Capitulo 26

Un mes pasó, el tranquilo barrio en el que vivían ahora estaba plagado de carteles con fotografías del par de hermanos desaparecidos, Agatha seguía con las tutorías en casa del señor West, aprovechándose para distraerlo del tema de sus hijos cada vez que podía, y Margareth se había amigado con Irina, quien la consolaba y la contenía dado que su esposo últimamente estaba algo distante. Supuso que la angustia por la desaparición de ambos de sus hijos era lo que lo tenía así.

Irina... No había vuelto a acercarse a Paulette desde ese día, la miraba de reojo cuando la cruzaba en la casa y se llevaba una mano al vientre apretando los labios. No tenía idea de si "Mr. P" había sido una jugada de su mente o había sido real, no había vuelto a verlo rondando por la casa pero ese sujeto había hecho que perdiera el embarazo. ¿Qué era esa "cosa"? Porque a pesar de que se veía igual a Markov, estaba segura de que no era él, su Markov nunca le haría daño de ninguna forma, él ni siquiera sabía que había perdido al niño aún.

¿Se habría vuelto loca? Quizás debería hablar sobre su inquietud con el padre Raphael. Si ese hombre tan extraño, que se proclamaba el padre del bebé que su hija esperaba, no era humano... No quería imaginarse qué clase de monstruo saldría.

Por otro lado, el que ahora permanecía encadenado en el sótano, escondido, era Jesse. Mientras que Sam dormía en la habitación de Agnes con la chica, la cual la había esposado a la cama y amordazado, así la dejaba cuando tenía que salir, dejando la orden además a sus hermanos de que fueran a verla cada tanto para ver que estuviera allí aún o por si necesitaba ir al baño, pero si no tenía pensado salir a ningún lado se quedaba con ella, dejándola sin ataduras.

-Volveré en unas horas, así que ya sabes como es esto, debes portarte bien sino tú y tu hermano sufrirán las consecuencias ¿Comprendes? -La castaña habló mientras recogía su chaqueta verde favorita y se la colocaba.

Sam estaba sentada en la cama, observándola, sus muñecas estaban atadas, al igual que traía nuevamente la cadena de perro.

-¿A... A donde irás? -Preguntó bajo.

-A saldar una de cuenta pendiente -Alegó la contraria, tomando su máscara del armario y enganchando el bate a su cinturon. Se volteó hacia ella y se inclino, observándola con su habitual sonrisa torcida- Sé una niña buena mientras no estoy...

La rubia asintió quedándose quieta cuando Agnes besó su frente como si lo hiciera en cámara lenta. Era perturbador, no sabía porque pero cada vez que la mayor hacía un gesto de ese tipo lo sentía verdaderamente perturbador.

-Murder quedará a cargo de vigilarte, no hagas quedar mal a mi hermano -Rió burlonamente antes de irse.

Al quedar sola, se puso a pensar, hacía varios días ya que no veía a Murdock, algo le decía que él evitaba verla a propósito, sentía que el chico estaba en desacuerdo con sus hermanas. Claro, pero la joven no tenía idea de que él también estaba bastante jodido, ella no sabía lo que él en su corazón anhelaba, se horrorizaría si lo supiera, nunca volvería a dedicarle un pensamiento.

Dicho muchacho no tardó demasiado en aparecer, minutos después de que Agnes se hubiera marchado. Lucía algo ido, se arrastró ligeramente en la cama para acercarse a la punta y poder verlo de cerca.

-¿Murdock? -Lo llamó en voz baja. "Que extraño" pensó entonces "Agnes olvido amordazarme". Podía gritar, podía gritar por auxilio... Pero no lo hizo, no confiaba en que la chica la dejara así simplemente ¿Que tal si estaba probandola? ¿Y si en realidad no se había ido sino que estaba afuera esperando a que cometiera un error así?

Él parpadeo antes de notarla de verdad, ella pudo ver como su gesto cambio, el pelinegro se veía incómodo con ella. Que extraño, pensó.

-¿Agnes te dejó así o te quitaste la mordaza? -Preguntó él, como si fuera lo más normal del mundo.

-Ella me dejó así -Respondió en voz baja, aún sentada observándolo.

Él se removió en su lugar, dudoso.

-¿Quieres ir al baño? Puedo buscar a las gemelas para que te acompañen -Ofreció, porque ante todo, él respetaba la privacidad... O al menos en ese punto.

Sam negó lentamente.

-¿No sabes donde fue Agnes? -Preguntó, recostandose

-Sé donde fue -Asintió- Pero no voy a decirte si es lo que piensas, la familia no debe delatarse.

Eso le daba indicios a la chica de que probablemente la "cuenta pendiente" de Agnes, incluía hacer algo ilegal. Llevaba un bate ¿haría algún tipo de vandalismo? Su máscara parecía sacada de una película, posiblemente lo era, había notado que la mayor era fanática de una en particular. La purga... La noche de las bestias, la noche de expiación, como fuera que se llamase.

Sus ojos se abrieron de golpe al entender lo que, muy probablemente, Agnes haría.

Murdock la miró, confirmandole lo que pensaba.

Por otra parte, un ente de traje se encontraba de pie frente a la ventana, hace al menos una hora estaba ahí sin moverse y sinceramente Agatha estaba irritandose de verlo tan quieto. Prefería que estuviera molestándola.

-¿Ocurre algo, Mr. P? -Cuestionó con resoplido.

Él ni se inmutó a la voz de su hija, parecía que en realidad estaba en otra parte.

-¿Padre? -Bajó la voz, no fuera a ser que justo en ese momento alguno de sus hermanos o Markov se acercaran a la puerta y la oyeran.

"-Quedarás atado a este oso el resto de la eternidad... Es así como yo lo decreto -La anciana mujer pasó una de sus largas uñas por el pecho del peluche y enterró el índice en el mismo, causando que el ente sin forma frente a ella soltara un alarido de dolor- Quiero que me vuelvas joven otra vez... Quiero vivir joven y plena eternamente -Ordenó.

La sombra oscura solo se quedó en silencio, razón por la que la bruja volvió a apuñalar el pecho del oso al que estaba encadenado de por vida, más dolor fue lo que sintió.

-Si... Mi señora -Dijo con voz profunda y dolorida, pero se oía extraña de todas formas, no estaba habituado a los humanos, supuso que era por eso.

-Te alimentaras del dolor, las desgracias y sufrimiento que provoques, estarás obligado a hacerlo para mantenerte con vida... y de la misma forma, con la cordura que logres quebrar.. Las morales que puedas difuminar... de la misma forma, joven me mantendrás -Así selló la maldición de aquel oso tan bonito.

Así la anciana mujer poco a poco pareció rejuvenerse hasta asemejarse a una muchacha veinteañera. Así ató por siempre a un demonio menor a un objeto inanimado, para que esparciera el mal por el mundo, de esa forma podría vivir para siempre, atandose al demonio y a las desgracias que este causara.

-Mr. P... Mr. P, así te dirán -Decidió tomando el oso de felpa entre sus manos, ahora sin arrugas, observándolo a detalle- Toma la forma de este hombre -Le enseñó a la cosa sin forma una fotografía, en la que salía un hombre de bigote y aspecto fornido, un ex-soldado por lo que ella le decía.

Y su difunto esposo, por lo que él sabía.

Ariadna, la bruja, miró con extraño cariño como el demonio obedecía tomando la forma de Hank Nightbourne, dejó el oso a un lado y se acercó, acariciando su pecho con nostalgia. Ella aún amaba a su difunto marido, podía sentir el amor doloroso que emanaba su ser, Mr. P solo la observaba sin expresión alguna ni sentimientos.

-Quizás una criatura como tú no comprenda jamás lo que el amor puede hacer... Pero eso no me importa, te mantendrás a mi lado, eres mi esclavo ahora -

-Si, señora -No le quedaba mucho por hacer, ella era una bruja poderosa, de magia negra y si había podido esclavizarlo, probablemente también podía destruirlo"

-¿Mr. P? -Volvio a llamarlo Agatha, esta vez jalando de la manga de su traje negro.

En esta ocasión, él si volteó a verla, inexpresivo pero intrigado de que diablos quería la mocosa ahora.

-¿Porque estas tan quieto? -Cuestionó la chiquilla mirándolo fijamente.

-Porque puedo estar quieto, no siempre estoy en movimiento, niña -Gruñó mirándola de igual manera.

Esos ojos oscuros se parecían tanto a los suyos. Por un efímero segundo se preguntó si los del niño en camino serían iguales o en cambio serían claros como los de su madre.

Porque por alguna razón, esta vez sería diferente. Esta vez... Planeaba quedarse con Paulette también, no solo con el hijo que ella le diera, porque sí, él sabía que era un varón a pesar del poco tiempo que tenía gestandose.

Tendría tiempo para convencerla de liberar su mente, de seguir a los monstruos de su imaginación.

Cuando Alana Murphy llegó a su hogar, dejando las llaves sobre la mesita del recibidor, no esperó que al caminar a la sala se encontrara a una persona esperándola, mucho menos que esta estuviera disfrazada como algún tipo de vándalo.

-¿Pero que..? -Quiso correr de regreso a la puerta, pero la chica pareció leer sus intenciones para luego correr tras ella derribandola y cubriéndole la boca para evitar que gritase.

-Hola suegrita -El tono burlón y malicioso le fue irreconocible al principio- Creo que tenemos un par de cosas que hablar... ¿No cree? -Soltó una risa escalofriante.

Finalmente iba a vengarse de esa irritante mujer. Iba a hacerle pagar por todo lo que le hizo pasar a su Addie.

Addie, el recuerdo de su difunta novia le traía nostalgia pero no era el momento para ponerse sentimental.

-¡Fuera luces! -

Un golpe, y Alana vio todo negro.

Agnes era una jodida loca, fanática.

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Bueno, no me aguanté más, así que acá esta el segundo cap de la semana y hasta el próximo finde^^ si es que no morí primero con todas las entregas de trabajos que tengo la semana que viene.

¿Alguna pregunta al respecto del cap o los personajes? Saben que respondo a todo mientras no sea spoiler jaja
¿Que opinan de Mr. P? 🤔

La verdad no sé si era el sueño o que, pero hoy a la mañana me empecé a imaginar escenas como si fueran detrás de escena de esto, los fails como si fuera una filmación y así. Cuestión que me iba riendo sola a clase, menos mal que nadie me presta atención xD

Amo la canción de multimedia, me recuerda a Suicide Room.

Espero que les guste, voten y/o comenten por favor^^

IvetteBellerosse🌹

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