CAPÍTULO 15
Pasaron dos meses y entre ellos las cosas no podían ir mejor.
Era un amor adolescente pero en ocasiones no era provocado por las hormonas, sino real.
Ese día comenzaban las vacaciones de semana santa.
- Sigo sin entender que necesidad hay de poner los exámenes justo a la vuelta, ¿tanto trabajo es atrasarlos una semanilla?- se cuestionaba Alba.
- Se ve que sí- le dijo Lucas besando su mano.
Se encontraban sentados en un banco fuera del instituto, no esperaban a nadie pero no tenían gana de irse a casa.
- ¿Nos vamos a comer?- propuso Lucas.
- Sí, pero no sé si llevo dinero- apuntó empezando a buscar.
- Te invito.
- No será necesario- dijo mostrando los diez euros que llevaba en la carcasa del móvil- ¿dónde vamos?
- Podríamos pedir al chino e irnos al pabe. Hace un buen día- dijo mirando el cielo azul despejado.
- Me parece buen plan- accedió levantándose.
Una vez sentados y comidos, se tumbaron en el césped encima de las chaquetas a modo de mantas.
- ¿Tienes ganas de graduarte?- preguntó
- No lo sé. Me gusta mi vida ahora mismo, no me apetece ningún cambio, pero de todas formas llegará así que- terminó encogiéndose de hombros.
- ¿Cómo no puede preocuparte? Queda solamente un año, es muy poco tiempo.
- Lo que está cerca es San Marcos.
- Hablo en serio. Admiro eso de ti, como siempre estás tan tranquila ante todo.
- Es que no vale la pena pensar y planear todo. Pueden pasar tantas cosas de aquí a un año, hay que vivir día a día.
- Sí, ¿pero no hay cosas que quieras conservar? ¿no temes equivocarte?
- ¿Estamos hablando de nuestros futuros estudios o de nosotros?- inquirió.
- Los dos- admitió un poco avergonzado.
- Lucas, nadie puede asegurar que dentro de dos meses estemos juntos, lo único que puedo decirte es que yo te veo en mi futuro, te quiero, me gustaría que estuvieses. Y respecto a lo otro, tenemos que hacer lo que nos guste, sino puede hacerse cuesta arriba la vida- giró su cabeza para mirarlo- ¿mejor?
- Me gusta que seas objetiva, me das seguridad. Sé que estás siendo sincera- confesó.
Alba echó una pierna encima de él quedando de lado y lo besó.
- Te quiero- le dijo él.
Ella sonrió y se apoyó en su pecho.
- Esa nube parece un avión- señaló.
- No, es una tortuga- replicó Lucas.
- ¿Dónde ves tú eso?
...................
Al día siguiente quedaron todos en el chalet de Berni, en la planta baja tenía un billar, una mesa de pin pon y además una pantalla enorme donde jugar a videojuegos y unas cuantas botellas de alcohol por cortesía de Rubén.
Lucas no pensaba beber obviamente.
Alba iba principalmente para los videojuegos.
Y los demás sí iban a emborracharse.
- Ey- saludó Alba al entrar- ¿adónde se fueron tus padres?
- Han cogido esta semana para irse de vacaciones y mi hermana se queda en casa de sus amigas.
- ¿Falta por venir alguien?- preguntó Rubén.
- Creo que no, estamos todos. ¡Raúl no escondas botellas!- le gritó Berni.
- ¡Solo estaba mirando el material!- se defendió.
- Ya- le recriminó observándolo con los ojos entrecerrados.
- Propongo un juego- habló Marc.
Formaron un círculo.
- Hacemos partidas de lucha en la play, quien pierda debe beber lo que dictamine el ganador.
- ¿Y si alguien no quiere beber?- pregunta Lucas.
- Te hacemos un reto o preguntamos verdad- solucionó rápido Berni.
- Vale- aceptó.
- Bien, apuntemos los nombres en un folio, los dos que saquen se enfrentan primero y para no salir repetidos irá por rondas. ¿de acuerdo?
- Entendido- dijeron todos.
Berni encendió la play y sacó los mandos y Marc fue haciendo un gráfico de los enfrentamientos.
- ¿No quieres beber nada?- le preguntó Alba en voz baja.
- Es que no sé como me afectará, nunca he bebido y no me apetece hacer el ridículo.
- El reto puede ser peor, te aviso, esta gente no está bien de la cabeza- bromeó.
- Si me veo obligado beberé- acabo decidiendo.
- No tienes por qué, pero aquí es más seguro si vas a emborracharte, estamos nosotros. Aunque sí debo advertirte de que tendrán vídeos tuyos para reírse de ti cuando puedan.
- Que bien me lo pones- ironizó.
- No bebas por presión- fue lo último que le dijo.
- Primera ronda- dijo alzando los dos papelitos- ¡Rubén y Alba! ¡Ni a posta!- exclamó riendo.
- Alba pienso devolverte el último vídeo mío bailando la anaconda- le advirtió tomando un mando.
- Esta noche tendré otro peor- le aseguró con voz confiada.
Estas partidas de lucha duraban tres rondas como el boxeo.
El primer round lo ganó Rubén.
- No es como se empieza es como se acaba- dijo sin perder la tranquilidad en su voz.
Y así fue, el segundo y el tercero le otorgaron la victoria.
- Su puta madre.
- A beber querido amigo- dijo poniéndole dos vasos de chupito delante.
- Vas a caer- declaró antes de beberlos.
- Uy que miedo- fingió un escalofrío.
- La siguiente, ostia Lorena y yo- anunció Marc.
- Oh que bien- aplaudió Alba.
Después de necesitar solamente dos rounds Lorena ganó.
- ¿Cómo has hecho eso?- preguntó impresionado.
- Alba me enseñó- dijo sonriendo.
Chocaron puños.
- Girl power- afirmó Alba.
- Asquerosas- mumuró Marc.
- Están compinchadas- corroboró Rubén.
Las siguientes fueron de amigos de Berni.
De las partidas más divertidas fueron entre este y Darío al intentar perder ambos para beber, tuvieron que repetirla por empate.
- ¿No podrías haberme dejado perder?- le preguntó Darío.
- Tú, no te jode.
- No no, eres el anfitrión, es tu deber.
De las últimas fue el turno de Lucas y Alex.
- Yo tendría cuidado, es el novio de Alba, este viene entrenado- le aconsejó un amigo.
Alba y Lucas rieron cómplices.
El primer round lo ganó Lucas, el segundo Álex y el último Lucas.
- ¡Sí!
Lo que en principio era solo beber para los perdedores, los que no estaban jugando acabaron bebiéndose dos botellas así que algunos ya estaban un poco avispados.
La siguiente ronda, Alba y Lucas siguieron ganando, Lorena perdió contra Berni de lo que se alegró bastante Marc con el orgullo herido.
La tercera ronda les tocó a Alba y Lucas, de antemano se "previa" el resultado.
- Ni se te ocurra dejarme ganar- le previno Lucas.
- Ni lo había pensado- mintió ella.
Sí que lo había hecho, no quería que se sintiera presionado pero era verdad que se notaría si se dejaba ganar y eso le sentaría peor a Lucas.
Así que el resultado fue el de Alba ganando.
- Bien, ¿qué reto le ponemos?- preguntó Rubén pensando.
- Quítate la camiseta, te pintaremos alguna caricatura en la barriga y nos tienes que dejar echar una foto.
Aquello no era un reto que implicara ningún sacrificio, pero que lo que vieran sin camiseta... No, el autoestima de Lucas no estaba en ese nivel.
- Prefiero beber- declaró Lucas.
- ¿Seguro?- preguntó Berni.
- Chst, déjalo probar al chiquillo- le dijo Darío llenando un chupito.
Lucas lo bebió de golpe y le ardió la garganta provocándole toser.
- Puaj, ¿cómo os gusta esto?
- Dime lo mismo después de que lleves tres más encima.
..................
Sobre las tres y media de la mañana ya estaban casi todos borrachos, algunos chicos se habían despojado de su camiseta y mientras hacían gilipolleces los demás los grababan.
Lucas se sentía un poco acomplejado, lo hacían parecer tan fácil. No tenían que preocuparse por su complexión física, podían estar más o menos en forma pero ninguno rellenito como él.
Le gustaría cambiar ese detalle desde hace tiempo, pero es demasiado débil, le gusta demasiado la comida y odia hacer deporte debido a que se cansa muy rápido.
- ¿En qué piensas?- le preguntó Alba apareciendo a su lado.
Estaba muy guapa con ese rubor en las mejillas.
- En nada. Te queda bien el colorete.
Instintivamente se llevó las manos al lugar.
- ¿Se ha subido mucho?
- No, pero estás muy mona.
Le dio un beso en la mejilla.
- ¿Te apetece si salimos unos minutos fuera?- le preguntó ella.- Quiero un poco de aire.
- ¿Estás mareada?
- No, pero aquí me asfixio con el olor a alcohol y sudor que desprenden todos.
- Vamos- dijo riendo.
Salieron afuera a dar un pequeño paseo y Alba aspiró sonoramente el aire.
- ¡Aire puro!
Lucas rió y cogió su mano caminando.
- Si no quieres decírmelo no pasa nada, sé que te ocurre algo y también creo saber lo que es. Pero, me haré la tonta y fingiré no notar nada.
- En vez de psicóloga deberías ser vidente, ¿no crees?
- Lucas- dijo seriamente.
- Me da verguenza admitirlo.
- Te dan verguenza tantas cosas.
- No bromees con eso- pidió.
- Perdón, quería que fuera más ameno- se disculpó.
Lucas paró de andar y Alba se colocó frente a él.
- Está bien. Me gustaría cambiar ... mi físico. Pero no puedo- confesó rascando nervioso su cabeza.
- ¿Por qué no ibas a poder?- preguntó de manera absurda.
- No tengo fuerza de voluntad. Como demasiado y odio el deporte, me canso demasiado.
- Porque no estás acostumbrado. A ver, no será tu pasatiempo favorito, pero cuando hacemos skate, ¿te lo pasas mal?
- No.
- Pues eso es un deporte, solo tienes que encontrar el tuyo. Y no obsesionarte con la dieta.
- ¿No te gustaría que tuviera más músculo?- preguntó solo medio broma.
- Lucas, si es ese el motivo por el que estás preocupado que te vaya a dejar de querer te puedes ir olvidando. Estoy enamorada de ti por como eres y como te comportas conmigo. Y a mí me encantan tus mofletes- dijo agarrándolos.
- Eso ha parecido la escena entre abuela y nieto.
- ¿Me estás diciendo vieja?- preguntó indignada.
Bromearon un rato hasta que Alba cogió el rostro de Lucas acercándolo al suyo.
- Si quieres cambiar que sea por ti. Para sentirte mejor contigo mismo y tener más confianza. ¿me has entendido señorito?
- Te quiero, ¿me has entendido tú?
Alba sonrió y lo besó. Empezó siendo un mero beso, pero Alba lo agarró del pelo para atraerlo más y profundizarlo, las manos de Lucas se colocaron en su cintura queriendo descender aún más. Alba cambió y lo besó en el cuello provocando que bajara aún mas las manos hasta su trasero. Alba volvió a buscar su boca y sus manos bajaron hasta por dentro de su camiseta, Lucas ahora fue quién besó su cuello y Alba suspiró, Lucas subió sus ambos por su vientre y puede que hubiera acabado subiendo más de no ser interrumpidos por una vecina.
- ¡No os vayáis a dar el lote delante de mi casa! ¡Y decirle a vuestros amigos que bajen la puta música de los cojones!'
Se separaron inmediatamente asustados y salieron corriendo de vuelta a casa de Berni. Cuando bajaron de nuevo donde estaban todos se dieron cuenta de que habían subido aún más la música.
Alba la bajó de manera disimulada y nadie se dio cuenta, menos Lorena.
- ¿Por qué la bajas?
- Porque uno de sus vecinos se ha quejado mientras estábamos fuera nos ha asustado gritándolo desde el balcón.
- ¿Qué hacíais fuera?
Lucas miró hacia otro lado.
- Necesitaba aire, estaba un poco mareada.
- Ya- aceptó- ¿hasta qué hora te quedas?
- Hasta las cuatro y no sé que hora es- dijo buscando su móvil.
- Son las cuatro menos cuarto- le adelantó ella.
- ¿Qué dices?- miró su móvil y en efecto las 3:46- pues tengo que irme ya, hay un trecho hasta mi casa.
- ¿No te irás sola?
- No, voy con ella- respondió Lucas participando en la conversación.
- Bien, me despido de Rubén y nos vamos.
Lo localizó y lo abrazó por detrás.
- ¿Te vas ya?- le preguntó.
- Sí, lo siento.
- No, no te vayas- la abrazó- una partidita más, esta vez te gano.
- Más quisieras borrachuzo.
- Tenemos que quedar, hay que cosas que contar- le dijo.
- Mañana me dices hora y sitio.
- Si me acuerdo- la besó en la frente- adiós.
Alba volvió junto a Lucas.
- Ya podemos irnos.
Salieron de nuevo con las manos cogidas.
- ¿No te ha molestado qué...?- preguntó nervioso Lucas.
- No, te hubiera parado- respondió.
- Vale, bien.
- Perfecto- finalizó ella.
El resto del camino fue en silencio, cada uno con sus pensamientos en la cabeza, hasta llegar a casa de Alba.
- Oye, si de verdad quieres cambiar, podemos entrenar juntos y te ánimo con tu falta de voluntad. Piénsalo.
- Ya te diré.
Fue a despedirse con un beso en los labios pero acabó dándoselo en el cuello y huyó al interior de su casa.
- ¡Oye!- fue lo único que alcanzó a oír por parte de Lucas.
Esa noche todo en lo que pudo pensar Alba era en lo bien que se sintieron las manos de Lucas sobre ella y por el camino de vuelta Lucas rememoraba lo sucedido.
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