Capitulo 10
Murdock se encontraba sentado en la escalinata de la entrada, con un cuaderno en manos y dibujando lo que sea que pasase por su cabeza en el momento, no había una idea fija, solo sabía que quería dibujar algo y lo hacia.
Paulette se encontraba cerca, acomodando un lienzo blanco en su caballete, allí en el pequeño patio delantero, bajo el sol del nuevo día. En su mente retumbaban las palabras de Agnes.
"Casi mato a Adelaide"
Una sensación de angustia corroía su pecho. Su hermana estaba mal de la cabeza, ella sabia que Agnes amaba a Addie, entonces... ¿Porque la lastimaba? ¿Que clase de amor enfermizo era ese? Era consciente de que era rebelde, era algo violenta, pero nunca creyó que fuese capaz de hacerle daño a la chica que quería.
Miró de reojo a su hermano menor, el cual parecía bastante sumido en sus pensamientos tambien. Sacó una pequeña libreta de su bolsillo, le arranco una hoja, la convirtio en una bola de papel y se la arrojó a la cabeza para que le prestase atención. Funcionó, ahora Murder la miraba confuso.
-¿Que ocurre, Pau? -Preguntó bajo.
Paulette se acerco un poco pero quedando a cierta distancia, la suficiente para sentirse segura, y le escribio para luego enseñarselo.
-¿Serias capaz de hacer daño a la persona que amas? -Leyó el pelinegro, aún más confundido.- ¿Porque preguntas eso? Tengo solo quince ¿sabias? No me considero apto para tomar realmente en serio algo como el amor. -Respondió con cierta hipocresía, debido a que si, efectivamente lo sentía aunque se lo negara a si mismo e intentara cambiarlo con todas sus fuerzas.
La rubia resopló, apartándose un par de mechones sueltos del rostro antes de volver a escribirle. "Solo responde la pregunta, Murdock"
El menor dejó su propio cuaderno a un lado un momento.
-No -Dijo seguro- Nunca podría hacerle daño a la persona que amo, estaría muy mal hacer eso... -Vio que Paulette se sentaba en el cesped frente a él- ¿Ahora si me dirás porque la pregunta?
Inmediatamente la mayor negó. No, no podía contarle a su hermano lo que Agnes le había contado a ella, seria faltar a su palabra como hermana y estaba segura de que si la castaña se enteraba, ella estaría en problemas.
"Curiosidad" Le escribio en letras grandes.
Se quedaron así, mirándose fijamente unos segundos, aunque sus mentes estaban en otra parte en realidad. Él pensaba en si debía confesar en la iglesia aquellos sentimientos enfermos que tenía a los que se había propuesto nombrar "amor". Ella se preguntaba si debía hablar con el Padre Raphael sobre su hermana y la relación que esta mantenía con su amiga, o simplemente no entrometerse y guardarse esa preocupación que sentía por Adelaide.
-Chicos, dentro de veinte minutos debemos ir a misa. Así que vayan a prepararse -Bernardette alegó interrumpiendo el trance en el que parecían haberse sumergido. Lucía impaciente- Y debemos ser puntuales, no pienso llegar ni un minuto tarde por culpa de alguno de ustedes -Dijo con voz afilada como cuchillas, mirando específicamente a Murdock.
El pobre se encogió en su lugar ante la mirada asesina de su hermana, Chessabette, quien iba junto a Berni como siempre, le acarició el hombro como intentando consolarlo. Ella sabia que no había sido culpa de Murdo que uno de sus dibujos llegase a manos de Agatha, entonces ambos saliesen corriendo y terminaran embarrados, ese día habían llegado apenas cinco minutos después de que comenzara la misa pero Bernardette le había tachado la cruz a su hermano a causa del incidente.
-Y-Ya voy -Contestó apenas el chico antes de recoger su libreta y huir despavorido a su cuarto.
Paulette miró a su hermana con reproche, esta la ignoró dándose la media vuelta e ingresando nuevamente a la casa, con Chessabette siguiéndola detrás. Sin más, la rubia mayor suspiró y decidió ir a prepararse, no tenía ganas de ver Bernardette furiosa otra vez, siendo esta vez ella su objetivo.
Rato después, todos subidos en el auto se dirigieron a la iglesia Saint Claire en completo silencio, los hermanos parecían repelerse entre ellos mismos y entre los padres se sentía la tensión de una discusión pendiente. Al llegar al lugar, bajaron y caminaron tranquilamente como una familia normal, saludando al párroco que recibía en la entrada a los feligreses.
Murdock bajó la mirada apenas entraron, sentía las manos temblorosas, sudorosas por los nervios, el corazón se le apretaba y repentinas nauseas le atacaban, paranoico sentía acusadores los ojos muertos de aquella figura de Jesucristo en la cruz. Como si él, como si el mismo Dios bajase a castigarlo por algo que él no había querido sentir, algo que él no quería sentir. Por otro lado, Agnes al notar esto, lo miró con burla y lo empujó al pasar, mofandose de lo "débil" y patético que era su hermano.
Agatha miró sin expresión alguna la cruz, como si esta no tuviese significado alguno para ella, y caminó a sentarse junto a Murdock. A ojos de los demás, eran solo una familia más, una familia normal. Excepto para el Padre, ese con el que siempre se confesaban, él sabia lo que ocultaban tras aquellas máscaras plásticas de perfección y normalidad, pero era un secreto de confesión... Y así se quedaría.
La misa transcurrió con normalidad, los Duncan entonaron las oraciones junto con el resto de personas allí presentes. Recibieron la santa hostia con falsas máscaras de inocencia. Luego hubo cantos en torno a Dios, el padre pasó arrojando agua bendita a todos, Agatha gruñó por lo bajo puesto que le había caído en el ojo y le ardía.
Al llegar al final, llegó la hora de confesarse. Bernardette prácticamente empujó a Agnes al confesionario, ambas se lanzaron miradas envenenadas, era obvio porque la rubia había empujado a su hermana mayor al lugar.
La castaña chasqueó la lengua y entró, sentándose del lado derecho, miró la rejilla que dividía el compartimento de madera oscura. No lograba atisbar el rostro del padre pero sabía que estaba allí.
-Ave María purísima... -Dijo el padre Raphael.
-Sin pecado concebida –Contestó arrastrando las palabras, mientras rodaba los ojos. Ella ni quería estar ahí, pero debía hacerlo.
-¿Qué tienes que confesarme? –Pregunto el hombre, ya habiendo reconocido la voz de mala gana de Agnes Duncan.
-Ya sabe, padre, lo de siempre. Pensamientos impuros con respecto a mi chica. Deseos de asesinar a quien la mire o a algún otro pobre ingrato solo para ver que se siente...-Decía como si no fuera nada, con total confianza y sinceridad.
Raphael presionó los labios al oír la total falta de culpa de la muchacha.
-¿Algo de lo que te arrepientas sinceramente, hija mía? –Nunca perdería la esperanza de tratar de salvar a los miembros de esa familia.
Hubo silencio por medio minuto. Él creyó que ella se había ido cuando la escuchó hablar.
-De lo único que me arrepiento es hacerle daño a la chica que amo... No puedo controlarme, no sé porque solo...soy demasiado impulsiva...-
Ahora si lo convencía de que sentía algún tipo de culpa. Suspiró.
-Cuatro ave marías y tres padre nuestro –Dicto su penitencia.
-De acuerdo...-
-Te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, ve con fe –La dejó marchar.
-Amén...-Respondió vagamente.
Con movimientos perezosos salió de allí, dejando paso a Murdock que entraba completamente nervioso. Se supone que debería estar acostumbrado, lo hacían cada semana, pero ahora que le había encontrado un nombre a su problema. Como de costumbre, el hombre le recibió con la misma frase que había dicho antes a su hermana, él respondió como era debido y luego se vino lo difícil.
-¿Que tienes que contarme, muchacho? –
El pelinegro tragó saliva, no era fácil para él lo que iba a revelarle al hombre, le tenía confianza pero aun así...Era algo enfermo, él estaba enfermo, y se sentía horrible.
-Y-yo... ¿recuerda, padre, que le dije que tenía un problema muy grave? –Comenzó algo tembloroso el único varón de los Duncan.
-¿Vas a decirme de que se trata esta vez, joven?
-Complejo de Edipo...-Soltó directamente, casi en un susurro asustadizo.
Raphael volteó a ver la rejilla como si lo hubieran abofeteado, horrorizado ante lo que confesaba el contrario. Se quedó callado un momento, tratando de recomponerse y sonar como habitualmente, presentía que el chico lo decía con angustia.
-¿Estas...Estas enamorado de...?
-Si –Contestó Murder, en forma de quejido, cubriéndose el rostro.- No sé qué hacer, padre...Yo no quiero sentir esto, está mal, está muy mal, no quiero...-Su voz se oía ahogada como si quisiera llorar de lo mal que eso le hacía sentir.
-Dios... Dios puede ayudarte, hijo, si tú le abres tu corazón...-Logró decir con dificultad.
Nunca se hubiera esperado que aquel chico declarase padecer Edipo.
-Por favor, padre, ayúdeme...-
-Cinco padre nuestros, dos avemarías... y reza por ayuda, Dios proveerá, muchacho, no te pongas así...-
-S-sí, padre...Tiene razón –El chico se limpió los ojos con las mangas de su suéter azul.
- Te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, ve con fe –Dio por terminada la confesión, con pesar, era obvio que Murdock no estaba de acuerdo con sus propios sentimientos.
Y así, uno a uno fueron pasando los Duncan y el resto de feligreses.
Mientras él se carcomía la cabeza con las preocupaciones que ellos le causaban con algunas de sus confesiones, Agatha daba vueltas por la capilla, sus ojos oscuros recorrían las estatuillas de santos y virgencitas con desinterés. Estaba aburrida y quería irse a casa.
Por otro lado, Adelaide caminaba fuera de la iglesia hasta uno de los costados. Daba la casualidad que frente a la iglesia había una especie de carretera que solo usaban las personas de la ciudad, y al otro lado de esta había una especie de bosque. Un chico seguía a Addie, ella lo sabía y por eso lo guío cruzando la carretera, donde tras unos árboles Agnes observaba al sujeto con una sonrisa de burla.
Pobre ingenuo al fijarse en una chica que ya tenía dueño... o más bien, dueña. Una muy posesiva y celosa.
En cuanto cruzó con el chico tras ella, Agnes salió de entre las sombras y atrapó del cuello al muchacho empujándolo duramente contra el tronco de un árbol. La expresión de sorpresa en él fue notoria al ver a una chica sujetándolo con fuerza como si pretendiera matarlo, y algo en el fondo le decía que eso no estaba muy lejos de la realidad.
-Así que... tú eres el que ha estado molestando a MÍ Addie...-Sonreía maliciosamente.
Él, obviamente no iba a golpear a una chica, pero si intentó que lo soltara pero entonces la castaña sacó una navaja de su bolsillo y la apretó contra su garganta, a lo cual la miró algo asustado. La mirada de ira helada que ella le daba le hizo creer que debía temerle. Desvió la vista hacia la rubia que permanecía a un lado solamente observando ¿Por qué no hacía nada?
-¿Tu Addie? Mi-mira, yo no sé de qué me hablas, yo solo la seguí porque ella me lo pidió.
-Me ha dicho que en más de una vez intentaste acercártele demasiado... Eso me molesta sabes. Porque ella es mía, ella y todo su ser me pertenecen... y odio que toquen lo que es mío –
-Y-yo...-
-¡Atrévete a injuriarla y te cortare la lengua! -
Adelaide paseó su vista hacia la iglesia, asegurándose de que nadie había salido aun.
-¡Ella no puede estar con una chica! ¡Eso está mal! –Soltó él, contra todo sentido común.- ¡Ella me quiere a mi!
Las náuseas invadieron a la menor al ver que su pareja había cumplido lo dicho. Los ojos del chico se llenaron de lágrimas, y de su boca comenzó a emanar sangre, mientras que en el suelo su lengua yacía ensangrentada. Agnes soltó una risita entre dientes.
-Yo nunca miento, querido, lo que digo, lo cumplo...-
Minutos después, ella abrazaba por la cintura a su, no declarada, novia mientras esta le daba un beso suave. Las dos se quedaron allí, simplemente compartiendo besos, ignorando el cadáver a un par de metros que seguía desangrándose. Agnes, en su mente, creía que eso estaba bien, que ese chico había estado acosando a la única persona que le importaba realmente.
Y ella siempre cuidaría de Addie. A cualquier costo.
***************
¿Han escuchado la frase "Él mataría por ella y ella moriría por él"? Bueno, creo que eso describe a Adelaines(? Soy mala con los shipps, alv.
¿No les suena el Padre Raphael? Si leyeron Oliver, probablemente si, es el mismo que intentó (en vano, por cierto) echar a Mr. P y a los fantasmitas de la casa.
Espero que les guste, voten y/o comenten por favor.
IvetteBellerosse🌹
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