Capitulo 5 (Coffe Shop)
Felicidades mis terrones de azúcar, lo lograron.
Pudieron completar el reto, sé que fue desde el viernes, peor este fin de semana como los dos días posteriores, me fue imposible ponerme en la computadora hacer algo, peor hoy ya se logro.
El reto de esta ocasion sigue siendo el mismo.
Deberán conseguir diez votos y diez comentarios para el capitulo seis.
Ademas que deben completar este fanfic del Flufftober2021, para que el Umitober2021 pueda continuar.
Desde luego puedo casi asegurar que eso sera una posibilidad solo aquí, ya que en los otros aun están detenidos desde el capitulo dos, por ende ni modo, si solo en Wattpad se pude dar, así sera.
Advertencia: Traiciones, desamor, tristeza, despecho, pensamientos de dudosa procedencia, encuentros bastante no casuales, mpreg y mucho yaoi con su buena dosis de amor.
Así que disfruten el contenido y recuerden el reto.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Gracias a esa cafetería, logré encontrar a quien realmente necesitaba.
No puedo decir que fue en las mejores condiciones, yo... En ese momento solo era una cáscara vacía, que no podía sonreír de verdad.
Seguí adelante solo porque sabía que era lo que debía hacer, pero... Tenía que cargar una terrible cruz, con tanta desesperación y angustia.
Productor de haber sido traicionado por quienes yo creí que jamás me harían algo como eso...
Había tenido una pareja, que creí que sería mi destinado, era feliz a su lado... Y pensé que también lo era conmigo, pero...
No fue así...
Lo supe, un día que regrese temprano a mi hogar, aquel que compartía con mi única familia en ese entonces.
Con mis propios ojos vi... Que se besaban, mi propio hermano, besaba a mi pareja de aquel entonces...
No lo podía creer, y aunque ellos lo intentarán negar, yo... No era ningún tonto...
Hui de ese lugar, con lágrimas en los ojos... A partir de ese día, hice muchas tonterías sin importarme mi propio bienestar...
Bebía tanto alcohol para olvidar todo, deje de dormir bien, no comía casi nada, apenas si podía mantener mi trabajo, y... Una parte de mi... Me decía que no podía dejar solo a mi hermano... Pues, aun estudiaba...
Sí, se que fui un idiota por regresar, y aunque... Me pidió disculpas, jurándome que jamás volviera a verlo, sin embargo sabía que seguía viéndolo, me dolía, pero... Si Shura y Aioria querían estar juntos, no iba a detenerlos pero tampoco verlos...
No quería demostrar que me hería su traición aunque falle miles de veces en ello.
Solo quería olvidar todo... No cometería ninguna estupidez, pero... Si bebía... Demasiado para mí propio bien...
Me daba igual todo, deseaba que mi mundo fuera otro, que volviera a ser como antes de ser traicionado por quien ame en ese entonces, y por mi hermanito.
Me lastimaba tanto, aunque... Lo ocultaba con un mal humor y sonrisas falsas...
Mi desesperación continuó por mucho tiempo...
Y no creí que existiera un final para ese caos, hasta... Que... Un día... En donde necesitaba un café muy cargado, sin pisca de azúcar, leche o cualquier otra cosa que lo endulzara, solo deseaba que fuera amargo, como mi vida hasta ese momento...
Pero en el momento en que lo pedí.
-Buenos días, bienvenido a la cafetería Atena, ¿Qué se le ofrece?-
-Un café americano, por favor-
En ese momento vi esos ojos Viridian, pero no sentí nada, solo respondí a esa sonrisa que me dedico como parte de su trabajo...
No esperaba nada, sin embargo... No se quedó callado ante mi aspecto.
-¿No es algo tarde para tomar un café tan cargado?- Pregunto con son de burla, mirándome tan atento, mientras sujetaba aquella pequeña libreta en sus manos para los pedidos.
Solo lo mire y alce una ceja, desde luego me molesto ese comentario tan fuera de lugar a mi parecer.
-¿Qué no se supone que el cliente siempre tiene la razón? ¿Qué te importa si tomo café a esta hora o no? Te voy a pagar por que me lo traigas, no por tus absurdas preguntas-
Si, conteste realmente mal, pero... No soportaba cuestionamientos, ni concejos, ni regaños, ya que pensaba que de nada serviría...
Pero dejos de que me respondiera mal o se ofendiera...
-Ja, ja, ja, realmente no me importa. Pero lo vi tan mal y hecho un desastre, que creí que con el café se podría morir- Sus palabras si que me hicieron alzar de nueva cuenta mi ceja y fijarme seriamente en él.
Confundido y de mal humor... Pero aun así, entendí que debía verme horrible para que cualquiera lo notará tan fácilmente, pero no me importo mucho.
-Bien, enseguida le traigo su pedido, señor- Se fue y solo me quedé mirándolo atentamente.
La primera vez que nos conocimos, fue como en esas películas que no siempre inician de forma agradable, sino lleno de momentos incómodos, desagradables y enojos...
Por qué uno está mal, y el otro lo anima a más no poder...
Sin embargo, agradezco tanto que eso no me impidiera seguir yendo a esa cafetería...
Algo me hacía querer ir de vez en cuando y tenía la fortuna de que ese mesero me atendiera siempre...
Su uniforme de camisa blanca, pantalones negros con unos cordones que van desde la cintura del pantalón pasando por los hombros y bajando por su espada, zapatos negros brillantes, al igual que una corbata para entonar e conjunto, levando puestos unos lentes, sin duda un elegante e increíble barista, que de a poco me hizo fijarme en él... De otra forma.
Y yo, bueno... Creo que aunque fuera en traje, seguía pareciendo un cadáver andante por mis malos hábitos adoptados
De a poco fui haciendo pequeños cambios en mis pedidos.
Lo que provoco que fuéramos elevando nuestra atención a temas más entretenidos...
-¿Cómo ha ido tu día?-
-¿Cuál es el especial del día?-
-Ya no luces tan mal-
-Probare esta bebida helada de galletas-
-Bien, algo dulce podría caerle mejor, que sólo un café amargo. Es muy delicioso, pero una gastritis segura le provocara-
Esos chistes que hacía... Me empezaban a parecer divertidos, que a veces me hacían sonreír y me di cuenta, que a pesar de que posee un semblante serio, elegante y soberbio, tiene una hermosa sonrisa y risa tan encantadora...
Creí que en uno de esos encuentros que teníamos en su trabajo, que podría... Tal vez... Decirle algo más.
-Me llamo Aioros- Me presente educadamente, al momento de agradecer el servicio de aquella bebida azucarada y helada
-Es un nombre bastante peculiar, pero no creo que sea tan adecuado para usted-
-¿Por qué lo dices?-
-Si mis recuerdos de la mitología Griega no me falla, tiene que ver con una isla donde habitaba el Dios del viento... Es una deformación de ese lugar, pero... Se que aquellos que poseen ese nombre, deben tener una actitud alegre, divertida, ocurrente, y de una sonrisa muy bella, sin embargo... Usted...-
Se que guardo silencio por que se dio cuenta que se estaba pasando de la raya, y sí que lo estaba haciendo...
Sin embargo entendía por qué lo decía.
-Soy tan amargado como el café americano, aun siendo Griego ¿Cierto?- Sonreí decaído, pero en cierta forma me reía de mis desgracias para este punto.
-Tú lo has dicho, Aioros- Me habló por primera vez de tú, y me agrado... -Me llamó Saga, y aunque no sé qué fue lo que te pasó... Te recomiendo que sonrías mas e intentes estar bien por ti, por que con ese malhumor y tristeza interna que no logras superar no podrás seguir adelante- Fue allí que soltó por primera vez un suspiro triste y su mirada se volvió por unos segundos como la mía, sin embargo solo me sonrió de nuevo y se fue.
Y allí, con ese instante en que mis ojos vieron directamente a los suyos...
Mi corazón latió con fuerza, mis mejillas se calentaron levemente, y creo que hasta esa bebida me supo mucho más deliciosa de lo que realmente era.
Paso mucho para que me diera cuenta, que esa vez... Lo que pasó en mi corazón en aquel momento, significaba que me había dejado cautivar por alguien que estaba conociendo apenas...
Un joven hombre de mi misma edad, de cabellos azules, atados en una coleta baja, tan guapo, tan atractivo, sus ojos tan preciosos... De a poco, y con la convivencia de ir de ves en cuanto, en algún punto se volvió diario...
Me fijaba más en su mirada, al principio me confundía si eran e un color turquesa, pero después descubrí el verdadero tono... Viridian.
Un color tan hermosos que en poco tiempo se volvió mi color favorito...
Temía por momentos, que inconscientemente lo estuviera usando como un vil reemplazo de alguien, que con el tiempo entendí que no merecía ninguna lágrima mía...
Me negaba a aceptar que me gustaba, empecé a quererlo y amarlo en algún punto...
Comenzamos a hablar de temas más personales...
Pero... Yo evitaba como él cosas que nos hirieran...
Hasta que un día, yo no pude ocultarle mi enorme dolor...
De costumbre fui a verlo, y él me dedico una sonrisa, se notaba lo que era evidente, pero no lo admitíamos.
Bebía cosas dulces, como algunos postres y otras que se podrían catalogar como "Saludables"
Pensaba que mi vida iba mejorando, pues... Incluso pensaba que la relación con Aioria... Se recuperaría, ya que me pedía disculpas a diario, y me juraba que ya ni veía a Shura...
Pero... Mientras miraba a ese hombre que estaba ayudándome a recuperar mi alegría...
Los vi entrar, tomados de la mano y tan alegres, como si ninguno recordará lo que significaba que estuviera juntos...
Lo de Shura aún dolía un poco, pero me efectuaba más que mi propia sangre siguiera traicionándome...
A una pareja la puedes conseguir donde sea, pero... Un hermano... A un hermano no...
¿Cómo podía seguir mintiéndome en la cara?
Sentía que debía irme, que no debía permitir que vieran, pero...
Antes de poder hacerlo... De llamar a cualquier mesero cercano, Saga me noto mal... Y fue de inmediato a ver que me ocurría, yo ocultaba mis lágrimas que caían y le decía que debía irme.
-Aioros... ¿Qué tienes? ¿Puedo ayudarte en algo?- Estaba preocupado, me miraba angustiado, que sin pedirme permiso me sujeto por la mano discretamente, suplicándome que confiara en él.
-No puedes hacer nada, nadie puede...- Baje mi mirada y aguantaba las ganas de llorar, pero las lágrimas caían por mis mejillas de forma traicionera...
Note como se asustaba y preocupaba mucho más por mí...
Yo estando de pie, él impidiéndome que me fuera, levantó mi mentón con su mano derecha y me obligó a verlo a los ojos...
Mi corazón dolía, pero también latía desenfrenado cuando lo tenía tan cerca y me dejaba presenciar su elegancia y galanes...
Me sonroje, y podía ver que él igual...
Su compasión reflejada en la mirada Viridian, como su angustia, no me quería soltar... Sujeto mi cintura y me pedía que le dijera todo.
-Confía en mí... Quiero ayudarte en todo lo que necesites, Aioros... Necesito que estés bien, por que tú... Me estás dando fuerza para ser valiente- No sabía en ese instante de dónde venían esas palabras, pero me hacían sentir tan bien... Que yo... Me atreví a alzar mi rostro y robarle un beso a sus labios que me tentaron tanto.
No entiendo como pude atreverme a hacerlo... A besar a alguien que consideraba un buen amigo, con quien intente olvidar mis penas y dolores, estando algo dolido, pero no merecía, ni quería seguir sufriendo una traición de hermanos.
Escuche la voz de Aioria... Y el asombro de ambos...
Yo simplemente me aparte de Saga, estando tan sonrojado y a la vez asombrado, no supe como acababa de besarlo.
Nuestro primer beso, no fue exactamente como lo imagine... Pero no me desagrado para nada, aunque fuera con el sabor amargo por la traición de otros.
Los mire y fruncí mi ceño, pero en vez de enojarme, estaba tan avergonzado, y Saga aún seguía asombrado por esto, pero no me apartó de su lado totalmente, aunque yo si quería huir por que estaba tan apenado por mis impulsos.
-¿Estas saliendo con él?- Quién fue mi hermano pregunto aquello.
-Yo...- No sabía que responder, y rápidamente Shura... Frunció el ceño, y aunque llevara a mi hermano sujetado por la cintura, pude ver que su mirada era de enfado total.
-¿Y quienes él?- Simplemente era alguien que no merecía siquiera la pena.
Quién me dejaba ir de a poco, noto en ese tono de voz algo que no le gustaba, y decidió que seguiría un juego que se volvió realidad.
Sujeto mi cintura con mayor fuerza, me atrajo y sonriendo triunfante, dijo lo siente tan orgulloso.
-Soy Saga Geminix, el novio de a Aioros. ¿Quiénes son ustedes?- Contesto con ese tono desafiante, y de burla que expresa cuando algo lo ha hecho enfadar, pero se resistió a rebajarse a los golpes.
Allí no supe qué decir, y las miradas de aquellos en quien más confíe eran de sorpresa y enojo.
¿Tan miserable deseaban que fuera?
Sabían muy bien que yo no tomaba en gracia su relación...
Y cuando tuve un momento a solas con Saga, le agradecí por eso... Y le pedí disculpas por el beso... Pero lejos de enojarse, decidió que debía devolverle su beso, y me robo uno a mí...
Fue tan lindo... Agradable... Me sentí de nuevo feliz y amado...
Claro que le conté mis penas en ese momento y llore en su hombro no tanto por Shura, sino porque mi propio hermanito me traicionará tan descaradamente...
Mis lágrimas la seco y me abrazo, mientras me ofreció que por esta noche, no volviera a mi casa, y que mejor me fuera a su departamento... Para calmarme...
No me quería dejarme solo...
Y allí, me contó el por qué su vida no era como la había planeado.
Sin duda nuestras familias y hermanos no han sido de lo mejor...
Su historia era de traición... Su propio hermano decidió unirse a aquellos que desean ver la empresa de la familia destruida y sacarle el mayor provecho posible, y él no pudo hacer nada, sin recursos, sin apoyo, sin nada...
Por esa razón trabajaba en esa cafetería y estudiaba por las noches... No podía dejarse vencer, aunque a veces pensaba que era lo mejor...
-La primera vez que te vi... Tu mirada era tan vacía y sin brillo como lo era la mía...-
-¿Eh?-
-Por eso, quise animarte, alegrarte y conocer tu genuina sonrisa... Si, debí parecer un loco, ya que... No te conocía, ni tu a mí, pero... Verte mal no podía permitirlo-
Me confeso un secreto que jamás creí posible...
Desde el primer momento él se fijó en mí... Y quiso hacerme reír, que sonreirá y animarme...
Y fusionó...
-Y después... Con cada día que te miraba y tu rostro lucía más tranquilo, no quería que de nuevo cayeras en el dolor... Y supe que perdí mi corazón porque, sin saberlo ya lo tenías entre tus manos y no quiero que me lo devuelvas-
Me miró aquella vez a los ojos, se acercó a mí...
-Si crees que es demasiado pronto... Detenme Aioros...-
Negué con la cabeza y rodeo su cuello, lo abrace.
-A mi también me gustas, Saga- Confesé mi amor y él a mi el suyo... De una forma que ninguno pensábamos que pudiera ser posible.
Nada romántico fue, solo dolor y traiciones que repara, tristezas que nos consumían y desesperación que sentimos por qué toda nuestra vida era complicada, pero...
Estando juntos, sentíamos que ese dolor disminuía y lo podíamos cargar ambos...
El mi dolor y yo el suyo... Compartirlo sería más llevadero.
Nos volvimos a besar... Y con eso sellamos que este amor, que surgió en un lugar tan común, pero a la vez mágico... Podía ser verdadero...
Con el pasar del tiempo... Terminé viviendo con él... Deje a Aioria y le dije que... Lo perdonaba, pero no podía volver a confiar en el.
-Hermano, por favor... Perdóname, pero... Yo amo a Shura no me abandones...- Me rogó, me pedía disculpas... Pero, me confesó que su amor surgió desde hacía tanto...
¿Cómo no me di cuenta?
También lo hice sufrir pero eso no justificara nunca sus traiciones y engaños.
-Aioria, te quedaras con esta casa, yo no la quiero... Sabes que tienes la pensión que nuestros padres dejaron para tus estudios... Y bueno se feliz, sí ese es tu deseo- Me dolía alejarme de mi hermano pero era lo ama sano que debía hacer.
Lo que a mí me funciono...
-¡¡¡NO QUIERO NADA DE ESO!!! ¡¡¡HERMANO, POR FAVOR...!!! ¡¡¡AIOROS NO PUEDO PERDERTE A TI TAMBIÉN!!!- Me sujeto de la mano y me pedía que no me fuera...
Me dolía hacerlo llorar, pero... También dolía recordar que en nuestra propia casa... Me estuvieran viendo la cara...
-Lo hiciste hace mucho... Por favor... Suéltame- Fue lo último que le dije, antes de salir con mis cosas de esa casa. Afuera me esperaba Saga, me abrazo pues dolía irme.... Pero todo era por mi bien.
Y así inicie un nuevo capítulo en mi vida... De la mano de Saga...
Su departamento... Se volvió un hogar para mí...
Empecé a sentirme cada día mejor, y si bien tenía mis días malos, con su sonrisa, besos y abrazos me sentía miles de veces mejor...
Igual yo, sabía que necesita hacer algo para ayudar a mi Saga... Y no dude ni un instante en hacerlo...
Hable con el abogado de la empresa en la que trabajo, le conté el asunto y me dio una esperanza...
-El caso es difícil, pero no imposible-
-¿Podría ayudarlo?-
-Por el niñero de mi hijo, claro que si-
El señor a Dohko, siempre ha sido alguien muy bueno.
Después de hablarle del caso y que Saga lo supiera...
Nos reunimos en el buffet de la familia Librix, y supimos mejor que hacer...
Buscamos papeles, hacemos tantos trámites por todos lados...
Sin embrago algo extraño me pidió el señor Dohko, me dijo que no podía presentarme con ellos en los momentos de comparecencia...
No entendíamos el porqué de eso, pero... Le hicimos caso.
Fue algo difícil, pero claro que lo iba a apoyar, como él lo hizo por mí y... Lo conseguimos...
Saga, recupero la mitad de su empresa, ya que no habían podido venderla sin su consentimiento, pero... No querían darle nada,
Y a regañadientes debieron hacer las cosas bien... Aunque su hermano Kanon, no cedería tan fácilmente...
Mi saga, le dijo que le compraría la mitad de la empresa que le correspondía, quería recuperar lo que sus padres hicieron con sacrificios...
Pero no lo acepto...
Se que era algo frustrante, pero... Estaba bien para él... Pues, al menos tendría el 50%, pero le daba preocupación lo que sucediera en el futuro...
Fue allí que el señor Dohko me dio la idea... De que yo podía comprar las acciones de Kanon, no sabía que yo era pareja de su hermano mayor, y como se sabe que el apellido Sagitix es algo sonado en esta sociedad, sería fácil...
Hice lo que tenía que hacer, para que Saga estuviera bien...
La compra fue un éxito y el traspaso se llevó a cabo, pero debía esperar cuatro meses para poder darle las acciones a Saga, no quería nada de su empresa, porque le correspondía solo a él...
Así que, esperaría hasta ese punto.
De a poco, la cafetería que nos unió por azares del destino... Era el lugar al que iba a almorzar y comer siempre... Así pasaba el tiempo con Saga, pues aún debía hacer algunas otras cosas antes de asumir por completo las responsabilidades de la empresa...
Claro que no dejaba de presumir a quien ahora ocupaba mi corazón, y lo sigue haciendo...
Algunas veces, mis compañeros del trabajo iban conmigo a disfrutar de la comida de aquella cafetería, como el café y sus bebidas deliciosas.
Además, no perdía oportunidad de presentar a mi novio, y todos encantados con él... Aunque hubo quienes pensaban que merecía alguien mucho mejor que un pobre barista, pero les calle la boca en algunas ocasiones con un buen puñetazo.
Sin contar, que de forma desagradable, Shura me busco y me pidió que siguiéramos juntos... Pero ahora yo... Siendo el amante y Aioria su novio... Quise matarlo en ese momento, solo le rompí la boca, y le dije que se alejara de mí...
Saga al enterarse, quiso darle su merecido pero se lo impedí, ya había acabado de hablar y le dije todo lo que sentía...
Quería olvidar todo el dolor que en mi existió antes... Y así fue.
Nuestra vida, no podía ser mejor...
Pero, Saga la hizo aún mejor...
Un día de descanso, pasamos el día entero a fuera y juntos, hicimos cosas divertidas, fuimos a sitios tan interesantes...
Comimos deliciosas cosas, reímos, lloramos de emoción, y nos asustados por aquella película de terror que ambos no disfrutamos del todo, pero quisimos intentar algo nuevo...
Y al final... Ya siendo de noche... Fuimos a la cafetería en donde trabaja, y no entendía el por qué...
Entramos... Aunque la puerta estaba cerrada... Pero la abrió con la llave del local...
Y al dejarme entrar primero me topé con el lugar iluminado por velas, adornos haciendo alusión a la fecha de San Valentín, con varias flores, laureles y lirios... Mis flores preferidas, sabía muy bien de donde provenían de la Florería de Afrodita, un muy buen amigo de Saga...
Una sola mesa, justo en la que nos conocemos, el adorno de flores de aves del paraíso, velas perfumadas de naranja, una deliciosa rebanada de ese pastel de arándanos que amo, una bebida helada de galleta y de... Adorno un anillo... Un anillo de color verde oscuro que me dejó por completo sin palabras, y más cuando Saga lo tomo, se arrodillo delante de mi... Tan guapo, tan genial y elegante se veía en ese momento.
-Aioros Sagitix, ¿Me harías el hombre más feliz de la vida, aceptando este anillo y mí propuesta?-
No sabía que decir, mis ojos se abriendo de par en par, mi mano izquierda era tomada con delicadeza, para ser besada.
-¿Te casaría conmigo? Juro que te haré inmensamente feliz, nunca permitiré que nadie te hiera o lastime, toda mi vida será tuya, como la tuya será mía, solo por favor... Acéptame como tu prometido y futuro esposo- Su rostro dejaba ver los enormes nervios que sentía, sus sonrojadas mejillas, sus ojos pidiendo una respuesta.
Sentía mi corazón latiendo a más no poder... Tenía deseos de llorar y lo hice, sonreí y... Asentí.
-¡¡¡SI!!! ¡¡¡SI, ACEPTO, SAGA!!!- Y sin cuidado alguno... Me arroje a sus brazos, dejando escapar lágrimas, y bueno terminamos en el suelo, riéndonos, yo dándole besos en todo su rostro y él colocándome el anillo en mi dedo anular...
Y después... Bailamos en el espacio enorme que había en el restaurante, sin más mesas y sillas, solo la nuestra...
Pidió un favor a su antiguo jefe, un lugar romántico donde pedir mi mano...
El tiempo transcurrió, y la noche que planeaba regresarle la mitad de su empresa...
Temía que... Me dejara... Que ya no me necesitara, miedos del pasado aun me atormentaban un poco.
Cuando lo hice...
Se sorprendió y no sabia que decir...
Le conté todo lo que había pasado.
Pero, cunado solo le dije que necesitaba su firma...
Me rechazo, y negó con la cabeza, al igual que me regresaba los papeles.
No entendía nada y me sentí confundido, pero... Lo que dijo, me hizo entender que él jamás me querrá por mi dinero, o por lo que tengo.
-No necesito que mi futuro esposo me devuelva algo que también es suyo- Me acaricio la mejilla, y sonrió para darme uno pequeño beso en mis labios.
-Pero, es tuyo... Una parte de la empresa de tu familia, no debería...- Entre los sonrojos y mimos, me sentía tan desconcertado, pero feliz por lo que decía.
-Claro que si, eres la única persona en la que confió para cuidar de algo tan importante, se que... En tus manos nada malo ocurrirá- Entendí sus palabras, comprendía lo que quería decirme -Además, cuando nos casemos... Lo mío pasara a ser tuyo, y eso me parece bien... Quiero que esa empresa sea absolutamente familia, para nuestros futuros hijos, nietos y todos nuestros descendientes- Tan hermosas palabras que me dedicaba, me hacían sentir en el cielo...
Lo abrace y sentí el palpitar del corazón... Estaba tan feliz.
Después de ese instante de amor puro, me levante para dejar los documentos en la mesa, para no arrugarlos, pero.... En cuanto me puse de pie...
Sentí un fuerte mareo y mi vista se nublo... Me tambaleé... Sentí como era atrapado por los fuertes brazos de Saga... Lo escuchaba a lo lejos y me sentía desfallecer, logré ver su rostro angustiado entre mi borrosa vista y después... Solo oscuridad...
Un resoplo se escucha en medio de aquella habitación iluminada por la luz de la luna colándose por la ventana, mientras igual una lamparita de noche proyecta algunas figuras en las paredes y techos de pegasos.
Un hombre de cabellera castaña, sonriente, y con el rostro levemente sonrojado, que mira con devoción a una bebé que lleva entre sus brazos, cuidándola, arrullándola para que concilie el sueño.
-Desperté algo confundido, en una habitación de hospital, todo era tan iluminado, me molestaba en la vista. Mi Saga no se apartó de mi lado en ningún momento, y claro que sentí su mano sujetando la mía- Su ensoñamiento provoca que baje la voz un poco al ver que esa criatura duerme tan plácidamente en sus brazos -Estaba aliviado de saber que estaba bien, pero yo no sabía que me ocurría, hasta que me lo dijo...-
-¿Aioros, que haces?- Un hombre de cabellera azul larga se acerca por detrás del castaño, para envolverlo en un fuerte abrazo.
-Ja, ja, ja, ja... Le cuento a nuestra pequeña como nos conocimos y me quedé en el momento que me dijiste la más hermosa noticia de todas- Se recarga en el pecho del contrario de espaldas, sonriendo por tenerlo a su lado.
-Ya veo... Cuando despertaste y te vi tan cansado me asuste, pero sonríe para darte un beso y decirte...- Con cuidado sujeta el mentón del castaño, para atraerlo a él y darle un beso en los labios de forma fugaz, y seguir hablando mientras vuelve abrazar por la cintura al hombre que ama con todo su ser -Que te agradecía por darme tanta felicidad en mi vida... La primera fue conocerte, que aceptaras ser mío y la segunda... Que dentro de tu vientre llevaras el hermoso fruto de nuestro amor... Nuestra pequeña bebé- Los ojos se le empezaron a cristalizar, al recordar ese instante, y no pudo evitar abrazarlo con mayor fuerza teniendo sumo cuidado.
-Nuestra Hesperia, nuestra pequeña estrella del atardecer- Sonríe siendo capturado por su ahora esposo... La prueba de aquello, son esos hermosos anillos que yacen en los dedos anulares de ambos, tanto el de compromiso como el de matrimonio no se los ha quitado por nada del mundo Aioros y en el caso de Saga el de matrimonio tampoco ha sido quitado nunca.
Sigue cargando a su pequeña para acunarla y arrullarla, pues la noche cayó y era hora de que ella descansara.
Se calmo un poco, y suspira para aspirar el dulce aroma de su esposo, que ya está en pijama para ir pronto a dormir -Adora escuchar nuestra historia ¿No?-
Le da gracia, mientras le dedica un pequeño beso en la frente a la bebita, que tiene cabellos azulados, la piel del mismo tono que Saga, las mejillas rosadas y regordetas, cobijada entre las sabanas rosa pastel, que la cuidan del frío exterior -Es la única forma en que puede dormir, no se si me entiende... Pero sonríe cuando le cuento de nuestro beso, aunque... Se queda dormida poco antes de decirle cuando supimos que venía en camino, de nuestra hermosa boda y como empezamos nuestra vida de recién casados...- No puede evitar sentirse emocionado por sus dulces memorias.
-Ya tendremos tiempo de que sepa todo lo que debimos atravesar, bueno... No todo- Le da un beso un poco más atrevido en los labios, como el poder tocar debajo de la pijama.
Lo cual sorprendió al castaño, pero sonrió no le molesto para nada.
-Espera a que arrope a nuestra niña, e iré a la cama en unos minutos- Le dedica un beso en la punta de la nariz.
-Te ayudo... También quiero darle más besos de buenas noches, y verla un poco más dormir- Puede que la calentura en sus cuerpos aumente, pero no va a negarse a ver a su pequeño tesoro descansar, es algo de lo que ninguno se privada.
Dicho esto, con cuidado Aioros deposita al bebé en la cuna de madera alta, de color blanco, sabanas rosas, un móvil de pegasos, y cientos de peluches de todo tipo, pero en su mayoría de esos animales mitológicos.
Que provoca una sonrisa en la pequeña de solo cinco meses cuando esta despierta.
Verla dormir, les hacía solo pensar que todo el largo camino que habían recorrido para entender que todo valió la pena...
Los duros golpes de la vida, no son nada ahora, más que recuerdos fugaces.
Pues, al ver a los ojos de su verdadero y único amor, se dan cuenta que están en un sueño hecho realidad.
-Te amo Saga- Pronuncia estas palabras, mientras es abrazado por este último, contemplando el sueño de su pequeña con suma ternura.
-Yo te amo mucho más Aioros- Un delicado beso deposita en la cabeza del castaño, para seguir abrazándolo, y admirando la creación de lo dos.
Ambos hombres, se conocieron en una cafetería que hoy en día sigue siendo su lugar favorito para pasar una bonita tarde fuera de su hogar, llevando a su pequeña hija, que sin duda tiene el carácter tan noble y carismático de su papá, aunque también heredo el rostro serio de su padre cuando no le agrada alguien.
Su amor tan inesperado solo sigue creciendo y no se detendrá nunca, hasta que... Su tiempo se acabe, pero para eso, claro que aún falta muchos, muchos años.
Ahora mismo, solo deben disfrutar de su hermosa vida familiar, llena de amor y mucha felicidad.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?
¿Que les pareció la actualización de día de hoy?
Vaya, Aioria fue un pésimo hermano, pero Aioros que no el guardara un rencor como tal, sino que siguió queriéndolo, hasta que puso un alto y respeto al relación con Saga y su hijita...
O sea, que hermoso... Ame hacer este One Shot con todo el corazón.
Así que espero lo disfrutaran mucho.
Sin mas que decirme despido, no sin antes decirle que se cuiden mucho, sigan con las medidas de higiene y no se expongan de mas.
Los mega quiero a todos.
Ammu se va.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top