Capítulo 44

Well, you hold the line
When every one of them
Is giving up or giving in, tell me
In this house of mine

-¿Pero qué diablos crees que haces, Agnes? -

Irina se mostró escandalizada cuando la muchacha salió del sótano con un hacha en la mano, acercándose a ella. La mujer, por obvias razones conociendo la inestabilidad mental de su hija mayor, comenzó a retroceder. Sus demás hijos observaron sin moverse, al igual que su propio esposo aunque este más bien parecía un tanto intrigado de que pretendía Agnes con aquella arma blanca que balanceaba con una risilla bailándole en los labios.

-Solo estoy haciendo lo que siempre nos enseñaste, mamá... Estoy cuidando de mis hermanos –

-¡Agnes! –Exclamó apenas llegando a reaccionar a tiempo para que el filo del arma solo llegara a abrirle una herida en el brazo, pero parecía ser que la adolescente iba a por su cabeza.- ¡No sé de qué estás hablando! Pero podemos hablar esto, con calma... podemos arreglarlo todo, lo prometo, cariño –

Nothing ever comes without a consequence or cost
Tell me

La mujer intentó ablandar el corazón de la castaña, apelando a ese lado que sabía que escondía, ese lado solitario que tenía una profunda necesidad de amor, de cualquier tipo, y que sin Addie con ella para intentar llenarlo había usado a la otra chiquilla para ocupar. Sabía que Agnes estaba enferma, y que era su culpa, pero había funcionado con ese vacío interno durante mucho tiempo, no comprendía porque ahora estaba rebelándose.

-Nos hiciste mierda, Irina, solo para complacer tus caprichos... y ni siquiera te importa –

Al final, ellos solo habían sido niños que debieron esforzarse en crecer lo suficientemente rápido para poder cumplir con los caprichos de Irina, rompiéndose en el proceso. Manchando sus manos de sangre por la falta de cordura que esa mujer les había ido cobrando de a poco cada vez que cometían un error, dejando una cicatriz nueva en su cuerpo. Tiñendo los ángeles sus alas de negro, cayendo en la oscuridad cada cual a su tiempo.

Will the stars align?
Will Heaven step in?
Will it save us from our sin?
Will it?

-Aún puedo arreglarlo... Hija... -La rubia mujer abrió los brazos en su dirección, con una mirada diferente a la que siempre tenía, ahí estaba un ligero atisbo del cariño maternal que nunca se había dignado en darles a ninguno, ese cariño que tanto habrían necesitado y que les había negado- Por favor, dame una oportunidad...

La castaña comenzó a bajar el arma, dudosa mientras la observaba, ¿dolida quizá? Ja, justo cuando creyó que se había vuelto inmune a las manipulaciones de Irina Collins Duncan.

-Pero ya lo hice, mamá... Al menos cuatro veces ¿no lo recuerdas?

Contestó mientras dejaba caer el hacha al suelo con un golpe seco para luego acercarse caminando hasta la mujer que aún mantenía los brazos abiertos para recibirla en un abrazo. Agatha observando la escena sintió un leve escalofrío al darse cuenta que las mujeres Duncan parecían haber heredado la lengua mentirosa y venenosa de Irina, mientras que Murdock tenía el corazón sensible de su padre, no le agradaba notar que era a causa de ella que eran tan buenas consiguiendo lo que querían siempre.

-No volveré a decepcionarte, Agnes, a ninguno... Lo prometo –Cerró el abrazo cuando su hija llegó a ella, envolviéndola entre los suyos.- Prometo que no volveré a dañarlos, lo siento tanto...-La muchacha tuvo que cerrar los ojos para no mostrar sus ojos ligeramente cristalizados ante el tono lastimero, casi sollozante que daba la mujer.

Agnes siempre había pensado que los brazos de Irina probablemente estaban hechos de hielo, como el corazón de su progenitora, algo ridículo para creer a su edad quizá pero en ese momento pudo sentir que eran cálidos demostrando que era real, que había sangre caliente corriendo por sus venas, y se aferró a su abrazo por unos momentos, como una niña que se aferraba a las sabanas asustada por el monstruo del armario. Solo que en este caso, ella era el monstruo.

That's the price you pay
Leave behind your heartache

-Es demasiado tarde... Ya no creeré en tus promesas de plástico –Sin que la rubia mujer se hubiera enterado, Agnes había sacado su fiel cuchilla de su chaqueta verdosa y se la había enterrado entre los omoplatos con velocidad, escuchó una exclamación ahogada de parte de los espectadores (probablemente se trataba de Sam)- No volverás a decir que estamos bien cuando no es así...-Lo hundió un poco más profundamente, sintiendo la tibieza de la sangre comenzara fluir desde la herida, manchando sus manos y las mangas de su chaqueta favorita.

Rather be the hunter than the prey

Se separó de su abrazo para ver los ojos de Irina abiertos de par en par, desconcertados ante su accionar, más el semblante de Agnes permanecía neutral mientras arrancaba el arma de la espalda de Irina, causando que esta perdiera el equilibrio por la fuerza y brusquedad con la que lo había hecho. La empujó al suelo ante la mirada de los demás que parecían haberse quedado congelados, se inclinó sobre ella y sin que su pulso temblara ni por un segundo realizó un profundo y veloz corte a lo largo de su garganta, viendo por unos segundos como comenzaba a desangrarse.

A beating heart of stone
You got to be so cold
To make it in this world

-¿Qué es eso? –

Sam pareció recuperar el habla al escuchar las sirenas detenerse. Los demás también comenzaron a reaccionar a lo que estaba ocurriendo, apartando sus ojos del cadáver de la mujer que los había traído al mundo solo para destrozarlos y convertirlos en sus marionetas, para jugar a la casita de muñecas.

-Son ellos –

Markov se sentó en una silla en el extremo derecho de la mesa, tomando un vaso para luego servirse el vino que no había llegado a abrir, notó de reojo que la sangre de su esposa llegaba a sus pies, tiñendo de carmesí las suelas de sus zapatos.

Bernardette corrió a la ventana, removiendo apenas un poco de la cortina para espiar que había afuera esperándoles, más retrocedió dando un chillido al ver a su gemela en el reflejo del cristal ¿o era ella? Ya no estaba segura. ¿Quién era ella? ¿Quién era en realidad? Sentía que le faltaba algo, alguien en realidad, y era verdad. Ahora estaba condenada a vivir el resto de su vida sin su otra mitad.

Looking through the glass
Find the wrong within the past
Knowing oh, we are the youth

-¡Salgan ahora mismo o entraremos! –Alguien habló a través de un megáfono, fuera de la casa.

Agnes empujó a Bernardette lejos de la ventana, asomándose ella para ver, había alrededor de cinco patrulleros. Diablos ¿Por qué había tantos? Casi quiso reír al preguntarse aquello, era obvio porque, al parecer les habían tomado al fin por gente peligrosa, personas a las que debías temer y de las que tenías que alejarte si tenías algún aprecio por tu vida tal y como estaba, porque ellos estaban rotos... y destrozaban a los demás en busca de completarse con las piezas de otros.

Gruño para luego volver a correr la cortina y dirigirse a Murder, había algo feroz en su mirada que le hizo inquietarse cuando se le plantó demasiado cerca, invadiendo su espacio personal. Ella era el nuevo alfa.

-Tú nunca fuiste ese día a la escuela ¿Entendiste? –Le repitió como lo había hecho horas antes cuando estaban reunidos, recibiendo un asentimiento de parte del chico.- Pero yo sí...

Murder de inmediato comprendió lo que pretendía hacer por lo que negó con la cabeza, comenzando a tartamudear con nerviosismo.

-Agnes, n-no, tú... Yo lo hice, yo debo pagar por lo que he hecho –Intentó que ella se retractara pero parecía firme en la decisión que había tomado.

Call out to the beast
Not a word without the peace
Facing a bit of the truth, the truth

-No, Murdock. Eres solo un mocoso, no puedo dejar que por mi culpa lo que queda de mi familia se destroce, tú te quedarás y cuidarás de Pau, de Agatha y Salem... Sé que podrás hacerlo, pero debes comprender tus limites porque si no... Si no serás como yo –Le tomó el rostro entre las manos mirándolo fijamente a los ojos- Eres fuerte, Murdock, y tienes corazón...y el amor que a mí me faltó para razonar, sé que podrás cuidar de nuestra familia, así que por lo que más quieras no importa cuánto te pregunten, tú no asististe a la escuela aquel día...

Murder sentía una opresión en el pecho, pero apretó los labios y asintió, sintió deseos de abrazar a su hermana. Notando recién que ella siempre había intentado cuidarlos, a su manera, manchando sus alas y rompiéndose pero lo había intentado, los quería a pesar de que siempre lo había negado, tanto que habían llegado a creer realmente que ella sería capaz de mandarlos a la mierda sin que le importara.

-¿Entendieron? –Repitió luego con firmeza, mientras soltaba a su hermano y dirigía su vista al resto de su familia.

-Agnes... -Su padre la contempló por unos segundos mientras paladeaba brevemente el vino tinto pero al final soltó un suspiro, con la calma de quién ya está harto de todo y solo quiere terminar de una vez.- Bien...

-Gracias, papi –Respondió ella con un tono aniñado, al igual que una sonrisa que le trajo recuerdos a Markov de cuando era pequeña y frágil, un tanto caprichosa pero su niña al fin y al cabo, una de sus princesas aunque ella lo negara.

Dicho esto, sin darle ni una mirada a nadie más salió de la casa, siendo apuntada por varias armas de inmediato. Ella esbozó una sonrisa de esas burlonas que delataban su naturaleza relativamente salvaje, ese tipo de sonrisa que caracterizaban a la castaña fanática del terror, escuchó el grito de alguien que le ordenaba que alzara las manos a la vista, probablemente querían asegurarse de que no pretendía nada raro, lo hizo sin perder esa sonrisa pues a pesar de lo que ocurría se sentía más libre de lo que se hubiera sentido alguna vez.

-¡Estoy desarmada! –Exclamó ella, sintiendo su respiración ralentizarse.

That's the price you pay

Leave behind your heartache, cast away

Just another product of today

De hecho empezó a sentir que todo comenzaba a pasar en cámara lenta, sus parpadeos fueron lentos mientras que dos oficiales se acercaban a ella tomándole las muñecas y llevándola contra la patrulla, ella soltó una risa cuando sintió su torso golpear contra el vehículo por la brusquedad con la que parecían tratarla, oyó el sonido de las esposas cerrándose alrededor de su piel. Sus ojos reflejaban lo agotada que estaba pero a nadie le importaba, y era mejor así, no podía dejar que nadie fuera testigo de esa pequeña parte suya, que su propia familia apenas había sido capaz de ver.

Dirigió su vista a la casa, notando que había otros policías entrando a la misma a pesar de que ella hubiera salido sacando al resto de sus hermanos, escuchó a alguien informar sobre el cadáver de Irina y pedir una ambulancia, rogó internamente que ellos supieran arreglárselas, que fueran capaces de protegerse mutuamente "Lo siento, hermanos... Estoy demasiado rota para seguir sosteniéndolos, ya no puedo ser si pilar... Tengo tan solo veinte y me siento mucho mayor que eso" pensó, mientras la separaban del auto para abrir la puerta, obligándola a ingresar en el mismo posteriormente.

Took an oath by the blood of my hand

Won't break it

I can taste it, the end is upon us 

Agnes cerró los ojos sintiendo los recuerdos venir a su mente, desde los pocos felices que había llegado a tener hasta los más dolorosos que, obviamente, incluían a su madre. Podía sentir como si estuvieran remarcando cada herida que había sufrido alguna vez, el dolor de su piel siendo abierta por el filoso acero en manos de Irina, la sensación de ahogo en su pecho cuando había hundido su cabeza bajo el agua sin dejarle respirar hasta que le demostrara que había aprendido la lección, no le importaba si se retorcía, no le importaba si estaba asfixiándose... ¿Por qué pensaba en todo eso? Ante esa pregunta los momentos dolorosos fueron empujados por el que había transcurrido apenas hace minutos (¿habían pasado minutos?), la expresión casi lastimera de Irina observándola en busca de piedad, sus brazos abiertos en un intento por ofrecerle algo de cariño.

De pronto, simplemente tomó impulso y se golpeó la cabeza contra la ventana, una y otra vez hasta que el recuerdo se esfumó más se sentía mareada, creyó oír al oficial que iba delante decirle que dejara de hacer eso con tono de irritación. En ese instante apenas pudo darse cuenta de que el auto estaba en movimiento, era obvio a donde la llevarían, trató de enfocar su vista a través del cristal de la ventana para ver a las patrullas que iban contiguamente o detrás del vehículo.

Es lo último que recuerda antes de perder el sentido del tiempo.

Wells se sentó frente a ella un día de esos, mientras ella estaba con la mirada perdida en algún punto del suelo de la celda en donde la habían dejado hasta quién sabe cuándo, le ofreció un café para atraer su atención.

-¿Qué pasó con mis hermanos? –Fue lo que preguntó ignorando el ofrecimiento de cafeína.

El hombre suspiró como si se hubiera esperado que hiciera es pregunta, se pasó una mano por el cabello antes de responder.

-Ellos... No voy a mentir, Agnes, están siendo interrogados, incluso tu padre ¿sabías que él fue quien nos llamó? –

-Lo sabía ¿va a interrogarme aquí, oficial? Tengo algo de frio ¿sabe? –

Lo miró recargándose en la pared helada mientras dibujaba una vaga sonrisa en su expresión, obviamente intentando burlarse del hombre pero este no cayó.

-Vine a informarte que en unos días será el juicio donde determinaran sus crímenes, quién es culpable y quién inocente -

El hombre dudó por un momento, ella tuvo la sensación de que quería algo más, no solo venía a decirle que se acercaba su hora de pagar por lo que había hecho. Lo vio tomar asiento a su lado, al mismo tiempo que le hacia una seña al policía que estaba junto a la reja que cerrara esta misma y los dejara solos.

-Algo me dice que... o pretende darme una paliza sin que lo vean como en las películas o hay información que quiere sacarme –Lo razonó un momento- Quizá ambas si lo pienso, no importa, estoy acostumbrada. Ande, úseme como saco de boxeo –Su mirada buscó alguna cámara de seguridad.

-Por supuesto que no voy a golpearte, niña –Frunció el ceño, mientras se quitaba el saco para ponérselo a ella, había notado la piel erizada de la castaña dándose cuenta de que hablaba en serio cuando dijo tener frío.

No le extrañaba, el ambiente era fresco en ese lugar como para que estuviera solamente con esa camiseta blanca de tirantes, además de que había notado a su compañero mirando el escote de la joven en más de una ocasión (razón por la que acababa echándolo de allí), le habían quitado la chaqueta verde que llevaba puesta a causa de la sangre que la manchaba, lo cual la hacía contar como evidencia del asesinato de Irina Duncan.

-De hecho... solo quería hacerte unas preguntas con respecto a esto –Tocó esa cicatriz tan particular que estaba en el hombro de Agnes, con su vista recorrió el trayecto que hacía como el camino de una araña hasta perderse bajo el cabello de la chica al tiempo que le colocaba su saco.

-¿Por qué le interesa? –Ella se giró un tanto extrañada hacia aquel hombre que en más de una vez había ido a la casa con su padre, a cenar o a ver el futbol algún domingo al igual que Turner.

"Policías idiotas" Fue el pensamiento que cruzó su mente, pensando que como había sido posible que no hubieran notado lo que ocurría en ese lugar que ahora quizá solo permanecería en sus pesadillas hasta el día en que saliera en libertad... o muriera, lo que fuera que ocurriera primero.

-La forma en que mataste a Irina, tus hermanos dicen que la abrazaste antes de apuñalarla por la espalda... Dicen que te aferraste a ella, Agnes, eso no es normal si solo pretendías asesinarla a menos que estuvieras actuando pero por como lo describen y por lo que te conozco tengo la sensación de que no engañarías de esa forma porque en tu retorcida mente consideras que eso es cruel -

Ella se lo quedo mirando por varios segundos ni decir absolutamente nada hasta que acabó por desviar la vista a sus manos, soltando un suspiro. Por su cabeza había pasado efímeramente la tontería de besar al policía para distraerlo y quitarle las llaves de la celda, pero una pequeña parte racional le aseguró que eso no era buena idea... Además de que no le interesaba besar a un tipo como Wells, al que veía más como un tío que les visitaba de vez en cuando que uno con el que probar.

Su mente había empezado a divagar otra vez antes de que se diera cuenta, más él comenzó a chasquear los dedos para regresar su mente a la tierra, a la celda.

-Supongo que solo quiere que le confirme que ella creo esta cicatriz...y las de mis hermanos, aunque debo admitir que esa mujer parecía tener algo contra mi específicamente...-Sujetó el saco del policía, casi acurrucandose en la calidez de la tela- Era como si siempre hubiera querido deshacerse de mi ¿sabe?

Wells efectivamente quería comprobar lo que sospechaba, y ahora ella parecía dispuesta a decir la verdad de lo que había ocurrido, más eso no evitó que se sintiera sorprendido ante esa declaración por parte de la castaña. ¿Deshacerse de ella? ¿De su propia hija? ¿Que tanta crueldad podía haber ocultado Irina Duncan como para que su hija hubiera terminado por asesinarla?

-¿Deshacerse de ti? ¿Porque lo dices exactamente? -Indagó, si podía demostrar que tanto ella como sus hermanos habían sido víctimas de abuso doméstico podría reducir la sentencia, usarlo a favor de ellos.

Sin embargo, era consciente de que eso no les liberaría de los cargos por secuestro, homicidio y el incendio en EastHide, del cuál Agnes se había declarado culpable cuando la interrogaron una semana atrás. No estaba seguro de porque, pero sentía una ligera sensación de empatía por ella ¿lástima quizá? Él había logrado notar el alivio en el rostro de la joven cuando la habían llevado a la comisaría, lo cuál no entendía y quería comprender.

-Recuerdo que tenía, quizá, unos cuatro años cuando desperté sin poder ver nada ni respirar bien. Me desesperé por la presión de la tela contra mi cara tratando de asfixiarme, al retorcerme tiré la lámpara de la mesita... Eso provocó ruido y escuché los pasos de papá subiendo la escalera al tiempo que ella quitaba la almohada de mi cara, viéndome como si me odiara -Lo volteó a ver, notando la expresión de sorpresa que tenía. Ella quiso sonreír antes de continuar- La segunda vez que lo intentó tenía siete, estaba aprendiendo a bañarme sola o intentándolo al menos -

Rió, recordando que casi se había quemado al tratar de poner a temperatura el agua. Había querido aprender a hacerlo sola porque Irina parecía detestar tener que estar cuidándola, siempre le gritaba cuando ella lloraba por haberse caído o golpeado mientras jugaba, la regañaba y la encerraba en su habitación sin dejarla salir hasta que Markov regresaba del trabajo.

-La puerta se abrió mientras jugaba con un patito de hule, ella caminó hasta mi y me sujetó con fuerza hundiendo mi cabeza en el agua...-Hizo una pausa frunciendo un poco el ceño como si tratara de recordar lo que había sentido en ese momento- Mis pulmones ardían porque el aire comenzaba a agotarse, ni siquiera sabía nadar y siendo sincera aún no sé hacerlo mucho menos aguantar la respiración bajo el agua, me sacudí desesperada por respirar salpicando agua por todas partes, trate de arañar sus manos, sus brazos... Lo que fuera, solo quería que me soltara

-No puedo creer que ella haya hecho eso... Con su propia hija, es decir, no parecía que...-

-Intentó forzar a Murdock a mantener relaciones sexuales con ella, quiso abusar de mi hermano, oficial. Irina era un monstruo -Hablaba con cierta monotonía extraña, como si funcionara en automático.

"Tuve que convertirme en uno para poder frenarla" pensaba mientras se recargaba en la pared tras ellos, cerrando los ojos. Sintió a Wells levantarse de la banca en la que estaban sentados, más podía sentir también que él estaba observándola como si quisiera decir algo más pero dudara.

-Digame lo que esta queriendo decir ¿siente lástima de mí? ¿De nosotros? -Abrió sus ojos castaños para mirarlo.

-No es eso, es solo... Lamento lo que hayas tenido que pasar, Agnes, pero sabes que eso no te librará de tu condena ¿verdad?

Ella empezó a reír como si le hubiera contado el mejor chiste del mundo, carcajadas casi histéricas que le hicieron dudar de la cordura de la joven.

-Sé que no, hice cosas que nadie entendería el porque probablemente... Sería interesante ir a prisión, quiero ver si es como lo muestran en Vis a Vis -Sonreía ampliamente y comenzó a tararear la intro, aún soltando algunas risitas.

Estaba mal de la cabeza, no había otra explicación.

-Aunque también hay otra cosa -

Ella se detuvo, observandole con intriga mientras esperaba a que dijera lo que quería decir.

-Encontramos el cadáver de Chessabette en la mansión de los Pritzker...-

La castaña apretó los labios, bajando la vista. Eso solo confirmaba la muerte de su hermana.

"-Siendo sincero hay algo que no comprendo ¿Porque diablos estamos confiando en una llamada anónima sobre la ubicación del cuerpo? Me suena absurdo que lo encontremos aquí...-Soltó el oficial Peters mientras paseaba su vista entre los muebles en busca de algún indicio de que les habían dicho la verdad.

-Peters tiene un punto, Dante, ¿porque estaría aquí? Como si hubiera tenido algo que ver con los Pritzker... Este lugar me da escalofríos -Murmuró otro antes de subir las escaleras.

-La última vez que recibimos una llamada anónima encontramos el rastro del mocoso que buscábamos, supongo que eso me hace confiar que...

-¡Encontré algo! -Oyeron al oficial Stilinski exclamar desde el costado de la escaleras, por lo que se dirigieron allá de inmediato, notando una pequeña puerta que no habían notado antes en ese lugar.

¿Siempre había estado allí?

-Esta cerrada -Avisó Graham luego de haber intentado abrirla.

-A un lado, idiotas, la voy a tirar -

Turner fue quién comenzó a golpear la puerta en busca de tirarla abajo, siendo ayudado por Stilinski hasta que finalmente los goznes cedieron, y la puerta se abrió, haciéndolos toser por el polvo que parecía acumular ese lugar.

-No hay luz aquí -Graham encendió una linterna para luego internarse agachándose a través de la misma.

Le pareció curioso que aunque la puerta fuera pequeña, como del tamaño de un niño, la habitación fuera un tanto más alto dejando que un adulto pudiera estar de pie allí dentro.

-¿Ves algo? -Turner le pregunto medio asomándose en un intento por ver a pesar de la oscuridad y el polvo, observando lo que el halo luminoso de la linterna alcanzaba a alumbrar.

-No, no v...-Escuchó al hombre cortarse sus palabras.

-¿Graham?

-Deben ver esto... N-No... Enserio deben verlo -Contestó el otro, parecía casi shockeado.

Turner se extrañó pero hizo una seña a los demás de seguirlo antes de entrar por aquel hueco que la puerta había dejado al caer al piso.

-¿Graham donde...? Oh dios mío -

Frente a ellos estaba lo que parecía ser un escenario de terror. Una mesa metálica sobre la que había un par de frascos, con órganos dentro de estos y otros sobre la mesa como si nada, aún cubiertos de sangre como si le hubieran usado recientemente, el suelo estaba sucio por la humedad y el líquido carmesí aunque había algo más que no supieron distinguir en el momento.

Más allá, sentada en el suelo y con la cabeza inclinada de lado mirándolos fijamente con esos ojos grandes que le habían caracterizado estaba el cadáver de Chessabette Duncan. Sus párpados parecían haber sido retirados, mientras que su boca estaba cosida en una extrañamente alegre y escalofriante sonrisa, además de que su garganta estaba cubierta por un lazo celeste pastel, terminando en un moño en su nuca probablemente. Todo esto le comenzaba a recordar un viejo caso que nunca habían podido resolver antes.

En vida siempre había parecido una muñeca, al igual que su gemela, ahora podía decirse que realmente lo era. Dante Turner fue el único que reaccionó para acercarse al mismo, alumbrandola con la linterna de su teléfono, al recorrer las extremidades de la joven notó que parecían haber hilos sujetando estos, y vió las costuras que había en su espalda dando a entender que los órganos encontrados posiblemente eran suyos.

Una nota engrapada a la tira del vestido que la muchacha usaba le hizo fruncir el ceño, la tomó y apretó los labios al leerla.

"¿Me extrañó, oficial?

-V.H"

Maldijo entre dientes mientras la arrugaba en su puño."

-De pie para recibir el veredicto -Declaró la jueza, con seriedad antes de dirigir su mirada a las acusadas.

Todos en la sala se pusieron de pie, incluso Agnes quién realmente no quería hacerlo pero no le quedó otra que obedecer cuando el policía junto a ella la jaló hacia arriba. Ella podía sentir la tensión, la expectación que había en el lugar, de reojo observó a Bernardette a su lado, quién mantenía la cabeza gacha no queriendo ver a la cara a la jueza ni a nadie ¿o tal vez trataba de esconder las lágrimas silenciosas que bajaban de sus ojos?

-Tomando en cuenta los testimonios y evidencias expuestas en este juicio, se declara a la señorita Agnes Veratrum Duncan...

La castaña encontró gracioso su segundo nombre salir de los labios de la mujer, el nombre de una flor venenosa. Ella cerró los ojos, inspirando profundamente mientras oía su destino.

**************
Y si, hasta aquí termina el capítulo final jajaja las voy a dejar con la intriga hasta que haga el epílogo :v

A veces tengo la sensación de que si soy malvada(?) Pero es que si continuaba aquí ya se iba a hacer muy largo, y pesado probablemente. Así que yap, en el epílogo sabrán que pasó con ella y el resto de la familia Duncan, con Sam y todo eso.

Como siempre digo, si tienen alguna duda solo díganme y las responderé con gusto^^

Espero que les guste, voten y/o comenten por favor. Los adoro por seguirme en esta historia hasta aquí ✨

IvetteBellerosse 🌹

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