CAPÍTULO 21
- ¿Estás seguro de que no van a llegar?- preguntó por enésima vez Alba.
- Un 99% seguro, tendría que pasar un terremoto por aquí o una desgracia para que pudieran que estoy perfectamente- respondió Lucas.
- Bien, le diré a mi madre que me quedo a dormir en casa de Lorena y me dejará.
- Podrías decirle directamente mi casa- Alba le miro intrigada- a ver, ¿y si viene a recogerte a casa de Lorena o yo que sé? Le dices que nos hemos quedado todos y listo.
- Está bien- accede tras valorarlo unos segundos- por si hubiera fallos.
- Para asegurarnos sí.
- Bien, pues antes de irnos con los demás a la fiesta, me paso por tu casa a dejar mi pijama y eso- dijo rápidamente poniéndose nerviosa.
- Vale, me voy con estos mientras te arreglas con Lorena.
- Sí.
Se despidieron rápido sin beso, atacados por la realidad al darse cuenta de que estarían completamente solos. Habían dormido juntos antes previamente, exactamente dos semanas atrás por el cumpleaños de Alba pero en el mismo lugar habían permanecido más personas esa noche.
Y si hubieran llegado a estar solos...
...........................
- Lorena, hoy es la noche- anunció tras llegar a casa de esta.
- ¿Sí? Condones, imprescindible, ¿tienes no?
- Em...
- Alba, sin gorrito no puede haber fiesta.
- Ups, ¿no tienes?
- Tomo la pastilla y no pienso registrar en los cajones de mis padres, lo siento pero no quiero traumas.
- Pues, ¿los podemos comprar rápido? Las farmacias siguen abiertas.
- Sí, total, se sorprenderían demasiado si llegáramos temprano- abrió el armario- pero antes a vestirse, los pides tú- añadió refiriéndose al paquete de condones.
- Pero tú a mi lado.
- En modo planta- recalcó señalándola amenazadoramente.
.................
Mientras iban hacia la farmacia Alba llamó a su madre para pedirle permiso.
- Mami- dijo al descolgar esta.
- ¿Qué quieres ahora cariño?
- ¿Puedo quedarme a dormir en casa en Lucas? Nos quedaremos todos, sus padres están de viaje en Toledo, volverán mañana por la noche, no molestaremos.
- ¿Todos? ¿Seguro?- preguntó dudosa.
Lorena miraba expectante mientras asentía para que respondiera.
- Sí- mintió.
"El fin justifica los medios" se recordaba para opacar la culpabilidad por la mentira.
- ¿Está ahí Lorena?
Alba se sorprendió ante la pregunta, ¿estaba dudando de su palabra?
- Sí, está aquí.
Lorena se asustó y empezó a negar, quería huir, a pesar de ello Alba la agarró del brazo y la miró suplicante. Lorena dejó de forcejear y Alba le pasó el teléfono.
"Si caigo tú también le caes" le dijo moviendo los labios Lorena antes de ponerse el móvil en la oreja.
Alba le respondió:
"Te quiero"
- Dígame- pronunció con aparente tranquilidad.
- ¿Tus padres están de acuerdo con que os quedéis todos?
Pensó en el castigo que se llevaría como verdaderamente preguntara a su madre.
- Sí, puede preguntar a Rubén también sin problemas.
- Eres una buena amiga, gracias, pásame de nuevo con mi hija por favor.
Lorena se lo entregó aliviada.
- ¿Y bien?- preguntó Alba de nuevo al teléfono.
- Te quedas, si necesitas que te recoja me llamas.
- Gracias mamá- respondió con una sonrisa enorme- adiós.
"Se pensara que me está engañando" pensó su madre antes de colgar.
- Menos mal, estoy sudando de los nervios, no me hagas pasar por esto de nuevo.
- Es lo normal en julio- dijo Alba quitándole importancia.
- Me debes una muy grande.
- Lo sé- aseguró abrazándola.
- Quita, que me das más calor. Y aún tenemos un recado por hacer.
Entraron a la farmacia con una llamativa entrada.
Debido a los altos tacones Lorena cayó en el último escalón pero se levantó como un rayo por la verguenza. Alba la sujetó pero no pudo evitar que se le escapará una risilla.
Cogieron el paquete y en el mostrador solo había un hombre.
- ¿Y si vamos a otra farmacia?- preguntó acobardándose Alba.
- Sí venga y llegamos dos horas tarde, tira- y la empujó.
- Coge algo al menos tú también.
- Encima quieres que me quede pobre.
Cogió ella un gel que había visto en anuncios previos y pagaron.
- Debo quererte mucho.
Al salir Alba estaba roja de la verguenza.
- La próxima los compra él- dijo abanicándose.
.....................
Hicieron una parada de nuevo en casa de Lorena y caminaron todo lo rápido que le permitían los zapatos.
- Creo definitivamente que esta vez habéis roto vuestro propio récord- dijo maravillado Marc- una hora y cuarto.
- ¿Llamaste a tu madre?- le preguntó Lucas.
- Sí y me quedo- sonrío.
- Nosotros volvemos en unos minutos, vamos a mi casa, ¿nos vemos enfrente de los churros?
Los demás asintieron.
- ¿Dejo la mochila en la cama?
- Sí, ¿querrás ducharte al llegar? Para dejar sacadas otras toallas.
- Sí por favor, no soporto acostarme oliendo a... mierda.
Alba se quedó sentada en la cama imaginando esa noche.
- ¿Nos vamos?- preguntó segundos después Lucas desde la puerta.
- Sí, vamos- se levantó y lo siguió.
En la carpa esa noche, se divirtieron viendo los dramas que se formaban alrededor de ellos, como gente que no se esperaban del insti acababan liados o cortaban por "confundirse" y besuquearse con otros.
- Oy que asco, María acaba de vomitar encima de Yolanda- gritó Rubén.
- Nadie quiere ver eso- comentó asqueada Blanca.
- Pero si bailar, ¿verdad señorita?- preguntó haciéndola girar y provocando su risa.
Por la mañana tras haber desayunado en los churros y despedirse fueron de camino a casa de Lucas comentando la noche y las fotos que les iban llegando.
- Darío sale mejor en las fotos ebrio que sobrio- llegó a la conclusión Lucas.
- ¿Qué dices?
- Mira, compara.
- Vas a tener razón- dijo tras unos momentos- será que se concentra porque sabe que le sale cara de estúpido.
- Esta vez me ducho yo primero- y salió corriendo tras abrir la puerta y le dejo a ella cerrarla.
- ¡Eso es trampa!- se quejó Alba- ¡no me has dejado tiempo de reacción!
- ¡Vivo aquí! ¡Es razón suficiente!
- ¡Pues vaya anfitrión!
El agua empezó a correr y así Lucas dio por terminada la conversación, Alba se tumbó mientras en la cama y a punto de quedarse dormida terminó Lucas.
- ¿Estabas durmiendo?
- Casi- reconoció.
Cogió sus cosas y fue a ducharse.
Se miró al espejo y llegó a la conclusión de que era mejor descansar un poco, ahí entonces sería el momento idóneo.
Salió y de hecho encontró a Lucas también intentando luchar contra el sueño.
- Tardas un poco más y no me da tiempo a darte los buenos días- dijo soñoliento.
Alba sonrío y se acurrucó a su lado.
- Buenos días- y lo besó.
Se despertaron sobre las una, aunque Lucas se había despertado unos minutos antes y le había dado tiempo a dejar preparado su regalo de medio año.
- Hola- murmuró Alba mientras se estiraba- ¿Qué horas es?
- Las una- acarició el rostro de Alba.
- ¿Te he dejado dormir?
- Sí, aunque por la tarde dormiré de nuevo.
- Yo también. Por cierto, feliz medio año- dándole un beso.
- Feliz medio año.
Los besos se hacían más constantes y Alba acabó por soltar en mitad de uno:
- Quiero hacer el amor contigo.
- ¿Ahora?- preguntó separándose un poco asustado de pronto.
- Sí.
- No lo he hecho nunca- le recordó.
- Bueno- empezó acercándose de nuevo Alba- no soy experta pero puedo guiarte.
- ¿No lo llamas sexo?- preguntó con sus ojos cerrándose por los besos en el cuello de ella.
- No se le puede dar un nombre tan vulgar contigo- susurró.
Y entre beso y beso palabras de amor iban sonando. Fueron lentos, Lucas tenía miedo de hacer algo mal y poder hacerle daño.
Al terminar Lucas se desprendió del condón y lo tiró rápido volviendo con Alba.
- ¿Cómo ha ido?- preguntó Lucas.
Alba rio.
- ¿Quieres que te puntúe? Has sido dulce como siempre- dijo sonriendo y pasando su mano por la mejilla de él.
- Si te planteas repetir no ha podido ser tan malo- bromeó.
- Te quiero Lucas.
- Y yo a ti Alba.
Las ventanas cerradas hasta abajo daban a la habitación ese tono oscuridad que ofrecían un escenario más romántico.
Para comer más tarde decidieron hacerse tortitas, les seguía apeteciendo dulce.
Lucas iba en pantalones y Alba llevaba una camiseta suya.
- Toma, es para ti- le dio una pequeña a caja a Alba.
- Espera voy a por el mío rápido y los abrimos a la vez.
Por la prisa casi se cae por las escaleras.
- Listo.
Hicieron intercambios y Alba lo abrió más rápido.
- Dios mío, ¡un colgante de pizza! Me encanta, ¿es de plata? Y viene con pendientes a juego.
- Sí, no es muy caro de verdad.
Lucas vio el suyo, un cuaderno de notas forrado en cuero, en la portada había un hueco pensado para que colocara su pluma allí, las páginas amarillentas le daban un toque más antiguo aún.
- Y el toque final- y Alba le colocó la boina- te lo doy de esta manera porque se me acabó el papel de regalo.
Lucas rio.
- ¿Cómo me queda?
- Genial, joven poeta. ¿No viene con nota este regalo?- preguntó Alba.
- No he estado inspirado últimamente- se disculpó.
- Estanque de escritor, entiendo.
- Pero te haré saber cuando se haya ido.
Alba sonrío.
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