10. Levi, el insoportable


De regreso a mi departamento me la pase repasando la cita con Abigail, pero sin mucho avance. No encontraba el error que había cometido. Todo parecía estar bien, tomamos fotos de algunas pinturas, platicamos sobre ellas y nos agarramos de las manos. Pensé por un momento que podría ser a causa de la repentina aparición de mis compañeros, pero no me termina de cerrar, al fin y al cabo parece ser que tengo mucho que aprender. Aunque por otro lado, sería bueno que habláramos sobre esto.

Tal vez debería llamarla, pero me sentía agotado mental y físicamente, así que solo deseaba llegar lo más pronto para poder tumbarme en mi cama y descansar, pues mañana es inicio de semana.

Aparte, creo que sería bueno esclarecer esto en persona.

Estaba subiendo las escaleras del edificio para poder llegar a mi humilde hogar, cuando noté a un par de pasos, la silueta de una persona, recargada en la puerta de mi departamento, parecía estar esperando al dueño. Me pregunto si se equivocó de puerta.

—Buenas noches, ¿Quién es? —le cuestioné mientras me acercaba.

El foco arriba de mi puerta, me revelo quién era y vaya, que desagradable sorpresa me lleve. Era el insoportable de Levi.

—¡Dante, mi amigo! —exclamó el fastidioso con una sonrisa.

—Lárgate antes de que llame a la policía —amenacé sacando mi celular.

—¡Oye!

Precisamente era la persona que durante mucho tiempo estuve evitando por la simple razón de que es un entrometido y fastidioso. De hecho, por culpa de él termine en fiestas a las que no quería ir y aunque odie admitirlo, fue gracias a ellas que conocí a Abigail. Y eso lo hace más irritable.

—¿No puedes ser más gentil con tu amigo? —dijo en tono chillón, haciendo lo que llaman algunos "una carita tierna". Aunque para mi es repugnante.

—No soy tu amigo, y ahora si me disculpas... —lo mire con total seriedad señalando que estaba estorbando la entrada.

—Hieres mis sentimientos, ¿sabes? —replica ofendido, haciéndose a un lado.

—No me importa. —respondí sacando mis llaves.

—¿Siempre tienes que ser así conmigo?

—Vete. —dije sin mirarlo.

Cuando abrí la puerta, entré rápidamente y estaba por cerrarla, pero la detuvo con su pie.

—Mira, no creas que vine solo para molestarte —comenzó diciendo, soltando una risilla nerviosa.

Debería cerrarle la puerta de una.

—Resulta y acontece... —dijo en voz baja entre risillas nerviosas y fastidiosas— olvidé avisarte que el profesor Núñez nos asignó juntos un proyecto.

—Podemos hacerlo mañana, solo dime la hora y donde.

Solo quería cerrar la puerta e irme a dormir, ¿Por qué la prisa?

—Es que lo tenemos que entregar mañana a primera hora... —comenta nervioso, con una voz apagada.

Tiene que ser una bendita broma...

—¡¿Qué?! —grito exaltado, abriendo la puerta por completo.

—¿Por qué rayos no me dijiste antes?

—Se me olvido... —respondió apartando la vista.

—¿Cuándo se asignó este proyecto en pareja? —si esta tarea fue establecida hace una semana, más le vale ya haberse despedido de todos sus seres queridos.

—La semana pasada

—¿Qué flores te gustarían en tu funeral?

—¡Perdóname, Dante! —exclamó fingiendo un llanto irritable.

De tanto enojo ya no supe que hacer, así que respire profundo para aclarar mi mente. Ya me estaba haciendo la idea de no dormir esa noche.

Podría hacerme el loco y decirle al profesor que no había escuchado de esa tarea, pero soy bastante responsable, y no quisiera desagradar al único maestro de la facultad que en la mayoría de los proyectos me deja hacerlos solo.

—Entra antes de que cambie de opinión. —dije casi fulminándolo con la mirada, invitándolo a entrar.

—Terminaremos antes de que salga el sol, no te preocupes.

—¿Qué tema es? —pregunté desconfiado.

—El realismo mágico —respondió un poco dudoso de mi reacción.

—¿Prefieres rosas negras o blancas? Pienso que las negras serían perfectas para tu sepultura.

—¡Perdón!

Iba a ser una noche larga y no estaba preparado para trabajar con un irresponsable como Levi, ¿Cómo es posible que olvido algo tan importante? ¿Acaso es tonto? De igual forma, lamentarse solo era una pérdida de tiempo. Teníamos que empezar lo más pronto posible, así que a regañadientes lo apresure a entrar.

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