CAPÍTULO 19
- ¿Entonces tú ya sabías lo de Rubén y Blanca?- pregunta Lucas rebuscando entre los pantalones su talla.
Alba lo mira indignada poniendo una mano en su pecho.
- Obvio, fui yo quien le dijo que la trajera, se ve maja, hasta me dijo de quedar los cuatro, ¿no te importaría no?
- Que va- contesta sacando un pantalón- mira este, está chulo.
- Es militar, me encanta y lleva un montón de bolsillos, ¿por qué no hacen así para las mujeres?- se pregunta con los brazos cruzados.
- Ya me intuía que os tramabais algo, no parabais de hablar bajito en secretitos.
- No somos tan obvios- se defiende.
- Ya claro- dice irónicamente.
Alba coge una percha vacía y lo golpea, Lucas responde con otra.
- ¿Ah sí?
Y empiezan a luchar como si fueran espadas.
- No es justo, llevo más peso que tú- dice señalando la bolsa de ropa.
- ¿Por quién estamos aquí?- se defiende.
Siguen peleando y riendo hasta que Alba casi le da por accidente a una persona mayor y el guarda se acercaba a ellos desde el fondo por armar jaleo.
- Empate- dicen a la vez dejando sus armas.
Y continúan la búsqueda de ropa en otra tienda.
Esa tarde habían quedado en el centro comercial para buscar pantalones vaqueros para Lucas.
Un mes y dos semanas después había alcanzado un peso ideal en el que se sentía cómodo, seguía manteniendo su rutina de deporte y dieta sana y Alba estaba orgullosa de él, de verlo feliz consigo mismo.
Aunque alguna que otra vez dudaba de sí mismo de nuevo y volvía a darse asco.
"- ¿Qué estas haciendo?- le pregunta Alba
Era la hora del recreo y Lucas se había ido hacia la basura a tirar el bocadillo.
- Alba, déjame enserio- le pidió avergonzado de que lo hubiera pillado.
- No- respondió colocándose enfrente de él y obligándolo a mirarla- ¿qué pasa?
- Pasa que he vuelto a subir de peso.
- ¿Y qué? ¿Piensas que yo nunca subo? Sí, y luego se pierde. De verdad créeme, pero no empieces que luego... es muy difícil de salir. "
- Es la primera vez que...
- No- le cortó- me mientas. Te observo, crees que así lo vas a acelerar y sucederá lo contrario.
- Es que, joder Alba, es muy difícil a veces.
Alba le vio los ojos comenzando a enrojecer y eso pudo con ella.
- No pasa nada, no estás solo- dijo cogiendo su mano.
- Lo sé- se apartó un poco más de la basura- eres la mejor, ¿lo sabías?
- Sí, pero me gusta oírlo.
Lucas beso su cabeza y volvieron con el grupo"
- ¿Cuántos vas a comprar?
- Pues tres creo, tampoco muchos, si eso en rebajas miraré más.
- Sí, oh, mira este azul.
- Échalo- dijo en respuesta abriendo la bolsa- voy a probármelos.
Se fue al probador y mientras Alba se dedico a apuntar mentalmente ropa que mirar en rebajas.
"¿Tengo vestidos de verano?"
Se enamoró de uno blanco con pequeñas flores rojas, de hombros descubiertos y falda volada.
Lo cogió por probárselo.
"Solo es probar, llevas poco dinero, lo justo para cenar"
- ¿Lucas?
- ¿Qué pasa?
- Nada, era para avisarte que estoy en el probador de al lado.
- Sino llevas apenas dinero- dijo extrañado.
- Chst, solo es probar.
- Ya- dijo riendo.
Alba hizo una mueca aunque no pudiera verla.
- ¿Te quedan bien?- pregunto Alba desvistiéndose.
- Sí, estoy fuera para cuando te lo pruebes.
- Vale.
"Lo necesito" fue lo primero que pensó al verse el reflejo.
- ¿Cuánto vale?- se preguntó a sí misma buscando la etiqueta- quince, ¿por qué no cogí más dinero?
Abrió la cortina y dio una vuelta sobre sí misma.
- Te queda genial.
- Pero no tengo dinero, lo justo para comer en el muerde la pasta.
- Eso te pasa por no coger un poco de más por si acaso.
- ¿Y si me roban? Rezaré para que esté la próxima vez que venga.
Ya fuera después de haber dejado con un gran dolor Alba el vestido iban a comer.
- Un momento se han equivocado, me faltan unos pantalones, ahora vuelvo, coge sitio mientras.
- Sí, claro.
Con rapidez Lucas pago el vestido y lo puso al fondo de su ropa.
- Listo- dijo al llegar con ella.
- Bien porque me muero de hambre, voy a consolarme comiendo.
Lucas rio.
Después de comer dándoselo una vuelta para bajar la comida, Alba se quejo de que le apretaba la falda.
- Normal, te has comido tres platos de pasta, dos de pizza, uno de postre y no olvidemos el helado.
- Tenía hambre y estaba deprimida- contestó- ¿a qué hora nos recogía mi padre?
- A las diez.
- ¿Y qué hora es?
- Las nueve.
- ¿Y quiénes son esos del fondo?
- Pues creo que Rubén y Blanca.
- El destino, ¡Rubén!- chilló.
- ¿Qué hacéis aquí?- preguntó chillando a su vez Rubén.
Se acercaron para evitar las miradas de la gente por sus gritos.
- Nos íbamos a tomar un helado, ¿os venís?- preguntó Blanca.
Lucas asintió.
- ¿No estabas para reventar?
- Al helado nunca se le dice que no- contesto él.
Se sentaron en la mesa, Alba pidió una infusión.
- ¿Y San Isidro?- preguntó Rubén- habrá que empezar a pensar en eso, digo yo vamos.
- ¿Ya quieres fiesta?- preguntó Blanca
- Siempre dispuesto a ella.
- ¿Vendrías con nosotros?- preguntó Lucas.
- Si no os importa, a mis amigas les caísteis bien.
- Hablando de eso- intervino Alba- ¿hubo algún salseo?
Blanca rio.
- Lo cierto es que Darío se enrolló con Gisela.
- No jodas- exclamó Rubén- no me di cuenta, anda que dice algo.
- Pues hay tema- admitió ella.
- ¿Qué?- preguntó impactada Alba- Darío no.
- Desde ese día llevan mensajeándose y me consta que han quedado alguna que otra vez.
Alba y Rubén se miran sin entender nada.
- Y no me cuenta nada- dijo indignado- voy a preguntarle así como el que no quiere la cosa.
- ¡No!- chillaron a la vez Blanca y Alba, la primera le quita el móvil de las manos y se lo pasa a Alba que esta más lejos.
- ¿Pero qué os pasa?
- Deja que las cosas sigan su curso- dijo Alba.
- Exacto, no presiones, sino te lo dice nada.
Lucas observaba gracioso la escena.
- Está bien, tranquila puedes devolverme el móvil no le escribiré.
Alba buscó la aprobación de Blanca y cuando esta asintió, se lo doy.
..................
- ¿Crees que debería invitar a Blanca a mi cumpleaños?
- Si lo sientes como un deber es mejor que no- respondió.
Estaban sentados en las escaleras del aparcamiento mientras esperaban al coche del padre de Alba.
Blanca y Rubén se habían quedado un rato más.
- No, me he expresado mal, ¿crees que es muy pronto? Porque me cae genial y creo que eso haría feliz a Rubén también.
- Se le ve contento de que os llevéis bien sí.
- Sí, la voy a invitar- decidió.
- ¿Qué piensas hacer?
- ¿Una barbacoa en la playa? Como coincide con San Juan, ¿he creado el grupo por cierto?
- No.
Alba sacó el móvil y lo creó, dejo la hora y fecha en la descripción.
- Ya está. Dentro de una semana cumplo diecisiete y después los dieciocho.
- ¿Te das cuenta de que eres unos pocos meses mayor que yo?
- Pues ahora que lo dices sí- dijo riendo.
Apoyó la cabeza en el hombro de Lucas y él la rodeó por la cintura.
- ¿Qué vas a regalarme?- preguntó sonriendo.
- ¿Y sino tengo dinero?
- Pues tendré que conformarme con un beso, ese es el coche.
- Acabo de caer en que llevamos casi medio año y no he hablado con tu padre- dijo nervioso.
- Pues esta es tu oportunidad.
En el trayecto a casa, el padre de Alba solo les preguntó que tal les había ido, lo que alivio bastante a Lucas.
En su casa de nuevo, después de ducharse y con el pijama puesto Lucas terminó de escribir la última parte del regalo de Alba.
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