―¡Esta huyendo en dirección a la frontera con el trébol!

El general rápidamente apuntó al oeste, en dirección al reino enemigo. ―¡Si cruza no podremos seguirle el paso con nuestras fuerzas! ¡Atrápenlo a cualquier costo!

Todos inmediatamente acataron la orden de su general brillante y corrieron a aquella dirección.

«¡¿Como logré escapar?! ¡Ellos simplemente se distrajeron y-! ―Izuku negó y miró delante―. ¡No puedo pensar en otra cosa! ¡¡Tengo que correr!! ¡Si me encuentran... me mataran!»

Todo había ocurrido muy rápido para él. Apenas y podía procesarlo.

De un momento a otro... pasó de correr junto a All Might a ser atrapado por un enorme charco oscuro en el suelo. Algo era obvio. Había sido raptado, y tal parece que no era el objetivo verdadero de estos villanos a juzgar por su sorpresa.

Y cuando le llevaron fuera para ejecutarle ya que era "un primer intento fallido"... de un momento a otro logró esconderse. Aunque presumían que tenían a "un soldado con buena detección de maná" no lograron encontrarle.

Y ahora lograron verle en la lejanía, y corría por su vida. Ya tuvo aquel encuentro con el villano de lodo. Sabia como se sentía tener un villano en frente... y supo muy en el fondo desde el primer instante que esta gente era malvada.

Cuando escuchó un sonido extraño a la lejanía, se escondió detrás de un árbol y esperó mientras sentía su corazón latir con enorme fuerza.

Tres de aquellos guerreros mágicos cruzaron a gran velocidad a varios metros del suelo montando escobas, dejando impactado a Izuku. Según la genética, era imposible que tres personas manifiesten el mismo Don, incluso siendo hermanos.

Sabia que algo andaba mal. No solo por el secuestro, si no por sus autores. Este lugar era demasiado alejado de la modernidad. Es casi como si hubiera viajado al pasado...

Pero ese tipo que estaba allí, el científico Morris, parecía un doctor de la actualidad. No lo entendía. ¿Dónde estaba realmente?

En cualquier caso, si no fuera por su contacto con All Might en estos últimos meses, apenas y podría mantener la compostura ante esta situación.

Además, él invirtió varios meses en entrenarle. Su cuerpo debía de estar preparado para esto.

All Might lo vio. Estaba con él. Muy seguramente ya debe de estar buscándolo. Solo tiene que hacer tiempo. Tiene que escapar y esconderse a toda costa. No importa si esta en otra prefectura de Japón, debería de poder encontrar a gente si se orienta y huye hacia una sola dirección.

Apretó sus puños y dientes mientras se tragaba su nerviosismo. Tenia que correr en otra dirección si es que le siguen allá. 

Miró delante. Aquellos tipos habían volado su izquierda, tal vez el oeste. Si aquellos villanos están en el este, debería de estar bien ir hacia el sur.

Miró el cielo con cautela. Si esos tres tenían Dones para volar, a este paso no debería sorprenderle que vaya a ver mas en el cielo, buscándole. Debería de ir debajo de los arboles y evitar poder ser visto por aire.

Tragó saliva y despegó sus manos del tronco donde estaba apoyado, comenzando a correr nuevamente.

Se lo repetía una y otra vez.

Debía de hacer tiempo. Los héroes llegarían. Tenia fe en ello. De alguna manera, All Might le salvaría.

Y con aquellas palabras repitiéndose vez tras vez en su cabeza, Izuku logró sacar fuerzas necesarias para seguir corriendo, casi ignorando la fatiga que le había provocado su entrenamiento junto a All Might.

Poco sabia que se estaba dirigiendo al peor lugar donde podía huir en este mundo desconocido.

Justamente al sur, mas allá, se encontraba el Reino Pica. Pero probablemente no llegaría a él, ya que debía cruzar un lugar que garantizaría su muerte. Una de las grandes Zonas Cuantiosas de Maná, donde toda clase de anomalías y desastres naturales ocurrían debido a la gran concentración de esta energía en el lugar. 

Nadie con un llamado nivel 1 o 2 como mínimo podría cruzar por su cuenta en ella, y obviamente Izuku estaba en un nivel 9, en lo mas bajo. Por ello es que le mandaron a ejecutar. No servía para nada.

Pero esos pensamientos eran ajenos a la mente de Izuku, quien se aferró a la esperanza que sus héroes inculcaban en su corazón y continuo corriendo.

No podía morir. 

Aquel pensamiento se fijó con fuerza mientras la luz del atardecer le daba de lleno.

No podía morir. No ahora que estaba tan cerca que convertirse en el heredero de All Might. No ahora que estaba tan cerca que convertirse en un héroe.

[...]

Y hablando de convertirse en algo...

Asta lo había logrado.

Mientras Izuku corría por los bosques del diamante, Asta se enfrentó valientemente a un mago renegado... y lo venció.

Un grimorio simplemente había salido de la nada y le dio un pesado espadón con el que logró anular la magia de cadenas mágicas de su oponente.

Y llegada la noche... él estaba mostrando su desgastado grimorio a su familia en la iglesia, sorprendiendo a sus hermanos menores y demás. Costaba creer que ese grimorio que apenas podía mantenerse en una pieza hubiera elegido a un huérfano sin magia como Asta.

No... Eso no era lo mas sorprendente.

Costaba creer que Asta halla salvado al mismo Yuno.

¡Pero basta de tonterías! ¡Eso no importaba!

¡Lo importante era que, ahora que contaba con un grimorio, Asta podría intentar ingresar a una orden de caballeros mágicos en 6 meses! ¡Era su primer paso para convertirse en el Rey Mago!

Solo había un pequeño problema. No sabia nada de esgrima y, aunque aprendiera de ella, esta espada pesaba tanto que costaba un poco blandirla...

¡Pero contaba con 6 meses para solucionar aquello! ¡Despues de todo, su magia era nunca rendirse!

Y en aquello se enfocó.

Blandir aquel espadón una y otra vez hasta que se acostumbre a su enorme peso.

Si, Asta no tenia el régimen de entrenamiento mas eficiente.

Pero cada vez que sus músculos, fatigados y adoloridos, dolían fuertemente hasta un punto en donde cualquier persona normal pararía ya de golpear el tronco del árbol con el espadón una y otra vez, Asta solo se gritaba «¡¡Aun no!!» en su mente, y continuaba.

Sus hermanos, Yuno ni ningún vecino alrededor tenia la intensión de molestarle. Despues de todo, sabían que no podrían pararlo.

Y eso por eso que no nos enfocaremos en él... si no en su rival, quien tambien se encontraba entrenando arduamente. Yuno.

―¡Mil... dos! ―gritó al mismo tiempo que lanzaba una fuerte onda de viento contra una roca. Esta impactó de lleno, pero solo le hizo una leve marca.

Ante esto, Yuno solo afiló su mirada y continuo. Su intención era no parar hasta que se quede sin magia o que la roca sea completamente destruida.

Preparándose... ―¡Mil... tres!

El viento nuevamente impactó, sin gran resultado.

―¡Mil...! ―antes de lanzar el hechizo, escuchó un ruido seco que obviamente no produjo.

Con la mirada baja, solo observó a los lados. ¿Asta vino a verle entrenar? No. Él nunca haría eso. ¿Tal vez Nash?

Se vio sorprendido al observar a su izquierda a alguien en el suelo. Estaba, en sencillas palabras, destruido.

Antes de acercarse, Yuno miró mas allá. ¿Vino desde el sur? ¿Allí no estaba el Reino Pica, aquel reino que era uno de los mas peligroso?

Acercándose a paso lento, observó por debajo a aquella persona. «No percibo magia en él...». ―¿Acaba de...?

El chico respiró, sorprendiendo a Yuno. ―Ayu...da... 

Abriendo su grimorio, Yuno dirigió su palma en dirección a aquella persona. ―¡Magia de viento: Arca de Viento Celestial!

Debajo del herido, un recipiente similar a un arca lo alzó, y Yuno no tardó en correr, siendo seguido por aquella arca de viento.

Esto era malo.

La sensación que Yuno tuvo frente a este chico era la misma que tenia con Asta.

Pero Asta era diferente. Sabia que era diferente. Pensaba que era diferente. Era normal que él no tuviera magia.

Pero este chico... Tampoco percibía magia o maná en él. Era como si estuviera muerto, pero no estaba muerto. Era como Asta.

Miles de hipótesis recorrieron su cabeza. Tal vez fuera un familiar lejano de Asta. Tal vez es un refugiado del Reino Pica. Tal vez solo sea un malhechor.

Sea lo que sea, debía de ayudarlo. La hermana Lily tenia un hechizo de curación. Debía llevarlo a la iglesia.

―... ―el chico parpadeó levemente. El refrescante viento del hechizo se sentía bien―. Izu...ku...

Yuno continuo mirando delante. ―¿Es tu nombre?

―S-Si...

Solo asintió y continuó delante.

Ya que continuaba consiente...

―¿Eres del Reino Pica?

―¿Reino... Pica?

―El Reino mas halla de la Zona Cuantiosa de Maná. ¿No estas así de herido por atravesarla?

―¿Atrave...sarla...? ―Izuku cerró levemente sus ojos―. Yo... ¿De que dirección... vine?

Yuno solo mantuvo el silencio unos pocos segundos. Así que este chico se había perdido. ―Del Sur.

―¿Sur...? Pero... hacia allá hui de esos villanos...

Yuno encajó las piezas. ¿Huyó hacia el Sur? Eso significa que Izuku no había atravesado la Zona Cuantiosa de Maná. La había bordeado. Bordeado hasta llegar hasta aquí.

¿De que país había llegado, entonces?

El Reino Corazón era un lugar inmensamente pacifico. ¿Por que huiría de "villanos" si viniese de allí?

Eso solo dejaba una opción.

O huía desde algún lugar del Reino Trébol... o era una persona del Reino Diamante.

Algo si estaba claro. Ese chico no era normal. Tampoco presentaba un peligro, si fuera el caso que era algún renegado del Diamante.

―¡¿Yuno?! ¡¿Que sucedió?!

El chico reaccionó. Había llegado a la iglesia. ―¡Hermana! ¡Viene de la Zona Cuantiosa de Maná al Sur!

Al detenerse, la hermana Lily lo observó con sorpresa. ―¡Oh no! ―sin perder el tiempo, abrió su grimorio y utilizó uno de sus tantos hechizos para comenzar a sanar a Izuku. Este ya estaba inconsciente, por lo que Yuno solo se detuvo a hacer lo que faltaba para curarle.

Con ayuda de los pequeños niños huérfanos, fue acondicionada una cama e Izuku fue acostado allí. La hermana Lily continuó curándole mientras Yuno informaba lo que había logrado averiguar.

Tener a un renegado del Reino Diamante solo traería problemas, ya que aquel Reino solía enviar escuadrones especializados en asesinar a los desertores. Sin embargo, ¿Que podían hacer? No podían abandonarlo.

Menos aun con las incógnitas que había dejado en la mente de Yuno, quien solo se quedo allí parado en el lugar. Era el elegido por el Grimorio de 4 hojas. Obviamente podría protegerlo en caso de algún incidente.

Solo quedaba esperar.

Tanto a que Izuku despierte para contar en detalle todo, como para que llegue Asta para cenar.

Sin dudas ambos tendrían algo que conversar teniendo la misma característica en común...