Capitulo 27

Probablemente odien aún más a Irina luego de este capitulo :v solo digo

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Cuando Samantha vio a Agnes entrar por la puerta, la castaña lucía cansada pero había un brillo extraño de satisfacción en sus ojos.

-¿Te portaste bien, cariño? -La saludó sonriente al verla sentada allí.

La rubia se desconcertó, y se sonrojó levemente al oírla llamarle de esa forma ¿Porque? Se quedó sin responder, viendo como se acercaba hasta sentarse frente a ella para luego abrazarla. Se sentía muy nerviosa ante el repentino afecto con el que parecía tratarla Agnes.

-Te extrañé tanto, Addie...-Murmuró al hundir el rostro contra su cuello.

¿Que?

¿Acababa de llamarla "Addie"?

No supo porque, pero en el fondo algo le dolió que la estuviera usando... No sabía que la castaña no la veía a ella, sino a su pequeña y hermosa rubia, su frágil Addie, esa a la que amaba, la que era tan linda aún llorando.

Cuando sintió los labios de la mayor besarle el cuello, se estremeció y luego se puso tensa, los delicados besos subieron hasta sus labios, Agnes la besaba con amor y ella se lamentaba...

Había esperado tanto su primer beso y había ocurrido de esta forma, además de con el Duncan equivocado.

Cuando menos se dio cuenta, el peso de la castaña la hizo recostarse, mientras el beso, al que se negaba a corresponder, se tornaba más intenso, las manos de la chica acariciaron sus piernas y ella comenzó a retorcerse queriendo impedir que le tocara.

-¡N-no!

-Addie... -Suspiraba Agnes.

-¡Qu-Que no! ¡Quítate! -Terminó por abofetear a Agnes.

La castaña se detuvo de golpe, mirándola fijamente y parpadeó un segundo para luego fruncir el ceño.

-Sam... -Se veía furiosa y la pobre muchachita se espantó.

Oh... Agnes enfadada, eso no podía ser bueno. Aún tenía un buen moretón en la parte trasera de la cabeza que se lo recordaba.

No vio venir la primer bofetada, tampoco cuando la empujó al piso e intentó ahorcarla con la cadena de perro.

-Mira lo que me haces hacer... Dijiste que te portarías bien, mocosa -Siseaba entre dientes la chica mientras sujetaba la cadena contra su garganta impidiéndole respirar... O al menos no podía inhalar mucho.

-P-perdón... -Susurró apenas con un hilo de voz- Agn... es... Perdón... -

La castaña entonces retiró la cadena, Sam tosió con fuerza, sentía la garganta aprisionada aún, no estaba segura de si por el llanto que contenía o por la reciente agresividad de la otra. Iba todo relativamente bien... Hasta que Agnes vio a Adelaide donde no estaba, hasta que ella comenzó a alucinarla.

Fuera se oyeron sirenas de patrullas y una ambulancia, las cuales dedujo Agnes se frenaron en la casa de al lado.

-Tomaré una ducha -Dijo, acariciando el rostro de la menor, que sollozaba silenciosamente- Te cortaré la lengua si gritas... -Le recordó antes de levantarse dejándola allí tirada.

Agnes se quitó la camiseta y la pequeña logró ver la fea cicatriz en la espalda de la opuesta, esa que subía hasta su nuca y se desviaba hacía el hombro trepandose por el mismo como un arácnido. Sin embargo, apartó la vista con rapidez al notar que sin pudor alguno se empezaba a desabrochar el sostén mientras caminaba al cuarto de baño.

Se abrazó fuertemente las piernas, intentando controlar su llanto, odiaba terminar con lágrimas en los ojos otra vez. Pero no quería que Agnes la usara de esa forma, era patética, lo sabía, por qué quizás en el fondo... Algo había comenzado a gustarle.

Le gustaba esa chica de sonrisa sardonica, y mirada salvaje, esa actitud relativamente buena que tenía con ella hasta ese momento.

¿Para eso la quería? ¿Quería que fuera el reemplazo de Adelaide? ¿Pretendía que tuviera sexo con ella?

No se consideraba lista para tener relaciones sexuales aún, tenía solamente quince años y puede que muchas de sus compañeras de clase ya lo hubieran hecho pero ella tenía pensada su primera vez de una forma algo romántica, tenía que ser con un chico que de verdad la amara y la cuidara, que no la viera solo como un polvo más.

Pero debía admitir que eran fantasías tontas creadas por su mente a base de leer tanto romance meloso en internet. Las cosas tal vez no eran así en realidad. Tal vez...

Parecía que la chica no recordaba a su hermano por el momento, su mente estaba distraída en Agnes Duncan, aunque sonara egoísta.

Por otro lado, la castaña que ocupaba los pensamientos de la joven, estaba también medio perdida en su memoria pero en recuerdos de su infancia, más específicamente... El mismo día que había recibido aquella lección que traía marcada para siempre sobre la piel.

"El pequeño chico fue casi arrojado al piso junto a sus hermanas, sollozando ante el dolor que sentía en el pecho. Una Agnes de trece años lo ayudo a levantarse y lo dejó sentado junto a las gemelas que lloraban también sujetándose un brazo.

La lección les dolía, y ella no estaba mejor, la herida de ella era más notoria pero se estaba aguantando, intentaba ser fuerte por ellos. Desde el lugar en que estaban podía escuchar los gritos de Agatha, que había sido encerrada en su habitación por Irina, la única hasta el momento que se salvaría de ser castigada.

Paulette estaba en un rincón más allá, abrazando sus piernas, había dejado de llorar hace apenas unos minutos, se había quedado viendo la sangre que escurría por su muslo interno. Había sido la primera, nadie la oiría gritar, ella debía ser el ejemplo o así lo pensaba Agnes, pero Pau era demasiado frágil... Era demasiado débil para ser el soporte de sus demás hermanos, por eso la responsabilidad recaía en ella.

Irina, con una mueca fría de desprecio en el rostro los observó. La joven Agnes la observaba con odio, poniéndose delante de sus hermanos como si así pudiera protegerlos de ella, cuando la realidad era que todos estaban a merced de aquella mujer que decía ser su madre.

-Como alguno de ustedes vuelva a mentirme... El castigo será mucho peor -Siseó la rubia mujer, para luego esbozar una sonrisa dulce que aparentaba ser maternal- Si manchan su ropa deberán lavarla ¿de acuerdo? y no le digan nada a papá, este es nuestro secreto -

Los cinco sabían que había una amenaza implícita en esas palabras. Irina sabía que si Markov se enteraba que le hacía daño a sus hijos la dejaría y se llevaría a los niños, ellos querían decirle a su padre por esa misma razón pero eran pequeños, tenían miedo, temían a la ira de esa mujer descorazonada.

En cuanto "el monstruo", como Berni le había apodado, se marchó, Agnes se acercó a las gemelas comprobando que el largo corte en sus brazos ya no sangraba pero seguramente les ardía, a ella misma le estaba ardiendo como la mierda. Corrió al baño tomando el botiquín, para luego regresar a vendar el brazo derecho de Berni y el izquierdo de Chessy. No era tan complicado.

Las niñas idénticas le abrazaron en agradecimiento y se fueron a esconder en su habitación, corriendo, querían sentirse seguras.

La castaña se volteó hacia Murder que aún lloraba, hizo una mueca y le hizo quitarse la camiseta que se había manchado de carmesí, le limpió la herida lo más suavecito que pudo, tal como había visto en la televisión, mientras él soltaba quejiditos de dolor. Cuando terminó le pegó una especie de parche que había armado con parte de gasa y una cinta rara que había en esa caja blanca.

-Ve a ver como esta Aggie, debe estar muy asustada -Le dijo a su hermano menor.

Murdock entonces cayó en cuenta de que tenía razón y se levantó a prisa a pesar del dolor, Agatha tenía solo seis años y la habían encerrado, probablemente estaría muy asustada. Él tenía que estar para ella, no importaba que solo fuera un niño, era lo suficientemente consciente de que debía cuidar a su hermanita.

Entonces la pre-adolescente caminó lentamente hacía su hermana mayor, que seguía con la vista perdida.

-¿Pau? -La llamó algo preocupada. Generalmente no admitía querer a su familia, los rechazaba pero ante un enemigo en común estaba dispuesta a hacer frente por ellos.

La rubia volteó a verla, pestañeando, como si recién acabara de notar su presencia.

-¿Estas bien? -Cuestionó, llevaba la cajita del botiquín en manos, y se le estaba cayendo un rollo de vendas.

Paulette miró la venda colgando fuera de la caja, sin responder.

-¿Te quieres vendar tú? -

La mayor asintió vagamente, tomando la venda que colgaba y por consecuente causando que el rollo terminara de caer al piso, lo atrajo hasta ella y se subió un poco la falda para colocar vendas alrededor de la herida ante la atenta mirada de la castaña. Una vez que terminó, cortó como pudo la misma y dejó el rollo a un lado, la menor lo tomó sin pensar mucho para después meterlo a la caja blanca.

La rubia le hizo señas preguntándole si ella estaba bien, podía atisbar el feo corte que se asomaba bajo la manga de su camiseta.

Agnes lo pensó un momento antes de responder.

-Si, estoy bien... Estaré bien... -"Al menos ya no siento la sangre salir de los cortes" se tanteo un poco la nuca, dejando salir sin poder evitarlo un quejido, pasaría tiempo antes de que dejara de dolerle."

Distraídamente se acarició la cicatriz, habían pasado seis años desde ese momento, casi siete, y ya no dolía pero era un recordatorio constante de la poca compasión que Irina podía tener ante su propia sangre.

Suspiró terminando de bañarse y salió de la ducha, secándose para luego caminar a la habitación, notando de reojo a Sam en el piso abrazándose a si misma.

-Lo siento, no era consciente de lo que hacía -Aunque estaba disculpándose podía notarse en el tono de su voz que, tal vez, no era sincera.

Samantha se sonrojó al notar que la mayor estaba desnuda, pero no parecía mostrar algún tipo de pudor ante eso. Estando de pie ante el armario buscando que ponerse, la rubia podía tener nuevamente vista de la cicatriz de la chica.

-Sé que estas viendo mi cicatriz -Declaró Agnes, tomando un conjunto de ropa interior para luego comenzar a ponérsela- ¿Te intriga acaso como me la hice?

-Y-yo... Bueno... S-si.. -Tartamudeó tímida la chica, después de lo de hace un rato, no estaba segura de como actuar.

-Fue una lección de mamá. "No deben decir mentiras a mi, solo dentro de esta casa podemos ser sinceros entre nosotros. Como me entere de que alguno de ustedes me miente... todos pagarán"

"¿Su madre? Que crueldad..." pensó la chica, observándola.

-Yo solo había querido proteger a mis hermanas, una tontería, una de las gemelas había matado por accidente al hámster de un vecino nuestro... Lo había arrojado a la podadora.

-Pobre animal...-Murmuró Sam, de forma suave.

Eso hizo que Agnes volteara a verla, esa apariencia frágil y voz sumisa definitivamente le recordaba a Adelaide. Sacudió la cabeza, tendiendole una mano para ayudarla a levantarse del piso, la cual la menor no dudó en tomar.

-Quise cubrirla y... bueno, mamá se enfadó mucho de que le mintieramos a ella. Así que comenzó a darnos lecciones así cuando cometiamos un error y siempre nos decía que si le contábamos algo a papá, sería mucho peor -La miró un momento al haber logrado que se sentara a la orilla de la cama- Proteger a mis hermanos a cualquier costo ¿no es ese el deber de cualquier hermano mayor?

Eso le hizo quedarse pensando, tenía sentido lo que Agnes decía, para ella lo tenía. Ella cuidaba de sus hermanos a su manera, o al menos lo intentaba (eso parecía), así como Jesse siempre intentaba cuidar de ella.

Por eso, su hermano había caído en poder de las gemelas. No tenía idea de que le estarían haciendo, había preguntado a Agnes pero ella no le había respondido, así que esperaba que no lo dañaran mucho.

Pestañeó saliendo de sus pensamientos al sentir que la contraria acariciaba su cabello corto.

-Addie sabía sobre esto, ella guardaba mis secretos también...-

"Otra vez ella, no la deja descansar en paz"

-Esta esperándome en el infierno, estoy segura...

"¿Que?"

-Pero aún no puedo ir con ella, no hasta que acabe con todo esto -"Sin embargo, Addie me pidió que no le hiciera daño".

Estaba faltando a su promesa, pero esperaba pronto seguirla.

Paulette se removió un poco, poniéndose de lado en la cama, cubierta hasta el cuello con las sábanas. Mr. P la observaba en la oscuridad de la habitación, se veía tranquila durmiendo, se preguntaba cual sería su reacción cuando finalmente explotara las ideas de su mente.

¿Que estaría soñando ahora?
¿Un destripamiento?
¿Empalamiento?
¿O tal vez algo que se asemejara a los juegos de aquella famosa película "Saw"?

Caminó silenciosamente hasta quedar junto a la cama y se acuclillo, para luego recostar la cabeza sobre su abdomen plano, podía sentir la presencia del niño allí. La chica no se inmutó, él se quedó allí un momento, escuchando los latidos de la madre de su hijo, el pequeño aún no estaba lo suficientemente formado para que pudiera oír su corazón latir, pero esperaba que fuera pronto. Podía escuchar las células del feto multiplicandose, formándose.

Recordaba aún, el vigilar a Edith dormida, oír los pensamientos de un ser no nato en su vientre. Oliver, un fracaso para su causa a su perspectiva, pero aún así... Había sido el primer niño que había tenido en siglos, le había agradado de alguna forma verle crecer a escondidas, le enorgullecía en el fondo la malicia tan característica que había tenido.

Él había sido el único al que había podido ver a medida que se formaba, que crecía, le había leído alguna historia de pequeño, cuando Adam aún no moría y era capaz de hacerse pasar por él, por que el niño sería incapaz de recordar todo eso luego. Y si lo hacía... Bien podía borrar sus recuerdos.

Había otros niños en el mundo que le pertenecían, que habían sido concebidos en alguna parte durante la noche de Halloween. Cada año lo hacía.
Esperaba que este mocoso no fallara a sus expectativas, probablemente si Paulette llegara a confiar en él... le devolviese el recuerdo que le había arrebatado.

Después de todo, ella se encargaría de criar a un niño maldito, pero él solo los observaría, los protegería como había dicho. El niño no haría daño a su madre, estaba seguro de ello... El anterior no contaba, había sido una falla.

Su rostro permanecía inexpresivo mientras se quedaba en esa posición, quizá minutos, quizá horas, solo oyendo la sinfonía que formaban los latidos de la rubia y su niño formándose. Ariadna, la bruja que lo había condenado a estar atado a ese maldito oso de felpa tenía razón, él no comprendía el amor, tal vez no lo entendería jamás, ni de lo que alguien era capaz de hacer por el pero...  Solo un único pensamiento ocupaba su mente.

Le agradaba poder ver al niño que había engendrado.

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¡Heeeeey! ¿Como están? Yo acá, con un vacío emocional terrible después de haber terminado de ver Sherlock (siempre me pasa cuando termino una serie que me gustaba mucho XD)

¿Que opinan del capitulo? ¿Cosas terribles se vienen? Ah re.

Aquí abajito les dejo una confesión para que vean un poquito de mi pensar al respecto de los personajes:

"Murdock... Si me preguntaran cuál es mi personaje favorito en Duncan's, probablemente respondería que es Murder. Este chico, a pesar de mostrarse siempre tan amable, tímido, calmado y así, siento que tiene mucho oculto dentro de sí, hay oscuridad latiendo dentro de su ser aunque se esfuerce en no demostrarlo.

Él, como el único varón en la familia, siente que debe cuidar de sus hermanas pero es consciente de que las mayores saben cuidarse por si mismas. Por ende, vuelca su atención en la menor, Agatha, desde siempre la ha cuidado, la ha malcriado un tanto también. Ella es, como le llama, su "pequeña", aunque sienta que los límites de cercanía entre ambos sean algo bizarros... Es capaz de demostrarle su amor con besos, pero llegar a algo más físico le produciría rechazo, ya que no la ve de esa forma.

Murder para mi es la representación de un ángel metido en el infierno, que intenta adaptarse a ello, con la oscuridad acumulándose en su interior hasta que un día ya no podrá más, y explotará. Eso sería algo interesante de ver ¿no creen?"

¿Ustedes que opinión tienen de Murdock Duncan?

Espero que les guste, voten y/o comenten por favor.

IvetteBellerosse🌹

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