arboles, entre los arbustos... Sin saberlo, eran mas de 70 al estar en una misión de alta prioridad. Además, de aquel agujero espacial terminaron por salir dos magos mas.

Sin embargo, eso no era importante ahora.

Izuku escupió sangre.

Asta solo pudo observarlo de reojo. ―¡Izuku!...

Este vio su vista borrosa. Ellos... ―Asesinos... del Diamante... ―y cayó desplomado.

―¡¡Izuku!! ―gritó Asta con todas sus fuerzas, corriendo a socorrerle.

Galleo, el líder de la operación, la observó. ―¿Que demonios haces? Nos ordenaron que lo llevemos con vida.

―Se atravesó. No tengo nada que ver con ello ―le observó de reojo―. ¿No tienes a ningún mago con magia de curación?

―Somos asesinos ―respondió con simpleza. ¿Por que su equipo tendría a un mago con hechizos de curación? En cualquier caso, y con uno de los objetivos asegurados... se llevó un aparato mágico cerca de la boca―. Todos los grupos, tomen la casa.

Acatando la orden, todos los magos alrededor se dispersaron en dirección a la casa.

Asta apretó los dientes. ―¡¿Asesinos del Diamante?! ¡¿Lo que dijo Izuku es verdad?!

―¿Podrías no interponerte? ―preguntó aquella chica, indiferente―. ¿Morirías por un desconocido?

Asta le apuntó. ―¡Tenemos la misma edad! ¡Y no es un desconocido! ¡Él es mi amigo!

Ella se vio seria. ―Él es un renegado del diamante, así como el viejo que estuvo entrenándote. Ambos serán llevados de nuevo al Reino Diamante. El Reino del Trébol no tiene nada que ver en esto.

Al tener a su amigo desangrándose frente suya... Asta solo apretó sus dientes aun mas. ―¿Que... el Reino del Trébol no tiene nada que ver...? ―y se lanzó contra ella sin dudarlo―. ¡¡Te dije que somos amigos!!

Galleo empujó a Mariella, apoyando sus manos en los hombros de Asta. ―¡¡Magia de Creación Espacial: Habitación Roja Cerrada!!

Y ambos simplemente desaparecieron en una explosión de humo.

Izuku abrió sus ojos cuanto pudo. ―¡As...ta...!

Mariella solo observó de reojo esto. ―La magia de ese viejo no es la gran cosa, pero es molesta. Ni siquiera se llevó su grimorio... así que creo que ese chico ya esta muerto ―acercándose a Izuku y sacando el cuchillo de hielo de su estomago, haciendo a este soltar un fuerte quejido, expuso su grimorio y buscó entre las paginas―. Magia de Hielo: Prisión de Hielo.

Utilizando un hechizo destinado a inmovilizar a sus enemigos, Mariella solo se dispuso a congelar la herida de Izuku. ―No es conveniente que mueras. Me mataran si eso pasa. Procura no moverte, o el hielo se romperá y te desangraras.

Sin embargo, Mariella se vio sorprendida cuando Izuku la sujetó del cuello de su ropa. ―¡Tu... ! ¡Dile a... ese tipo que no le haga daño a... Asta! No tiene nada que... ver...

―Su magia espacial lo lleva a otra dimensión. No puedo comunicarme con él, o ir a ese lugar ―contestó con indiferencia, soltándose del agarre de Izuku con facilidad―. Esto pasa cuando te involucras con inocentes. Debiste haber aceptado tu destino en el Reino Diamante.

Izuku apretó sus dientes con dolor. ―¡Me hubieran... matado...!

―La orden de cancelar tu ejecución fue emitida a ultimo segundo. Si no hubieras escapado, solo te hubieran retenido y experimentado contigo ―Mariella se marchó, dejando al impotente Izuku en el suelo―. Pan de cada día en el Reino del Diamante.

Izuku solo se sorprendió al escuchar aquel tono con algo de asco.

Pero no había tiempo...

Esto... Esto simplemente no podía estar pasando. Los asesinos finalmente habían decidido actuar. ¡Si no se hubiera lastimado el tobillo, muy seguramente hubieran esperado un poco mas!

No... ¡¡No...!!

¡¡Asta...!!

―¡El Rey Mago es un tipo genial que protege a todo el Reino! ¡Si quiero ser el Rey Mago, no puedo ignorar a esas personas que están en peligro en el Reino del Diamante! ―gritó, insistente―. ¡Déjame ayudarte! ¡Yo quiero ayudarte a salvarlos, y esta es la única manera en la que puedo hacerlo! ¡Compartamos nuestros poderes, Izuku! ¡Seamos caballeros mágicos juntos y salvemos a todas esas personas!

¡¡Fanzell...!!

―Todo lo que se sale de nuestras manos nos dará miedo, y eso sucederá mas veces de las que te gustarían en la vida. Al final, solo queda armarnos de nuestra razón para mantener la esperanza y seguir. Izuku, estas bien. Estarás bien. Lo prometo.

¡Ambos estaban en peligro...!

Sujetó aquel hielo que cubría su herida. ¡Tenia que moverse...! ¡Aunque el hielo se rompa y muera... tenia que moverse!

Izuku se arrastró como un gusano y estiró su mano, intentando alcanzar su vinculo con Asta. La Matademonios.

¡¡Ellos lo necesitaban!! ¡¡Tenia que ser fuerte!!

El hielo de Mariella comenzó a partirse, y un poco de sangre se filtro entre las rajaduras.

Si muere aquí... no podría salvar a las personas de su mundo.

Si muere aquí... no podría ser un héroe.

Si muere aquí... no regresaría a casa.

Pero...

¡¡Asta...!! ¡Él le trató casi como a un hermano!

Sujetó el mango de la Matademonios con todas sus fuerzas.

¡¡Necesitaba fuerzas... y las sacaría de cada una de sus células!! ¡¡Se volvería mas fuerte...!!

¡¡Salvaría a todos... a cualquier costo!!

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