Exhibir

—No le apunten a mi hija. Bajen las armas.

Ellos dudaron en hacerlo, aun así, terminaron haciéndolo.

—Tú también baja esa arma, Dylan. Solo estás provocando que se pongan nerviosos— le pidió a Sebastián.

Sebastián me miró de reojo, poniendo en duda también el bajarla, pero terminó cediendo.

—¡Eres el hombre más cobarde e hipócrita que haya conocido alguna vez! —le grité—. No te importó fingir tu trágica muerte con tal de inculpar a los Harper, porque me queda claro que ese fue tu propósito para haber desaparecido por un tiempo. No te importó lo impactante que fue para mí ver tus supuestas partes regadas por toda la carretera. ¡Eres una escoria!

—Cualquiera diría que estás del lado de ellos. Además, esto no es algo que deba discutir con mi propia hija. Otra en tu lugar, habría corrido a mis brazos al enterarse que estoy con vida, más no estaría reclamando cada maldita cosa que hago por el bien de tu madre y el tuyo.

—Ah, ¿esperabas que corriera a tus brazos y me alegrara por haberme engañado y desaparecido? Pero qué cínico me saliste. Ahora bien, ¿has dicho por nuestro bien? ¡No me jodas! Todo esto lo planificaste por el bien tuyo. Si hubieras pensado en nosotras, no habrías llegado a tanto y te habrías mantenido oculto por tanto tiempo, causando que la tristeza nos carcomiera vivas.

—Ya me retiro. No tengo interés en charlas familiares—Max se puso de pie—. Nos estaremos comunicando.

—No te vayas, tú también tienes velas en este entierro. Se lucieron bastante en conjunto. Mataron a todo aquel que se atravesara directa o indirectamente en sus planes. Incluyendo a mi tío. Aunque me caía mal, recibió un ataque sorpresa y bajo por su propio hermano, y todo por una mujer. ¡Qué bárbaro! Hasta dónde has llegado, Sr. Husman. Haz algo por el bien de todos y entreganos a este miserable.

—Uy, esa actitud me trae tantos buenos recuerdos de alguien en particular. Eres idéntica a tu madre, igual de brava y malcriada—respondió Max en un tono bastante sugerente y extraño que me dio la impresión de que había algo detrás.

—¿Qué estás insinuando?

—¿Por qué no le agregamos un poco más de chispa y picante a esta reunión familiar?

—Salgan todos. Quiero estar a solas con mi hija— mi padre intervino, noté cierto nerviosismo de su parte.

—No. Ahora estoy más que interesado e involucrado en la conversación. Creo que ha llegado el momento de exponer todas las cartas sobre la mesa. Como por ejemplo, la razón por la cual me pediste que me deshiciera de tu hermano.

—Estás llegando muy lejos, Max. No te olvides para quién trabajas.

—No trabajo para nadie. Esto ha sido una alianza temporal dónde ambas partes salimos beneficiados.

—Sal de aquí en este momento o no respondo.

—Anda. Anímate. Es momento de romper el silencio. Díselo. Cuéntale a ella la verdadera razón por la cual me mandaste a matar a tu hermano. No soportaste la idea y la frustración de enterarte que la hija que has estado protegiendo tanto y que has criado como tuya por dieciocho años, resultó ser producto de una infidelidad de tu esposa. Dile que preferiste deshacerte de tu hermano porque no querías que se quedara con tu esposa e hija, porque sabías que esas eran sus intenciones, luego de que descubriera que, en efecto, Laia era su verdadera hija.

—¿Qué? ¿Qué está diciendo este tipo?

El silencio de mi padre solo daba a entender que ese tipo no estaba mintiendo, aunque quería creer que sí.

«¿Será esa la razón por la cual mi tío estaba comportándose de manera distinta conmigo cuando regresó?». Recuerdo que estaba siendo amable, algo que no era normal en él.

«¿Será esta la verdadera razón por la cual quiso que Sebastián me protegiera? Pero entonces, Sebastián debía estar enterado de esto desde un principio, ¿no?».

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top